La princesa estaba confundida.
Geo Lufter era un guerrero impresionante. Nació humilde, descubrió su talento a una edad temprana, soportó un estudio riguroso y finalmente logró la hazaña típica de un hombre valiente.
Cuando llegó por primera vez a la capital real, su apariencia, que era tosca, fue aceptada solo porque su rostro estaba en orden. Luego pareció ser pulido gradualmente por las personas que lo rodeaban y entrenado para que la flexibilidad de sus músculos fuera poderosa. Hoy en día podía decirse que era lo suficientemente hermoso como para atraer las miradas de todas las mujeres en el mundo e incluso las damas en los círculos sociales más altos elogiaban sus encantos salvajes y masculinos, susurrando cosas como: "Ojalá nos hubiéramos conocido antes."
Pero un héroe plebeyo era una existencia peligrosa.
La familia real le iba a otorgar tierras y títulos para evitar que otros países se adueñaran de él y además, Geo Luffter pareció ganar una popularidad increíble entre la gente menos privilegiada. Probablemente debido a su origen. Sin embargo, al otorgar repentinamente un rango que lo ponía en el mismo lugar que los aristócratas, la oposición de los antiguos fundadores adinerados era inevitable. Entonces, por eso es que también habían pensado que si le daban la mano de la princesa en matrimonio y lo volvían parte de su familia argumentando un amor de hace años atrás, podrían ser capaces de llevar la fiesta en una relativa paz.
Parecía ser la mejor idea para la familia real de este país y para la princesa, que había estado entusiasmada con Geo durante años.
Sin embargo, pareció como si los planes de su hermano cambiaran inmediatamente después de que el grupo de Geo se embarcara en una subyugación a gran escala contra el Rey Demonio.
"Lo siento, pero no creo que puedas seguir con la idea de matrimonio".
Con una mirada cariñosa, su hermano decidió hablar con ella. La princesa sintió como si le hubiera golpeado en la mejilla con esto.
El corazón de la mujer se había llenado de alegría cuando escuchó las palabras de que Geo había regresado sano y salvo al pueblo y sin embargo, su hermano eligió justo este momento para hacerle saber que ella y él no podían casarse.
"¿Por qué, hermano? Tú sabes lo que quiero. ¿Acaso nuestro matrimonio no es bueno para todos los de aquí?"
"Yo también pensé que era algo bueno pero, descubrí que Geo no quiere casarse contigo".
"¿Geo dijo eso?"
"Sí, en una conversación privada".
Los héroes, que fueron a la tierra muerta, se sometieron a todas las investigaciones por adelantado para ver cuál era su estado de salud, pedir información sobre el cadáver de sus compañeros muertos en batalla o sobre el tipo de tratamiento que les gustaría recibir después de su regreso. El príncipe heredero estaba discutiendo con cada uno de ellos, especialmente para ver lo que pasaría después.
Y allí fue cuando se dio cuenta.
La princesa sonrió: "No puede ser."
"Oye, escúchame."
"No. Escúchame a mi. Geo es modesto y creo que te dijo eso porque está asustado. No debe ser verdad. Quiero decir ¿Por qué me rechazaría? Soy una chica linda, soy hija del rey."
El príncipe nubló un poco su expresión hacía la princesa, luego dijo:
"Una vez más, Geo no se va a casar contigo. También soy su amigo y no quiero forzarlo a un matrimonio no deseado".
"¡Eres un hermano terrible! Pero no importa. Estoy segura de que papá escuchará mi pedido".
La princesa sonrió profundamente.
El rey, que era su padre, era muy dulce con la segunda princesa porque después de todo era su hija menor. Sin embargo, era estricta con el sucesor, el príncipe. Su hermano tenía una amistad con Geo, pero su papá no. Y los deseos de la princesa evidentemente tendrían prioridad sobre las palabras de Geo.
Y es que Geo era un caballero humilde y sincero.
