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Two Dreams por paulnc13ar

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Notas del fanfic:

Es un fanfics que fui escribiendo de a poco, queria poner muchos personajes así no aparecian solo Goten y Trunks, aunque no me gusta colocar más de una pareja.

 

 

            Deambulaba por toda la casa, no sabía realmente a donde ir. Se decidió ir a la cocina, tal vez una malteada podría calmar sus pensamientos.

Cuando abrió el refrigerador no halló lo que buscaba, simplemente retiró una jarra con agua.

Se sirvió en un vaso y cuando se estaba por sentar en una silla que estaba ahí se escuchó una voz que decía:

 

            – ¡Hey! Trunks, ¿Qué haces levantado tan temprano?

           

            – Ah, mamá, eres tú – respondió el niño – Pues sólo no podía dormir.

           

            – ¿Una pesadilla? – preguntó Bulma con aire de preocupación.

           

            – Algo así – Dijo suspirando – ¿Puedo preguntarte algo mamá?

           

            – Claro hijo, ¿Qué cosa te preocupa? – pregunto cariñosamente.

           

            –  ¿Qué harías si sueñas algo que sabes que podría ocurrir?

           

            – Y depende de que sueñe – contestó rápido la madre – Si es bueno y me haría feliz dejaría que ocurra…

           

            – Pero mamá – interrumpió Trunks – ¿Si tengo que involucrar a alguien que no sé cómo va a reaccionar?

 

            – ¿Qué ocurre hijo? – Cuestionó preocupada – ¿Por qué todas estas preguntas tan de repente?

 

– Por nada mamá – contestó cabizbajo – Es solo mi infantil imaginación, me voy afuera a ver si puedo hacer algo divertido.

No supo que contestarle a su hijo, solo él sabía lo que le estaba pasando por su cabecita en esos momentos, así que Bulma solo encontró unas pocas palabras.

           

            – Esta bien Trunks. – Lo detuvo su madre – Ya se solucionarán tus problemas.

           

            – ¡Gracias mamá! Nos vemos más tarde – exclamó con aparente felicidad el pequeño.

           

            – Ah por cierto, ayer a la noche me llamó Gohan. – Recordó la mujer – Me dijo que iba a venir por aquí y que vendría con Goten así juega contigo unas horas.

           

            – Ah… – pronunció con duda – Así que a lo que tanto le temo podría acabarse esta mañana… – dijo en voz baja.

           

            – ¿Qué? – Preguntó curiosa su madre mirándolo con una sonrisa.

           

            – Nada mamá, no me mires así, ¡No hice nada! – No pudo evitar reírse al terminar de hablar. – Me voy un rato al patio – Dijo más serio, y a medida que se alejaba su cara fue cambiando a una mucho más melancólica.

            Ya sé lo que te pasa hijo. ¿Pero qué puedo hacer? No se si debo ayudarte, lo que sí sé es que si te pones triste no lo podría soportar. Tras pensar todo esto, Bulma se dirigió al refrigerador a comer algo. Es mejor que lo hagas todo solito, de nada serviría que interviniera yo. Decidió Bulma y al instante se sentó y desayunó.

           

            Al mismo tiempo, Trunks caminaba hacia fuera de la casa. Finalmente llegó y con la mirada fija en el amanecer, se sentó en una banca del patio. Su mente solo podía pensar en una cosa: ese sueño. ¿Que significará? ¿Acaso está bien? ¿Por qué pienso que si no lo hago no seré feliz? ¿Debería hacer algo? Pensaba atormentado el niño. Por tantas suposiciones que se formaban en su pequeña cabeza, esta colapsó. Se quedó en blanco, sin realizar ningún movimiento. Finalmente se agazapó contra sus rodillas y una lágrima se perdió por sus mejillas, por fin se dio cuenta de lo que realmente debía hacer.

           

            – ¡Ya se lo que haré! – Dijo con una voz algo ronca, secándose las lágrimas con la camiseta – La próxima vez que venga a casa se lo diré – Exclamó con suma seguridad. – Se lo diré cuando venga a visitarme hoy. – pronunció con una sonrisa en su rostro.

