Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Biding for you (Pujando por ti) por Aeriel

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hola! Vuelvo a aparecer por Amor Yaoi para ofreceros este cortito oneshot ;)

Notas del capitulo:

Este oneshot es una locurilla en un momento de desfase mental xDD ¡Disfrutad y comentad! ^^

PD: Los personajes que aparecen en este escrito son propiedad de su autora, J.K.Rowling, y distribuidores. El resto... me pertenece a mí y solamente a mí (Mi tessssoooroo xDD)

 

- Oneshot -

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Biding for you (Pujando por ti)

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Me habían secuestrado. Si, ésa era la única explicación posible.

Ése día me había levantado con el pie izquierdo. Debía tratarse de eso. Pansy Parkinson y Blaise Zabini, amigos míos desde el colegio, me habían sacado del calor de mi

cama de malos modos. Yo, medio dormido, no di cuentas de nada. Recuerdo que fui vestido rápidamente y sin ningún tipo de delicadeza, y arrastrado del interior de mi casa a la fría calle. Y entonces...

Estaba en un sitio totalmente desconocido. Un escenario... miles de mujeres mirándome, algunas con cámaras de fotos, otras con cámaras de video,...

Y yo en una especie de...pasarela.

“¡Señoritas, aquí tenemos a un espécimen único!”, se oyó por un altavoz. “Cabello rubio platino, ojos grises como un día de tormenta, buen cuerpo a simple vista,... Querido, ¿eres tan amable de darte la vuelta?”

Quizás pensaréis que aquello era una locura... Lo era. Pero yo era el centro de atención y... SIEMPRE me ha gustado ser el centro de atención.

Me di la vuelta.

“¡¡Oh, DIOS MÍO, qué trasero, señoritas!!”, soltó el altavoz.

Me ruboricé. Nunca antes me había ruborizado. Mi excusa es...¿siempre hay una primera vez para todo?

“De acuerdo, señoritas, ¡a la puja!”, gritó el altavoz. “¿Quién ofrece 30€?”

¡¿PUJA?! Me quedé estático en el sitio. ¡¿30€?!

— ¡35€! - gritó una mujer.

Un escalofrío me recorrió la columna hasta los dedos de los pies.

Tenía un mal presentimiento... Uno muy malo...

“¿Alguien ofrece 50€?”

— ¡80€!

Y, de repente, la puja se disparó.

— ¡Yo doy 200!

— ¡Que sean 350!

— ¡800!

Se hizo el silencio. Yo tragué con fuerza. No, por favor, no... A ésa señora con bigote y mal gusto vistiendo no... Merlín misericordioso, te prometo que... te

prometo que, incluso, dejaré de insultar a Potty,... quiero decir, Potter, si me haces este favorcillo...

Vaya manera de devolverme ésa fe ciega...

— ¡2000€!

Era una voz masculina. Una voz conocida. Era...

— Maldito... - mascullé.

“¡¿He oído 2000€?! ¡Vaya, cariño, sí que vales caro!” Mostré una sonrisa de suficiencia.

“Bien...2000€ a la de una...a la de dos...vendido al caballero...¿caballero? del uniforme escolar...¿uniforme esco...? Dios mío...¿me estaré volviendo loca?” Se oyó un carraspeo. “Eh...por favor, sea tan amable de recoger su...adquisición”

Tan pronto como esto fue dicho, el maldito corrió a la pasarela y se subió con elegancia a ésta. Fue hacia mí y me sonrió maliciosamente.

— Malfoy... - hizo una marcada reverencia y me agarró la mano, para besármela a continuación.

Yo lejos de sentirme asqueado, sentí mis mejillas arder como una vulgar colegiala a la que no han besado o tratado en condiciones en su vida... Patético, vamos.

— Potter...te mataré... - le miré con los ojos echando fuego.

Él se echó a reír.

— He pagado por ti, Malfoy... - tragué saliva ruidosamente -. Esta noche...eres enteramente mío.

