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Sesiones privadas por Cho Hye Mi

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Notas del fanfic:

Aclaración: hace poco encontré mi contraseña de este sitio y mientras estaba leyendo los fanfics que había escrito encontre un One Shot que había escrito de YeWook. Al principio solo quería corregir mis errores ortográficos y de estilo pero termine rescribiendo gran parte de la historia. Tenia mucho tiempo sin escribir y me diverti mucho volviendo a hacerlo.


Esta ¿readaptación? de mi fanfic es solo por gusto personal, aun así espero que lo disfruten.

Notas del capitulo:

Primer capitulo reimaginado.

Por si alguien estaba interesado (que no creo que sea el caso) originalmente era una historia con Ships de Super Junior

YeWook y KyuMin, pero creo que los personajes estan muy lejos de tener la personalidad de los integrantes de SuJu, además entiendo que a Yesung no le gusta que escriban FF con su nombre, así que preferí cambiarle los nombres.

Por primera vez en mucho tiempo el timbre estaba sonando, no solíamos tener muchas visitas y normalmente cuando alguien llegaba a mi casa tocaba la puerta. Baje por las escaleras para abrir, pero mi madre se me había adelantado. Tenía un poco de curiosidad de saber quién estaba del otro lado de la puerta, pero la figura de mi madre no me permitía ver por completo.


-Cariño- me dijo en un tono suave mientras se movía a un lado para dejarme ver a un joven alto de cabello negro desalineado, con unos pequeños ojos rasgados y con una sonrisa que podría derretir a cualquiera. - Él es Jay, acaba de mudarse enfrente de la casa, su madre me dijo que es un excelente estudiante así que le pedí que te ayudará con tus tareas de matemáticas, física y biología, porque ya sabes como te fue en los últimos parciales…- me sentí un poco apenado frente a aquel extraño.


Sabía que no era el mejor estudiante de mi clase, bueno, no estaba ni cerca de ser lo que se considera un “buen alumno” pero eso nunca me había preocupado, al menos hasta ahora. -sería bueno que tuvieras una buena influencia, alguien que te ayude a mejorar tu promedio, si no creo que tendrás que repetir el año y es lo menos que queremos…- Mi madre continuaba recitando lo flojo, irresponsable y simplemente inútil que era, yo solo quería que parara; aquel muchacho sonreía como burlándose de la humillación que estaba recibiendo.


-Ya, mamá, lo sé- sentía mi cara más roja que un tomate. -Soy Ren- me dirigí hacia el chico, con la mano extendida.


-Un gusto- me miro directo a los ojos y sonrío, me quede como un idiota perdido en su sonrisa, hasta que me di cuenta que él notó -Solo quería pasar a presentarme y ponerme de acuerdo para saber que días podríamos vernos para estudiar-


-Yo creo que cuantos más días, mejor- dijo mi mamá- ya que empiecen a estudiar verás que Ren va muy atrasado y por eso necesita todo el apoyo posible- Jay me miró de arriba a abajo como sintiendo pena ajena por mi -pero no te preocupes te pagare muy bien-


Mi madre me había dejado sin palabras, seguía humillándome frente a aquel hermoso chico y yo no sabía debajo de que roca esconderme.


-No se preocupe señora, me esforzaré para que Ren tenga buenas notas- su tonito sonaba un poco seductor, algo que mi madre no pudo percibir, pero yo sí… 


Y así fue como lo conocí, el chico de enfrente que invadía mis sueños. Sabía que era algo imposible, porque no solo era guapísimo, si no también inteligente. En tres meses había logrado que mis notas subieran, no sabía si era por lo bueno que era explicando o porque me motiva pensar que en algún momento pudiera estar a “su nivel” intelectual.


Al final del semestre algunos de mis maestros estaban sorprendidos, mientras otros se sentían orgullosos del cambio radical que había logrado, no sabían cómo pero veían en mí una oportunidad para todos los demás alumnos que estaban perdidos.


-¿Me vas a decir cuál es tu secreto?- Mi mejor amigo, Keita, me miró sorprendido mientras le mostraba mi reporte semestral repleto de nueves y dieces. 


-No- le saque la lengua. No era realmente un secreto, pero la verdad era que no le había mencionado a nadie que tenía un tutor, y no porque estuviera avergonzado o algo parecido sino porque no quería que nadie supiera lo buen maestro que era Jay, lo quería solo para mí.


