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Inesperado por Momoka Yuuki 92

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Notas del capitulo:

¡Oh sí!


Me he decidido en dividirlo, no es mucha la diferencia, pero creo que esta quedando más amplio de lo pensado además, como en sí más que capítulos son partes de una misma secuencia de la historia creo que no hay tanto problema >w<u


Pero bien, espero que les guste esta tercera parte, la verdad me divertí mucho escribiendolo, aunque puede parecer un poco de relleno en la historia XD


Bueno, sin más que decir, me dispongo a poner las advertencias de siempre: 


°Posibles faltas de ortografía y redacción.


°Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo la historia es de mi autoría.


° Y les quiero!

De aquel primer beso entre ambos no se había vuelto a repetir dicho contacto, algo que a Naruto de cierta forma le alivio, le extrañó pero que también dejo ahí arrinconado en lo más profundo de su memoria.

Pero también sabía que la relación de “amigos” que mantenía con Itachi Uchiha había cambiado de cierta forma el concepto de amistad que él tenía en mente.

Sus encuentros y salidas eran tan comunes que ya todos en la empresa de su padre hablaban de una posible relación entre los herederos de las compañías más influyentes y poderosas alrededor del mundo, eso de que además aquella pequeña revista de poca fama había ido creciendo al ser los principales “acosadores” de la pareja y que tanto los Namikaze como los Uchiha no hayan tomado acciones contra ella, logró que, en tan poco tiempo, en un lapso de tres meses, se volviera de las más populares en el país.

Ahora también gracias a ello, los paparazis de diferentes medios de comunicación estaban en la espera de una buena toma para vender sus artículos, ocasionando con ello que los encuentros con el varón Uchiha fueran más cortos y que fueran en lugares exclusivos, mismos que descubrió, Itachi tampoco era muy fan de ellos.

— Entonces cariño, ¿Itachi y tú ya son novios? — dijo contenta la pelirroja mientras estaban ambos tomando el desayuno en el comedor.

— No mamá, él y yo somos solo amigos — declaró firme, sabiendo que aquello era algo de lo que ya no estaba tan seguro.

Aunque lo del beso ya no se hubo vuelto a repetir, la cercanía entre ambos se había hecho más notoria, cada que salían sus manos se entrelazaban o si no era de esa forma, eran sus brazos los que estaban juntos, las muestras de cariño eran evidentes cuando estaban conversando o simplemente disfrutando su compañía, siendo estas en su mayoría; el jugueteo con sus manos, el despeinarse los cabellos, acurrucarse en los brazos del otro y escuchar y observar cada una de las acciones y palabras del contrario.

Con cada encuentro el doncel se sentía tan a gusto y cómodo con la compañía de Itachi, hasta el punto de extrañarlo cuando por sus agendas de trabajo tenían que aplazar sus encuentros hasta una semana después.

— Pues eso no te lo cree ni tu padre — hizo un mohín la mujer de cabellos rojos, dando un rápido sorbo a su café y volteando a mirar a su esposo que estaba leyendo el diario — ¿verdad Minato?

— Me alegra que la relación entre ustedes este mejorando — fue todo lo que atinó a decir el varón de cabellos rubios, dedicándole una pequeña sonrisa a Kushina y a Naruto antes de volver a enfrascarse en su lectura.

Cruzándose de brazos inconforme, la señora de Namikaze miró a su hijo sin darse por vencida en saber más sobre la evolución de la relación entre el mayor de los hijos de su mejor amiga y el suyo.

— Pues la foto de esta revista muestra que son más que solo amigos — dijo traviesa la mujer, sacando aquella revista de quien sabe dónde y enseñándosela a su hijo, mismo que se dio una palmada en la frente, frustrado por ese acoso y falta de intimidad hacia su persona.

— Deja de seguir esa revista como si fueras realmente una fan de ella — con tono exasperado y pasándose la palma de la mano sobre la cara, Naruto se lo pidió a su mamá casi como una súplica — además no he entendido una cosa, pensé que en cuanto aquella editorial supiera mi identidad iban a obligarle a dejar de seguirme, entonces, ¿por qué parece ser que son exclusivos para seguirnos a mi e Itachi cada vez que salimos?

Una risilla divertida y cómplice fue lo que dejó entrever la mujer de cabellos rojos, viendo a su marido que también soltaba una pequeña risa y bajaba el periódico para ver a su hijo con su habitual calma.

— No es que parezcan cariño, es que ellos son exclusivos para ser sus paparazis personales — compuso una sonrisa un tanto artificial, que le dijo al menor de los rubios que no era bueno empezar a cuestionar el porqué de esa decisión por parte de su padre.

— Además, aunque no lo creas si soy una fan de sus artículos, porque la verdad, se han apegado a lo que tratamos en un inicio — comentó la señora Uzumaki como si nada, mientras se llevaba una fresa a la boca — porque si por ellos fuera, estarían detrás de ustedes cada segundo del día.

