Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestras historias.... de amor? por Kitana

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

1… La historia según Hyoga. 

Es tarde, Camus sigue durmiendo en nuestra cama. No se ha sentido bien en los últimos días. No dice nada pero sé que no está bien. Anoche llegó muy tarde y bastante drogado. Hacia mucho que no se ponía así. Odio que se ponga así, es bastante insoportable, por suerte anoche se durmió rápido. Desde que volví de Nueva York lo siento extraño conmigo, no sé que le pasa. He llegado a pensar que sabe lo que pasó allá. La verdad es que no podría sentirme más culpable; en especial porque Orpheo y yo hemos seguido en contacto.

 

-¿Qué hora es patito? – dice Camus entrando en la cocina.

 

- Van a dar las once. – le respondo. Lo miro y me doy cuenta de que está listo para salir. Viste un traje gris que le queda muy bien, que raro, él jamás usa traje, al menos no trajes formales.

 

- Ah, excelente, estoy a tiempo.

 

- ¿A tiempo para que?

 

- Tengo una cita. Negocios por supuesto, no me mires con esa cara.- dice sonriendo. – Te veo más tarde.- dice después de darme un beso.

 

- ¿No vas a desayunar?

 

- Nop, no tengo tiempo, y la verdad no me apetece eso que comes.- me dice señalando con el dedo mi cereal.

 

- Al menos toma un jugo.

 

- No, cuando estoy nervioso me dan nauseas, mejor así. Un chico vomitón no es lindo ni sexy y yo soy un chico lindo, así que no desayuno y ya. Bien, hoy es un gran día y este lindo chico tiene que lucir arrollador, tengo que verme más lindo que nunca, ¿me veo lindo?

 

- Sí, te ves lindo.

 

- Sí lo dices así te diré que no creo verme lindo. Tal vez debería cambiarme. Esta ropa no me va, ¿cierto?

 

- Tú nunca usas traje, ¿por qué hoy te pusiste traje?

 

- Ah no, no es mío, por supuesto que no es mío; no es mi estilo, tú sabes la ropa que me gusta. –  dice guiñándome el ojo.- Solo que me dijeron que debía usar esto para la rueda de prensa. Todos usaremos traje.

 

- ¿Rueda de prensa?

 

- Hola patito- dice golpeándome la sien izquierda - Te lo dije hace días, pero como de costumbre, solo piensas en no sé que y no escuchas a tu hermoso novio. En fin, me voy, si llego tarde de nuevo Sahorí me despelleja vivo. Ciao¡¡ no me esperes a comer ni a cenar, tendremos fiesta después de la rueda de prensa y va a ser en grande. – dice sin perder la sonrisa. Lo veo salir del departamento pensando que no debería extrañarme su actitud, él siempre ha sido y será así.

   

Hoy tengo el día libre, y tenía la esperanza de poder pasarlo con mi novio, pero como siempre, él tiene sus propios planes y yo no estoy incluido. Al principio insistía en llevarme a los desfiles y a las fiestas post desfile, pero yo nunca me adapté a sus amigos ni sus amigos a mí. Por eso me negaba a ir, hasta que decidió dejar de invitarme y simplemente anunciar que iba a ir solo a esas malditas fiestas.

 

 

 

El teléfono está sonando, seguro que se le olvidaron de nuevo las llaves y está llamando para decirme que no vendrá hasta mañana porque no quiere despertarme a las tres de la mañana. De todas sus excusas, esa es la que más odio.

 

-¿Hola?- pregunto, se oye mucho ruido.

 

- Hola… eh… disculpe, ¿es el departamento de Hyoga Kido? – dice una voz que me resulta familiar.

 

- Sí, es aquí, ¿Quién habla?

 

- Este… soy Orpheo Farneud, ¿está Hyoga?

 

- ¿Orpheo? Que sorpresa, soy yo Hyoga, ¿cómo estás?

 

- Muy bien, ¿y tú?

 

- Podría estar mejor, no  me quejo.

 

- ¿Sabes? te llamo porque mi hermana y yo estaremos unos días en París, me gustaría visitarte, claro, si no te molesta.

 

- Por supuesto que no me molesta Orpheo, hay muchas cosas de las que quisiera conversar contigo.

 

- Entonces dame tu dirección y en cuanto nos hayamos instalado te buscaré.

 

- Correcto, ¿tienes en que apuntar?

 

- Si, adelante.- después de darle la dirección de mi departamento y conversar un momento sobre tonterías, Orpheo se despide de mí. Así que estará en París… será bueno volver a verlo. Pero estoy seguro de que no haremos nada más que hablar, no podría hacerlo de nuevo. Me siento tan culpable. ¿Cómo puede Camus seguir tan tranquilo después de acostarse con otros? Yo simplemente no puedo ni mirarlo a los ojos. Aparentemente no se ha dado cuenta de nada, pero siento que algo en él ha cambiado. Su actitud es la misma de siempre, solo que ahora no dice las cosas con ese desenfado de siempre, más bien se ha vuelto irónico y bastante sarcástico. No quisiera pensar que se ha dado cuenta de que hice algo en Nueva York, pero creo que es precisamente eso lo que sucede. Él nunca me dirá nada, él es así.

 

 

 

Paso el resto del día en casa, practicando, pronto tendré una audición y espero que me vaya mejor que en Nueva York. Como a media tarde el timbre comienza a sonar, me imagino que será alguno de mis hermanos. Voy a abrir la puerta y me encuentro con que no se trata de ninguno de mis hermanos. Es Orpheo quien está sonriendo frente a mí.

 

- Hola Hyoga, ¿cómo has estado?- dice sin dejar de sonreír.

 

- Hola Orpheo, que sorpresa. Creí que tardarías más en venir.

 

- De hecho te llamé desde el aeropuerto, habría venido de inmediato pero no estaba muy presentable que digamos.

 

- Pasa, ¿quieres tomar algo?

 

- Un poco de agua nada más. – dice Orpheo, no puedo creer que haya venido a visitarme, la verdad es que no imaginé que en realidad vendría.

 

 

 

Me siento junto a Orpheo en el sillón.

 

- ¿Y cómo has estado? – le digo.

 

- Bastante bien, ¿sabes? Eurídice decidió incluirme en su gira y ahora estoy acompañándola, dice que eso es bueno para mi carrera, aunque a mí no me gusta mucho eso de que me conozcan solo por ser su hermano. – dice Orpheo sin dejar de mirarme.

 

- Al menos tienes algo, yo en realidad me esfuerzo mucho en mis clases y pronto tendré una audición para una orquesta de cámara aquí en París.

