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Infidelidad por Aquarius No Kari

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Notas del capitulo:

Holis o.-

el segundo capitulo contiene un poco de lemon... espero no esté muy fuerte

Pasión Incontrolable

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DOS MESES DESPUÉS

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Camus tenía un pequeño grupo de amigos formado por Aioria –el recién divorciado-, Mu –el niño lindo y carismático que estaba por casarse-, y Afrodita –quien se metía con hombres y mujeres por igual sin importarle nada más (NA: ese es su papel aquí, no es lo que yo pienso del personaje X.x).

Los cuatro amigos solían reunirse en un bar-club llamado "Galaxian Exploxion", donde los gemelos Saga y Kanon, eran los dueños y preparaban unas exquisitas margaritas, aunque había que tener cuidado de que no se pelearan o terminaban revolviendo los bebidas

Aquél día al que ahora haré referencia; solo se encontraban el pelirrojo y el castaño, sentados en una de las mesas redondas sin que nada ni nadie los molestara, excepto lo que Camus tendría que decirle a su buen amigo

-"Tengo que hablar con alguien"- Dijo el francés debiéndose al hilo su copa de vino, siendo observado unos breves segundos, por un muy sorprendido Aioria –quien ahora lo desconocía por su manera tan extraña de actuar-. Carraspeó tratando de ocultar en su rostro el efecto de lo raro que lucia el pelirrojo

-"Tranquilo Camus, luces algo… alterado"- Una pequeña gota de sudor resbaló por su frente

-"Y lo estoy"- Respondió tragando saliva y tomando al hilo la copa que era del castaño. Aioria le miró con desagrado

-"Pero ¿Qué te pasa?"

-"Mira"- Comenzó a hablar y a mover muy rápido las manos –"No te lo diría si no fuera tan importante; pero no lo soporto… me produce una jaqueca espantosa esta confusión… ¡Me estoy volviendo loco!"- Se apretó las sienes

-"Camus…"

-"Y créeme, tú serías la última persona a la que creía ser la primera en decírselo"

-"eh…"

-"A Afrodita no se lo puedo decir, ya conoces como es…"

-"Yo…"

-"Mu esta por casarse y no me imagino la cara que de terror que pondría si se llegara a enterar…"

-"Camus…"

-"¿Qué?"- Se exasperó porque su reciente inspiración acaba de ser cortada

-"Respira y dime tu problema"- Camus abrió la boca; pero enseguida la cerró con fastidio, sabiendo que su castaño amigo no tomaría las cosas tan… ¿bien?... como él pensaba. Tomó una gran bocanada de aire y la arrojó en un suspiro para poder continuar con la ¿noticia? De su relación jamás terminada con Milo…

-"Es que es muy difícil…"- Volvió a suspirar –"Sucede que…"- Tragó saliva con dificultad, mirando con cierta ansia y temor mezclados al castaño. Al final y luego de tantas miradas indecisas que bajaban y subían de la mesa a los ojos de Aioria, por fin se decidió a revelarse –"Tengo un amante"- Dijo en voz baja, en un tono que quizá pensó, su amigo no escucharía; pero para su mala suerte, el moreno tenía un buen oído

-"¿QUÉ?"- Empujó hacia atrás la silla con las piernas, dándose el suficiente espacio para ponerse de pie. Varios clientes, incluso los gemelos… se le quedaron viendo entre sorprendidos y molestos

-"Ya me oíste, no hagas que lo repita de nuevo"- Dijo molesto el pelirrojo, cruzando los brazos de manera indignante por haber atraído la atención de aquella forma. Al castaño se le pusieron rojas hasta las orejas, sentándose con una sonrisa nerviosa dirigida a todo aquél que siguiera mirándolo. Cuando todo volvió a su cause normal, Aioria se inclino lo suficiente hacia su amigo para seguirle interrogando

-"Espera… tienes un amante… ¿Y no lo dijiste antes?"- Una sonrisa se asomo por sus labios, haciendo que por tal hecho Camus se enfadara

-"No es para alegrarse"- Contestó de malas. Aioria le sacó la lengua

-"Lo siento"- Se puso serio –"Es que no puedo creer que le seas infiel a Hyoga"- El francés se llevó las manos a la cabeza para recargarse en la mesa

-"Soy horrible… lo sé…"- Aioria le miró con cierta preocupación

-"No es tan malo"- Colocó una mano en su hombro

-"¿Te volviste loco?"- Se escandalizó el pelirrojo por la reacción que su amigo había tenido. El castaño alzó los hombros y se recargo en la silla que ocupaba, sintiéndose ligeramente ofendido por la incomprensión de su reciente actitud

-"Solo creo que es lindo tener una aventura, aunque yo soy del club de los anti-infieles…"