Una expresión de sorpresa y de traición por parte de Naruto fue más que evidente, sobre todo al ver como sus padres tomaban su desayuno más que tranquilos, mientras que él tenía que preocuparse de como pasar desapercibido ante el personal de aquella editorial.

— Pero ¿por qué hicieron eso? — preguntó con su timbre de voz lleno de dudas, dejando el desayuno de lado y mirándolos fijamente a ambos.

— Porque queremos lo mejor para ustedes cariño — dijo dulce la mujer — además esta es solo una pequeña prueba que tu padre y yo les estamos poniendo, no sé qué planes tendrán los Uchiha más adelante.

— Conociendo a Fugaku, esta será dirigida especialmente a Itachi — comentó más para sí Minato, sonriendo ante lo que sea que estuviera planeando su amigo, porque a pesar de estar de acuerdo en el compromiso entre ambos, no puede dejar aquellos celos de padre consentidor, en el cual un varón le quite a su bebé sin al menos sufrir un poco.

Malos, son verdaderamente malos y crueles” fue lo que pensó Naruto al ver como sus progenitores sonreían y volvían a concentrar su atención en sus alimentos, ignorándolo y solo dirigiéndose a él para preguntarle cosas que por el momento no pensaba decir hasta que pasaran las “dichosas pruebas” y asimilara esa nueva información.

*o*o*o*o*

Itachi no estaba en mejores condiciones que Naruto con respecto al acoso que sentía gracia a aquellos paparazis que los seguían como sombra cada vez que ambos se quedaban de ver en algún sitio.

Sabía que aquello iba a ser más que obvio una vez que dieran con la identidad del doncel, además de que él esperaba una horda de aquellos medios, no solo los editores y demás equipo de una casa editorial que apenas estaba en crecimiento, poniéndose a investigar al respecto y dando con los principales causantes del acoso constante, sus futuros suegros.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su faz, ya habiendo aceptado después de casi medio año al estar conviviendo con el menor que se había enamorado de él y que estaba más que convencido para tomar su papel en aquel compromiso y del cómo sería parte de aquella cálida familia que eran los Namikaze.

Lo que si no lograba entender es porque los Namikaze, siendo los principales oponentes de la prensa rosa, fueran ellos los que pusieran a prueba la paciencia y coraje de su único hijo ante ello, además de la propia.

Y es que, aunque los medios jamás llegaron a amedrentarlo a pesar de las falacias que publicaron en su tiempo, ser perseguidos y acosados por ellos no dejaba de ser algo molesto y cansado.

— Si no prosigues con tu desayuno se va a enfriar cariño —con voz dulce Mikoto comentó, observando más que contenta cada expresión que formaban las facciones del mayor de sus hijos — deja de pensar y preocuparte por cosas innecesarias.

Con un pequeño parpadeo Itachi miró a todos los miembros de su familia que le veían atentos y curiosos ante cualquier cosa que estuviera pensando, componiendo una pequeña sonrisa y soltando un corto suspiro.

— Pensé que no era tan evidente — le contestó, empezando a reanudar el consumo de sus alimentos y oyendo una risita de parte de su hermano menor — pero a lo mejor ustedes me podrían resolver una pregunta que ha estado rondando en mi cabeza hace ya bastante tiempo — dejó los cubiertos a un lado, notando la total atención de sus progenitores ante la evidente curiosidad por saber qué era lo que le tenía más ensimismado de lo normal.

— Si está en nuestras manos, claro que lo haremos — dijo su madre más que decidida, porque desde que su hijo mayor había regresado a vivir con ellos estaba más que dichosa por ello y haría lo que estuviera a su alcance para que se quedara todo el tiempo posible antes de que contrajera matrimonio con el hijo de su mejor amiga.

— ¿Por qué los Namikaze muestran tanta aversión hacia la prensa rosa? — preguntó directo, viendo la sonrisa orgullosa de su padre y la emoción en la mirada de su progenitora, mientras que Sasuke se mostraba curioso por lo que fueran a decir sus padres.

— Eso es fácil — desestimó el patriarca de la familia, componiendo una sonrisa llena de recuerdos — como ustedes saben soy mayor a su madre por cinco años, además de que somos primos — desestimo de los más normal, ya que en su tiempo ellos mismos se vieron envueltos en un escándalo por ello — pero Mikoto es de la misma edad que Minato…

— Y en ese entonces Minato y yo estábamos comprometidos — interrumpió la mujer — él era tan lindo conmigo, siempre un caballero, pero a pesar de que sabíamos de nuestro compromiso desde niños nunca lo vimos de esa manera, al contrario, pensábamos que era una broma por parte de nuestros padres — rio jovial, recordando todo lo ocurrido en aquellas épocas.

— El punto es que conocimos a Kushina cuando pasamos a segundo grado de secundaria y ella siendo apenas de nuevo ingreso, por lo que cuando paso a dar su discurso de bienvenida vi como Minato quedó prendado de ella en ese mismo instante — continuo la dama Uchiha — claro que como la buena y mejor amiga de Minato dije que le ayudaría a conquistar el corazón de aquella pelirroja.