-¿Hiciste trampa?-


-Claro que no- fingí sentirme ofendido.


-¿Tuviste un sueño en donde mágicamente aparecieron todas las respuestas?-


-¿De qué hablas?-


-Es que comprendo como alguien que tiene una nuez como cerebro puede tener mejores calificaciones que yo- 


-Dejaré que me insultes, porque se te duele saber que soy más inteligente que tú- puso los ojos en blanco.


La maestra interrumpió nuestra plática para dar los últimos anuncios del semestre.


-Diviértanse mucho durante sus vacaciones de invierno, pero recuerden estudiar de vez en cuando, nos vemos en el próximo semestre. Y para quienes quieran inscribirse a las clases de regularización les dejaré una lista….- seguía hablando mientras todos veíamos fijamente al reloj que estaba sobre el pizarrón, los segundos parecían eternos para todos los que esperábamos el sonido del timbre.


Apenas sonó el timbre de salida, corrí hacia el salón de Jay. Mi corazón latía rápidamente, tenía tantas ganas de mostrarle mis calificaciones, aunque esa solo era una excusa para poder verlo. 


Al llegar a su salón noté que estaba prácticamente vacío, al parecer todos habían salido antes de que sonara el timbre, era el último día de clases después de todo. Solo quedaban dos personas dentro del salón, una es de ellas estaba rodeando el cuello del otro con los brazos mientras ambos reían; No quería interrumpir el momento romántico de aquella pareja pero me tropecé con un libro que habían dejado tirado en el pasillo y choque contra la puerta, empujándola hacia adelante y cayendo al suelo. Los jóvenes que estaban abrazados se soltaron para ver quién había causado todo el ruido, intenté disculparme, pero me quedé sin palabras al notar que uno de esos estudiantes era Jay. Las palabras no podían salir de mi garganta, tenía un vacío en el estomago, me sentía estúpido sin poder decir nada, sin poder moverme. Jay trató de acercarse para ayudarme a levantarme, pero antes de que me tocara, me paré. 


-¿Estás bien?- Solo pude asentir, sabía, que si decía algo iba a llorar.


-Déjame llevarte a la enfermería, se escuchó muy fuerte el golpe- puso su mano en mi hombro pero la aleje.


-Estoy bien- murmuré, pero sabía que me había escuchado.


Me sentía humillado y con el corazón roto, al parecer había leído las señales de manera incorrecta y pensé que me trataba de una manera especial. Pero quien no se hubiera confundido si alguien actuara como él actuaba conmigo, tenía una infinita paciencia para explicarme lo que no entendía con su voz suave, me tocaba de la cara de una forma que hacía que mi piel se erizara, me sonreía de una manera provocativa y miraba mis labios cada vez que le hablaba. Tal vez era un inexperto pero se sentía como si estuviera coqueteando conmigo.


-Lo siento- fueron las únicas palabras que pude murmurar antes de salir corriendo de ahí.


Corrí hasta llegar al salón de música. Me escondí detrás del piano, sentado con la cabeza sobre mis rodillas, sin poder dejar de llorar. Me dolía el pecho y no lograba calmar mi respiración. Me quedé en el salón de música hasta que oscureció, para evitar encontrarme con Jay, aunque realmente no sabía si él me estaba buscando o si siquiera estaba en su casa. Era muy probable que estuviera fuera con sus amigos, como una persona normal.


Caminando de regreso a mi casa pensé en lo ridículo que seguramente me veía con el uniforme de la escuela y la cara hinchada de tanto llorar. Llegué a mi casa, seguían todas las luces apagadas, mi madre aún no había regresado del trabajo por lo que aproveché para subir la cena a mi cuarto y encerrarme para evitar hablar con ella.


Esa noche no pude dormir, me la pase pensando en lo vergonzoso que iba a ser ver a Jay de nuevo, pero al menos no tenía razón para verlo durante las vacaciones, tenía la esperanza que al pasar las semanas se olvidaría de todo lo que pasó. No estaba  seguro, pero algo en mí me decía que él sabía que me gustaba, mi reacción había sido como de quien descubre a su novio con otra persona, demasiado dramático. Repasaba en mi cabeza una y otra vez las cosas que pude haber hecho o dicho en lugar de salir corriendo. 