Un día, cuando la princesa dijo que quería ir a la zona céntrica de la capital real, él se ofreció como su escolta. Y para ser honesta, había pensado que definitivamente nunca olvidaría los recuerdos de esa vez. Comieron dulces increíblemente coloridos en los cafés más populares del lugar, fueron al mercado y entraron a una tienda de decoración que era popular entre los jóvenes plebeyos. Y en esa tienda, la princesa notó que Geo estaba mirando una joya. Solo duró unos segundos, pero fue raro que se distrajera con algo cuando estaba de guardia.
Era una piedra azul.
Y si miraba de cerca, podía ver que tenía finas partículas de oro que reflejaban la luz hasta brillar intensamente. Era hermoso, incluso sin necesidad de decir nada. Cuando la princesa preguntó por su nombre, el comerciante lo describió como Lazurita. Y se decía que era una piedra rara que se podía encontrar solo dentro de un valle de niebla extranjero que cruzaba el mar.
A partir de ese día, la Lazurita se convirtió en la favorita de la princesa.
El cabello de la princesa era de un maravilloso color dorado que todos elogiaban y sus ojos eran de un azul hermoso. En otras palabras, podía decirse que la Lazurita era la piedra de la princesa. Y la atención de Geo a la piedra aceleró las expectativas que tenía sobre su amor.
Pensaba que debería estar pensando en ella y que, como todos los hombres, solo tenía que empujarle la espalda para que diera el primer paso.
Después de un silencio que incluyó los pensamientos de los dos, el príncipe heredero finalmente soltó el aire:
"... Solo pensé que era necesario decírtelo. Pero supongo que lo primero que tenemos que esperar es que Geo venga a vernos".
"Geo va a volver".
La princesa había estado convencida de su victoria todo el tiempo y sabía que volvería para estar junto a ella. Sin embargo, esa convicción comenzó a fluctuar cuando su hermano, que era el heredero, comenzó a asumir constantemente sus deberes oficiales ya que su padre, que era el rey, sufría a menudo de problemas físicos que le hacían estar acostado en la cama. Los héroes todavía estaban en medio de otro viaje de reconocimiento cuando la princesa pareció tomar medidas inmediatas para acelerar su encuentro. Corrieron rumores de Geo y de ella por las calles, en los salones de los poetas y en las plazas donde la idea de un amor no convencional era bastante rentable. Y entonces, pareció que el pueblo había comenzado desear que se cumpliera el destino de amor entre los dos inexpertos jóvenes.
El día que los héroes regresaron a la capital real, la princesa fue la primera en ir a recibirlo.
La mujer se regocijaba entre lágrimas, pero Geo seguía dando un paso para atrás cada vez que la veía acercarse. Por supuesto, los alrededores parecieron comenzar a mirar a las dos personas, que estaban de pie una al lado de la otra, con ojos bendecidos y llenos de expectativas. Y eso se convirtió en el respaldo del amor que la princesa necesitaba. Incluso sus amigos le sonrieron y palmearon los hombros de Geo de manera significativa.
¿Existía en el mundo un matrimonio tan deseado por tanta gente? Todo lo que quedaba por hacer ahora, era que Geo lo aceptara. Pensó que ya que tenía el apoyo del mundo, notaría el cálido acuerdo que estaba a su alrededor y entonces llegaría un momento en el que aflojaría su actitud tan obstinada.
Sin embargo, no fue así.
Geo no cambió en absoluto. Más bien, incluso sintió que estaba tan sola como antes.
Aunque la princesa quería verlo, se negaba y mandaba a decírselo a través del príncipe. Y cuando iba a su casa, resultaba que estaba ausente y por lo general, lejos de la capital real. Sus amigos siempre decían:
"Va a un orfanato. Parece que creció allí así que es imposible sacarlo los fines de semana."
Parecía que lo había estado frecuentando desde que regresó. Y hablando con sus amigos, se le informó a la princesa que ese lugar ahora estaba siendo dirigido por su amigo de la infancia. Geo iba a verlo y le daba la mayor parte del salario que ganaba por pertenecer a los Caballeros.
