Todo se había perdido, absolutamente todos han desapareció de la hermosa ciudad de París.
Los únicos allí presentes, una joven extranjera Nipona de cabellos oscuros y ojos azules, lista y desafiante para atacar a quien tiene enfrente, sin importarle que su hermoso vestido color rojo se pueda arruinar.
Aquel joven que había hecho tal atrocidad, el desaparecer a todos los ciudadanos, sonríe emocionado, con una grata felicidad en sus labios, mientras ve a la chica de vestido rojo quien tiene el odio enmarcado en su rostro, no le representa ninguna amenaza a su plan, pues con un solo chasquido, la puede borrar de la faz de la tierra.
Pero no lo haría. No, pues ella es similar a él.
-¡¡¡DEVUÉLVELOS A TODOS!!!- Exige de inmediato la joven esgrimista.
-Ja, ja, ja. Oh, vamos Kagami. ¿No te parece mejor el mundo así?- Aquel joven rubio con ropajes en tonalidades azules y tez curiosamente morada, se regodea de su gran hazaña -¡¡¡AL FIN SOMOS LIBRES!!!- Sonríe, mirando a su alrededor, posando su abanico de hermosas plumas de pavo real a su delante.
-¡¡¡YO YA SOY LIBRE!!!- Amenaza con su katana de madera, sintiendo dolor y desesperación, por el hecho de que su madre ha desapareció como el resto de París -¡¡¡REGRESA A TODOS DE NUEVO O…!!!-
No logra completar su oración, cuando escucha la risa algo espeluznante del contrario, que no le augura nada bueno.
Sonríe con total calma -No existe necesidad de amenazarme- La mira con suma atención, sin siquiera mostrar un leve rastro de arrepentimiento -No devolveré a nadie, pero tranquila que no te haré daño a ti- Esa sonrisa de burla, la calma que tiene en su rostro y, triunfo que se refleja en sus ojos. Ya sabe que tiene las de ganar, pues ha logrado vencer a Ladybug y, con eso ya nadie lo podrá detener ahora.
Tal vez Chat Noir, pero no ha llegado aún y… Puede ya haber desaparecido siendo un civil.
-¡¡¡¿POR QUÉ CONFIAR EN TI?!!!- Rápido le encara y reclama la joven que no entiende esta locura en lo más mínimo.
Es una chica muy fuerte y jamás se deja intimidar por nadie. Ha sido incluso capaz de desafiar ella sola a varios de villanos akumatizados, la diferencia con él no existe, pero si la preocupación por quienes no están.
-Por qué… Tú y yo somos iguales, al igual que…- Sus ojos color verdes se afilan, dibujando una sonrisa en sus labios, manifestado un entusiasmo único.
Solo un chasquido bastó para que a su lado y de frente, un joven de apariencia similar a él, de cabellera rubia, ojos verdes, ropas claras y un semblante de confuso, se hace presente de golpe.
-¡¡¡¿ADRIEN?!!!- Aquella asiática al ver a quien recién aparece, siente una verdadera calma, pues… Eso significaría que aquel truco que hizo, puede ser invertido.
-¿Qué está pasando aquí?- Confuso, asustado y bastante aterrado por ver cómo su amada ciudad ha quedado por completo desolada.
-¡¡¡BIENVENIDO AL NUEVO MUNDO PARA NOSOTROS TRES!!!- Alza sus brazos triunfante, feliz por que aquel chico casi igual a él, contemple lo que cree que es una utopía perfecta -Aquí nadie nos obligará a nada, no nos utilizarán para lo que deseen- Sus ojos verdes se ensanchan y sus dientes son mostrados en una sonrisa total -¡¡¡AHORA SOMOS LIBRES, DE VERDAD LO SOMOS!!!— Habla con total entusiasmado y orgullo, dándole igual que parezca una persona desequilibrada, esta realmente contento por esta nueva realidad que creo.
-¿Qué?- La sorpresa en sus orbes verdes se manifiesta con el terror, la boca abierta sin poder decir ni una sola palabra coherente.
-Adrien, atrás de mi- La joven rápidamente se interpone entre aquel villano y su amigo, y digamos amor de su vida.
