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Inesperado por Momoka Yuuki 92

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Notas del capitulo:

¡Hola!


Muchas gracias por sus lecturas y por aquel bello comentario, me hace tan feliz :'D


Esta parte de la historia tiene contenido lemon, pero no siento que sea como tal, pero aún así lo pongo como pequeña advertencia >w°


Sin más que decir, los dejo leer :D

La naturaleza y lo que todo ello representa es algo que a Naruto siempre le ha fascinado, por lo que al momento de llegar al área boscosa en donde se encontraba la casa de campo de Itachi fue que como infante se bajó del vehículo para apreciar la fachada de la casa en donde iban a pasar toda esa semana, además de escuchar fascinado el sonido de la naturaleza como tal, ya que está estaba ubicada a varios kilómetros lejos del pueblito en donde pasaron a surtirse de algunos víveres.


Mientras tanto, Itachi veía tranquilo como Naruto observaba todo con alegría y curiosidad, dejando en sí un sentimiento de satisfacción al ver que a Namikaze le gustó bastante aquella casa de campo, ya que cuando la adquirió hace poco en quien pensó fue en aquel bello doncel rubio y del cómo él (Itachi) era capaz de obsequiarle algo que le gustara tanto o más que a él.


La vivienda no era ostentosa, al contrario, quería que esta encajara en el ambiente del bosque, siendo esta solo una cabaña de un piso, pero lo suficientemente amplia para albergar a doce personas, además de todos los cuartos de servicio que llegasen a utilizarse.


En el interior de la vivienda solo se encontraban unas pocas personas del servicio, dando los últimos arreglos a la cabaña, misma que Itachi y Naruto recorrieron para conocerla a fondo y ordenaban además las pertenencias que llevaban consigo, siendo seducidos por el aroma a comida un poco más tarde.


— La cabaña es hermosa, pero pensé que iba a ser más pequeña — comentó desinteresado el rubio una vez que ambos se quedaron solos en el comedor.


— Si quieres puedo adquirir una que se adecue más a tus gustos o podemos modificar esta misma — se encogió de hombros Uchiha, quedando un poco desconcertado por el comentario del doncel, ya que para él la vivienda no era ostentosa, todo lo contrario.


— No, así está bien, la verdad es hermosa. A mamá le encantaría conocerla, solamente que no propicia la privacidad adecuada al tener a alguien haciendo los deberes de la misma cuando podíamos hacerlos nosotros mismos — engulló entusiasmado un pedazo de carne, degustando el jugoso sabor — además la ubicación y todo su alrededor es perfecta, por eso no pongas esa cara.


Itachi no pudo ocultar su sorpresa a lo último dicho por el menor, ya que procuro no mostrar la inconformidad ante lo que escuchó en un inicio, pero sentir el suave tacto de la mano de Naruto sobre la suya logró que aquel pequeño malestar se esfumara y sonriera cálido.


Su comida fue amena, entre silencios y miradas dedicadas de puro cariño, además que una vez que concluyeron su comida, pasaron a ponerse al día sobre las actividades que hicieron cuando estuvieron separados y ocupados con sus trabajos, escuchando atentos cada palabra que se decían entre ambos, todo mientras estaban recostados en el sofá acurrucados el uno sobre el otro.


Fueron conscientes del transcurrir del tiempo cuando la ama de llaves notificó que se retiraba a su vivienda, dejando a la pareja completamente solos en aquella casa de campo.


Un silencio un tanto extraño se formó luego de que se escuchara la puerta cerrase, siendo Naruto el que extrañamente evadía la mirada de su prometido, levantándose del sofá abruptamente.


— Creo que voy a verificar que todo esté en orden en mi habitación antes de que me vaya a dormir — no quería sonar nervioso, pero sin evitarlo su timbre de voz tembló un poco.


Itachi dejó que el heredero de las empresas Namikaze se marchara, podía notar el nerviosismo que le causo ser consciente de que al fin se encontraban completamente a solas y solo con los movimientos adecuados por parte de ambos podían surgir varias cosas que bien podría fortalecer ese nuevo lazo que están formando.


Soltando un suspiro, Uchiha se dejó caer en el respaldar del sofá, esperando el tiempo suficiente para que Naruto volviera a sentirse cómodo con su presencia y la estancia en sí, porque a pesar de los acercamientos y besos que ya habían compartido necesitaba él darle nombre a su relación, una que, si bien ya era de prometidos, era solo un título que habían puesto los progenitores de ambos.


Estar a solas con la persona que ama era algo que Naruto venía deseando desde el momento en que la ausencia del varón empezó a notarse, pero ser más consiente de la realidad lo dejaba nervioso y expectante a lo que fuera a suceder, además de que los mensajes nada inocentes y pícaros que recibió de su progenitora no ayudaban en mucho para calmar su mente y las sensaciones que se producían en su cuerpo.