-"¿Quieres olvidarte de Aioros de una buena vez? Él no vale nada, tú si, el que te dejara no fue culpa tuya…"

-"Mejor cállate infiel"- Reclamó bastante molesto

-"Te lo dije, mejor no te hubiera abierto mi bocota"- Aioria suspiró derrotado, temiendo que sinceramente ese día no comprendería absolutamente ninguna de las acciones de su amigo

-"Ya Camus, ante todo soy tu amigo y te apoyo…"

-"Gracias, porque esa no es la peor parte"- El castaño le miró horrorizado, temiéndose la peor de las noticias

-"¿Entonces?... ¿No estarás embarazado?... ¿Verdad?"- Camus se sonrojó ante tal cosa, ya que eso si hubiera sido lo peor de todo el bendito enredo

-"¡Claro que no!"- Se escandalizo

-"Es que por la cara de preocupación que traes…"

-"¿Me dejaras que te diga, o me harás preguntas estúpidas?"

-"Que genio…"- Camus lo fulminó con la mirada –"Ya hombre, me callo"

-"De acuerdo"- Tomó una bocanada de aire y la soltó inflando las mejillas –"Pues… mi problema es porque… eh… me enamoré de mi amante"

-"¿Qué?... un momento… ¿Tu amante no será el prometido de Mu, Shaka?"

-"¡NO!... Shakis es atractivo y todo; pero él no es…"

-"¿Cuál es su nombre?... ¿Lo conozco?"- Camus se mordió el labio mirándole con cierta desconfianza; pero si ya le había dicho todo lo demás, lo mínimo ahora sería que se enterara de su identidad

-"Si lo conoces… es Milo"- Aioria estuvo apunto de hacer un gesto para decir que no tenía importancia; pero su cerebro al repasar más de una vez más ese nombre, haciéndole eco en la cabeza, volvió a levantarse sumamente escandalizado

-"¡MILO! Pero pensé que ustedes había terminado su relación hace… ¿tres años?"

-"Cuatro…"- Corrigió bastante avergonzado. Aioria sintió que el mundo se le venía encima y Camus también cuando el castaño lo ahorcó

-"¡CUATRO! ¡AH, no puedo creerlo!"- El pelirrojo comenzó a ponerse azul

-"No puedo respirar…"- Dijo con dificultad

-"Camus es que… ¿Te has puesto a puesto a pensar en Mime? ¿Acaso no te importa verlo sufrir como yo cuando Aioros me dejó? ¿Cómo pudiste hacerlo?"- El castaño se negaba a soltarlo

-"Lo sé… soy una persona horrible Aioria, siento mucho todo esto"- Volvió a decir aún con las manos de su amigo apretando su cuello –"Enserio, no puedo respirar…"- El divorciado dejó su cuello para dejarse caer en la silla, presenciando como el pelirrojo trataba de recuperar la respiración

-"Es que no es posible que ustedes dos sean amantes ¿Se puede saber al menos saber desde cuando lo son?"- Camus siguió tosiendo

-"Digamos que jamás hemos dejado de vernos"- Aioria de nuevo se puso de pie

-"CUATRO AÑOS DE INFIDELIDAD ¿Cómo pudiste hacer semejante cosa?"- El pelirrojo se cubrió como pudo con las manos, para evitar que su cuello peligrara de nuevo

-"Es que…"- Aioria dejó que las palabras de Camus murieran en su boca, mientras seguía escandalizándose a sí mismo por lo ocurrido y lo señalaba en forma amenazadora con el dedo

-"No hay excusa para ti jovencito, ni para él. Tú mejor que nadie sabe lo mal que me puse cuando Aioros me dejo por su amante, ¿Acaso eso no te importa?"

-"Si, más de lo que te imaginas… es solo que…"- El castaño tomó aire dándose un tiempo para calmarse, en tanto que el pelirrojo se quedaba en suma y total silencio

-"¿Qué ridícula excusa me darás ahora?"- Se cruzó de brazos y suspiro, regresando su trasero a la silla para mirarlo más fijamente. Camus parecía de pronto incomprendido, con un dolor terrible en la sien que demostraban sus dedos en la frente y el semblante que ahora se había puesto débilmente sonrojado

-"Ya no puedo dejar de verlo, e intentado de todo y… no puedo… cada vez que intento que sea la última, lo deseo más…"

.o.o. Flash Back .o.o.