“Hola Hyung, solo estaba buscando a un profesor” “Perdón por molestarlos, estaba buscando a una amigo” “Oh Jay Hyung, no te había visto ¿Es tu novio? Qué lindo”  En este punto de mi vida estaba convencido de que me iba a quedar solo.


Al día siguiente mi madre me felicitó por mis notas, estaba tan contenta que llamó a casi toda mi familia. Lo malo de ser hijo único era todo ese exceso de atención que no necesitaba, resultaba innecesario toda esa emoción por unas simples calificaciones, no era como si hubiera sido aceptado en una universidad prestigiosa o si me hubiera graduado con honores o como si hubiera descubierto la cura para el cáncer. Pero no podía decir nada, mi madre se había esforzado tanto por cuidarme y criarme sola, para ella yo era su mundo y ella lo era; así que por más que me humillara, sin darse cuenta, de diferentes formas me tenía que aguantar.


Sonreí al verla feliz por algo tan insignificante.


-Listo- me miró al colgar el teléfono.


-¿Listo?-


-Ya quedo la reservación para ese restaurante que tanto te gusta-


-Má no es necesario, solo son calificaciones-


-No son solo calificaciones, son oportunidades de que en el futuro puedas aplicar a una buena universidad, con el promedio que tenias iba a ser muy difícil que te pudieras graduar y ni hablar de ser aceptado en la universidad, por eso tengo que agradecer al joven que logró todo esto-


-¿Jay?- sentí como un vacío en el estómago al decir su nombre.


-Exacto, debemos agradecerle lo que hizo por ti-


-No creo que tenga tiempo, mamá son vacaciones y seguro tiene muchas cosas que hacer con su familia-


-¿De qué hablas? Si ya los invite y aceptaron, así que arréglate nos vamos en una hora-


Llegamos al restaurante y ya nos estaban esperando. Quede sentado exactamente a su lado, podía sentir como ambos estábamos incómodos. Me saludó cortésmente, y procedió a platicar con los adultos sobre mis calificaciones. Me estaba elogiando, diciendo que realmente era un buen alumno pero no me concentraba mucho, por alguna extraña razón me sentía orgulloso de su aprobación. Estábamos inmersos en la plática, cada uno opinando  pero sin hablarnos directamente el uno al otro.


Después de la comida llegó el postre, y mis calificaciones dejaron de ser de interés, los adultos de la mesa se pusieron a hablar de sus trabajos dejándonos fuera de la conversación. Traté de concentrarme en comer pero Jay rompió nuestro incómodo silencio. 


-Ayer no estabas en tu casa- comenzó a hablarme, quería hablar lo menos posible con él pero nuestros padres estaban distraídos hablando entre sí sobre quién sabe qué.


-Estaba con una amigo- no quería darle muchas explicaciones, era muy malo mintiendo y sabía que entre más detalles diera, Jay iba a notar lo nervioso que estaba.


-¿Un amigo?-


-Si, Keita mi mejor amigo- Lamentaba estar usando el nombre de mi mejor amigo como coartada, pero no tenía muchas opciones.


-Nunca lo habías mencionado- Claro que nunca se lo había mencionado, lo menos de lo que quería platicar con mi crush era sobre el idiota de mi mejor amigo.


-Si, él y yo pasamos mucho tiempo juntos- no sabía ni qué estaba diciendo, solo sabía que no quería que descubriera mis sentimientos, mi corazón roto y mis celos.


Pude notar lo incómodo que estaba, sabía que no le interesaba nuestra pequeña platica y realmente quería hablar sobre… - Sobre lo que viste ayer- me dijo casi susurrando.


-no te preocupes no tienes porque darme ninguna explicación-


-Sé que no te debo una explicación, pero…-no quería saberlo, no me importaba.


-En serio no te preocupes-


-Es que no es lo que crees, él y yo-


-Hyung, en serio no me importa- lo interrumpí subiendo el tono de voz.


-¿Puedes bajar la voz?- pude ver cómo miraba a sus padres de reojo, y entonces lo entendí, lo que él quería evitar era que yo esparciera rumores sobre su novio, tenía miedo de lo que pudiera decirle a sus papás, me sentí un poco ofendido de que pensara algo así, aunque realmente no sabia que tipo de relación tenía con sus papas. Tal vez ellos no sabían que tenía un novio, tal vez ellos no eran tan comprensivos como mi madre.