Lista con la espada de madera japonesa, para defender y proteger a la única persona que le importa ahora en este devastado mundo.
-Félix… ¿Qué fue lo que hiciste?- Su voz suena muy angustiada, su rostro refleja la confusión absoluta de su entorno, sus pasos se adelanta un poco, dejando de lado la barrera que la Nipona intenta hacer.
-¿Qué fue lo que hice?- Pregunta sin un gramo de arrepentimiento, pero sí, con una inmensa alegría. Sus pasos van directo hacia el rubio, no deja esa tétrica sonrisa de lado, y mucho menos sus ojos no pierden de vista al otro -Hice lo que tenía que hacer para que ya nadie nos controlará- Señala con su derecha hacia su alrededor -Nuestros padres ya no nos van a manipular, ya no vamos a tener que cumplir sus absurdas expectativas, ni exigencias- Ese tono algo moleste se sigue presentando en este nuevo villano, por solo apreciar la confusión y furia en los ojos de los allí presentes -¡¡¡SEREMOS LIBRES, AL FIN LO SEREMOS!!!- Cierra sus parpados en señal de gozo, mientras eleva los brazos por sobre su cabeza, para sentirse pleno -¡¡¡AHORA YA NADIE ME VA A DETENER!!!-
-¡¡¡¿POR QUÉ ESTAS HACIENDO ESTO?!!!- Pregunta el modelo con un tono angustiado y preocupado, al igual que siente temor y desesperación por una persona en particular que no está allí presente.
Su alegría se calma, sus ojos vuelven a fijarse en quien consideraba antes familia, para solo dedicarle una sonrisa y volver a acortar a paso decidió la distancia.
-¿Por qué lo hice?- Una pregunta que repite, ladeando su cabeza, mientras sus mejillas parecieran sonrojarse muy levemente, aunque el color no se distingue bien -¿Preguntas por qué lo hice?- Esa sonrisa no proyecta nada bueno, se puede sentir el peligro en ella.
Kagami se da cuenta que esto puede traer algo peor, esta con la guarda alta por si se le ocurre a este sujeto volver a hacer alguna imprudencia.
Ninguno dice nada, incluso la ciudad parece callarse por completo, nada se escucha en lo más mínimo.
Tan cerca y de frente se encuentra Félix, con el abanico abierto y posicionándolo para que oculte parte de su rostro.
Esto solo provoca que la sangre del rubio angustiado se sienta congelarse a cada segundo.
-Ha, ha, ha, ha, Oh Adrien, todo esto… Lo he hecho— Su mirada parece tornarse en un brillo diferente, su rostro presenta un sonrojo que parece de otro color por el tono de piel -Por mi querido primo- Contesta, con su mano tocando la mejilla izquierda del rubio.
Las pupilas se contraen, sobresaltándose de golpe por esa revelación que jamás pensó y sintiéndose bastante incómodo por ese acto repentino.
-¡¡¡¿QUÉ?!!! Pero… ¿Qué estas diciendo?- Niega con la cabeza rápidamente, para zafarse de aquel agarre del contrario -¿Por qué harías algo como esto por mí?- Se señala a si mismo, su pregunta claramente tiene ese tono de confusión, pues realmente no entiende nada en absoluto.
-¡¡¡¿POR QUÉ?!!!- No se sabe si es por que se ha molestado por la ingenuidad de su primo o por que se alejó este de él, pero su ceño fruncido se nota bastante obvio, más no pierde su temple y porte -Para qué estemos juntos, para que nadie, ni nada nos separe y, podamos hacer lo que queramos y deseemos- Contesta, respondiendo a la pregunta del contrario, para de nuevo acortar la distancia entre ambos, sin que exista un toque de por medio.
-¡¡¡ESO YA LO HACÍAMOS ANTES!!!- Kagami responde, sin bajar su guardia.
-Eso es lo que crees- Félix le responde tajante, apenas si mirándola de reojo, pues sus ojos se han quedado fijos en el rubio que aún está angustiado y preocupado por su mundo -Adrien… Tenía que hacerlo, por que deseo verte feliz y que puedas ser libre, como siempre lo has querido- Su voz es tranquila, sus ojos reflejan compasión y, algo más.