 

- Me alegro por ti. – dice Orpheo con esa linda sonrisa suya. Ahora que lo veo me doy cuenta de que es un chico en verdad hermoso. - ¿A que no te imaginas quién está también en la gira?

 

- Dime.

 

- Pues el maldito director que nos hizo aquella audición, ¿lo recuerdas?

 

- Claro que lo recuerdo, ese maldito es un idiota.

 

- Y un pesado, hasta con Eurídice tiene quejas. La semana pasada se pelearon tan fuerte que creí que iban a suspender la gira. – dice Orpheo, su ingenua sonrisa no hace sino seducirme, pero yo no debo… no, no debo. – Aunque… ¿te digo algo? Es muy guapo, y con esa voz tan seductora que tiene… pero eso no quita que sea un idiota, ¿cierto? – los dos reímos. Casi sin sentir Orpheo y yo nos hemos acercado mucho uno al otro. Las manos de Orpheo acarician mi rostro… siento sus tibios y suaves labios sobre los míos. Pronto su lengua se arrastra hacia el interior de mi boca. Él se tiende en el sofá y yo me tiendo sobre él. Nuestros cuerpos buscan mayor cercanía. Es lo más excitante del universo tenerlo aquí junto a mí… sus manos descienden por mi pecho hasta detenerse en mi cintura, abre mi pantalón con impaciencia. Sus manitas suaves aprisionan mi miembro y comienzan a masajearlo. Me enloquece… me vuele loco con solo eso.

 

- Espera… espera. – me dice cuando intento quitarle la ropa. Me hace sentar en el sofá y él se arrodilla frente a mí situándose entre mis piernas. Me lanza una mirada lujuriosa, sostiene mi hinchado miembro con sus dos manos y en segundos me siento dentro de su húmeda boca… se siente tan bien…

   

Mis manos acarician su azulada melena, se enredan en su cabello y empujo para hacerlo ir más rápido. Su lengua acaricia cada centímetro de mi pene. Chupa y mordisquea cada milímetro de mi miembro… se detiene y da suaves golpes con su lengua en la punta de mi pene, se siente tan bien… me siento tremendamente excitado y ya no aguanto más, voy a explotar… aprisiono la cabeza de Orpheo entre mis manos y empujo mi pelvis hacia él. De mi garganta no sale ningún otro sonido más que un sonoro gemido que solo se apaga ante la visión de Camus mirándome desde la puerta. La expresión en sus ojos verdes no es de sorpresa, más bien es de una tristeza infinita…y aún más que eso, es como sí no hubiera nada peor en el mundo que lo que ha visto.

 

 - Hola patito.- dice acercándose a mí. Pasa de largo hacia la habitación en que dormimos. Nada podría ser peor.

 

- ¡Camus! – grito, Orpheo se separa de mi como de rayo y voltea a mirar hacia donde Camus se encuentra. Me toma un segundo levantarme y acomodar mi ropa para ir detrás de él. Lo alcanzo en la habitación. –Camus, espera.

 

-¿Para qué? – dice lanzándome una fría mirada mientras revuelve el closet buscando no sé que.

 

- Esto no es lo que parece.- él se ríe.

 

- ¿Ah no? Si como no, pues a mí si que me pareció que ese niño te estaba dando una mamada monumental en la sala de nuestro departamento.- sin duda esta furioso y no lo culpo. – Supongo que ese niño es producto de mi imaginación. Oh sí seguro que tanta droga me ha dañado la vista y mis ojos me engañaron haciéndome creer que había un niño de cabello azul entre tus piernas chupándote como si fueras una paleta, claro, Camus es muy bonito pero también muuuy tarado y por eso podemos coger enfrente de él y no se enterará de nada porque el pobrecito todo lo que tiene de bonito lo tiene de idiota, oh sí podemos engañarlo porque tiene la inteligencia de un niño de tres años, es muy brutito el pobrecito ¿verdad?

 

- Camus, no me hagas esto.

 

- ¿Hacerte qué? Yo no estoy haciendo nada. Por sí no lo recuerdas el que estaba en la sala con un chico en una posición nada fácil de explicar eras tú, eres un idiota Hyoga. – lo veo sacar una maleta y meter en ella apresuradamente algo de su ropa.

 

- ¡Por favor! Como si tú no hicieras lo mismo. No eres el más indicado para reclamarme por esto.

 

- Sí, lo hago ¿y qué? pero al menos tengo el cuidado suficiente como para que no me encuentres en nuestra casa cogiendo con algún tipo. Espero que la próxima vez tengas más cuidado. Aunque claro, yo no voy a estar presente la próxima vez que te tires a alguien ni será en la sala de mi casa porque yo me borro de tu existencia, ¿me oyes? Me borro.

 

- Camus yo…

 

- No digas nada, no te preocupes. No voy a pedirte una explicación, no hace falta, lo que pasó es evidente. No soy un gran intelectual pero tampoco soy tan bruto como todos creen y eso sin mencionar que con mi historial, no necesito explicaciones. Yo creía que sabía todo sobre estas cosas, pero ahora me doy cuenta de que me faltaba conocer un insignificante detallito, yo no sabía como se sentía estar del otro lado. ¿Sabes? hace tiempo que me esperaba esto, sabía que tarde o temprano ibas a hacerlo… no me imaginé que lo harías en nuestra casa, eso es verdad pero supongo que algún día tendría que suceder. ¿Él es el de Nueva York? – dice mirándome.

 

- ¿Cómo…?

 

- ¿Cómo lo supe? Fácil, tú eres demasiado transparente patito… no te preocupes por mí. En cuanto volviste supe que habías hecho algo semejante, y no te ofendas pero al menos debiste cambiarme por algo mejor. Yo soy más lindo, sexy y sobre todo tengo mucha más clase, yo no dejo que me pesquen mientras estoy follando con algún tipo. Supongo que tengo lo que merezco… en fin… me voy a largar de aquí unos días y cuando vuelva no quiero encontrarte aquí, porque, por si lo olvidaste, yo soy quien paga la renta. Te dejo, seguro que el niño tiene ganas de algo más y tú siendo tan buenito como eres no lo vas a decepcionar. No me sigas, y por cierto, ciérrate bien los pantalones. – dice con una sonrisa irónica antes de correr hacia la puerta llevando su maleta.  Corro detrás de él… ¿cómo llegamos a esto?

 

- ¡Camus, Camus, espera! – le grito al ver que se acerca al elevador.

 

- Ya déjame ¿sí? Has lo que quieras, no me importa, solo aléjate de mí. ¿No te das cuenta?  En este momento eres la última persona sobre la tierra con la que quiero estar.

