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Y así podré partir. por AOI SALUJA

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Notas del fanfic:

 

Gracias a

*megu-chan 

^duraznito-chan 

*mayu-san 

*y a ti por leer

# Capítulo 1: Te quiero. #


-¡Fue un éxito! Muchas gracias por su trabajo.

Todos felicitaron a Cristina, "una niña" de diez años, tan hermosa como una muñeca de porcelana. De ojos verdes y cabello rubio. Ella se forzó a sonreír como ya era costumbre y disimuladamente se fue retirando del lugar.

Al caminar algunos minutos, llegó a la orilla del río. Ya le habían advertido que no se acercara, pero dado que todos estaban celebrando, no prestaron atención a su ausencia ni la de su invitado.

-¿Por qué te alejas? -pregunta Eduardo, su primo e hijo de su representante. Un niño de la misma edad, de cabello oscuro y grandes ojos color avellana.

-¡No me gusta! ¡Me siento incómodo! ¡Soy un niño! ¡Un niño! Además, me veo raro.

-Cris....- se acercó su primo a abrazarlo-. Tu estas ayudando con los gastos médicos del tío,  ¿recuerdas? Esto será sólo un poco más, un poquito más y ya está, además voy a estar siempre a tu lado, apoyándote.

-Si... tienes razón -lentamente Cristián fue soltándose- Gracias por siempre apoyarme.

-Además...

-¿Además?

-No te ves raro, me gusta como te queda también esa ropa.

-No te burles. Es super incómodo.

-No me burlo. Me gustas Cris -besa tiernamente una de sus mejillas.

-¡No! -empujó con fuerza a Eduardo y éste cayó al piso- ¡No quiero volver a verte!

Cristián salió corriendo del lugar dejando llorando a su amigo.

-Perdón Cris, no quise hacerte sentir mal.

......

Cristián dejó de correr y pensó en lo que le había dicho Eduardo. La verdad no le había molestado, solo lo tomo por sorpresa. Él siempre había estado a su lado. En festejos, en reuniones familiares, en aquellos momentos en que estaba triste, cuando su padre tuvo el accidente. Tanto Eduardo como su tía lo apoyaron, ella incluso en los gastos, pero eran demasiados para poder solventarlos. Así que el mismo Cristián sugirió entrar como modelo infantil, pero en ese entonces no había tanto para "niños" por lo cual aprovecharon su físico y tomó los papeles de niña. A todos les gustó y poco a poco fue ganando más propuestas de trabajo. Al poco tiempo había conseguido tanto dinero que pudo ponerse al día con los gastos y mandó a su padre a un mejor hospital. Todo parecía que estaba yendo mejor y era gracias a ellos.

-Edu... tengo que ir a disculparme. Yo también... yo también lo quiero.

......

-Será mejor que regresé con mamá -estaba por levantarse pero resbaló con una piedra y el río inmediatamente se lo llevó.

......

-Me gusta este lugar -comenta Sergio a su representante.

-Si, es un buen lugar, ya sabes -responde con el tono relajado que le caracteriza- ve a dar una vuelta yo aquí espero.

-De acuerdo.

Sergio no lo invitó, sabía cómo era el señor Alberto, así que fue a caminar solo, con calma o eso creyó porque rápidamente se alejó del lugar llegando así al río.

-¡Ayu....! -Eduardo gritaba por ayuda y Sergio corrió rápidamente a auxiliarlo al tiempo que gritaba para que alguien les diera una mano.

-¿Alguien está gritando? -Cristián fue al lugar y vio a un chico apuesto de unos dieciséis años gritando dentro del río desesperado al tiempo que intentaba sacar a alguien del agua.

-¡No te alcanzó! ¡Alguien por favor! ¡Demonios!

Cristián miró mejor el panorama y notó que la persona en el río era su primo.

-¡Eduardo!

-¡Niña! ¡Por favor ve por un adulto!

-Ah... yo... n-no recuerdo donde estan.

-Dios mío. ¿Qué vamos a hacer?

De pronto se escuchó un fuerte golpe. La cabeza de Eduardo se había estrellado con una de las rocas. Y en ese mismo momento, el río se baño con un líquido carmesí.

-¡No! -el cuerpo de Sergio sintió un terrible escalofrío. Sabía que no era posible sobrevivir a ese impacto.

-¡¡Eduardo!! -gritó Cristián entre lágrimas al ver toda la sangre que brotaba de la cabeza de su amigo.

......

-¿Esa no es la voz de Cristina? -pregunta uno de los adultos allí reunidos.

-¿Grito... "Eduardo"? -la madre sintió que se le iba el alma y así fueron corriendo todos al lugar donde provenía ese grito.

-¡Hijo! ¡¿Dónde?!

Al llegar al lugar encontraron a un chico empapado junto a Eduardo y Cristián, este último abrazando el cuerpo sin vida.

-Eduardo... por favor -no paraba de llorar- despierta. Yo también te quiero... Eduardo...

-¡¡Eduardo!! -Isabel se arrodilló a un lado del cuerpo de su hijo sólo para darse cuenta que ya no contaba con signos vitales -No... por favor -sus lágrimas comenzaron a brotar con fuerza- Bebé... mi bebé...
Notas finales:

Gracias por leer;)


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