           

            Dicho esto se dirigió hacia el comedor, donde desayunaría. En el camino se encontró con su padre, Vegeta.

           

            – ¡Papá! ¿Vienes a desayunar conmigo? – preguntó tiernamente Trunks.

           

            – No, ya desayuné – respondió con su habitual frialdad – Cuando termines de desayunar entrenaremos. ¿De acuerdo? Recuerda que ya estás en edad para que empieces a fortalecer tu cuerpo.

           

            – ¡De acuerdo, papá! – respondió con suma felicidad.

            Al escuchar esto Vegeta se dirigió sin más a la sala de gravedad controlada.

           

            – Bien, empezaré con una gravedad aumentada 100 veces para acostumbrar al cuerpo, y después entrenar con más – Pensó en voz alta. Con una serie de procedimientos en un computador de la sala, Vegeta sintió como todo su cuerpo fue atraído hacia el piso debido a alta gravedad.

           

            – ¡Maldición! Debí empezar con menos gravedad – Exclamó sonriendo el saiyano. – ¡Ahhhhh!

           

            Con un grito se convirtió en un super-saiyajin, con lo que la gravedad pasó a ser solo un obstáculo momentáneo.

           

            ¡Bien, empecemos a entrenar! Pensó alegre Vegeta. Realmente le gustaba luchar. A pesar de que cuando Gohan venció a Cell realmente se le esfumaron todas las ganas de seguir luchando, su sangre saiyana no le permitió estar mucho tiempo sin entrenar.

 

            Mientras tanto, Trunks desayunaba tranquilo pensando en como podía hacer para decírselo a Goten. Tal vez lo mejor sea decirle la verdad. De última, si veo que se lo toma mal le digo que solo fue una pesadilla.

           

            – ¡Listo! Terminé de desayunar – dijo alegre al saber que también tenía su plan ya formulado. Inmediatamente decidió ir a entrenar con su padre, necesitaba relajarse un poco, y olvidar todo por un momento. Se dirigió hacia donde estaba su padre, en la sala de gravedad controlada.

           

            – ¡Papá, ya acabé mi desayuno! – Gritó desde afuera de la habitación donde entrenaba.

           

            – Si, ya veo – Aclaró Vegeta – ¿Preparado para empezar entrenar?

           

            – Si – Afirmó Trunks con cierto grado de incertidumbre en su respuesta.

            – ¡Empecemos a entrenar! – Dijo con mucha más seguridad.

           

            – Bien, bajaré la gravedad así puedes entrar – Ni bien dicho esto se encaminó hacia los controles y bajó la gravedad de la sala. – ¡Puedes entrar Trunks!

           

            No esperó más para entrar, y allí se encontró con una habitación bastante espaciosa, que no difería demasiado de las demás habitaciones de la casa. Allí es donde empezó el entrenamiento del pequeño Trunks.

 

 

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            Mientras tanto, en una casa en la zona 439 del este.

           

            – ¡Vamos Goten, levántate! ¿No ibas a ir a jugar con Trunks? – Preguntó su hermano entrando a la habitación.

           

            – ¡Uh! ¡Trunks! – Gritó el niño, pegó un salto y se quedo sentado en la cama.

           

            – ¿Qué sucede Goten, alguna pesadilla? – Preguntó preocupado Gohan.

           

            – Algo parecido – Contestó confuso.

           

            – ¿Quieres contarme qué es? – Interrogó preocupado.

           

            – Es que ya me lo olvidé – Dijo sacando con una mano atrás de la cabeza y la lengua hacia un costado.

           

            – Jeje, vamos a desayunar – Invitó entre risas Gohan.

           

            – Dale, ¡Vamos! – contestó alegre el chico. – ¡Enseguida voy!

           

            – Bueno, te espero, no tardes mucho que mamá se va a enfadar – Advirtió el hermano mayor.

           

            – Jeje, bueno, tampoco voy a tardar tanto – Dijo riendo Goten – Solo quiero despertarme un poco. – Agregó.