Pero pasaron muchos años para que mi amiga Kushina por fin se fijará en mi amigo, eso ocurrió cuando ella entró a la universidad y por fin le dio el sí —

— Ella era mi prometida — dijo Fugaku como si nada, disfrutando de los gestos de sorpresa en los rostros de sus hijos — a pesar de ser mayor que ella, sus padres, los señores Uzumaki, buscaban una alianza con los Uchiha y aunque yo no pertenecía a la rama principal como lo era su madre, estuvieron de acuerdo, además de que ya me había mentalizado en aquellas épocas que iba a ser imposible estar con la mujer de la que me había enamorado.

Las mejillas de Mikoto se tiñeron de un suave rosa ante la declaración de su marido, sintiendo como su corazón palpitaba cada que su esposo declaraba en palabras su amor hacia ella.

— Pero lo que más me sorprendió fue el cómo Minato se opuso al compromiso de una manera de lo más cómica y nada ingeniosa — dijo la mujer, aclarándose la garganta y viendo a sus hijos de manera alegre — aquel día fue con mis padres, y de una forma muy seria y educada dijo: “yo quiero mucho a Mikoto, pero solo la puedo ver como una amiga y hermana, así que sin más rompo el compromiso entre ambos, ya que estoy enamorado de una mujer de cabellos rojos y mirada de fuego”, terminando aquella frase, hizo una reverencia y sin más se fue, dejando a mis padres estupefactos y sin opción a replicar nada. Media hora después fue que reaccionaron y todo fue tan caótico — soltó una risilla divertida — pero Minato sabía que no iba a ser todo tan fácil y mucho menos al no pedir el consentimiento de su propia familia, pero nada de eso le importó, en uno de los eventos del campus le propuso matrimonio a pesar de solo llevar medio año con Kushina, misma que emocionada acepto, ambos sin importarles los tratos económicos y sociales que tenían las familias sobre las otras.

— Así que ahí fue cuando empezó su infierno con los medios — esta vez fue Fugaku quien continuo — tacharon a Minato como un seductor cuando estaba comprometido con Mikoto, además de un busca fortunas y demás adjetivos descalificativos a su persona y por si no estuvieran conformes también empezaron a meterse con la heredera del imperio Uzumaki y con todo lo que les envuelve, algo que hasta hoy en día es de extrema confidencialidad y lleno de rumores — levantó los hombros, restándole importancia, continuando con su relato — pero aun así y a pesar de la diferencia de edad, su madre y yo habíamos mantenido una cercana relación, por lo que ambos divertidos y a la vez preocupados por los problemas que se habían metido nuestros prometidos, nos dimos cuenta que ambos sentíamos lo mismo el uno por el otro, empezando a tener una relación secreta, misma que duró lo suficiente al igual que los problemas en los que se metieron nuestros amigos al demostrar su amor.

— Pero como ustedes bien saben hijos, las cosas no duran para siempre y menos los secretos y ni las malas intenciones de los medios y de nuestras familias — declaró seria Mikoto — nuestra relación secreta duró casi los cinco años al igual que el acoso a nuestros amigos, pero era claro que en ese tiempo la relación entre tu padre y yo ya era lo suficientemente sólida como para que en lo que menos esperara saliera embarazada — soltó una risilla avergonzada al ver las expresiones de sus retoños — entonces no me quedó de otra que decirle a sus abuelos y pues tuvieron la misma reacción de cuando Minato fue a terminar el compromiso por su propia cuenta — rio a carcajadas, ya que recordó que sus expresiones estupefactas permanecieron casi una hora en sus rostros antes de reaccionar.

— Ya cuando sus abuelos se calmaron y se enteraron de que Fugaku era la persona con la que estaba saliendo fue que todo término. Recuerden que en nuestra familia es hasta en cierta manera permitida la relación sentimental entre los mismos miembros de la misma, todo por cuestiones de pureza y de más creencias, mismas que fueron desmentidas por la ciencia y sobre todo por las leyes, por lo que se vieron obligados a dejarlo hace un par de generaciones, pero sin oponerse demasiado hicieron una excepción con nosotros — dijo la matriarca tranquila, sonriendo ante el recuerdo de ello.

— Mi padre nos dio la bendición y fue él quien salió a dar el anuncio ante la prensa y sobre el legado y la pureza intacta del apellido Uchiha, mientras que Madara fue a hablar con los Uzumaki y los Namikaze para que ya dejaran de acosar y torturar a sus propios hijos y les dejaran vivir su vida sin necesidad de romper negocios — concluyó Fugaku satisfecho.

— Y es por eso que ellos tienen un recelo ante los medios, pasar cinco años siendo acosados y sufriendo de los chismes y falacias de los medios no es grato, lo de nosotros solo fue un pequeño escándalo por los valores morales de hoy en día, pero, así como de repente apareció, se esfumó. Ellos aun después de que sus padres salieran a aclarar todo, todavía sufrieron de los paparazis cuando Kushina se embarazó, por lo que decidieron irse a América, mientras que las cabezas de los Uzumaki y Namikaze empezaban a darle un fin a todo aquello que se regó gracias a la prensa y la lección que les querían dar con eso — contestó Mikoto concluyendo la pregunta que Itachi hubo echo en un inicio.