Camus llevaba esperando a Milo por más de quince minutos; sentado en la cama, con la pierna cruzada contemplando el reloj en su muñeca izquierda, sintiéndose sumamente desesperado porque ansiaba verlo para aclarar todo aquél lío que la telaraña en su cerebro estaba formando, ante la posibilidad de que NO fueran tan inmunes a los sentimientos como el rubio y él había pensando

Al escuchar el ruido de las llaves entrando en la cerradura de la puerta, su corazón bajo hacia su estomago, impulsando a todo su cuerpo para incorporarse mientras se ponía visiblemente nervioso y miraba la tabla de madera moverse, dando paso enseguida a la persona que estaba robando su corazón… -una vez más-

-"Siento el retraso Camus"- Se disculpó el rubio cerrando la puerta y dando pasos enormes para llegar hasta él, logrando estar lo suficientemente cerca para dejar un beso en sus labios –"El trafico estaba insoportable"- Otro beso –"Pero tú sabes que aquí estoy…"- Un beso más

-"Milo…"- El francés trataba de hablar para decirle lo que lo había llevado hasta ese lugar, en aquél día; pero esos besos… ¡Cielos!... se sentía tan desarmado… -"Milo…"

-"Hum…"

-"Ya no podemos seguir…"- Murmuró. El griego sintió que toda su inspiración se iba por la borda, y mirando a su amante con el semblante inmensamente contrariado, le cuestionó aquellas palabras que para él no tenían ni una mínima pizca de sentido

-¿Por qué no?"- Camus se alejó algunos pasos del sexy rubio, sin apartar un solo instante su mirada de la faz de Milo; pero a la vez tratando de no verle directamente a los ojos

-"Tú eres casado"- Respondió; pero no por nada, el griego le conocía MUY bien y sintió que la respuesta que el francés le daba en esos momentos, no era verdaderamente la correcta.

-"Sabes que eso no importa…"- Dijo sonriendo con sensualidad, estirando su mano para tomar la del pelirrojo… sin éxito alguno al retroceder una vez más de Camus

-"Claro que sí y lo sabes muy bien"- Contestó sintiéndose ofendido, borrando con sus palabras la sonrisa del griego

-"¿Qué rayos pasa contigo?... No eres el mismo…"

-"Eso es lo que trato de decirte Milo, NO PODEMOS SEGUIR. Nuestro tiempo ya pasó, fuimos felices antes… disfrutamos nuestro noviazgo… el tener sexo y si quieres el hecho de ser infieles a las personas que dijimos amar… pero tú y yo estamos mal, todo esta mal… tú estas mal… yo estoy mal… el mundo esta…"- Un fuerte agarre por su cuello y unos labios carnosos y sensuales, impidieron que sus propios labios pudieran seguir pronunciando palabra alguna u otra clase de reclamo. La primera reacción de Camus, fue abrir sus ojos desmesuradamente y dejar que su cerebro se quedara en blanco sin ofrecer idea alguna o solución posible para resistirse… sintiendo que su cuerpo dejaba de tensarse, que incluso sus propios labios le traicionaban para corresponder el beso iniciado de Milo…

-"Demuestrame que de verdad quieres terminar con lo nuestro"- Susurró el rubio bajando sus manos con suavidad para tomar como suyas, las caderas del pelirrojo. Camus cerró los ojos sin saber el motivo, callando muy a su pesar las palabras de negativa ante todo eso

-"M-mi-milo…."- Se maldijo a sí mismo por no poder decir alguna otra palabra

-"Será la última vez…"- le susurró dejando algunos besos en su cuello, mismos que en cuestión de segundos se convirtieron en llamas de fuego que lo derretían con lentitud. El pelirrojo cerró los ojos casi con pesadez, inclinando su cabeza hacia el lado contrario donde Milo le besaba

-"No podemos…"- El rubio selló sus labios con un beso candente, abrazando su cintura para resbalar sus manos hasta la espalda de Camus y acariciarla junto con su cabello mientras deslizaba la gabardina del más bajo por los hombros. El pelirrojo no sabía que hacer, el beso le estaba costando cada intento que sus pulmones hacían por jalar un poco más de aire y las pocas fuerzas que le quedaban para resistirse a semejante hombre. Milo se dio cuenta de que quería escaparse y lo atrajo más hacia sí, dejando que por el contacto se diera cuenta de lo excitado que se encontraba.

La poca cordura que hasta esos instantes era de Camus, se desvaneció en cuestión de segundos cuando la lengua del bello rubio entro en su boca, robándole un sonido que salió desde el fondo de su boca… mismo que desató aún más la locura en Milo, quien ahora estaba sumamente entretenido por desprender de la camisa color vino a semejante pelirrojo.

Y lo último que supo antes de deshacerse completamente entre los brazos del rubio, fue que lo deseaba más que a nada en el mundo, que deseaba que aquella amarga pero excitante esencia se quedara en él para siempre y que quería más que otra cosa en esta vida y en la venidera… que su ser completo le pertenecía a Milo.