Dejándose caer de espaldas sobre el mullido colchón, Naruto empezó a divagar en sus pensamientos, ya que todas las emociones que tenía en su interior se estaban mezclando en una fórmula que no podía describir, pero era algo que le asombraba y aterraba en partes iguales. A lo mejor su comportamiento de hace un momento lo hizo ver como un cobarde, algo que él no era, pero trataba de justificar en que era la primera vez en que se quedaba a solas con un varón por bastante tiempo y que además le gustaba y mucho.


La duda y el ligero temor que nublaban su mirada fue sustituido por una de determinación una vez que se levantó de golpe de la cama. Él es Naruto Namikaze y tener tantas inseguridades juntas y además dejarse influenciar por ellas, no era parte de su persona. Así que, tomando sus cosas para alistarse a descansar esa noche, ya sabía que era lo que tenía que hacer al día siguiente.


*o*o*o*o*


Se levantó temprano, poniéndose algo cómodo y a la vez lindo para Itachi, ya que lo que tenía planeado para ese día era mostrarse como él, Naruto, le gustaba estar y ser, no un doncel estereotipado de sociedad y tampoco un varón descuidado, por lo que sentía que él era esa combinación perfecta entre ambos géneros.


Además, recordemos que su apariencia está lejos de ser delicada y rozar a lo femenino, sí, tenía una complexión un poco más delgada que la de los varones, sumando al leve ensanchamiento de sus caderas y lo ligeramente más ovalado de su rostro, pero era alguien atractivo hasta para las chicas y uno que otro doncel, además de que su estatura no era nada para despreciar, ya que su metro con setenta y cinco centímetros era atrayente, razones por las cuales la familia de su madre solicitaban que modelara para ellos.


Además, sabía que no era necesario tampoco esforzarse tanto en su apariencia y comportamiento, ya que desde que conoció a Itachi siempre se había mostrado cual tal era, sin ningún filtro, obteniendo del mayor la misma reacción y que así ambos se dieran cuenta que la atracción de ambos era por algo sincero.


Por ello, aunque la cocina no era su fuerte y a pesar de que en el transcurso de su vida ha tenido personas que le cocinen, su infinita curiosidad, además de su habilidad para socializar, le condujo a estar con los cocineros de la familia y aprender a hacer algunos platillos, mismos que estaba tratando de replicar con la ayuda de la amable ama de llaves de la cabaña.


Aquel día no había tanto personal como el día anterior, suponiendo que ahora que la residencia estaba completamente limpia, en orden y con todos los elementos necesarios para generar comodidad a los residentes, era algo que Namikaze agradecía, ya que, aunque la mansión de sus padres era grande, tampoco les gustaba tener un ejército de personas alrededor limpiando.


— Es muy bueno en la cocina, joven — le halagó la señora que respondía a nombre de Mitsuri — casi usted hizo todo el desayuno — sonrió dulce, viendo enternecida el ligero rubor en el menor.


— ¡Oh! Gracias — dijo sincero, empezando a poner todo en el comedor siendo ayudado aun por Mitsuri.


No paso mucho tiempo desde que el desayuno estuviera servido cuando Itachi hizo acto de presencia, mismo que veía encantado como Naruto terminaba de dejar lo último sobre la mesa y mostraba esa sonrisa orgullosa.


Sin hacer ruido y viendo que el doncel no se había percatado de su presencia, lo abrazó por detrás, para depositarle un beso sobre la base de su nuca, esbozando una pequeña sonrisa al sentir el pequeño estremecimiento en el menor.


— Muy buenos días, Naruto — susurró en su oído, separándose para permitir que el rubio diera media vuelta y le viera de frente.


— Hola Itachi, buenos días — sonrió apenas, acercándose para posar sus labios sobre los contrarios en un casto y corto beso — estaba a nada de ir a levantarte para tomar el desayuno.


Un cálido sentimiento fue el que albergó Uchiha al escuchar eso, una sensación de ternura le invadió y reafirmó en su mente que Naruto era la persona que al parecer siempre estuvo esperando para que le diera fin a esa monotonía que tenía por vida.


Y sin poder contenerse, apresó al rubio entre sus brazos, depositando un beso sobre los rubios cabellos y así invitarlo a tomar asiento para empezar a desayunar juntos.


El día transcurrió tranquilo para ambos jóvenes, encargándose ambos de mantener en orden la casa y pidiendo amablemente al personal que se encargaba de la limpieza de la residencia que se retiraran ya que, aunque sabían que ese era el trabajo del personal, querían pasar el tiempo de su estancia ahí sin ojos curiosos.


Terminando fueron a caminar por el bosque, en donde el varón veía fascinado como Naruto parecía ser parte de aquel ambiente lleno de vegetación, ya que su andar era confiado y no se amedrentaba ante cualquier anomalía del camino, algo que le llenó de orgullo y más que nada dicha al descubrir que con el doncel iba a poder ejercer sus hobbies como lo es el campismo y el alpinismo, en donde ya se veía en un futuro cercano yendo con él una de sus excursiones.