           

            – Bien, no demores mucho – Dijo riéndose mientras se iba cerrando la puerta de la habitación.

           

            ¿Qué fue ese sueño? Eso no puede suceder nunca. El es mi mejor amigo, pero, ¿Me gustó el sueño? No tiene sentido. Fue sólo un sueño. ¡Eso es! ¡Fue sólo un sueño!

           

            – ¡Goten! ¡Ven a desayunar! – Gritó algo furiosa la madre.

           

            – Perdón, mamá, ahora voy – al instante que lo dijo se dirigió hacia el comedor. Una vez llegado allí pidió perdón de haber llegado tarde.

           

            – Discúlpenme por llegar tarde.

           

            – No importa Goten, vamos, siéntate y desayunemos – exclamó el hermano mayor. Gohan notó que algo preocupaba a su pequeño hermanito, pero sentía que no podía hacer nada al respecto, solo apoyarlo.

           

            El desayuno estuvo muy callado. Gohan y su mamá miraban a Goten y luego entre sí. No podían creer que un chico tan hiperactivo se quede tan callado. ¿Qué le pasa a Goten? Nunca estuvo así, debe estar cansado. Pensó Gohan mientras terminaba de comer. En cambio su madre pensó que era normal, ya que Goku también se quedaba serio de vez en cuando. No siempre era alegría, y aprendió que debía dejarlo solo hasta que se le aclare la mente.

           

            – Bien, ¿Terminaste de desayunar Goten? – Preguntó el hermano mayor.

           

            – Si, ya termine – Contestó segundos después.

           

            – Entonces vayamos yendo, tengo que estar temprano para inscribirme en la escuela – Dijo Gohan. Mientras que Goten solo afirmó su respuesta con la cabeza, sin pronunciar ni una palabra. Ya fuera de la casa:

           

            – ¡Adiós Gohan, Goten! – Gritó Milk mientras los saiyanos se alejaban en la nube voladora. Los dos giraron y saludaron con sus manos a su madre. – ¡Gohan, cuida de Goten! – gritaba cada vez más fuerte. Cuida mucho de Goten, Gohan. Es muy sensible, aunque no lo demuestre y hoy lo noté muy extraño. Pensó intranquila su madre. Al no divisar más a sus hijos de dirigió a la casa para realizar las tareas de todos los días.

           

            – Por cierto Goten – Había roto el silencio que entre los hermanos estaba instalado desde el principio del viaje – Has estado muy callado, ¿Te ha pasado algo últimamente? – Preguntó mirando la cara de su hermanito. Este se quedó mudo, no emitió sonido alguno. – ¡Goten!

           

            – Uh, perdón… hermano, todavía… estoy… dormido… – Exclamó Goten con voz entrecortada.

           

            – Jeje, ya solo falta mitad del camino Goten, sostente fuerte así no te caes – Dijo volteando la cabeza para ver al pequeño.

           

            – Si, ¡hermano! – Y sujetando fuertemente la remera de su hermano exclamó: – ¡Vayamos más rápido hermano!

           

            – ¡Nube voladora! ¡Máxima velocidad! – Al pronunciar Gohan estas palabras la nube empezó a volar mucho muchísimo rápido. Pasó una desde que empezaron a volar a máxima pero al cruzar una cadena de montañas los hermanos divisaron algo a lo lejos: Satan City.

           

            – ¡Mira hermano! ¿No es esa Satan City?

           

            – Si Goten, ahí esta mi escuela, ¿Puedes verla?

           

            – ¡Que grande que es Gohan! ¿Yo también podré ir a esa escuela? – preguntó emocionado el pequeño.

           

            – Claro, tienes que estudiar mucho, ser dedicado y…

           

            – Mejor lo dejamos así – Interrumpió el niño.

           

            Todavía estaban lejos la ciudad cuando Gohan decidió volar más bajo para que no sean descubiertos arriba de la nube voladora. En unos cuantos minutos ya llegaron a la entrada de la ciudad.

           

            – ¡Nube, detente! Desde aquí iremos caminando – Ordenó el hermano mayor. Al instante la nube voladora desapareció en el inmenso firmamento.