-No te preocupes no voy a decirle a nadie-


-No es eso, es que…- 


-olvídalo- pasaron unos segundos antes de que alguno de los dos volviera a hablar.


-Por cierto- Jay rompió el silencio-¿ayer me estabas buscando?-


-Si- dije casi en automático, mi mente no estaba preparada para esa pregunta pero se estaba adaptando rápidamente -Mi mamá me había dicho de esta comida y quería que te avisara-


-Pero te fuiste corriendo- pensé que ya había olvidado mi vergonzoso incidente


-Si, es que mi amigo me estaba esperando- era una mentira estúpida pero no se me ocurría nada más


-¿Kei…?- sabía perfectamente que él recordaba el nombre, se lo había dicho hace 10 minutos, pero lo estaba haciendo para molestarme.


-ta, Keita, si él, ya había quedado en ir a su casa- 


-y ¿normalmente vas a su casa?- podía ver su sonrisita burlona, pero no entendía porque me estaba cuestionando.


-Si, no, a veces, cuando tengo tiempo libre-


-¿Tú y él…?- sabía que estaba insinuando.


-No- me sobresalté- solo somos amigos- mi cara estaba roja, Jay había dejado de sonreír y en su lugar tenía cara de fastidio.


Me sentía incómodo, esperaba un milagro que me sacara de esta situación y ese milagro llegó en forma de llamada.


-Voy a contestar afuera- le anuncie a todos, mientras me paraba de la mesa para salir a tomar la llamada en el estacionamiento.


-¿Bueno?- estaba aliviado de poder salir de ahí


-Ren, ¿Vas a venir a mi casa?- escuche la voz de Keita del otro lado del teléfono mientras me sentaba en la acera del restaurante.


-…- me quedé en silencio, había quedado en verlo para ayudarlo a instalar  y probar su nueva consola de realidad virtual, pero lo olvidé por completo.


-Se te olvido ¿Verdad?- me reclamó como niño chiquito.


-No me vas a creer, pero mi mamá me obligó a venir a comer con unos amigos- no sabía cómo explicar la situación.


-Pues no te creo-


-Es verdad-


-Es la tercera vez en esta semana que me cancelas, deje pasar las otras dos porque me habías dicho que “Estabas estudiando”-


-Era verdad- lo era.


-Pero esta vez- hizo una pausa -si no quieres venir solo dilo- ya estaba acostumbrado a los berrinches de Kei, así era con todos, necesitaba atención 24/7 y yo era él único de nuestros amigos que nunca salía de vacaciones por eso era al que más molestaba, pero alguien que nos escuchara sin contexto pensaría que estamos saliendo.


-No es eso- puse los ojos en blanco.


-¿Entonces?-


-Sabes que preferiría estar contigo juga…- antes de que pudiera terminar mi frase sentí como alguien me había quitado el teléfono y había colgado mi conversación. 


Mire hacia arriba y me encontré a Jay con una mirada que nunca había visto, estaba molesto ¿conmigo?


-Me mando tu mamá a buscarte, ya están pagando la cuenta, ya luego tendrás tiempo para hablar con “tu amigo”- el énfasis en esa palabra me hizo estremecerme, podía notar unos tonos de celos, pero de nuevo podría ser solo mi imaginación. Solo pensar en qué Jay estaba celoso de Keita me hizo sentir especial.


-Okay Hyung- Regresamos a nuestras casas, el camino de regreso fue aún más incómodo que la comida, por un lado Jay estaba de mal humor contestando sus mensajes en el celular y por otro yo estaba confundido de sus acciones, trataba de pensar claro. Seguramente se había enojado por otra cosa, tal vez estaba molesto con quien sea que se estuviera mensajeando, tal vez estaba peleando con su novio… mi conclusión tenía más sentido que los celos imaginarios de Jay.


Por la tarde me fui a disculpar con Keita y le explique todo lo que había pasado, desde mi tutor hasta mi momento de vergüenza, mi corazón roto y la incómoda comida con nuestros padres


-Ahora todo tiene sentido- lo mire sin entender a qué se refería -tus calificaciones- me dijo como si fuera lo más obvio del mundo.