— ¿Por qué...tú...? - temblé, pero de furia

— Ya lo averiguarás en su justo momento... - de nuevo ésa sonrisa

Ésa es su vena Slytherin...de la que tanto comentan... Todo hay que decirlo, con ése aire de malote...está sexy. Pero jamás me sacarán ésa confesión. Ni con Veritaserum.

Cuando me quise dar cuenta estaba entre sus brazos, y sentí un tirón a la altura de mi ombligo. Os voy a confesar algo: odio las apariciones y desapariciones. Te dejan con una sensación desagradable que no se quita ni con aire fresco.

Abrí los ojos y me concentré en descubrir el lugar donde me encontraba. Una habitación. Me giré hacia Potter.

— De acuerdo, Potty... Potter - Merlin había cumplido su palabra, aunque no de manera muy satisfactoria para mí -. ¿Qué es lo que quieres de mí?

Le vi aflojarse la corbata y sentarse en un sillón.

— Como te dije, esta noche eres mío y sólo mío - lo dijo como en un susurro, lo que me provocó un estremecimiento que erizó el vello de todo mi cuerpo -. ¿Qué crees que puedo querer de ti, Malfoy?

— Eh... ¿practicar nuevas tácticas de Quidditch? - lo sé, lo sé, respuesta estúpida -. Demonios, cara-rajada, no estoy de humor para adivinanzas.

Mucho mejor, y con el insulto de honor...

Se levantó con una sonrisa maliciosa en su estúpida cara. Vale, vale, en su atractiva cara. Pero mira que estaba bueno el cabrón. Ejem, ejem.

Me rodeó la cintura con sus musculosos brazos y dijo muy cerca de mi oído:

— ¿Ya lo sabes? - mordisqueó el lóbulo de mi oreja, y yo no pude evitar que un débil gemido se escapara de mis labios entreabiertos.

Éstos no se quedaron sin su parte, si no que pronto se vieron envueltos por otros, suaves, dulces, pasionales, que despertaron el fuego que yo guardaba en mi interior y que nadie había podido desatar... hasta ése momento. Entones, la lengua de Potter se internó en mi cavidad bucal muy segura de sí y mi lengua le dio la bienvenida con un caluroso abrazo, que se fue transformando cada segundo que pasaba en uno más ardiente.

Las manos de Potter se metieron bajo mi camisa y me acariciaron con arrobo, a la vez que yo me agarraba a su cuerpo como si de una tabla de salvación se tratara, mientras con la otra mano metí mis dedos entre su sedoso pelo azabache, acariciando su cuero cabelludo con la intención de excitarle. La cosa funcionó cuando lo hice a la altura de su nuca.

El estremecimiento que sintió lo transmitió a modo de gemido.

Dando varios pasos hacia atrás y empujándome con suavidad, consiguió tumbarme en la cama y se me echó encima.

— No sabes las ganas que tenía de hacer esto... - confesó.

Yo antes que hinchárseme el pecho de orgullo al tener a Potter a mis pies, me excité.

— No tenía ni idea de que tuvieras éstas preferencias, Potter - llevé una de mis manos a su culo y lo agarré con firmeza, presionándole aún más contra mí.

— No veo que te quejes, Malfoy - él me cogió con una mano el paquete, lo que consiguió arrancarme un gemido algo subido de volumen. De soslayo vi una sonrisita de triunfo adornar su rostro -. Muy al contrario... parece que disfrutas.

— ¿Sólo lo parece? - no me quedé atrás con respecto al sobeteo y agregué -. Aunque es obvio que no soy el único.

Poco después nuestras camisas, pantalones y demás prendas quedaron olvidadas en el suelo de la desconocida habitación que, intuí, pudiera ser la de Potter.

Ya desnudos procedimos a profesarnos caricias más íntimas, en lugares escondidos tras el pudor y la ropa. Nuestras entrepiernas disfrutando del choque de la una con la otra.