— ¿Sabes a dónde vamos? — preguntó curioso Uchiha, interrumpiendo una explicación que le estaba dando Naruto sobre como estimar el clima lluvioso observando la dirección del viento, la temperatura y el comportamiento de los animales que habitaban en la región.


— ¡Claro! Es una sorpresa — dijo con una sonrisa, deteniéndose al estar unos cuantos pasos más adelantado del moreno — bueno, a lo mejor ya conoces esta zona, pero quería que me acompañaras a conocerla, según el mapa es un claro muy bonito.


Namikaze tomó la ahora mano del varón de largo cabello, caminando juntos hasta que visualizaron el claro que estaba rodeado por todos los árboles del lugar, dando un ambiente en demás cálido y reconfortante.


— Ahora entiendo porque me hiciste preparar esta canasta de picnic — levantó la dichosa canasta, componiendo una nimia sonrisa al ver como Naruto veía el pequeño lago con fascinación y sus alrededores.


Itachi no podía despegar su vista del doncel, se sentía terriblemente atraído a su forma de ser, a todo lo que decía en sus palabras y expresión corporal, además de ese atractivo físico que siempre robaba miradas, mismo físico que había complementado con un hermoso conjunto que si ya de por sí no podía apartar su mirada de aquella magnifica persona, ahora menos quería apartar de su vista.


Por otro lado, Naruto sentía la mirada que le estaba dedicando el varón en ese momento, aunque tampoco negaba que le gustó bastante tener la atención de Itachi sobre su persona en todo momento, dándole más seguridad a lo que estaba a punto de hacer.


Así que, con ayuda del pelinegro, Naruto acomodo la manta que habían llevado consigo debajo de un frondoso árbol, para así disfrutar del tiempo que tenían antes de que el sol empezará a amenazar con ocultarse.


Aquella caminata, además de que ya pasaba del medio día, les obligó a tomar los bocadillos y bebidas que estaban dentro de la canastilla, dedicándose miradas y gestos que habían retenido en cada una de sus citas al tener siempre gente que estaban atentos a cada uno de los movimientos de sus vidas.


Concluyendo sus alimentos y guardando todo en la canastilla por excepción de la manta en donde se encontraban sentados y mirando el paisaje delante de ellos, fue Naruto que acercándose al varón y tomándolo de las manos una vez que quedó de frente a él, interrumpió la plática de Itachi sobre una pequeña anécdota con unos colaboradores de su empresa.


— Sé que nuestra relación no tuvo un inicio de lo más convencional — comenzó diciendo el rubio, mirando fijamente al moreno que le dedicaba una mirada un tanto confundida mientras apretaba sus manos — y al principio les hice un berrinche de gran escala a mis padres al decirme del supuesto compromiso — soltó una risita, misma que logró que las mejillas de Uchiha se tiñeran de un ligero carmín — pero una vez que te conocí y empezamos a salir juntos, fue que me di cuenta que no iba a ser difícil enamorarme de ti — ahora fue Naruto el que sintió como sus mejillas empezaban a tornarse calientes — así que dejando de lado el compromiso en el cual ambos estamos envueltos y que en cierta forma fue determinado por nuestros padres… — Naruto se interrumpió, poniéndose de rodillas frente a Itachi sin soltar sus manos de las propias y dedicándole una enorme sonrisa sin despegar sus orbes azules de aquella arrebatadora mirada color carbón con matices rojizos — Uchiha Itachi, te gustaría ser mi novio.


En cuanto Naruto tomó sus manos de forma delicada, además de la mirada limpia, brillante y extremadamente azul que le dedicaba, fue que Itachi sintió como su corazón se aceleró y un cosquilleo de ansiedad recorrió todo su sistema en una anhelante anticipación de emoción.


El papel que había empleado Naruto en ese momento era uno que él, como varón, le correspondía tomar ya que era así como lo dictaminaba las reglas sociales, pero eso a Itachi poco y nada le importó, se sentía tan feliz, tan emocionado como nunca había estado en su vida que estuvo a nada de gritar como adolecente enamorada y lanzarse a los brazos de su amado, pero solo el color carmín decoro su rostro y una notable, pero sincera sonrisa decoró su faz además de un peculiar brillo en sus ojos, brillo que dejó anonado al doncel.


No fueron conscientes del tiempo transcurrido después de aquella petición, ya que ambos se habían perdido en la mirada del otro, leyendo lo que los ojos contrarios estaban transmitiendo, una aceptación hacia algo a lo que ya querían darle un nombre hace mucho tiempo.


— Claro que quiero ser tu novio — susurró Itachi con voz baja y grave, acercando lentamente su rostro para depositar un pequeño beso sobre los labios del menor, mismo que soltó las manos del varón, envolviendo sus brazos en el cuello contrario y profundizando el contacto entre sus bocas.


Probablemente ya estuvieran comprometidos, pero eso fue algo que decidieron sus familiares y la relación que al fin tenía una palabra que la definiera correctamente, es una que ambos habían construido.