-después de todo lo que te conté, ¿En eso estás pensando?-


-Si, de todo lo que me dijiste es lo más increíble, pero ahora tiene sentido- puse los ojos en blanco.


-Gracias por ser un excelente amigo- le dije en tono sarcástico.


-Es broma- me dijo jugando -pero realmente estaba sorprendido con tus calificaciones-


-Ahí vas de nuevo-


-Okey, no es cierto, sígueme contando de tu ¿tutor? ¿vecino? ¿crush?- se río y trato de concentrarme en lo que decía.


-Pues qué más quieres que te diga…- no pensaba en repetirle todo mi sufrimiento por segunda vez.


-No sé ¿por que piensas que aquel chico es su novio?-


-Porque lo vi-


-¿lo viste besándose?-


-No, pero casi- le dije con un tono seco


-¿Te dijo él que era su novio?-


-No, no deje que me explicara- ahora que lo decía en voz alta podía notar lo estúpido que sona, yo solito me había hecho la idea por no querer escucharlo de su propia voz


-¿Por qué?-


-Pues porque era obvio-


-Creo que siempre te precipitas a pensar en lo peor-


-te digo que esta vez lo vi-


-casi… lo viste- me corrigió


-bueno pues ese “casi” fue suficiente o ¿que otra explicación “lógica” podrías encontrarle a que estuvieran abrazados? 


-No lo sé, pero hubieras dejado que te explicara, tal vez ese chico quería con tu crush, tal vez era su ex novio, tal vez….- se quedó pensando un minuto -creo que tienes razón-


-Lo ves- le dije molesto, era obvio lo que eran, y si no eran seguramente lo serían en un futuro no muy lejano


-Bueno de todos modos, que él tenga novio no significa que no le gustes- no había pensado en esa posibilidad, pero yo no era la clase de persona que iba a quitarle el novio a alguien más.


Seguimos hablando por un largo rato sobre mi amor no correspondido, hasta que la plática fue cambiando hasta llegar a un tema al que siempre llegamos: videojuegos.


Llegamos a la conclusión de que necesitábamos ir a rentar más juegos para poder disfrutar las vacaciones, bueno al menos Keita llegó a esa conclusión y la verdad era que aquella visita a nuestra tienda favorita tenía doble intención, una como ya había mencionado eran los juegos nuevos que cada domingo llegaban a la tienda y dos era el encargado de la tienda. 


Sean era un jóven encantador, alegre, no era la clase de chico por él que todos se morían, pero tenía una belleza que muy pocos apreciaban, era como un diamante en bruto. Solamente con su personalidad podía encantar a cualquiera, y aunque vestía de manera desalineada con camisetas que le quedaban enormes siempre se veía bien. Me caía bien, pero no era mi tipo, sobre todo porque desde hacía dos años mi mejor amigo tenía un amor no correspondido hacia él.


Para Keita, Sean era como un ángel caído del cielo, trataba de disimular su gusto hacia él para no asustarlo pero era más que evidente para todo el que conociera a Keita que estaba embobado con Sean.


Sin falta, todos los domingos íbamos a aquella tienda, aunque no fuera la más cercana a nuestras casas, ni la más actualizada en cuestión a videojuegos, para Keita era el lugar perfecto.


Entramos a la tienda y lo vi parado en el mostrador, siempre pensé que haría una bonita pareja con mi mejor amigo, nos sonrió como siempre y nos llamó con confianza


-¿Qué creen?- nos miró de manera juguetona esperando ver una reacción en nuestras caras -El nuevo juego de ‘Ghost vs Zombies V’ nos llegó ayer, se supone que no nos iba a llegar hasta la próxima semana pero el envío se adelantó, creo que los de la paquetería se confundieron de tienda- se encogió de hombros -pero nadie se ha quejado así que aceptamos la entrega, creo que somos la primera tienda de la ciudad que lo tiene- sabía perfectamente que a Keita no le había prestado atención, solamente se había quedado embobado viéndolo con la boca abierta.