 

- Camus, yo te he perdonado… te he perdonado por todo lo que me has hecho…

 

- Esto no se trata de sí me has perdonado o no. Duele y duele mucho, no solo porque me hiciste saber lo que tú sientes, ojala hubieras escogido otra forma, pero no te preocupes, ya entendí. Entiende que no quiero estar contigo ahora, necesito pensar, necesito poner las cosas en orden aquí.- dice señalando su cabeza.

 

- Camus, esto no es lo que parece, lo que viste allá…

 

- Hyoga, por favor, sé lo que vi, sé lo que estabas haciendo allá adentro. Bien hecho patito, te vengaste, ¿satisfecho? Espero que sí. Entendí el punto, y lo entendí muy bien. Ahora deja que me largue de aquí y siga con mi vida y tú con la tuya. No quiero seguir contigo, me conozco y sé que no voy a cambiar. Tú ganas, yo soy basura y tú el lindo novio engañado, nadie va a creerme a mí, así que diles lo que quieras, a mi no me importa demasiado. Todos saben que soy una gran puta, la mejor y la más divertida puta de todo París; pero una puta al fin y al cabo; así que si quieres diles que las cosas fueron al revés.  – dice con una triste sonrisa – No voy a desmentirte, además, con la fama que tengo, nadie me creería. Yo no voy a impedirte que seas feliz. Y mejor me callo, no soy bueno diciendo esta clase de cosas. Estoy haciendo el más grande ridículo de mi vida, no mejor dicho el segundo más grande de mi vida y la verdad es que lo único que quiero ahora es un rincón donde esconderme. Sí que se siente mal… se siente muy mal. Quisiera pedirte perdón, pero de mis labios seguramente sonaría a hipocresía. Recuerda lo que te dije… cuando vuelva no quiero encontrarte aquí.- dice y echa a correr hacia las escaleras. Me quedo helado mirándolo huir de mí… no entiendo bien lo sucedido, solo entiendo que él no quiere volver a verme.

 

-¿Estás bien? – es Orpheo, pone sus manos en mis hombros.

 

- No… esto no está bien… - silenciosas lágrimas brotan de mis ojos. Sé que no volverá, lo conozco bien y sé que no va a volver. He aprendido que cuando siente que no es necesario se aleja, ¿por qué tuvo que pasar esto? ¿por qué dejamos que lo nuestro se rompiera de esta forma tan terrible? Yo lo amo y pude ver en sus ojos que él también me ama. Somos unos tontos, solo eso.

 

 

 

Orpheo me lleva de vuelta al departamento. Pobre Orpheo, ahora se siente responsable de lo que sucedió. Pero él no tiene la culpa, solo Camus y yo somos culpables. Solo nosotros dos por permitir que las cosas llegaran a este punto, por no hablar cuando fue el momento de hacerlo. ¿De que nos sirve amarnos sí dejamos que se arruiné por comportarnos como un par de niños caprichosos?

 

 

 

Orpheo está en la cocina preparándome un té. No puedo dejar de llorar. Siempre creí que él nunca iba a dejarme, que equivocado estaba. Él se ha ido y por la mirada que tenía en sus ojos, sé que no volverá.

 

 

 

No sé cuantas veces le he marcado al celular y no se ha dignado en contestar ni una sola. Debe estar con alguien, claro, una reacción lógica en un maldito promiscuo como él, por eso no contesta el teléfono.

 

- Será mejor que me vaya, ya te cause demasiados problemas. – dice Orpheo sacándome de mis pensamientos.

 

- No, por favor, no te vayas… yo… no quiero estar solo. Por favor quédate conmigo.

 

- ¿Sabes? creo que deberíamos salir.

 

- No, mejor nos quedamos aquí… no quiero ira ninguna parte, solo quiero quedarme aquí y tratar de olvidar lo que esta pasándome.

 

- Hyoga, si te quedas aquí no vas a dejar de pensar en él, eso te hace daño.

 

- Lo sé... pero ¿qué más puedo hacer sino esperar a que regrese?

 

- Podrías ir a buscarlo.

 

- No tengo idea de donde pudo haberse metido, él es demasiado inquieto.

 

- ¿Por qué no intentas con sus amigos? Seguro que fue a buscar a alguno de ellos.

 

-Sí, eso podría ser… ¡voy a buscar en su agenda! Seguro que ahí tiene los números de sus amigos. Su mejor amigo es Aioros, seguro que está con él o al menos sabrá donde encontrarlo. – voy a nuestra habitación y empiezo a buscar la agenda de Camus, al fin doy con ella. El número de Aioros está anotado en la primera página. Vuelvo a la sala y desde ahí marco el número. - ¿Hola? ¿Podría hablar con Aioros?

 

- ¿Aioros? Eh… no él no está, pero si quieres dejar algún mensaje puedes decírmelo y yo se lo diré a él, soy su hermano Aioria.  – dice el chico del otro lado de la línea.

 

- En realidad no lo busco a él, estoy buscando a Camus, soy su novio, ¿de casualidad está ahí?

 

- No, él ya debe estar volando a Ibiza en este momento. Él, mi hermano y todos sus amigos de la agencia. Se supone que vuelven el próximo lunes. Si te urge localizarlo puedo darte el número del hotel y el de la habitación de Aioros para que localices a Camus.

 

- Muchas gracias.

 

- No es nada, no te preocupes, conozco a Camus y se lo despistado que puede ser, seguro que se le olvidó dejarte los datos del hotel, ¿verdad?

 

- Sí, si así fue.- después de anotar el número telefónico del hotel donde se hospedaran en Ibiza me despido de Aioria. Bien, ahora debo esperar a que Camus llegue al hotel para poder localizarlo allá. ¿Qué tiene que hacer en Ibiza? Seguro es otro de sus viajes alocados, esos amigos suyos son peores que él, en especial ese tal Afrodita.

 

 

 

Tres horas más tarde marco el número del hotel, Orpheo sigue conmigo, pobre se siente tan culpable, no he podido convencerlo de que él no tuvo nada que ver.

 

- Hotel Ritz, ¿en que podemos ayudarlo?- me responde una operadora.

 

- Hola, eh quisiera que me comunicara con la habitación 314.

 

- Un momento por favor.- dice la voz y lo que escucho a continuación es la típica música de espera.

 

- ¿Hola? ¿Quién habla? – al fin contesta Aioros.

 

- Hola Aioros, soy Hyoga, ¿me recuerdas?