"No importa que creciera en ese orfanato, creo que está exagerando."
Por lo que decían, su amigo de la infancia pareció ser una persona terriblemente aburrida y antipática. Además, los compañeros de Geo expresaron su desconfianza por él directamente con la princesa.
Ella lo entendió.
Estaba seguro de que esa persona no tenía talento, nadie que lo complementara, no podía casarse y moriría viejo en ese horrible orfanato. Evidentemente se estaba aferrando a la misericordia de Geo porque era un fracasado.
Oh, Geo. ¡Qué amable! ¡¡Su amigo de la infancia era un infeliz!!
La princesa volvió a actuar pronto y mandó a traer al hombrecito para darle dinero. Algo que le serviría al orfanato para mejorar un poco sus vidas. Esperaba que eso le permitiera formar un negocio en otro lugar o hacer que se casara en algún sitio lejano que le hiciera nunca volver a involucrarse con su Geo.
Pero, ahora...
"¿¡Qué le dijiste!?"
El lugar se trasladó del castillo a la habitación de invitados donde el príncipe solía pasar el tiempo con sus amigos más cercanos. Y poco después de que se cerrara la puerta, Geo interrogó a la princesa de una manera bastante salvaje. ¡Ya ni siquiera estaba utilizando honoríficos!
Geo y el Príncipe Heredero eran muy amigos y sin embargo, en estos momentos pareció que estaba provocando en él un horrible dolor de cabeza que le hacía imposible defender a su hermana. Era la primera vez que veía a un Geo tan enojado así que sintió que la solución sería más rápida si escuchaba la historia primero en lugar de saltar a conclusiones apresuradas. Pero él no pareció poder controlarse.
"Geo, ¿Por qué estás enojado? ¡Dijo que quería comenzar de nuevo en otra tierra así que solo ayudé a tu buen amigo por ti! Quería que tiraras tu pasado y fueras feliz aquí". La princesa agitó su voz y continuó: "¡Él será muy dichoso! Estoy seguro de que puede vivir bien en algún lugar y... Entonces Geo también va a estar aliviado. Incluso los niños del orfanato por los que siempre te has preocupado van a estar mejor cuando nos casemos."
Geo se tragó todo el odio y escuchó el reclamo de la princesa hasta el final. La temperatura del aire en la habitación pareció bajar mientras hablaba, y las palabras de la princesa, que estaba acorralada por el miedo, se deslizaron y deslizaron repetidamente hasta parecer insignificantes.
"Oye, oye, ¿Por qué no puedes entender que lo hice por los dos? ¡El orfanato crecerá! Y yo... ¡Yo podría ayudar e ir para ver a los niños! Quiero ver la casa donde creciste".
Geo mostró una sonrisa abiertamente ridícula.
"Oye ¿Acaso estás loca? ¿Por qué demonios crees que yo te quiero allí conmigo?"
La princesa abrió los ojos como si viera algo increíble. A Geo no le importó.
"¿Quieres casarte conmigo? Me da risa que tengas expectativas tan altas y lamento profundamente que la recompensa que me das al luchar por mi vida y por la vida de todos los de aquí sea algo tan estúpido como eso. ¿Y sabes qué? ¡Lo siento mucho por el hombre que vaya a casarse contigo alguna vez! Sí. Incluso si tienes dinero y sangre noble, eres un asco".
La princesa no podía seguir el ritmo del cambio tan repentino de Geo, que siempre fue un caballero con ella, así que su cabeza pareció ponerse completamente en blanco. La princesa temblaba de miedo y confusión.
"Así que responde a la pregunta ¿¡Qué le dijiste!? ¿¡Qué le hiciste!?"
"Yo... Yo..."
Y ya que su amado la había golpeado con palabras increíblemente desagradables, la princesa se desmayó.