*o*o*o*o*


El camino a la cabaña fue casi en absoluto silencio, pero en esta ocasión ambos iban tomados de las manos, dedicándose en momentos miradas de llenas de un sentimiento demasiado suave y rosa como lo es el amor, así como también un anhelante deseo por el otro, mismo que les obligaba a acelerar sus pasos para llegar a la residencia lo más pronto posible.


Se sabía temerario además de que, dándose cuenta, Naruto era el que había empezado todos los acercamientos con Itachi, ya que a pesar de que el pelinegro se ve y es muy seguro con su persona, no quitaba que era más tímido y respetuoso. Por lo que, Naruto al divisar la cabaña a pocos pasos, fue que de nueva cuenta se volvía a sentir intimidado y avergonzado por lo que fuera a ocurrir entre ambos, aunque el deseo de huir como la noche anterior no estuviera del todo presente.


Así que soltando la mano de Uchiha, Naruto se adelantó en llegar a la residencia, arrebatando la canasta al varón y enseñándole la lengua para correr el tramo faltante. Una vez dentro de la misma, se puso a ordenar lo poco que trajeron y empezó a sacar los ingredientes y demás utensilios de los estantes para preparar algo para la cena. Estaba casi dentro del refrigerador viendo que más encontraba ahí dentro para darse una idea de que cocinar con los enlatados que ya se encontraban sobre la mesa, cuando sintió como su cintura era rodeada y prácticamente lo sacaban del refrigerador para terminar rodeado en los fuertes brazos del pelinegro.


— Naruto — Itachi susurró ronco sobre la oreja del nombrado, apretándolo más contra sí y aspirando el suave aroma que desprendían aquellos mechones rubios.


El doncel se estremeció ante el sonido de la voz del mayor, sintiendo como el calor comenzaba a acumularse de nueva cuenta en sus mejillas y empezaba a esparcirse en el resto de su cuerpo. Agradeciendo estar de espaldas al pelinegro, ya que el bochorno y vergüenza que sintió anteriormente había vuelto con mayor intensidad.


— Sabes, me has hecho la persona más feliz de todo el mundo — continúo susurrando sobre el oído del menor, satisfecho con los ligeros temblores que causaba — nunca pensé que estar completamente enamorado se pudiera sentir de esta manera — le depositó un beso detrás del oído, ahora sintiendo como Naruto se estremecía entre sus brazos — y justo en este momento estoy controlando la inmensa necesidad de querer amarte solo como tú lo mereces — y Uchiha comenzó a repartir cortos besos sobre aquel cuello que parecía llamarlo a márcalo.


Un corto jadeo acompañado de un suspiro fue lo que brotó de la boca de Namikaze, dejando caer su cabeza de frente, permitiendo con ello que Itachi siguiera besando la base de su cuello y su nuca sin contemplaciones, sintiendo como el cosquilleo en su vientre aumentaba y el calor comenzaba a acumularse en la parte baja de su anatomía, además de que las manos de Uchiha comenzaron a recorrer su cuerpo de manera suave sobre su ropa.


Quería correr, huir de aquellas sensaciones que si bien sabía de qué se trataban jamás las había experimentado y mucho menos con esa intensidad. Naruto también deseaba a Itachi, y prueba de ello es que en vez de hacer caso a aquella parte que le pedía huir de él y todo lo que le provocaba, aprovecho que el agarre que tenía Itachi sobre él había disminuido su intensidad para darse la vuelta y mirar al varón que fijamente y con su respiración un poco más pesada le dedicaba una penetrante mirada.


Fue empotrado en la puerta del refrigerador para recibir un beso cargado del más puro deseo, mismo que el rubio correspondió, enredando sus brazos alrededor del cuello del varón, acercándolo más a él y sintiendo como la erección del pelinegro empezaba a rozarse contra una de sus piernas, logrando con ello que el calor de su cuerpo se elevara a niveles que ya de por sí no creía posibles.


— Vamos a la habitación — dijo Itachi una vez concluido ese lascivo beso que tenía sobre la boca del más joven — te dije que quería amarte como solo tú te lo mereces — le dio un casto beso en los labios, separándose del doncel y tomándolo de la mano para jalarlo hacia su habitación.


No había pasado más que una noche en aquella habitación, pero Naruto podía percibir perfectamente la colonia y esencia de Itachi, logrando con ello que su excitación fuese aún mayor. Dejándose caer dócilmente sobre el colchón una vez que el varón lo soltara y le dedicara una mirada llena de devoción.


Apoyándose sobre sus codos, para no quedar completamente acostado sobre la mullida cama, Naruto pudo ver con evidente asombro, vergüenza y admiración como Uchiha empezaba a despojarse de sus prendas superiores, dejando ver el tonificado y delgado cuerpo de su pareja. Apreciando entre las tenues luces del todavía atardecer que se colaba detrás de la ventana, la pálida piel del varón, quedando embelesado con la vista y no queriéndose quedarse atrás.