 

- Si, claro, eres el patito de Camus, ¿qué pasa? ¿Se quedó contigo verdad? Sabía que iba a preferir quedarse contigo a venir con nosotros, has cambiado mucho a nuestro chico de hielo.  Estoy casi seguro de que nunca se había enamorado tanto de alguien como se enamoró de ti. Yo sé que es un poco idiota, pero en el fondo tiene buen corazón y todo lo que necesita es que alguien lo cuide, pobrecito, nunca la ha tenido fácil. Supongo que me llamabas para avisarme que no vienen, ¿verdad? Bueno pues entonces me despido, mi novio me espera en la playa, bye, besitos para Camus.- dice y cuelga el teléfono. ¿Qué fue esto? Sí no está con sus amigos, entonces ¿Dónde puede estar?

  

2… La historia según Camus.

 

- ¿Quieres que suba contigo? – dice Mili con esa mirada ingenua taaaaan sensual.

 

- No hace falta lindo, solo voy a buscar mi tarjeta, un poco de ropita y bajo a alcanzarte. Por cierto, tienes un punto a tu favor por traerme en este lindo porsche y no en tu infernal motocicleta. Te lo compensaré.

 

- Creí que te gustaba.

 

- Si, pero me gusta más este bebé.- le digo con mi sonrisita de un millón de dólares. – Vuelvo lo más rápido posible, tengo que darle una buena explicación a Hyoga de porque demonios me largo a Ibiza, ¿ideas?

 

- Dile que vas a trabajar y listo.

 

- Ay no que flojera, mejor le digo la verdad, que me voy con mi lindo, sexy y sumamente erótico amante que es la fantasía sexual de más de uno a pasar unos días haciendo el amor como locos en una playa nudista. No me mires así, era broma, claro que le voy a decir que voy por trabajo. En realidad podría decirse que sí es por trabajo, vamos a festejar que tenemos un gran trabajo, ¿cierto?  – vuelvo a sonreír y bajo del auto. Milo me observa con esa mirada suspicaz tan suya. Ni siquiera sé porque le dije lo de hacer el amor como locos, nosotros no hacemos el amor, solo nos acostamos, además desde que Hyoga regresó de Nueva York, solo lo hemos hecho tres o cuatro veces, y eso fue hace más de un mes, demasiado poco para mí. Mili y yo hemos compartido cama, pero solo para dormir más veces que las que hemos hecho cositas sucias.  Mili es so cute y me encanta, además en estos días he descubierto que él no es solo una máquina sexual muy eficiente… he descubierto que él me agrada de verdad. No sé porque no me di cuenta antes. Me siento extraño. He roto todas mis marcas pero de abstinencia. No me he acostado con nadie más que con Milo, porque ni siquiera he dejado que Hyoga me toque en el último mes. Después de darle la bienvenida a Hyoga con una noche de sexo alocado, en la que por cierto me di cuenta de que él no estaba precisamente deseoso de tenerme, no hemos hecho nada más. Y yo no he buscada a nadie para hacer travesuras… estoy preocupado, yo no suelo ser tan… virginal.

 

 

 

Ah en fin, subamos por nuestra linda ropita de playa. Me veré muy lindo junto a Mili tomando el sol en las doradas y orgiásticas playas de Ibiza. ¡Que coincidencia! Fue en Ibiza donde nos conocimos hace un año. Mili me pareció lindo y más que eso interesante, pero mi patito y yo recién comenzábamos a vivir juntos y no quería arruinarlo. Cuando volví a encontrarme a Milo las cosas entre Hyoga y yo no podían estar más arruinadas, así que me dije ¿qué más da? Y me decidí a pasar una noche en sus brazos… nunca me imaginé que a esa noche le seguirían muchas otras y que seis meses después yo seguiría buscándolo.

 

 

 

Y ahora no se que voy a hacer... sigo amando a mi patito, pero Milo ya no es solo sexo, comienza a ser algo más y eso me da miedo. Al fin llega el elevador a mi piso, apuesto a que mi patito estará torturándose con sus partituras. Quizá deba darle una muestra de mi amor antes de irme, no creo que a Mili le moleste esperar un poco. Abro la puerta del departamento, sorpresa, todo está en silencio… o casi todo. No puedo creer lo que mis hermosos ojos están viendo… mi patito está con otro tipo… y en mi casa… en mis narices y yo estoy viéndolos como el gran idiota que soy por creer que era mi imaginación cuando intuía que él estaba teniendo una aventurilla semejante a las  mías.

 

-Hola patito.- digo y paso de largo sintiéndome el más tonto, estúpido, tarado, idiota, imbécil, y demás lindas cualidades de todo el mundo.

 

- ¡Camus! – me grita, puedo sentir como ese insignificante con el que estaba me mira, pedazo de idiota… se acomoda la ropa y viene a alcanzarme. Entro en la habitación y él entra detrás de mí. –Camus, espera.

 

-¿Para qué? – digo lanzándole una fría mirada con la que intento disfrazar mi desconcierto… nunca creí que pudiera sentirme así… al menos no por culpa suya.

 

- Esto no es lo que parece.- solo me río, ¿qué más puedo hacer? No quiero verme dolido ni mucho menos humillado, después de todo, tengo lo que me merezco.

 

- ¿Ah no? Si como no, pues a mí si que me pareció que ese niño te estaba dando una mamada monumental en la sala de nuestro departamento.- le digo sin poder ocultar mi enfado, mi dolor. – Supongo que ese niño es producto de mi imaginación. Oh sí seguro que tanta droga me ha dañado la vista y mis ojos me engañaron haciéndome creer que había un niño de cabello azul entre tus piernas chupándote como si fueras una paleta, claro, Camus es muy bonito pero también muuuy tarado y por eso podemos coger enfrente de él y no se enterará de nada porque el pobrecito todo lo que tiene de bonito lo tiene de idiota, oh sí podemos engañarlo porque tiene la inteligencia de un niño de tres años, es muy brutito el pobrecito ¿verdad?

 

- Camus, no me hagas esto.

 

- ¿Hacerte qué? Yo no estoy haciendo nada. Por sí no lo recuerdas el que estaba en la sala con un chico en una posición nada fácil de explicar eras tú, eres un idiota Hyoga. – al fin logro encontrar mi maleta y arrojo en ella lo primero que encuentro en el closet.

 

- ¡Por favor! Como si tú no hicieras lo mismo. No eres el más indicado para reclamarme por esto. – grita, es como si quisiera hacer más grande  mi dolor recordándome que fui yo quien comenzó con esto.