- Hyung, ¿puedes apartarnos uno?-


-Claro, el boss me pidió que lo anunciara hasta mañana para poder hacer un evento pero como son mis clientes favoritos…- 


-Gracias Hyung- le sonreí en forma de agradecimiento, Keita no había dicho ni una palabra, pero sabía que aquella frase se había quedado grabada en su memoria. Sean le sonrió como esperando a que le dirigiera alguna palabra.


-Mucias Grachas- ¿Mucias Grachas? mi amigo estaba tratando de funcionar como un humano normal, pero no podía si quiera formar palabras coherentes, sentí pena ajena por él y me pregunté si yo me veía así de estúpido cuando estaba enfrente de Jay


Sean lo miró de forma extraña y se rió como si le pareciera tierno. Tomé a Keita del brazo para alejarlo del mostrador y evitar que siguiera avergonzandose a sí mismo, lo lleve hasta la sección de comics.


-No puedo creer que me avergonzaras de esa manera- me burlé de él.


-Callate, suficiente tengo con mi propio sufrimiento como para que te burles-


Me estaba riendo sin tratar de hacer mucho escándalo cuando vi la figura de Jay acercarse al mostrador, no me había dado cuenta que estaba dentro de la tienda ¿se había dado cuenta él de mi presencia? ¿Qué hacía ahí? Estaba totalmente fuera de su papel de chico cool, nunca lo había visto leer cómics o jugar videojuegos. No sabía si acercarme a saludarlo o fingir que no lo había visto. En lo que decidí perdí mi oportunidad, se acercó al mostrador y se puso a pláticar con Sean, su plática no duró mucho y terminó cuando ambos se rieron de quién sabe qué. Jay se despidió y se fue de la tienda con una bolsa en la mano, de la cuál no pude ver el contenido. 


Pasaron los días, pero aquel momento se había quedado grabado en mi mente, al parecer no estaba coqueteando conmigo simplemente era su forma de hablar con la gente, de forma encantadora, hasta hacerlos sonreír y sentir que son lo más especial del mundo. Tal vez eran mis celos hablando, pero no entendía porque Sean y Jay habían estado platicando como si se conocieran, se habían reído como si compartieran un secreto.


El sonido del timbre me regresó a la realidad de forma abrupta, sabía que era Jay quien se encontraba del otro lado de la puerta porque era el único que usaba el timbre. Estaba solo en mi casa así que tenía dos opciones: fingir que no estaba o tratar de “enfrentarlo”.


Decidí abrir la puerta y lo encontré tan lindo como siempre, con unos libros bajo el brazo y un algo que parecía como un regalo mal envuelto, el cabello alborotado y una chamarra de cuero que adoraba, tenía toda la pinta de un chico malo que necesitaba tutoría, cuando la realidad no podía ser más diferente, él era mi tutor.


-¿Hola?- lo miré confundido ante su presencia


-Tu mamá me pidió que continuáramos con las clases- me contestó como leyendo mi mente


-¿Pero son vacaciones?- ¿acaso los chicos populares como tú no tienen sus vacaciones ocupadas con eventos sociales? Quería preguntar pero no pude


-Lo sé, pero aun te falta mucho por aprender y es buen momento para aprovechar- me sonrió


-Pero…-


-Ya deja de buscar excusas y vamos a empezar a estudiar- me interrumpió al tiempo que pasaba a mi casa como si le hubiera dado permiso. Me sonrió y lo miré incrédulo. 


-No entiendo cómo puedes estar tan feliz, en lugar de estar disfrutando tus vacaciones-


-Nada más- se rio en bajito, no entendía qué era lo chistoso


Nos sentamos en el comedor de mi casa y comenzamos con una nueva sesión de estudios, podía ver que estaba preparado con problemas y notas de temas que aún no había visto en la escuela, trate de concentrarme en sus explicaciones. Todo era trabajo escolar hasta que terminamos la primera unidad.


 -Te vi en la tienda de videojuegos hace unos días- me dijo sin mirarme, como si de casualidad lo hubiera recordado


-si, yo también-


-Estabas con tu amigo …- no podía creer que se había olvidado del nombre de Keita o es que realmente no le importaba


-Keita-


-si ese- me miró y se rio, se hizo un silencio 


-Creo que a tu amigo le gusta el encargado de la tienda-


-¿cómo sabes? Que diga ¿por qué lo dices?- lo miré incrédulo, me puse nervioso como si estuviéramos hablando de mi.