Por lo que, incorporándose más sobre la cama, Naruto empezó por tratar de quitarse su playera, siendo detenido por el varón que suavemente sujeto las muñecas de sus manos. Viendo con fascinación aquellos confundidos y vibrantes azules ojos.


— Dame el placer de retirar cada prenda de tu cuerpo, de sentir cada centímetro de tu piel y embriagarme totalmente de ti — susurró Itachi en un tono bajo y grave, viendo con fascinación como las mejillas ya sonrosadas adquirían más color y aquellos ojos mostraban un anhelo hacia él, uno que hizo que su corazón se llenara de calidez y aquel fuego fuera en aumento.


Así que, volviendo a su posición inicial sobre la cama, Naruto se dedicó a contemplar como el varón terminaba de despojarse de todas sus prendas en movimientos lentos e incitantes, que lejos de molestarle, le incitaban a que no pudiera desviar su atención de aquel pálido cuerpo, tragando saliva discretamente al ver como la excitación de su pareja se mostraba en todo su esplendor. No tuvo tiempo para acobardarse cuando de nueva cuenta sintió los labios de Itachi sobre los suyos, quedando completamente debajo de aquel fuerte cuerpo en cuanto menos lo esperaba.


Entre el apasionante beso que le estaba dando Uchiha, Naruto pudo sentir claramente como las manos del varón comenzaban a pasearse sobre los costados de su torso, colándose debajo de las prendas que portaba, emitiendo un jadeo que fue tragado por la boca del mayor que no se cansaba de abusar el interior de su boca, al ser las manos del contrario que empezaron a pasearse sobre sus ya erectos pezones. Rompiendo el beso cuando Itachi le quitó por completo la playera junto con la camiseta que portaba debajo de la misma.


Para el pelinegro, el rubio doncel era la persona más hermosa que jamás en su vida había conocido, ya lo había dicho anteriormente, pero Naruto no solo es bello físicamente, ya que justo ahora con ver el acaramelado torso al descubierto podía decir que era aún más que hermoso y apetecible, si no, que la personalidad y todo lo que conformaba a Naruto Namikaze era lo que le hacía una persona en suma atractiva y que él, Itachi Uchiha, cayera completamente rendido por y para él.


Así que, acomodando las almohadas de la cama, las puso alrededor de su joven pareja, recostándolo entre las mismas y tomándose un poco de tiempo para contemplarlo, grabarse en su memoria como aquel rostro se mostraba anhelante ante lo que fuera ocurrir y en un mudo deseo que continuara con lo que estaba haciendo. Por lo que Itachi volvió a capturar esos sonrosados labios, en un contacto más suave y lento, para después pasar a besar y mordisquear dulcemente aquel delgado cuello, eso sin dejar sus manos quietas, mismas que se dedicaban a recorrer todo el desnudo torso de su pareja para que en ocasiones pellizcaran esos erectos pezones que parecían interruptores que solo sacaban quedos jadeos de la boca del doncel.


Las sensaciones sobre su cuerpo eran abrumadoras, reteniendo el instinto de retorcerse para librarse de ellas, canalizándolas al apretar fuertemente las sábanas y cojines que cubrían la cama, ya que Naruto lo que menos quería era dejar de sentir el calor y placer que Itachi le estaba dando a su cuerpo, apretando de vez en cuando los labios para evitar que aquellos vergonzosos ruidos quisieran escapar de su boca.


Sintió con claridad como Itachi succionaba la delgada piel de su cuello, intuyendo que probablemente iba a dejar marcas, para después bajar lentamente sobre su pecho, repartiendo cortos besos sobre el mismo para después y bajo su propia sorpresa atrapar uno de sus botoncitos y llevárselo a la boca para chuparlo, succionarlo y morderlo con gula mientras que con la otra mano se dedicaba a pellizcar el contrario, alternándose entre uno y otro, logrando con esa acción que ya no pudiera retener los gemidos que tanto trataba de contener, oyendo una risilla del varón.


Naruto solo atinó a contraer las cejas ya que, sin descuidar su pecho, Itachi fue descendiendo sobre su vientre, besando cada centímetro de piel mientras bajaba, llegando hasta donde sus pantalones aun resguardaban la parte inferior de su anatomía.


Con movimientos suaves y apenas tocando sobre la piel de su pareja, Itachi fue descendiendo sus manos, apreciando como la piel se erizaba hasta ponerle los vellitos de punta, todo hasta llegar al borde de los pantalones color marrón que portaba Naruto, incorporándose un poco para apreciar el vibrante cuerpo del doncel y como su respiración era un tanto más rápida y desordenada a causa de la excitación, misma que ya se hacía evidente al ser aquel bulto que sobresalía de la ropa.