-Pero yo…- Es allí que su corazón y mente conectan, y su rostro se contrae de golpe -¡¡¡MARINETTE!!!- Grita, angustiado el nombre de aquella persona que ama -¡¡¡¿DÓNDE ESTÁ MARINETTE?!!!- Su desesperación se refleja inmediatamente, acercándose a su primo, para sujetarlo por el cuello de su ropa, por la angustia que tiene por su querida novia.
Esa reacción, que lo trate así por una simple chica, lo llena de una sorpresa no grata, como de enojo y una punzada en su corazón que duele tanto.
-¿Porque tienes que preguntar por ella?- Su cuestionamiento es rápido para encontrar una respuesta lógica a su ver.
-¡¡¡POR QUÉ ES MI NOVIA, Y TENGO QUE ASEGURARME QUE ESTE BIEN!!! ¡¡¡POR QUE LA AMO CON TODO MI CORAZÓN!!!- Su tono es preocupante, pero feroz y firme al buscar información de su novia, pues necesita saber que ella está a salvo a como de lugar, sino su desesperación se podría convertir en un terrible peligro para cualquiera.
Aquellas palabras lastiman a Kagami, pero no dejara que su debilidad se refleje, pero no sólo ella está dolida por las palabras del rubio. Ya que al igual Félix, aprieta sus dientes y puños, pero a la vez demuestra que su porte no se altera tan fácilmente.
-¿Porque te tienes que preocuparte por ella? Cuando yo he hecho todo esto para ti- Su mano derecha se posa en esa mejilla pálida y cálida, para también fijarse mejor en esos ojos verdes brillantes como un hermosos prado de primavera -Cuando yo deseo que seas sumamente feliz y nada te detenga, cuando yo… También te amo- No se detiene en declarar sus sentimientos, pues ahora que no existe nadie que limite su verdadera naturaleza, se siente libre por fin, capaz de hablar con total libertad.
-¿Eh?- Esto solo sorprende al Agreste, al igual que lo hace retroceder un poco, pero es capturado rápidamente por los brazos del contrario, siendo rodeado por la cintura por el portador del pavón real, quien sin previo aviso le roba un beso de aquellos labios color duraznos.
Esto deja por completo atónita a la chica, tanto es así que deja caer su katana de madera al suelo, sin poder apartar la vista de aquel show.
Adrien mantiene sus ojos abiertos, llenos de sorpresa y confusión por aquel acto que nunca espero tener de parte de su primo.
Pero en cambio Félix, decidió que es mejor cerrar los ojos para disfrutar de su primer beso dedicado a su amor que creyó imposible.
Es corto, casto, aun con un grado de inocencia…
Solo era tocar los labios del contrario y con eso sabe que ya es suficiente para declarar su amor.
Como anhelo tanto aquel instante, en donde pudo sentir aun más lo que Adrien le provoca… Pero sabe que sólo podría ser eso y no más.
Al apartarse y abrir sus ojos, esta levemente sonrojado, pero el rostro de quien siempre le impusieron como primo, se nota igual de avergonzado, bastante rojo, pero con una enorme confusión.
-Félix… ¿Qué haces?- Pregunta descolocado, alejándose de aquel abrazo, sin entender nada de lo que está pasando.
No se siente mal, realmente es algo que deseaba hacer, pero nunca espero nada a cambio -Me gustas Adrien- Lo declara tranquilo y sin ningún remordimiento -Por eso hizo este mundo donde podemos ser libres de sentir lo que queramos y que nada más nos importe- Sonríe, alzando sus brazos, riendo de nuevo de manera espeluznante.
-Pero… Somos primos- Responde, sonrojado y con el corazón latiendo a mil por hora, mientras siente una emoción peor que la angustia, por su preciada novia.
-Oh, Adrien… No lo has entiendo aún…- Niega con la cabeza, no va a negar que el joven rubio es un chico bastante inocente, de un corazón tan puro, que por eso desea tanto el poder protegerlo, quedarse a su lado desde que eran unos niños. Posee un enorme deseo de tenerlo a su lado y no dejarlo ir nunca, cuidarlo y estar juntos siempre, pero… Sus padres, los de ambos, los terminaron alejando y, eso ya no lo va a permitir.