 

- Sí, lo hago ¿y qué? pero al menos tengo el cuidado suficiente como para que no me encuentres en nuestra casa cogiendo con algún tipo. Espero que la próxima vez tengas más cuidado. Aunque claro, yo no voy a estar presente la próxima vez que te tires a alguien ni será en la sala de mi casa porque yo me borro de tu existencia, ¿me oyes? Me borro. – le grito luchando por no ponerme a llorar.

 

- Camus yo…

 

- No digas nada, no te preocupes. No voy a pedirte una explicación, no hace falta, lo que pasó es evidente. No soy un gran intelectual pero tampoco soy tan bruto como todos creen y eso sin mencionar que con mi historial, no necesito explicaciones. Yo creía que sabía todo sobre estas cosas, pero ahora me doy cuenta de que me faltaba conocer un insignificante detallito, yo no sabía como se sentía estar del otro lado. ¿Sabes? hace tiempo que me esperaba esto, sabía que tarde o temprano ibas a hacerlo… no me imaginé que lo harías en nuestra casa, eso es verdad pero supongo que algún día tendría que suceder. ¿Él es el de Nueva York? – le digo mirándolo a los ojos.

 

- ¿Cómo…?

 

- ¿Cómo lo supe? Fácil, tú eres demasiado transparente patito… no te preocupes por mí. En cuanto volviste supe que habías hecho algo semejante, y no te ofendas pero al menos debiste cambiarme por algo mejor. Yo soy más lindo, sexy y sobre todo tengo mucha más clase, yo no dejo que me pesquen mientras estoy follando con algún tipo. Supongo que tengo lo que merezco… en fin… me voy a largar de aquí unos días y cuando vuelva no quiero encontrarte aquí, porque, por si lo olvidaste, yo soy quien paga la renta. Te dejo, seguro que el niño tiene ganas de algo más y tú siendo tan buenito como eres no lo vas a decepcionar. No me sigas, y por cierto, ciérrate bien los pantalones. – le digo con mi más falsa sonrisa, si, es verdad soy una puta, siempre lo he sido y siempre lo seré. Pero soy una puta con clase. Tomo mi maleta y echo a correr hacia la puerta, lo escucho venir detrás de mí, no quiero verlo, no quiero oírlo más.

 

- ¡Camus, Camus, espera! – grita y yo ruego a todos los dioses para que el elevador llegue rápido.

 

- Ya déjame ¿sí? Has lo que quieras, no me importa, solo aléjate de mí. ¿No te das cuenta?  En este momento eres la última persona sobre la tierra con la que quiero estar.

 

- Camus, yo te he perdonado… te he perdonado por todo lo que me has hecho…

 

- Esto no se trata de sí me has perdonado o no. Duele y duele mucho, no solo porque me hiciste saber lo que tú sientes, ojala hubieras escogido otra forma, pero no te preocupes, ya entendí. Entiende que no quiero estar contigo ahora, necesito pensar, necesito poner las cosas en orden aquí.- le digo señalando mi cabeza… sí supieras que solo quiero huir de aquí, que solo quiero ir a donde sea para que no me mires como me estás mirando ahora…

 

- Camus, esto no es lo que parece, lo que viste allá…

 

- Hyoga, por favor, sé lo que vi, sé lo que estabas haciendo allá adentro. Bien hecho patito, te vengaste, ¿satisfecho? Espero que sí. Entendí el punto, y lo entendí muy bien. Ahora deja que me largue de aquí y siga con mi vida y tú con la tuya. No quiero seguir contigo, me conozco y sé que no voy a cambiar. Tú ganas, yo soy basura y tú el lindo novio engañado, nadie va a creerme a mí, así que diles lo que quieras, a mi no me importa demasiado. Todos saben que soy una gran puta, la mejor y la más divertida puta de todo París; pero una puta al fin y al cabo; así que si quieres diles que las cosas fueron al revés.  – digo intentando no parecer triste y derrotado  – No voy a desmentirte, además, con la fama que tengo, nadie me creería. Yo no voy a impedirte que seas feliz. Y mejor me callo, no soy bueno diciendo esta clase de cosas. Estoy haciendo el más grande ridículo de mi vida, no mejor dicho el segundo más grande de mi vida y la verdad es que lo único que quiero ahora es un rincón donde esconderme. Sí que se siente mal… se siente muy mal. Quisiera pedirte perdón, pero de mis labios seguramente sonaría a hipocresía. Recuerda lo que te dije… cuando vuelva no quiero encontrarte aquí.- no puedo más, tengo que irme de aquí, tengo que dejar de sentirme así y solo lo conseguiré en los brazos de Milo. Tomo la maleta y corro lo más rápido que puedo escaleras abajo. Al menos no me siguió.

 

 

 

Al salir ala calle Milo me espera con una sonrisa que se desdibuja tan pronto como nota que estoy llorando.

 

- Cam, ¿qué pasó? ¿por qué estás así?- dice acercándose a mí.

 

- No es  nada Mili, vamonos ya o esos tontuelos van a dejarnos. Anda vamos a tu lindo auto. – él me mira sin creerme, no sé como lo hizo pero ha llegado a conocerme mejor que nadie, y eso me asusta. Milo me abraza y me hace subir al auto. Pobre Mili, ahora va a tener que soportar a Camus modo melancholy, y eso sí que será duro, en especial porque me da por hacer una emulación de la magdalena por las noches. En fin, me acurruco en sus brazos pensando que esto iba a pasar tarde o temprano; sí yo no lo dejaba, él me dejaba a mí, eso es claro.

 

- Sí quieres podemos quedarnos en la ciudad y dejar para después lo del viaje a Ibiza. – me dice Milo abrazándome con fuerza.

 

- Creo que es lo mejor, en este momento no soy la mejor compañía del mundo… no quiero arruinarles el viaje a los demás. Y tampoco quisiera fastidiarte a ti… pero no me imagino mejor lugar para reponerme de esto que contigo.

 

- ¿De que tienes que reponerte?

 

- Él estaba… haciéndolo con otro… ¿te das cuenta? Me duele, una cosa es intuir y otra muy distinta que lo encuentres en plena acción, ¿no crees? – Milo no responde, solo me abraza con más fuerza.

 

- Será mejor que vayamos a mi departamento, allá descansarás y podrás pensar las cosas con más calma. Quizá mañana quieras volver con él.