Con una torpeza poco usual en él, Uchiha desabrocho el cinturón que portaba el contrario, deslizando los pantalones y ropa interior mientras acariciaba las firmes piernas del menor, sintiendo la suavidad de aquella morena piel y viendo extasiado el erguido pene del doncel, así como la humedad del mismo y de la entrada que palpitaba ansiosa.


— Eres hermoso — susurró con admiración Itachi, notando como el menor se apenaba ante sus palabras y trataba de ocultar su rostro entre sus brazos, mismos que con suavidad retiró — no debes avergonzarte, para mí es un placer que me permitas ver esa parte de ti que nadie más ha visto y ni vera — el último par de palabras las soltó con un tono de posesión, mismo que sacó una risa en el rubio.


Los labios del mayor se estamparon de nueva cuenta en los labios del doncel, mismo que se sentía abrumado, pero sobre todo avergonzado por todo lo que estaba pasando. Nunca se había imaginado el cómo podría haber sido su primera vez, ya que ni siquiera había sido consciente de ello hasta que ambos habían llegado a la cabaña.


Además, una parte de él sentía que estaba actuando de una forma muy sumisa, siendo que Itachi era quien estaba haciendo todo el trabajo, mientras que él, Naruto, por lo apabullante de las sensaciones no podía hacer nada más que respirar y soltar gemidos, dando a entender lo mucho que le gustaban las caricias proporcionadas y que, aunque quisiera deleitarse tocando el cuerpo del varón, justo ahora se le hacía imposible.


— ¡Itachi! — exclamó el nombre de su pareja y sus manos tomaron con mayor fuerza las sábanas debajo de él, cuando el nombrado sin previo aviso engulló el miembro del más joven chupándolo y succionándolo con gula.


Itachi no podía negar el dolor que estaba sintiendo en su pene, pero tampoco quería ser un bruto que solo buscara su propio placer y mucho menos cuando sabía que esta iba a ser la primera vez de su pareja. Por lo que, ignorando el dolor de su miembro, se dedicó a chupar y complacer el pene de su novio, mientras que con el dedo índice de su mano derecha empezaba a tantear esa pequeña entrada que ya se encontraba totalmente húmeda, acariciándola levemente para que se acostumbrara a su toque, para después, al sentir que el cuerpo del rubio se encontraba más laxo ingresar su dedo con suavidad.


Los gemidos de Naruto escapaban ya con facilidad de su boca, siendo imposible el contenerlos al estar recibiendo esa clase de placer, además del dedo que estaba invadiendo su interior con movimientos circulares solo lograba que pensara el que quería y necesitaba que Itachi se uniera con él.


Por lo que reuniendo toda su fuerza de voluntad, al fin separo las manos de la cama, llevándolas a la cabeza del varón para acariciar suavemente los negros cabellos, mismos que se sentían suaves ante su tacto, estirándose lo más que pudo para liberarlos de aquella liga que los mantenía atados, deslizando sus manos por toda la cabeza del varón y viendo como este parecía demasiado entretenido chupando su miembro.


Volvió a caer sobre la cama cuando un segundo dedo acompañó al primero, estirando ahora su entrada al abrirlos y girarlos, sintiendo como la lengua que se había entretenido chupando su eje, bajaba por sus testículos para chuparlos apenas y sentir después ahora como esa gloriosa lengua que poseía Itachi se unía a esos dedos que no dejaban de abusar de su entrada que ya se encontraba llena de sus propios jugos.


Itachi escuchaba con deleite los sonidos que provocaba en el doncel, degustando con gula el sabor de su pareja y disfrutando de hacer un oral de ese tipo, siendo que era la primera vez que hacia algo similar, ya que en sus experiencias pasadas solo había sido sexo y eran sus parejas del momento quienes ponían en practica sus habilidades bucales con él. Por lo que con todo el amor y deseo que sentía procuraba darle todo placer a su rubio.


No pudiendo aguantar más la incomodidad que tenía sobre su propio miembro, Itachi comenzó a masturbarse, todo sin dejar de chupar aquella húmeda entrada, ingresando su lengua y sus dedos, tratando de relajarla todo lo posible para lo que estaba a nada de suceder. Cuando vio y sintió que Naruto ya estaba completamente dilatado, fue que se incorporó para ver el brillante cuerpo del menor tumbado sobre la cama y con sus piernas temblorosas y abiertas.


— Si crees no estar listo para lo que viene, dímelo, sabes que eres tú quien tiene el control sobre esto — le susurró Itachi, acercándose al rostro del menor y darle un casto beso sobre los labios para levantarse de la cama e ir hacia sus maletas y sacar unos paquetitos de preservativos.


Tomando uno de los tantos condones que sacó, abrió la envoltura para colocarse el preservativo correctamente sobre su miembro, todo bajo la atenta mirada de Naruto, mismo que curioso solo como él era, se incorporó lo suficiente para ver las acciones del mayor, mismo que le dedicó una sonrisa seductora y caminaba de nueva cuenta a su dirección.