Pero tampoco puede ir en contra de lo que en verdad quiere Adrien. Su amor y cariño, es tan grande como para imponerle sus sentimientos.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO LO ENTIENDO Y NO ME IMPORTA!!!- Niega con la cabeza, posando su mano sobre sus labios para limpiarse aquel toque, y si poder encarar al de traje azulado, mientras frunce el ceño le sigue reclamando su atrevimiento -¡¡¡SOLO QUIERO SABER DÓNDE ESTÁ MARINETTE!!! ¡¡¡¿QUÉ LE HAS HECHO?!!!- Teme tanto que la locura de Félix, se pudiera haber extendido al grado de ser capaz de lastimarla.
Y en ese caso, jamás lo podría perdonar. Al igual que Kagami, quien vuelve a sujetar su katana de madera y la empuña en señal de defensa y/o ataque contra el portador del miraculous del pavo real.
-¡¡¡TAMBIÉN LA DESAPARECISTE COMO A LOS OTROS!!! ¡¡¡¿CIERTO?!!!- Ella también sufre por la relación de Adrien con Marinette, pero eso no impide en sentir preocupación por su mejor amiga.
Ya sabía con antelación que sus sentimientos no serían correspondidos, por aquel amor que le tiene Adrien a una simple panadera o a la heroína de todo Paris…
Ladybug, no sólo fue eliminada solo para que no le quitara su ahora miraculous, sino que… Pensó que si la dejaba con vida, Adrien al verla podía seguir encaprichado con ella y, no lo iba a permitir, aunque tampoco lo podría hacer sufrir…
-No le hice nada- Contesta con cierta molestia y arrogancia.
Se gira para darles la espalda a ambos.
-Vengan, les mostraré donde esta- Contesta para guiarlos hacia dónde oculto aquella joven panadera.
Los contrarios no saben sí dice la verdad o es una mentira, pero… ¿Qué otra opción tienen?
Nota como están preocupados por ella, pero sobre todo, ver como ha provocado que Adrien este enojado y decepcionado de él, no quiere eso, era lo que menos deseaba que ocurriera.
Baja la cabeza, mientras murmura unas palabras para que nadie lo escuche.
-Sabía que te dolería… Si algo le pasaba- Conoce los sentimientos de quien se supone es su primo.
Por ende no heriría a aquella chica, más eso no le iba a impedir que sintiera una horrible punzada que rompe lentamente su corazón, pues ese beso robado y fugaz será lo único que tendrá de Adrien.
Al llegar al lugar indicado, abre el contenedor de basura donde dejó a Marinette, pero no la logra encontrar...
Se sorprende por esto, no sabe cómo es posible, si él mismo la había dejado allí sana y salva.
-Yo… Juro que la deje aquí- Responde nervioso, mirando el rostro sorprendido, angustiado y furioso del Agreste.
-¡¡¡¿CÓMO PUDISTE DESAPARECER A MARINETTE?!!!- Adrien grita molesto, sintiendo como sus puños se crispan, siendo algo muy raro en él.
-No, Adrien- Niega con la cabeza, intentando acerarse al contrario -Yo no pretendía hacerle daño- Rápido se trata de justificar, para que entienda su amor imposible que jamás dañaría a esa chica, solo por él.
-¡¡¡CLARO QUE SI LO QUIERAS!!!- Kagami se agrega a la discusión, alzando su mirada afilada cuál katana de samurái -¡¡¡ESOS ASQUEROSOS Y ENFERMIZOS SENTIMIENTOS QUE TIENES POR ADRIEN, SON LOS QUE TE MOTIVARON A HACER ESTO!!!- Niega con la cabeza y su katana de nuevo en alto -¡¡¡AMBOS SON PRIMOS!!!-
Su semblante estoico se empieza a manifestar cauteloso, mirando a los dos, posando sus manos en su delante, desesperado por no haber encontrar a esa chica, pero más por la decepción en la cara del rubio que ha amado desde que ambos eran unos pequeños niños.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡ESO NO ES CIERTO!!! ¡¡¡JAMÁS LE PODRÍA HACE DAÑO PORQUE ESO LO ENTRISTECERÍA Y NO QUIERO QUE ESO PASE!!!- Se justifica de nueva cuenta, su semblante está descompuesto por las acusaciones y el miedo de perder a Adrien.