Sintió la suavidad del blando colchón a sus espaldas, junto con el peso del rubio caer sobre su estomago y piernas… sus manos fueron subidas a la altura de su cabeza siendo entrelazadas con las su amante… los labios rosas y carnosos de Milo acariciando cada parte de su cuello y pecho descubierto con la misma sensualidad que siempre conseguía producir en él ese sonido… aquél gemido que hacia sonreír al rubio bastante complacido. Las manos que hace unos instantes habían estado agarrando las suyas, pronto bajaron hasta la hebilla del pantalón, desabrochándola por completo para lograr bajar su pantalón y dejar al descubierto el bóxer de color negro que llevaba… Su miembro endurecido sintió ser frotado contra otro igual o más desesperado en busca de placer… provocando que aumentara la intensidad del beso recién comenzado por Milo y que sus caderas se movieran a un ritmo considerable en busca del candente objeto de su deseo. Las manos del rubio jalaron el bóxer negro que portaba para dejar al descubierto su casi erecta virilidad. Sus piernas se abrieron para tomar como suyas las caderas y cintura del griego en un desesperado intento por más placer, mientras la lengua de su amante recorría su pecho y abdomen, bajando cada vez más para llegar al piso y que su cara quedara a la misma altura del miembro del pelirrojo… recorriéndolo unos instantes por besos con sus labios… pasando su lengua por lo que ahora sostenía con las manos y que pedía más placer y atención…

Un cosquilleo en todo su cuerpo y una pequeña descarga eléctrica, fue el resultado de aquella sensación producida por la boca de Milo, que comenzó a devorar y chupar su miembro con tal ferocidad que algunas veces sintió que se lo arrancaría… sintió su lengua tocar varias veces la punta… sus dientes morderlo con suavidad por breves instantes… sus manos acariciarlo cuando lo sacaba de su boca… e incluso la sensación de meterlo y sacarlo de su boca más de una vez mientras el movía las caderas de arriba para abajo por puro instinto… volviéndose loco y más excitado al escuchar cada gemido saliendo por los labios del rubio…

Milo dejo su miembro para incorporarse, dejándole notar a Camus que sus pantalones ya no estaban y que su hombría se encontraba erecta. El rubio clavo una rodilla en la cama mientras la otra permanecía recta, tomó de los tobillos a su amante para arrastrarlo hacia él recargando ambas piernas en sus brazos y que con ello lograra mantener su trasero levantado… El pelirrojo le miró directo a los ojos, el rubio hizo lo mismo tomando su propia hombría caliente entre sus manos para meterla en el ano del francés…

Al principió el resultado fue un gemido ahogado, aumentando de volumen conforme Milo iba entrando en él… sintiendo como el dolor y el placer se apoderaban de él… escuchando al propio rubio decirle que era el mejor sexo de su vida… con su propia hombría siendo masturbada por él mismo… gimiendo un poco más cuando el ritmo aumentaba… o la penetración era más intensa… desbordando su amarga esencia por sus piernas… dejando que de su rostro brotara el salado sudor por la excitación… apretando los dientes y un labio para no gemir, decepcionado en pocos instantes por no poder evitarlo al sentir la fuerza con que era envestido… sintiendo como su amante eyaculaba en su interior…

Milo dio un largo respingo, demostrando lo cansado que aquél acto le había dejado… para dejarse caer en la cama junto a Camus. El pelirrojo suspiró y le dio la espalda, pensando por momentos en que todo fue un error y que había estado mal…

-"No lo estuvo"- Susurró el rubio besando su hombro. El griego de verdad lo conocía mejor que nadie, comprobando esto al leer sus pensamientos correctamente. Camus sonrió y se dio la vuelta, fundiendo sus ojos con los de su amante… besando sus labios con pasión… con el amor que no podía confesar con palabras, solamente con su cuerpo

.o.o. End Of Flash Back .o.o.

-"Por eso no puedo... porque lo amo..."- Dijo Camus con la voz quebrada, tragando saliva con dificultad a través del grueso nudo que se había formado en su garganta

-"Pero Camus… es que… si Mime se entera de que Milo y tú le han estado viendo la cara desde hace tanto, va a querer matarte… al menos yo lo haría"- El pelirrojo se llevo ambas manos a la cara y la froto unas cuentas veces

-"Lo sé Aioria, lo sé… TODO esta mal"- Dejó caer las palmas con pesadez sobre la mesa. El castaño le miró con lastima, no pudiendo negar que le dolía en lo más hondo de su alma lo que su amigo estaba pasando…

-"Aún puedes decirle que se divorcie"- Dijo el abogado con algo de seriedad, para luego rodar los ojos. Camus le miró algunos instantes con el rostro un tanto fastidiado, dejando que de sus labios se asomara una sonrisa un tanto burlona, por los cambios tan raros de actitud que su amigo tenía

… o … o …


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