 

- No lo creo Mili, ya me di cuenta de que yo no le hago falta para nada, ni siquiera para el sexo, es obvio que me ha sustituido en todos los aspectos. Llévame contigo, ¿sí? En cuanto me sienta mejor alcanzaremos a los demás en Ibiza. Será divertido… - Milo me hace subir al auto, me siento justo como aquél día, el día en que perdí mi ingenuidad a manos de Kanon Gemini. Y yo que creí que jamás podría sufrir como lo hice entonces. Supongo que esta vez es mi culpa… pero entonces no lo fue. Vaya que no lo fue.

 

 

 

Hemos llegado al departamento de Milo. Siempre me ha parecido muy acogedor, todo es tan… del estilo de Milo y Milo me hace sentir tan bien.

 

- Deberías contestar tu celular, ha estado sonando desde que te subiste al auto. – me dice Milo mientras acomoda mi maleta cerca de un sillón.

 

- No pienso contestar nada. No es trabajo, Sahorí nos dio la semana libre, así que seguro es el imbécil de mi ex.

 

- ¿De verdad no quieres oír lo que tenga que decirte?

 

- De verdad… no me interesa. Ven, vamos a la cama.- le digo, tomo su mano y lo arrastro hacia su cama, esa camita suave y enorme en la que hemos hecho muchas cositas sucias. Él me abraza con amor, me acaricia el cabello y besa con suavidad mis labios.

 

-Cam, sé que no quieres pero tal vez escucharlo te haría sentir mejor.- niego con la cabeza, él sonríe. –Está bien, está bien, te quedarás aquí y yo te cuidaré hasta que estés bien, ¿entendido?

 

-No quiero molestar… de verdad, yo puedo ir a un hotel o conseguir un departamento o algo así. – le digo, Milo sonríe y me acaricia el rostro.

 

-Tú nunca molestas Cam, sabes que haría cualquier cosa por ti. Y ahora necesitas que te cuide y te haga sentir  bien, ¿cierto? Y aunque lo que lo que voy a hacer va contra casi todas mis creencias… conociéndote como te conozco, sé que lo que necesitas es… buen sexo y una noche muy loca, ¿verdad? – me dice acariciando mi rostro.

 

- Sí, me conoces muy bien querido Mili. Así que vamos a usar tu deliciosa camita para algo más que dormir. – abro su camisa dándole un tirón, él solo me deja hacer, no sé quien de nosotros está más triste. Me desnudo para él y él se desnuda para mí, contemplo su piel bronceada, sus labios jugosos y suaves que solo me besan a mí, me avergüenzo de no poder decir lo mismo de mí hacia él.  Él se tiende en la cama con una suave sonrisa en los labios, no es una sonrisa de alegría, ni de satisfacción, sino de tristeza, acaricio su rostro y me recuesto a su lado.

 

- No tenemos que hacerlo si no quieres.

 

- Yo siempre quiero, ¿recuerdas? – digo besando sus labios tibiecitos y suaves. Es hermoso, simplemente hermoso. – Ven y dame lo que necesito. – digo abriendo mis piernas para dar cabida a su hermosa anatomía.

 

 

 

Después de una buena y satisfactoria sesión de sexo de varias horas, nos abrazamos, no puedo contener las lágrimas, simplemente no puedo dejar de llorar. Milo solo me abraza y besa mi rostro humedecido.

 

- Yo lo amaba Mili, yo si lo amaba… pero lo arruiné todo, y en vez de tratar de arreglarlo vine aquí y me acosté contigo. Lo he herido tanto que creo que me merezco esto que me está pasando y más. ¿Por qué soy así? ¿Por qué no puedo controlarme?

 

- No digas eso, hablas de ti mismo como sí fueras un monstruo.

 

- ¿Tú no crees que lo sea? Es decir, creo que soy un muy mal tipo por acostarme con todos los que puedo… pero no puedo evitarlo, de verdad que no puedo… necesito saber que soy hermoso, necesito saber que hay alguien que me quiere… que hay alguien que me necesita…

 

- No necesitas acostarte con nadie para saber eso. Tú eres perfecto Cam, eres hermoso, eres inteligente y aunque no siempre lo demuestres eres un chico sensible, sí no lo fueras no te sentirías como te sientes ahora. Un monstruo no se preocuparía por el dolor de otros.

 

- ¿Eso es lo que piensas de mí? ¿De verdad crees que soy inteligente? – la mayoría de la gente que conozco piensa que soy un débil mental o algo así por como me comporto, pero Milo no cree eso…

 

- Eso y más, pero ahora no hablemos, ¿sabes? Aiolos me recomendó un nuevo club, se supone que hay un DJ excelente, ¿qué dices, vamos?

 

- Pues vamos, Camus Delluc jamás se pierde una oportunidad de ir a divertirse, y por cierto, ¿crees que mañana podrías acompañarme de compras? Necesitaré algunas cosas sí voy a quedarme contigo.

 

- Iremos a donde tú quieras Cam, ¿te bañas conmigo? Siempre he querido hacer eso contigo.

 

- Vamos Mili, será divertido, te lo prometo.- lo beso en los labios. Él sonríe pero ya no es esa sonrisa triste de siempre, más bien es como si tuviera la esperanza de algo… espero no decepcionarlo como a todo el mundo.

 

 

 

Por la noche Milo y yo nos dirigimos a bordo de su amada motocicleta al club que Aiolos recomendó.  Parece ser un lugar bastante chic, habrá que verlo por dentro. No tenemos ningún problema para entrar, ser un par de hermosos y sensuales modelos nos abre la puerta. La música me encanta.

 

- Ven, vamos a saludar.- dice Milo al tiempo que me toma de la mano y me jala entre la gente que baila hacia una mesa ocupada por un par de chicos que no conozco pero que visten en el mismo estilo que él, es decir mucha piel y cosillas metálicas, un par de ángeles vestidos de negro. Uno es rubio y el otro tiene el pelo de un tono muy lindo de verde limón, ay están tan lindos, pero no más que Mili.

 

- Creímos que nos ibas a dejar plantados Scorpio. – dice el peli verde. Esa actitud de chico malo lo hace ser sexy, y esos puntitos en su frente son muy monos

 

- Yo le dije que últimamente no eres puntual y que debíamos esperarte un poco más. Pero ya lo conoces, la paciencia no es precisamente una de sus cualidades. – dice el rubio sonriendo, tiene los ojos azules, lo mismo que Milo, de hecho tienen un aire de familia.

 

- Ya llegué, así que basta de tonterías. -  dice Milo con aires de hermano mayor.

 

- Bueno, al menos ahora podremos bailar, ¿no lo crees Shak?- dice con una sonrisa el del pelo verde. - ¿Y tú eres…? – dice acercándose un poco a mí.

 

- Yo soy Camus, ¿y tú?