— Ahora entiendo porque Naruto siempre me decía que era una larga historia — comentó Sasuke un poco divertido, analizando la información que sus padres compartieron y componiendo una sonrisa un tanto irónica — pero si ustedes “sufrieron” a causa de los compromisos, ¿por qué terminaron haciendo lo mismo con Itachi?

— ¡No hicimos lo mismo! — formó un puchero la dama de la familia, mirando ofendida al menor de sus hijos — además no estamos obligando a Ita a casarse con Naruto, solo les dimos un poco de tiempo para ver si estaban de acuerdo — soltó un corto suspiro, cruzándose de brazos y fingiendo estar molesta por aquella acusación.

— Además ustedes ya deben saber que por las influencias y poder que tienen nuestras familias los compromisos entre las mismas no son de extrañar — desestimó Fugaku — en un inicio fue un pretexto para que los demás socios y familias no nos abordaran con ello de negociar un compromiso, pero también es por la amistad que tenemos entre nosotros, por ello mismo es que nos hace ilusión que nuestras familias terminen unidas.

— Entiendo padre — comentó serio Itachi, sabiendo más que nada como se tiene que desenvolver uno en aquellas esferas, agradeciendo en parte la decisión de sus padres y los de Naruto, dando la oportunidad a que se conozcan.

— Entonces, ¿Por qué a mí no me arreglaron un compromiso? — preguntó airado y hasta en cierta forma receloso el menor de la familia.

— Eso querido hermanito se resuelve fácilmente — contesto con evidente diversión Itachi — es porque siempre eras tan distante con todos cuando ya estabas en la edad de que empezaran las familias a ofrecer a sus hijos e hijas como mejor opción, y luego empezaste de novio con la heredera de los Uzumaki.

— Y además Nagato siempre dijo que él no era nadie para imponerse entre el verdadero amor de su hija y lo único que quiere es que sea feliz — contesto emocionada la única dama de la familia — y por lo que veo, eres tú esa felicidad.

Un intenso sonrojo fue lo que mostró el rostro del menor de los pelinegros, sacando unas risillas de su madre y su hermano mayor, mientras que Fugaku solo se mostraba divertido y formaba una afable expresión.

Ahora Itachi comprendía más la situación con su futuro prometido, por lo que sabiendo que era arriesgado lo que tenía en mente, tendría que ponerlo en marcha si es que quería profundizar y darle un nombre a aquella relación que ya iba más allá de una amistad.

— Hijo — habló de repente Fugaku, atrayendo la atención de ambos menores hacia él — lo siento Sasuke, pero necesito hablar con Itachi después de concluir su desayuno — concluyó serio, viendo la mueca en el menor de sus hijos y un ligero suspiro en el mayor.

— Claro padre — confirmó con monótono tono, concentrando su atención en el resto de su desayuno, volteando a ver a su hermanito y dirigirle una pequeña sonrisa que le indicaba que no tenía que ver con nada más que trabajo.

*o*o*o*o*

— ¡¿Por qué parece que nos quieren hacer la vida imposible?! — se preguntó con sufrido sentir mientras se dejaba caer sobre su escritorio, sin importarle que estuviera aplastando con su peso.

Naruto estaba echado sobre el teclado y todos los documentos ahí esparcidos, perdido en los pensamientos de que sus padres y los de Itachi eran tan crueles al no permitir que se vieran mínimo en las horas de almuerzo.

— Si tu madre se entera que te permito estar de vago cuando tenemos el papeleo hasta el tope, ni yo voy a ser capaz de salvarte de la furia del habanero sangriento — comentó de los más tranquilo Minato mientras ingresaba a la oficina de su pequeño a dejar más documentos — además necesito que me ayudes con esto.

— ¡No quiero! — dijo en un susurro sin levantar la cabeza del escritorio y viendo de reojo a su progenitor — ustedes son crueles, malos, muy malos — reprochó con un puchero en los labios y al fin irguiéndose correctamente para tomar asiento.

— Han pasado dos semanas desde que te dijimos que lo de la editorial era cosa nuestra, además ambos lo han sabido sobrellevar perfectamente y todo se va a tornar más sencillo en cuanto ustedes tomen una decisión de a dónde quieren llevar su relación — se sentó en la silla paralela a la de Naruto, viendo a su hijo directamente y con una mirada tranquilizadora.

— Ya hasta me había olvidado de esos acosadores — murmuró entre dientes el menor de los rubios, empezando a organizar su área de trabajo para ahora empezar a acomodar los nuevos documentos que le llevo su padre — y eso es porque no he tenido oportunidad de librarme de todo esto.