-Porque Sean me dijo- ¿Sean lo sabía? Estaba “preocupado” por mi amigo, pero también estaba intrigado por el hecho de que Jay supiera el nombre de Sean ¿Acaso eran amigos?, tal vez eso explicaba porque se hablaban de forma familiar.


-y… ¿Que más te dijo?-


-¿porque quieres saber?- me miró intrigado y un poco irritado por mi insistencia en el tema.


-nada más- movió su cabeza hacia atrás como sintiéndose poderoso, por la información que sabía 


-Dime- trate de rogarle


-mmm ¿y qué voy a obtener a cambio?- su tono sonaba juguetón y hasta coqueto diría yo


-lo que quieras- me miró directamente a los ojos como sorprendido por mi respuesta


-seguro- me estaba arrepintiendo, pero su tono seductor me estaba envolviendo, en este momento no me importaba lo que Sean pensara de Kei, solo quería seguirle el juego a Jay.


-si- 


Solamente sé rió y me dijo -no deberías ser tan curioso- toco mi nariz con la punta de su dedo índice de manera juguetona, instintivamente me tapé la nariz con ambas manos, lo que le causó aún más risa, parecía fascinado con mis reacciones.


-Bueno dejemos de distraernos y sigamos estudiando-


-okey- le dije derrotado sin haberle podido sacarle la información


Continuamos con la segunda lección y me dejo resolviendo problemas matemáticos, tomo un libro de su mochila y se concentró en leer, siempre lo hacia mientras yo repasaba lo que me había enseñado él se ponía a leer, me encantaba observar mientras lo hacía pero hoy era aún más fascinante, su postura, sus lentes que usaba para leer, sus ojos que concentrados o al menos eso parecía.


-concéntrate en resolver los problemas- me dijo sin quitar la vista del libro, me sonrojé al notar que se había dado cuenta de que lo estaba mirando


Regrese la mirada a la hoja de problemas y así pase un buen rato hasta que noté que cerró su libro y me miró. Me puso nervioso el pensar que me estaba viendo, solo quería que dejara de hacerlo pero no lo dejaba de hacer, trate de subir el libro en el que estaba escribiendo para cubrir la mitad de mi cara y oí su risa casi como un murmullo


-¡Qué lindo!- sé dijo así mismo, como si no quisiera que yo lo escuchara


-¿Qué?- quería saber a qué se refería


-Nada- volvió a tomar el libro y continuó leyendo.


Una vez que terminó, se paró atrás de mí como para revisar las respuestas que había escrito, puso las manos sobre mis hombros, y aunque eso no era algo fuera de lo común, me estremeció. Una de sus manos comenzó a acariciar mi cuello, me estaba poniendo nervioso y estaba seguro que él podía notarlo, acercó su cabeza a mi hombro y me rodeo como  si me estuviera abrazando, una de sus manos se posiciono sobre la mano con la que sostenía el lápiz y comenzó a explicarme los errores que había cometido.


Podía sentir su respiración en mi cuello mientras mi piel se erizaba, no podía concentrarme y estaba seguro que él podía escuchar mi corazón latir irregularmente y lo estaba disfrutando.


Cerré los ojos dejándome llevar por el momento hasta que sentí sus labios besando mi cuello.


-¿Hyung?- quería preguntarle qué estaba haciendo,  quería saber muchas cosas pero me puso un dedo sobre los labios para intentar callarme.


-Shhh- jalo mi silla para voltearla hasta quedar de frente el uno del otro, estaba en shock, no sabía qué demonios le pasaba Jay, pero no quería detenerme a preguntarle -Qué lindo eres- 


-¿perdón?- está sorprendido con sus palabras pero él solo podía sonreír al ver mi cara de confusión  


Acercó su cara a la mía, y comenzó a darme besos sobre la cara, mis ojos, mi nariz, mi frente, mis mejillas, hasta llegar a mi boca. Era la primera vez que lo besaba, era la primera vez que besaba a alguien y me sentí culpable, al recordar que él tenía novio. Pero la verdad era que no podia parar.

Notas finales:

Solo sera un historia corta, así que el Fanfic terminará en el siguiente capitulo, el cuál espero tener listo antes de que termine esta semana.

 

Gracias por leer. Apreciaría sus comentarios.


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