 

- Shion, pero tú puedes llamarme como quieras lindo. – dice sonriendo.

 

- Shion, no te metas con él, ¿sí? – le dice el rubio.

 

- Tranquilos, solo era un inocente ofrecimiento de amistad.  Además en vista de que nuestro querido Scorpio no nos ha presentado, tuve que presentarme yo mismo. – dice el lindo Shion aparentando inocencia.

 

- Bueno ya basta ¿sí? – dice Milo, creo que no le gustó para nada esto. En fin, yo no sé nada y calladito me veo más bonito, pero creo que ese Shion es mi versión dark. O al menos eso es lo que parece… entonces creo que me llevaré bien con él.  – Camus, él es mi primo Shaka.- dice señalando al rubio que me sonríe abiertamente. - Y a Shion, nuestro payaso particular ya lo conociste.

 

- Y el pequeñín que viene con las cerveza por allá.- dice Shion señalando a un chico de cabellos lilas y que tiene esos mismos puntitos en la frente que él, y que viene hacia acá con dos cervezas en las manos. - Es mi hermanito Mu, quien por cierto aspira a la mano de Shaka, sí es que Milo se la concede.- dice burlón, Mili está que revienta.

 

- Ya, Shion, deja eso por la paz, ¿quieres? – dice un sonrojado Shaka.

 

- Ay que niño tan mono, very sweet. – les digo al ver a Mu de frente, en realidad es un comentario sincero y sin doble intención, pero creo que a Mili no le ha hecho gracia.

 

- Camus, ven, quiero bailar. – dice y me jala a la pista. Mientras bailamos contemplo a Milo, es taaan lindo cuando se pone celoso.

 

- No te enojes Mili, solo fue un cumplido para el chico.

 

- No es por eso que estoy molesto, es por el imbécil de Shion, no deja de babear por ti y me molesta que te esté coqueteando en mis narices, me revienta que se comporte así.

 

- ¿Y quien te dijo que voy a hacerle caso a sus coqueteos? Estoy contigo y me voy a comportar.

 

- Gracias Cam.- dice con una sonrisa resplandeciente, ay… no me quiero enamorar de ti Milo pero… me estás orillando a eso. Después de bailar un poco, volvemos a la mesa, solo está Shion, Mu y Shaka están bailando de forma por demás sensual, es obvio que se gustan, par de niños tontos, me imagino que son de esos que no dicen nada porque son inseguros, pero sí puedo claro que voy a hacer algo al respecto, a veces me gusta hacerla de cupido.

 

- Oye bicho, ¿me traes algo de la barra?- le dice Shion a Milo.

 

-  Mejor vas tú, ¿qué no ves que estoy ocupado?

 

- Anda, hazme ese favor y te juro que te compensaré, te prestaré la casa de la playa por un mes, cuando tú quieras, ¿qué dices?

 

- Ah, está bien, pero después no me salgas con que solo fue un favor de amigos, ¿de acuerdo? Ya voy, ¿qué quieres?

 

- Absentia… ¿la has probado Camus?

 

- Eh… bueno sí, hace tiempo.

 

- Entonces me acompañaras porque éste no toma ni del jerez de la abuela, ¿aceptas?

 

- Sí está bien.- Milo se ríe alegremente.

 

- Ya sé lo que pretendes Shion, pero con él no vas a poder, este chico bebe aún más que tú y Dohko juntos.

 

-Eso está por verse Milo, anda y no traigas copas, tráenos dos botellas, te reto Camus.

 

- Y yo acepto tu reto, pero dime ¿quieres que sea más interesante?

 

- Claro, ¿qué propones?

 

- Te apuesto lo que quieras a que aguanto más que tú bebiendo. Dime ¿Qué quieres perder?

 

- Eh… pues no sé, ¿qué podemos apostar?

 

- Apuéstale tu amada Harley, vamos Shion, no seas cobarde. – dice Milo sonriendo divertido.

 

- OK, va mi Harley, pero ¿tú que apuestas?

 

- Ummm no sé déjame ver, ¡ah ya sé! Te apuesto una motocicleta nueva como la de Milo, la compro para ti si es que logras beber más que yo, ¿aceptas?

 

- Hecho, va mi Harley contra una Black Shadow como la de Milo, a que bebo más que tú.

 

- Creo que Cam va a regresar en su propia moto a casa esta noche.- dice Milo con una sonrisa de satisfacción. Se da media vuelta y se dirige a la barra.

 

- Oye Camus, ¿puedo preguntarte algo?

 

- Adelante chico malo.

 

- Bueno es que... yo quisiera saber…

 

- Ah ya sé lo que quieres saber, estas queriendo preguntarme sí es verdad que soy más fácil que la tabla del uno, ¿cierto? Se te nota en la cara que quieres preguntar eso. Y sí, soy muy fácil, toda una zorra, pero no me voy a acostar contigo, ¿contento?

 

- En parte. Yo ya sé de tu reputación Camus, desde que Milo empezó a hablar de ti averigüe todo lo que pude sobre ti. Y no es eso lo que quería preguntar, mi pregunta es ¿qué intenciones tienes con mi amigo? Sí solo quieres divertirte, esta bien, pero debiste decírselo antes de que se enamorara de ti.

 

- Yo siempre se lo deje en claro, no teníamos ningún futuro… solo que me equivoqué. Ahora las cosas han cambiado, ¿sabes? ni yo mismo sé que quiero con él.

 

- Pues será mejor que lo aclares, por tu bien y por el suyo. – eso fue una amenaza, supongo. – Milo es un tipo especial, todos lo sabemos, es un gran amigo y lo quiero mucho, por eso no me gustaría verlo lastimado de nuevo.

 

- Como que de nuevo.

 

- Pues sí, de nuevo. Verás hay una historia triste detrás de su apego por Shaka. Scorpio estaba enamorado de su primo, lo había amado desde que eran niños. Pero Shaka solo lo veía como un gran amigo y compañero de aventuras. Cuando Shaka se lió con ese imbécil de Phoenix, Milo quedó deshecho. Se deprimió e hizo muchas cosas estúpidas, drogas y otras cosas, él jamás había hecho nada semejante, todos nos preocupamos por él. Hablamos y le dije que tenía que olvidarse de Shaka, que tenía que rehacer su vida y comenzar de nuevo. Fue entonces que comenzó en eso del modelaje, hace tres años para ser exactos. – así que por eso Mili odia a mi querido ex cuñado.- Hace poco más de un año todo en su vida se estabilizó, dejó de hacer tonterías como las que yo hago y entonces sucedió que  Phoenix le hizo una porquería a Shaka y Milo se puso furioso, tuvieron una pelea tremenda. Milo tenía ganas de matar a ese idiota después de lo que le hizo a Shaka, pero entonces me di cuenta de que él ya no lo amaba, ahora solo quería protegerlo como a un hermano y me dio gusto. Él se había recuperado. A lo que me refiero es a que no quiero que arruines de nuevo su vida, aunque parezca un chico rudo, Milo tiene corazón de cristal, no merece ser lastimado por alguien que solo quiere divertirse.