Por otro lado, Minato estaba más que divertido por las reacciones de su pequeño y único hijo, ya que era muy raro que tuviese esa actitud tan negativa cuando por lo general irradiar positivismo.

— Y, ¿por qué mi pequeño rayito de sol anda tan gruñón? — cuestionó meloso Minato, sabiendo que aquello era capaz de desatar la tormenta de emociones en su pequeño.

— No ando de gruñón — resopló Naruto, alternando su mirada entre los documentos y la mirada curiosa de su padre, mismo que le decía “no te creo”.

— Si quieres puedo disminuir un poco de este papeleo para que puedas ir a ver al joven Uchiha — se ofreció Namikaze ya que, aunque quería hacerse el rudo con la pareja (sobre todo con Itachi) no podía contra lo que le hacía sentir su pequeño al verlo enojado y triste.

La mirada de Naruto se mostró agradecida, pero bajando a cabeza negó con la misma, confundiendo a su progenitor que no pudo evitar formar una expresión preocupada.

— ¿Por qué?

— Porque el señor Fugaku mandó a Itachi a Londres para cerrar al parecer unos negocios y hacer otro tipo de actividades — soltó un suspiro, tratando de componer una sonrisa — pero regresa dentro de dos semanas, dijo que su estadía era de aproximadamente de un mes allá.

— Es increíble como el joven Uchiha se desenvuelve como el vicepresidente de su propia empresa – sonrió orgulloso Namikaze, además de que también estaba más que complacido con la treta de su amigo, sabiendo que Itachi estaría en un estado parecido al de su hijo.

— ¡Sí, Itachi es increíble, ¿verdad?! — exclamó emocionado el doncel rubio, al parecer recuperando todos sus ánimos — por eso debo dar lo mejor de mí con todo este papeleo papá — ahora su voz sonaba determinada — además ahora que vuelva y con los menores pendientes posibles podremos pasar más tiempo juntos.

Una sonrisa nerviosa y poco amigable fue lo que dibujo Minato en su expresión facial, pero todo era por la felicidad de su hijo. Y viendo que tanto él como su esposa habían encontrado al candidato perfecto para que pasara el resto de sus días con su tesoro, tendría que aceptarlo con todo el dolor de su corazón.

*o*o*o*o*

Un mes más fue el que transcurrió después de que le haya dicho a Naruto de su regreso a Japón, claro que él, Uchiha Itachi hubiese querido regresar antes para llevar a cabo su plan de pasar todo un día completo con el doncel sin la intromisión de los paparazis, pero aquellas negociaciones y futuros proyectos de negocios en aquel país llevaron más tiempo de lo esperado.

La comunicación entre ambos fue a través de mensajes de texto y correos, pero eran tan cortos y contados ya que el cambio de horario no les permitía estar en comunicación como ellos hubieran querido.

Afortunadamente ese día regresaba a su país natal y aunque iba a necesitar unos cuantos días más para entregar el informe y negociaciones de su estadía en Londres eso no quitaba que había solicitado después de ello una semana libre de trabajo, misma que pensaba utilizar para formalizar su relación con el heredero de los Namikaze.

Así que manteniendo limitada su comunicación con el joven rubio se dispuso a concentrase en sus deberes y darle una sorpresa al menor justo en el momento en que diera inicio sus días libres.

*o*o*o*o*

Vaya que había sido bastante poner en orden toda aquella documentación que le había dado su padre del cómo se iba desempeñar esa nueva cede en Japón. No le disgustaba su trabajo, aunque el papeleo llegara en ocasiones a ser exasperante, por ello agradecía en esta ocasión todo ello porque no le dio oportunidad de pensar en el vicepresidente de las empresas Uchiha.

Seguían manteniéndose en contacto a pesar de saber que Itachi ya se encontraba de nueva cuenta en el país, pero Naruto era conocedor de que la carga de trabajo era mayor una vez que se concluían los viajes de negocios, por lo que no trató de insistir para que se vieran, esperaría a que el varón estuviera completamente desocupado para ello.

Aunque lo único que le tenía un poco irritado era que Itachi no le había dicho nada al respecto de su regreso, sino que se enteró gracias al hermano de este, mismo que se encontraba en su oficina esperándolo para que salieran a tomar el almuerzo juntos.

— Para ser honesto, jamás creí que fueras capaz de dedicarte a tus actividades sin distraerte, dobe — dijo de lo más tranquilo Sasuke, viendo atentamente su móvil y de repente tecleando sobre la pantalla — ya Karin me había dicho sobre eso.

— No me digas dobe, teme — refutó el rubio, soltando un largo suspiro mientras se deslizaba en su silla hasta quedar semi-acostado en la misma — además todo esto tenía que terminar antes de que tomé una semana para descansar y ayudar a mamá y a Karin con su nueva línea de prendas para primavera.

— Es verdad, ella está emocionada, más que nada porque dice que aceptaste ser su modelo de portada — una pequeña sonrisa llena de burla fue lo que le dedicó el varón pelinegro al doncel.