Sin necesidad de decir nada, ya que sentía demasiada vergüenza pronunciar aquello que también deseaba, Naruto dejó caer su espalda contra la cama, abriendo sus brazos y separando sus piernas, en una muda invitación y confirmación de que quería llegar con él hasta el final.


Por lo que posicionándose sobre él, Itachi besó con suavidad la frente y los parpados del joven rubio, deslizando sus manos sobre sus piernas y colocándose mejor entre ellas, para tomar su miembro y rozarlo sobre aquella entrada que palpitaba ansiosa con el contacto.


— Haré todo lo que está en mis manos para que no te duela tanto, solo relájate — susurró el varón, colocando sus manos sobre las caderas del menor para mantenerlo inmóvil y empezar a entrar en él, soltando un ronco jadeo al sentir como la punta atravesaba aquella pequeña resistencia y era envuelto entre aquellas tiernas y calientes paredes de carne.


No dolía como pensó que le iba a doler, ya que Uchiha se había dedicado a dilatar y mimar su entrada para evitarlo, pero Naruto no negaba que ardía y que era incomodo sentir como el pene de su pareja iba entrando lento y constante en su interior, abriéndolo como nunca pensó sentirse. Apretando de nueva cuenta las sabanas para mitigar la incomodidad y soltando un jadeo cuando en medio de la penetración Itachi tomó su miembro para empezar a masturbarlo y se acercaba a él para por consiguiente tomar su boca en un descontrolado beso, mismo que lo distrajo lo suficiente hasta que sintió como el pelinegro había entrado completamente en él.


— Grande — fue lo que soltó Naruto una vez que el beso culminó, enredando sus piernas alrededor de las caderas del mayor para que se mantuviera quieto en lo que su canal se acostumbraba a la forma del miembro de su pareja, además aprovechó para pasar sus manos sobre pectorales del varón, su abdomen, sus brazos para terminar de acariciar ese fino rostro que tanto le encantaba, pasando aquellos brunos cabellos detrás de las orejas para contemplar esos ónices de los que estaba enamorado.


— Te amo Itachi — susurró Naruto, acercándose al rostro del nombrado y besarlo, rodeando su cuello con sus brazos y moviendo su cadera indicando con ello que ya podía empezar a moverse.


Las embestidas al inicio eran lentas, pausadas, pero conforme empezó a avanzar el tiempo, empezaron a ser más rápidas y sobre todo por la sincronización que hubo entre ambos.


Naruto no dejaba de gemir el nombre de su novio, besando cada parte en donde sus labios hacían contacto y rasguñando levemente la espalda que tenía sometida entre sus dedos. Siendo un alarido el que libró su garganta cuando la punta del pene de Uchiha tocó su próstata, siendo ahora atacada sin piedad mientras sentía también como Itachi bombeaba al ritmo de las penetraciones su miembro.


Por otro lado Itachi se sentía eufórico y extasiado, sintiendo con evidente placer las uñas que se encajaban sobre su espalda, además de la presión y humedad que rodeaba su intimidad, así como la fricción que había entre sus cuerpos, además de la combinación de los ruidos que ambos estaban haciendo a causa del acto.


Él tampoco podía evitar decir de forma entre cortada el nombre de su pareja, besarlo y acariciarlo de vez en cuando, Naruto era su todo e Itachi nunca se había sentido tan pleno y lleno de vida como en ese momento.


Así que sintiendo que ambos ya se encontraban en la cúspide de la culminación, aceleró los movimientos de sus caderas y el de su mano sobre el miembro del mas joven, sintiendo como este tenía su orgasmo entre su mano y vientre, mientras que el no tardó en llegar al suyo, enterrándose aun más profundo en el doncel y vaciando todo su contenido en el preservativo.


Con cuidado se retiró del interior de su pareja y quietándose el condón para desecharlo en el cesto de basura, le deposito besitos en todo el rostro, obteniendo una mirada cargada del más puro amor hacia él. No pudiendo resistir, Itachi apresó entre sus brazos a Naruto, siendo abrazado de igual forma.


— Yo también te amo, Naruto — le dijo al oído el pelinegro, estrechándolo más entre sus brazos, no sin antes taparlos a ambos con las sábanas para tomar un descanso después de la actividad realizada.


*o*o*o*o*


No sabía qué hora era, pero el que todo a su alrededor se encontrara oscuro y la luz de la luna colándose apenas por la ventana, le indicaban a Naruto que todavía faltaba tiempo para el amanecer, por lo que zafándose suavemente del agarre que tenía el varón sobre su cuerpo salió de la cama, resintiendo el dolor de sus caderas y haciendo solo una mueca para dirigirse a su habitación e ir por un cambio de ropa, ya que a pesar de que todavía había tiempo para descansar y estar acurrucado con su pareja, su estómago protestaba por la falta de alimento.