 

- Descuida, haré lo que pueda por no lastimarlo, y tú deberías dejar de burlarte de tu hermano y ayudarlo para que se ligue a Shaka.

 

-¿Cómo supiste que era en serio?

 

- Ay, pues es obvio. Tu hermano se deshace por Shaka y Shaka se deshace por tu hermano.

 

- Eres más listo de lo que pareces.- dice Shion sonriéndome.

 

- Vaya, es lo más bonito que me has dicho en toda la noche.

 

- Y no te ofendas porque quise saber si eras fácil; aquí entre nos, yo también tengo una pésima reputación, todos dicen que soy una puta y la verdad no me molesta para nada serlo. Las putas se divierten más que los chicos buenos, ¿no lo crees? – los dos reímos. Milo ha vuelto trayendo un par de botellas de absentia, la deliciosa hada verde que nos sonríe desde su lindo envase. Shion si que tiene resistencia, pero nadie le gana al lindo Camus, después de media botella, Shion se está cayendo de lo borracho que está y yo sigo tan fresco como una rosa.

 

- Creo que tenemos a un vencedor.- dice Shaka muerto de risa al ver a Shion intentar sin éxito seguir bebiendo.

 

- Te dije que no eras rival para Cam. – Mili se ríe mucho de su amigo y yo me río como un estúpido borracho, creo que Milo hizo lo correcto al traerme aquí, con sus amigos he logrado olvidarme de lo sucedido esta tarde.

 

- Mi hermano se va a sentir muy mal cuando sepa que ha perdido la apuesta. – dice Mu riéndose también. Estos tipos son divertidos, no me queda duda… que bueno que no he tenido que estar solo con todos mis recuerdos y aunque suene increíble, con mi culpa por haber perdido a Hyoga.

 

- Mili, ya vuelvo, tengo que ir a polvearme la nariz sí es que quiero aguantar un poco más, ya vengo.- le digo a Milo, él me detiene, ha sujetado mi muñeca.

 

- Espera Cam… no quiero que te drogues esta noche.

 

- Ay, no te preocupes por mí, solo será una línea para que se me baje la borrachera.

 

- Los dos sabemos que no estás borracho Cam, tú soportas más que eso. ¿Por qué quieres drogarte?

 

- Lo necesito… eso es todo… tú sabes que no funciono bien cuando estoy en mis cinco y no quiero pensar, solo quiero olvidar lo que vi esta tarde, ¿me entiendes?

 

- Sí, te entiendo y por eso te pido que no te drogues, al menos no esta noche. Sé que puedes vivir sin eso, hazlo como un favor para mí. ¿Puedes hacer eso por mí Cam?

 

- No te prometo nada… lo intentaré.

 

- Con eso me basta.

 

- De todos modos tengo que ir al baño. - él me abraza por la cintura y pega su cuerpo al mío… Milo sabe darme lo que necesito justo en el momento en el que lo necesito… quizá no sea tan malo enamorarme de alguien como él. Sin soltar la mano de Milo me dirijo al baño. él me abraza con aires protectores... Mili es un sol. al baño, solo espero no arruinar esto también.

 

-¿Sabes? Shion se va a poner como loco cuando se despierte y se de cuenta de que perdió la apuesta. Esto será la diversión del año...

 

- Eso será divertido, ¿no Mili? Aunque no tengo la menor idea de que voy a hacer yo con una motocicleta.

 

-¿Y qué más? Usarla niño bonito, no te preocupes, yo te enseñaré a usarla como se debe y pronto podremos pasearnos juntos, ¿te gusta la idea?

 

- Pues no sé… la verdad es que no estoy seguro de tener madera de motociclista.

 

- No se diga más, mañana tendrás tu primera lección, ya verás que en unas semanas estarás listo para que demos un paseo muy largo y divertido por la carretera. Te sorprendería lo divertido que es. – dice Milo rodeando mi cintura con su brazo. Me arranca un beso muy apasionado que le correspondo de inmediato… ah Mili casi puedo decir que te amo. Nos separamos al escuchar que alguien entra en el baño. Milo se acomoda el pelo mientras yo finjo lavarme las manos.

 

-Camus, esa actitud de niño sorprendido en mitad de una travesura no hace sino confirmar que estabas haciendo algo indebido. – dice alguien a nuestras espaldas, casi me desmayo de la impresión al reconocer a Kanon Gemini. El muy maldito me sonríe burlón.

 

- Ah vaya sorpresa y yo que creí que este era un lugar con clase y que no dejaban entrar a gente como tú. – le digo mientras Milo nos mira sin entender.

 

- Oh vamos, no vas a decirme que sigues enojado después de tanto tiempo, ¿o es que sigues enojado por aquello?

 

- A ti no te importa lo que yo piense o sienta, ¿o no es lo que me dijiste hace años? Ahora si me disculpas tengo mejores cosas que hacer que seguir mirando tu cara de simio.- le digo con mi sonrisita venenosa, Milo casi se ríe en su cara y Kanon está furioso. Al pasar junto a él, Kanon me lanza una mirada asesina. ¿Por qué entre todos los días de mi vida se me tuvo que aparecer hoy? Camus estas de muy mala suerte, Camus necesitas un amuleto de buena suerte.

 

 

-¿Quién era?

 

- Un idiota como los hay tantos… Mili, no te ofendas pero no quiero hablar de ese idiota… que te baste con saber que es su culpa que yo sea lo que soy.

 

- ¿Tanto daño te hizo?

 

- Más de lo que te puedes imaginar… no quiero hablar de él… o mejor dicho sí, pero no aquí ni ahora, vamos a bailar y a divertirnos. No quiero sentirme mal. Vamos. – lo tomo de la mano y lo hago bailar conmigo, Kanon está aquí, eso solo puede significar que Saga está cerca, no pueden estar muy lejos uno del otro.  Milo y yo bailamos cerca de la mesa donde Shaka y Mu cuidan al bello durmiente- Shion. ¿Por qué el pasado tenía que volver ahora? ¿Algo podría empeorar las cosas?

  

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).