— Es una tramposa, ella y mi madre conspiraron en mi contra, además pienso que el tío Nagato también es parte de todo esto — inflo sus mejillas en un puchero, enfatizando con ese gesto su desacuerdo — además mis abuelos también estuvieron maravillados con la idea.

— Me gustaría seguir molestándote, pero tengo hambre y además tengo que volver a la empresa, ya que papá quiere que me haga cargo de algunas cosas en la ausencia de mi hermano — dijo con desinterés, levantándose del sofá en el que se encontraba y obligando también a su amigo a que le imitara.

— ¿Itachi sigue ocupado? — aunque no quería, la voz de Naruto sonó ansiosa y con un deje de tristeza que no pasó desapercibido por el azabache, mismo que se recriminó por darle esa información al blondo.

— Itachi se va a molestar conmigo por todo lo que te he dicho, pero al menos prométeme que vas a fingir sorpresa ahora que lo veas — aseveró serio Uchiha, aclarando el porqué de su advertencia al ver la confusión en la cara de su mejor amigo — lo que te dije la semana pasada se supone era una sorpresa que él te quería dar, por ello no te ha dicho nada y lo de las actividades que voy a cubrir es porque parece ser que se quiere tomar esos días libres.

Aquella ligera decepción que estaba empezando a sentir fue remplazada por una súbita alegría, misma que no dudo en contener, abrazando a su mejor amigo, mismo que solo atino a ponerse rígido y esperando a que la euforia del rubio disminuyera para por fin salir a tomar su merecido almuerzo.

— Me alegra el que ambos se lleven de maravilla — dijo Kushina en un susurro a su esposo, ya que ambos iban pasando por la oficina de su hijo, misma que se componía en su mayoría por cristales — si Sasuke no fuera el novio y prometido de mi sobrina, a él lo hubiera escogido para ser el esposo de mi Naru.

Minato solo le dedicó una sonrisa y asintió con la cabeza, no es que tuviera algo en contra del hijo menor de Fugaku, pero era un poco más huraño y reservado que el mayor, además de que por lo que veía poseía el mismo carácter orgulloso de su progenitor, por ello estaba más a gusto con el mayor de los hijos de su mejor amigo.

— Hay que dejar que ellos decidan, además por lo que veo nuestro pequeño ya se está enamorando del joven Itachi — trató de desestimar Minato, viendo como Kushina se emocionaba y asentía por lo dicho.

  *o*o*o*o*

Un agotado suspiro escapo de sus labios, limpiando con una toalla el poco sudor que se había impregnado en su frente después de pasar algunas horas modelando y posando delante de una cámara los modelos que había escogido Karin para su catálogo.

Afortunadamente aquel era el último día de la sesión de fotos, y a pesar de sus pésimos pronósticos para aquella sesión, se había divertido bastante, aunque no por ello se iba a dedicar al mundo del modelaje y lo que conlleva ser uno de los grandes consorcios de la familia de su madre, prefería mil veces estar en el negocio automotriz junto a su padre.

— Deberías dedicarte a esto primo, las cámaras te adoran — dijo risueña la pelirroja, acercándose al rubio que le miraba tranquilo, ya que esa frase, Karin se la había pasado repitiéndosela toda la semana que estuvo trabajando para ella — deberías al menos sentirte emocionado o halagado — formó un puchero, sacándole una risita al doncel.

— Sabes que no me gusta ser el centro de atención de esa manera, ya suficiente tengo con el acoso por mi futura relación — dijo de lo más tranquilo, yendo a los vestidores a tomar un cambio de ropa cómodo y que se pegara más a su estilo.

— ¡Es verdad! Todos estamos expectantes en si en verdad estas saliendo con Uchiha Itachi — exclamó emocionada Karin, sacando de entre sus carpetas la revista que seguía de cerca a la pareja — este último mes no han publicado nada acerca de ustedes.

— No puedo creer que tú también sigas a esa revista — dijo melodramático Naruto, extendiendo sus brazos para dejarlos caer pesadamente — mamá y tú parecen ponerse de acuerdo para recordarme aquello.

— Bueno, mi tía y yo no seguiríamos esta revista si tú ya nos hubieras dicho con lujo de detalle cómo va evolucionado tú relación con Itachi, ¿ya son novios acaso? — preguntó curiosa, invadiendo el espacio personal del rubio y pasando un brazo detrás de sus hombros.

— No, aun no somos novios y solamente tenemos una magnifica amistad, así que mamá y tú van a seguir esperando — y soltándose del agarre de Karin, Naruto ingresó a los vestidores.

No quería contestarle de esa manera a su prima, pero el hecho de sentirse ignorado por la persona que estaba aprendiendo a querer más que un amigo y que le recordaran a esa misma mientras trata de darle su espacio y tiempo, solo lograban que su lado más irritable saliera a flote, además de que ese día no había recibido ni un mensaje de Uchiha como todos los días.