Lo que el menor no sabía es que su pareja tenía el sueño demasiado ligero, además de que no había pasado suficiente tiempo desde que había conciliado el sueño, ya que se la había pasado contemplándolo y admirándose al tenerlo entre sus brazos, en la misma cama y deseando que así fuera de ahora en adelante hasta el fin de sus días.


Itachi estuvo tentado a no dejarlo ir en cuanto sintió como se removió de entre sus brazos, pero cuando se estomago emitió un pequeño gruñido, supuso que Naruto se levantó por la misma causa, así que dejando que su rubio se marchara de igual forma se levantó y empezó a recoger el desorden que se hubieran generado por su actividad, para posterior tomar un baño y acompañar a su rubio.


Todo lo que había sacado de los estantes se encontraba tal cual antes de que los dejara ahí para irse con Uchiha a su habitación.


Por lo que Naruto, moviendo su cabeza de un lado a otro, trato de sacar todos aquellos frescos recuerdos de su mente para concentrase en su labor de preparar algo decente y ya después se pondría a divagar sobre lo ya ocurrido con su novio y del como harían publica su relación.


Unos brazos rodeándolo de la cintura lo sobresaltaron, haciendo que con ello la cuchara del estofado de carne que estaba preparando cayera a la olla y le salpicara un poco sobre las mejillas, mismas que Naruto con vergüenza sintió que eran limpiadas por los labios e Itachi una vez que le dio media vuelta.


— No hagas eso — frunció sus labios, separando al mayor de su persona y limpiándose el rostro con una servilleta — ya me dejaste lleno de baba — refunfuño, volviendo a su tarea de mover la comida y tratando de ocultar el sonrojo que se había extendido en sus mejillas.


— No puedo evitarlo, me encanta tu sabor — dijo seductor, dándole un largo y escandaloso beso en la mejilla, sonriendo satisfecho al ver el notable sonrojo en el menor — además de que me he quedado con hambre.


— ¡Itachi! — exclamó ya avergonzado Naruto, empujando al varón hacia la mesa y obligando a que se sentará en una de las sillas — no digas eso y déjame que termine de preparar la comida, que ahorita es más importante esta comida.


Y con un puchero formándose en sus labios, Namikaze se dio media vuelta y volvió a su labor de moverle a la comida.


Su comida de madrugada fue amena, ambos no tocaron el tema de lo que pasó hace nada en el dormitorio del varón, disfrutando de pláticas en el que ambos compartían más de sus experiencias de vida, así como pequeñas muestras de cariño que les sacaban una sonrisa y hacia que sus corazones latieran más rápido y en sintonía.


— Vamos a dormir otro rato — fue la sugerencia que dio Uchiha cuando terminaron de comer y de limpiar, tomando con suavidad la mano del doncel.


Naruto solo asintió lentamente, enredando sus dedos con la pálida mano que no tardo en imitar su gesto, sintiendo la calidez en aquel contacto y caminando juntos a la habitación del mayor.


Habitación en donde ahora era Naruto el que acorralaba al mayor contra la puerta una vez que se hubo cerrado, atacando sus labios en un desenfrenado beso que fue correspondido de la misma manera, tratando de quitar las prendas que cubrían a Uchiha y siendo ahora él el quien se encargaría de explorar aquel blanco y fuerte cuerpo, entregándose de nueva cuenta ante el acto de amor que ambos sentían el uno por el otro.


*o*o*o*o*


De regreso a la ciudad, ambos ya no eran capaces de ocultar el afecto que sentían, además que los días que estuvieron en la cabaña a las afueras de la ciudad, los dos habían pasado sus tardes entregándose mutuamente, demostrando y dando su amor sin límites.


Por lo que ambos jóvenes tenían planeado llegar a la mansión de los Namikaze, siendo que ahí también estaría reunida la familia Uchiha, ya que Itachi de camino a Tokio, había hablado con sus padres para que se reunieran con la familia de Naruto ya que tenía algo importante que decirles.


Así que una vez dicho aquello, las dos familias extasiadas por lo que se encontraban casi al cien por ciento seguras de lo que se trataba aquella reunión, cancelaron todos sus compromisos y empezaron a organizar un banquete de último momento, invitando a los más allegados a la familia, mismos que no eran demasiados.


Aunque eso no quitó que la que sorpresa y el desconcierto en la mirada de Itachi y de Naruto se reflejaran en sus rostros, ya que en la entrada de la mansión se encontraban estacionados varios automóviles y el mayordomo de la familia se encontraba recibiendo a quien pudieron distinguir como a Karin y a Nagato Uzumaki.


— Creo que nuestras madres supusieron demasiado pronto — fue lo que dijo Itachi, para tomar fuertemente la mano de su novio y caminar ante aquello que habían preparado sus familias.


 


 

Notas finales:

¡Muchas gracias por llegar hasta aquí!


La verdad espero que les haya gustado :D


Estamos tan cerca del final :)


La verdad no se que más añadir, solamente agradecer el tiempo que han dedicado en leer este fanfic :D


¡Saludos y los quiero mucho!


°w°/


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