La mirada de desde de la Japonesa no le genera ningún impacto, pero el como con odio y enojo Adrien lo mira, le duele… Le lastima tanto en su corazón, el que lo acuse y no le crea… Cuando siempre él, era el único que confiaba en todo lo que decía, sin importar nada, ni nadie… No podía perder eso, esa confianza debía protegerla…
Incluso sí… Debía perder su mundo ideal.
Derrotado por sus sentimientos, aquellos que nunca podría abandonar… Que en su felicidad y emoción, se entusiasmó tanto para poder proyectarlos en un beso que gozo tanto como pudo… Y que fue arruinado por la verdad y confusión…
Desapareció a la amada de su único amor y, espera algo que no puede ser… Aunque lo anhele con todas sus fuerzas, aceptaría verlo con otra, con tal de que esa sonrisa se mantenga en ese gentil rostro.
Pero, lo que jamás podría soportar es que lo mire con esos ojos de odio y el saber que lo ha hecho sufrir.
-No, yo… No… No lo hice… Ella, debería estar aquí… Yo- Su defensa desesperada por ser escuchado y que le crean.
Ya no quiere seguir escuchando lo que los demás dicen y creen de él.
-¡¡¡¿CÓMO PUDISTE HACERLE DAÑO?!!!-
-¡¡¡DEVUÉLVELA!!!-
-Félix…-
No, ese tono no lo quería escuchar.
Sus orbes se ensanchan y ven lo que provocó.
-Por favor… Devuélveme a Marinette- A Adrien destrozado, llorando…
No… Eso no… Todo menos eso.
Muerde su labio inferior en señal de angustia, su corazón duele, por ver al dulce y amable rubio llorar…
No eso no puede suceder.
No va poder soportar más esta imagen y, un chasquido es suficiente para que todo vuelva a la normalidad.
Las personas aparecen de nuevo en la ciudad, confundidas, sin entender que les había pasado todo este tiempo.
Adrien y Kagami miran a su alrededor preocupados, esperando ver a aquella chica que tanto buscaban.
-Lo siento…- Una disculpa de parte de aquel nuevo villano se escucha, que apenas le dedica una mirada de dolor al rubio.
Y este a su vez, logra ver por una fracción de segundo, el como una lágrima cae por sus orbes verdes igual a los suyos.
Esto lo sorprende mucho y provoca que un poco de angustia, similar a la que tiene por Marinette se presente, pero ahora por su primo.
-¿Félix?- Murmura aquel nombre, sintiendo como su corazón se contrae de una manera que no entiende ahora.
-¡¡¡MARINETTE!!!- La voz femenina exclama aquel nombre, indicando que la ha encontrado.
Y por esa razón Adrien deja de lado lo que ocurrió con su primo y, al parecer enamorado ya no secreto.
Esta feliz por encontrar a su amada novia, pero… Ahora tiene preocupación y tristeza por aquel que comparte tanta similitud con él.
---En un tejado, en alguna parte de París---
Félix, deja escapar su llanto, mientras ve al sentimonstruo que creo para este evento, algo similar a una luna roja que está en el cielo, siendo manejado por él.
Es injusto a su parecer sentir tanto dolor por querer hacer realidad los sueños de los que considera iguales a él.
-Perdóname…- Su voz destrozada, no puede retener sus lágrimas.
Se derrumba con él chasquido de sus dedos, pues aquel ser se desvanece por completo… Y todo por su culpa.
Pobre chico…
Creyó que podría ser feliz, que podría traer felicidad a su amado primo, pero no…
Le hizo daño, lo hirió tanto…
Se deja caer en ese lugar, recostándose en el frio tejado, para dejar derramar las lágrimas de sangre de su corazón desquebrajado y dándose cuenta el terrible dolor que ahora vive en él, pues destruyo un sentimonstruo que creía que podría traer libertad a quien ama y al final resulto solo en un peor momento para su primo.
-Perdóname, Adrien- Es lo que dice mientras sigue dejando escapar sus lágrimas de desesperanza y arrepentimiento por haber hecho sufrir a la única persona, por la cual deseaba hacer un mundo mejor.