Estaba consciente de que ser el vicepresidente de una compañía requería de mucho trabajo, pero esperaba que al menos en los días libres de ambos pudieran recuperar el tiempo que se habían distanciado y volver de nuevo a la rutina, a pesar de tener a sus paparazis personales de cerca.

Aún era temprano, por lo que pasaría a la compañía de su padre a dar un último vistazo antes de ausentarse por esos días, así que sin prisas tomó el auto que su madre le había comprado el año pasado, no acostumbraba tanto a andar en un vehículo particular, pero esos días de estar entre la agencia de modelos y la compañía de su padre no le quedó más opción que hacer uso del mismo.

Estando en el estacionamiento y asegurándose de dejar bien cerrado su adorado vehículo, Naruto volteo a todos lados al sentir que estaba siendo observado entre las hileras de autos que ahí se encontraban aparcados, burlándose de sí mismo al no presenciar nada fuera de lo normal, caminando rumbo a los ascensores que le llevaría a su oficina.

Pero no caminó ni medio metro cuando sintió como lo tomaban por detrás y una blanca mano le tapaba la boca para que evitará hacer ruido alguno, Namikaze estaba a punto de hacer uso de sus clases de defensa personal cuando escuchó una risita familiar y un “shh” seguido de ello.

Así que relajando todos sus músculos y soltando un suspiro cuando esa mano dejo de cubrir su boca, se dio media vuelta para encarar a la persona que le había hecho sentir un miedo jamás experimentado al pensar que sería secuestrado.

— ¡¿Acaso me quieres matar de un susto, dattebayo!? — exclamó molesto el menor, juntando sus cejas y cruzando ambos brazos sobre su pecho, formando un puchero con sus labios cuando el mayor le indicó que guardara silencio con un dedo sobre sus labios.

— No quería asustarte y mucho menos encontrarnos después de un tiempo de esta manera, pero solamente esta fue la más factible para no ser perseguidos por los paparazis — dijo de lo más tranquilo Itachi, mientras componía una pequeña sonrisa y envolvía al rubio con sus brazos, dejando que la cabeza del doncel se recargara en su pecho — en verdad te extrañe tanto — susurró, depositando un beso en aquella abundante cabellera rubia.

Aquella última oración logró que toda la irritación que se había acumulado por su falta de atención hacia él se viera reducida en nada, por lo que, sin proferir palabra alguna, Naruto correspondió el abrazo, apretándose fuertemente contra el varón, aspirando su esencia y permitiéndose envolver por aquel calor que nunca imagino tanto le haría falta.

Estuvieron así un par de minutos, disfrutando de la presencia y el calor de ambos, transmitiéndose con ese abrazo lo mucho que se hicieron falta. Naruto fue el primero en removerse un poco, separándose ligeramente del varón, mismo que sin soltar el agarre de la cintura del menor se quedó contemplándolo, deleitándose con cada facción que componía el rostro de Naruto, acortando la casi nula distancia hasta que sus labios estaban a milímetros de rozarse con los contrarios, todo sin dejar ambos de mirarse a los ojos, perdiéndose en la mirada del otro y leyendo en ellos lo que nunca esperaron encontrar en el contrario, amor.

El corazón del joven Namikaze palpitaba fuertemente, ansiando que Itachi eliminara aquella molesta distancia entre sus bocas, así que sin más termino por juntar sus labios en un suave roce, llevando sus manos y brazos sobre los hombros del varón para profundizar más el contacto, aumentando el roce de sus labios antes de sentir como la lengua de Itachi lamía sus belfos, pidiendo permiso para entrar, mismo que acepto mientras soltaba un suspiro y dejaba que aquel sentimiento que ya había reconocido como amor tomará el control de ese momento.

El contacto entre sus bocas era lento, pausado, reconociéndose y sintiendo con ello lo que jamás pensaron sentir la primera vez que se vieron, besándose profundamente, deteniéndose solo unos instantes para tomar aire y volver a juntar sus labios, en un acto en el que no existía la lujuria o el deseo, solo demostrarse el amor que habían aceptado y se había reforzado por la distancia marcada.

— Yo también te extrañe — susurró Naruto una vez que terminaron el beso, recargando su cabeza de nuevo en el pecho del varón y sonriendo al escuchar el sonido de su corazón.

Itachi lo apretó hacia sí mismo, envolviéndolo entre sus brazos y feliz por lo que dijo el menor, aunque el abrazo no duró lo suficiente, se separó de él para después tomarlo de la mano y empezar a caminar por el estacionamiento.

— Tengo preparada una sorpresa para ti — comenzó diciendo Uchiha para romper el cómodo silencio, además de que ansiaba escuchar la voz de Naruto — solo que para evitar que los paparazis nos sigan le tuve que pedir prestado el auto a mi madre.

Itachi escuchó una risita por parte del rubio, sintiéndose como nunca le había pasado, nervioso y expectante ante lo que fuera a pasar con su cita, siendo que jamás ni con la que fue su primera novia se sintió de esa manera, además de que jamás tuvo que pedirle algo a sus progenitores para “impresionar”.