           

            – Hey, ¿no queda muy lejos la escuela desde aquí? – cuestionó refunfuñando el hermanito.

           

            – ¡Vamos! ¡No es tan lejos! – Animó el mayor revolviéndole el pelo con su mano derecha y ambos se dirigieron hacia el Instituto Orange Star.

 

 

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            Trunks sentía la fatiga del entrenamiento, su cuerpo no terminaba de acostumbrarse a tan severas jornadas. Sentía como sus músculos ya no podían más, era demasiado trabajo mantenerse en pie.

             

            – ¡Papá, ya no… puedo más…! ¡Necesito… descansar! – Dijo entrecortadamente el niño.

           

            – Necesitas adaptarte al ritmo del entrenamiento – Comentó Vegeta – Ve y descansa un poco, no sirve de nada que te esfuerces de más – Saliendo de la habitación se dirigió directo hacia la cocina.

           

            – Ahhhhh, ¡Que sed tenía! – Exclamó aliviado el pequeño saiyano al tomar unas varias jarras de jugo. Son las doce del mediodía. Ya tendría que estar por venir Goten. Pensando esto Trunks se fue hasta su habitación.

           

            – Mira que desorden que dejé – Se dijo a sí mismo tomando con una mano la parte trasera de su cabeza – Mejor ordeno todo esto antes de que llegue Goten – Pensó en voz alta el niño. Su cuarto estaba realmente desordenado, le tomó prácticamente veinte minutos ordenarlo por completo. – Estoy exhausto, no se si me cansó más entrenar u ordenar mi cuarto – Se interrogó, y sin darse cuenta, ya recostado en su cama, el cansancio lo venció.

           

            De un momento a otro sonaba el interfono. Bulma, que se encontraba relativamente cerca, atendió en unos segundos.

           

            – ¿Quién es? – Preguntó con voz neutra la mujer.

           

            – Soy yo Bulma, Gohan.

           

            – Oh, Gohan, enseguida voy a abrirte.

           

            Rápidamente se dirigió hacia la puerta de entrada para recibir a los hijos de Goku. Con una sonrisa y un “pasen” los invitó dentro de la residencia. Dentro de la casa Bulma invitó a tomar algo a los recién llegados.

           

            Ya en el living disfrutaban de diversas bebidas, plácidamente sentados en los sillones.

           

            – Bueno, Gohan, cuéntame, ¿Pudiste inscribirte en la nueva escuela?

           

            – No tuve ningún problema para inscribirme – Contestó seguro –Aunque en el camino me encontré con unos maleantes – Recordó Gohan.

           

            – Sabes bien que no te conviene andar mostrando tu verdadera fuerza, y menos en una ciudad como Satan City.

           

            – Si lo sé – Exclamó cabizbajo – Por cierto, ¿Dónde está Trunks?

           

            – ¿Trunks? – Pronunció con incertidumbre Bulma – Creo que está en su habitación – Contestó al recordar que Vegeta se lo había dicho cuando fue a ver como estaban.

           

            – Goten, ya puedes ir con Trunks – Comentó alegremente el hermano.

           

            – ¡Bien! – Exclamó feliz – No entendía nada de lo que hablaban.

           

            – Mira Goten, este robot te indicará donde es – Explicó Bulma al pequeño.

           

            Siguiendo las instrucciones del pequeño robot, Goten se encontraba frente a la habitación de su amigo. Estaba solo con una puerta delante y un pasillo desolado al lado, su mente citaba recuerdos y sueños alejando la habitación de él.

           

            – Aquí es – suspiro...

 

 

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Notas finales:

Espero que les haya gustado, les dejo picando lo que sucedera... Goten encuentra dormido a Trunks, y escucha que él balbusea su nombre, ¿qué ocurrirá? ¿Cual era el sueño que tuvo en su casa? ¿Y Trunks podrá juntar valor y contarle su sueño a Goten?

Ni yo se lo que pasará, espero que sigan enganchados cuando siga escribiendo las siguientes partes...


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