— Solo pensé que esta sería una manera eficiente para que los medios no nos siguieran, ya que ellos saben sobre nuestros medios de transporte, además de que mamá no usa casi su auto, por lo que… — se sintió con la necesidad de justificarse, callando al sentir un apretón en la mano que estaba entrelazada con la del menor y escuchar una divertida risa.

— No necesitas decir más, en verdad entiendo — Naruto volteó a verlo con una sonrisa — además creo saber cómo te sientes en este momento — sus mejillas adquirieron un suave color rosa, por lo que volvió su mirada al frente visualizando el auto de la señora Uchiha.

En cuanto el auto se puso en marcha, un silencio acogedor envolvió el ambiente entre ellos, no sabiendo que decir a pesar de las tantas cosas que pasaban en la mente de ambos.

Itachi por un lado se recriminaba su nuevo actuar, sintiéndose nervioso por cuál iba a ser la reacción del rubio al llevarlo a un lugar que es fuera de la ciudad, sin el permiso de los padres del más joven y que además era por el que sentía por primera vez un sentimiento que jamás pensó se podía sentir y vivir de esa manera.

Por otro lado, Naruto se sentía de igual forma nervioso, dudoso de lo que estaba pasando y a la vez rebelde, porque no quería notificar a sus progenitores de su salida, ya que al ver como el auto se alejaba cada vez más de la ciudad era que miles de mariposas y torbellinos en su estómago se juntaban, causándoles algo parecido a la incertidumbre y a la emoción, además de que tampoco podía definir qué era lo que estaba sintiendo realmente al ser la primera vez que se enamoraba de alguien y que salía en una cita demostrando tener algo serio.

— No es que piense que vas a secuestrarme a pesar de cómo nos encontramos hace un rato — cortó el silencio el joven rubio, soltando una risita al rememorar aquello — pero ¿a dónde vamos?

— El estacionamiento de las empresas Namikaze no es un lugar en demasía factible para que se planee un secuestro — comenzó diciendo de los más serio, ensombreciendo su mirada sin despegar su mirada del camino — hay demasiadas cámaras de seguridad ahí.

La expresión de sorpresa en Naruto no se hizo esperar y más ante el serio semblante del mayor y el cómo había alargado el silencio entre ambos, poniéndolo nervioso y pasando por un instante en su mente la idea de que Uchiha quisiera realmente secuestrarle, hasta que oyó una carcajada por parte del varón, cortando el tenso ambiente que quería envolverlo y enfurruñándose ante aquella risa.

— Vamos a la casa de campo que no hace mucho adquirí, pero por cuestiones de trabajo no había podido visitarla y pensé que sería buena idea ir contigo — dijo una vez que la risa cesó, además de que ver como el rostro del doncel se empezaba a mostrar molesto fue que por ello que decidió cortar su propia diversión — además es verdad lo de las cámaras, ya ni en la empresa de mi padre tenemos tantas — se encogió de hombros, dando a entender que esa información carecía de valor.

Por otro lado, Naruto tampoco tenía idea de ello, pero eso mismo no le pareció imposible o descabellado, ya que su madre es un tanto paranoica y a la vez amante del control, por lo que supone que pudo haber aconsejado a su padre para tal acción, por lo que también decidió restarle importancia.

— Sé que era sorpresa, pero al menos me hubieses dejado ir a una tienda para portar calzado más adecuado a la zona, dattebayo — formó un puchero con los labios, cruzándose de brazos al ver que justamente en ese momento estaban incorporándose en carretera.

— No te preocupes, traigo todo la necesario para pasar estas vacaciones ahí — Itachi compuso una suave sonrisa, volteando de reojo a ver al joven rubio que solo atinó a adquirir una expresión de sorpresa — claro, si quieres que sea así, podemos ir a otro lugar si así lo deseas o volver antes.

Sabe que es peligroso, pero tanta emoción, tantas emociones, pero sobre todo la felicidad que está bullendo en su interior lo obligaron a abrazar fuertemente y lo que permiten los asientos del auto al varón, aquello sí que fue sorpresivo, pero estar tanto tiempo con él y a solas era algo con lo que venía pensando hace ya bastantes días y saber que iba a ser posible no podía hacer nada para ocultar su emoción.

— Pensé que solamente nos íbamos a desaparecer un rato en la tarde, pero deja les aviso a mis padres ‘ttebayo — comentó Naruto cuando se sintió más tranquilo, dejando que el pelinegro siguiera conduciendo, aunque no negaba que, aunque un tanto incomodo, a Itachi le gustaba sentir el calor de Naruto.

 

 

Notas finales:

¡Muchísimas gracias por leer!


Espero que les haya gustado y que esperen ansiosos la próxima parte de este fic!


De nuevo no sé como agradecer el tiempo que toman para leer estas locuras que brotan de mi cabeza, tomando prestados los personajes de una serie como lo es Naruto.


De nuevo gracias y nos vemos en la próxima actualización °v°/


Les quiero!!!


°3°/♥


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