Potter encima de mí, dominante, altivo. Yo bajo él dejándome poseer lenta, muy lentamente.

Un dedo travieso se abrió paso por mi entrada, con movimientos circulares y de dentro a afuera. Segundos después se le unió un segundo ansioso, y, por último, un tercero que quería hacerse partícipe de aquella placentera exploración por mi recto, ya humedecido por un lubricante. Gruñí cuando sentí el abandono, pero al sentir algo cálido y más grueso presionar contra mi ano, mi cuerpo se tensó inconscientemente. En respuesta, Potter me acarició gentilmente el interior de los muslos con una mano, mientras que con la otra masajeó mi miembro, aún anhelante por eyacular.

— Relájate, Draco - susurró haciéndome temblar de pies a cabeza por la modulación de su voz.

Además, era la primera vez que le oía pronunciar mi nombre. Y seré sincero... me agradó bastante.

Comenzó a penetrarme con calculada lentitud, haciéndome sentir un ligero dolor, que fue remitiendo a causa de sus constantes atenciones para con mi erección, la cual estaba en su límite.

Cuando estuvo dentro completamente, le insté a que se moviera, y así lo hizo. Primero lentamente, para después subir el ritmo de las embestidas a uno frenético.

Ambos jadeábamos y gemíamos sonoramente, y cuando íbamos a alcanzar el clímax nos abrazamos casi instintivamente y juntamos nuestras bocas en un hambriento beso. Minutos después, Potter se derramó en mi interior y yo entre ambos al sentir aquella calidez inundarme.

Agotados, caímos uno en brazos del otro, durmiéndonos casi al instante.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La mañana nos sorprendió abrazados cual matrimonio.

Al abrir los ojos no pude si no quedarme extasiado con la visión que se presentaba ante mis ojos. Potter, con su pelo negro azabache desperdigado por la almohada y una expresión calmada en su angelical rostro. Y fue entonces cuando pensé que podría acostumbrarme a aquello.

Me golpeé mentalmente. No había sido más que un polvo. La noche anterior Potter había pagado por mí para salvarme de aquél destino cruel (recordad a la mujer con bigote y pésimo gusto vistiendo...) y yo le había recompensado dejándole tomarme. Eso era todo.

— Considérate pagado... Harry - le acaricié los cabellos en un gesto tierno, que hasta a mí me sorprendió.

Fui a levantarme, entonces, pero ‘algo’ o más bien ‘alguien’ me lo impidió, agarrándome de un brazo.

— ¿Ya te vas? - inquirió Potter con voz somnolienta y sus ojos aún levemente velados por el sueño.

— La noche terminó... Es hora de volver a la realidad - contesté intentando sonar convencido de mis palabras, pero, a decir verdad, ni yo me las creía.

— La realidad ahora mismo somos nosotros... tú y yo, Draco - tiró de mí, tumbándome en la cama y se sentó a horcajadas sobre mi estómago.

— Lo volveré a repetir... Harry... ¿Qué es lo que quieres de mí? - y aunque ya sabía la respuesta ansiaba oírla de su boca.

— De ti... lo quiero todo - pegó su boca a la mía posesivamente.

Mientras nos devorábamos, pensé en sus palabras.

Si me quedaba con él... cada noche haríamos el amor salvajemente hasta caer rendidos.

Si me quedaba con él... nos amaríamos día sí y día también, lo que implicaría poder probar diariamente su néctar que de seguro sería dulce, y degustar sus labios y caricias...

Toda una tentación en la que, por supuesto, no dudé en caer.

— Ya me tienes... - invertí posiciones y ataqué su pecho desnudo, a lo que él respondió con un gemido de puro placer.

— Jamás 2000€ habían sido tan bien invertidos - sonrió con malicia. Sonrisa que le devolví sin dudar.

Tenía razón. Y, por una vez en la vida, me anoté mentalmente que tendría que darle las gracias a cierto par de serpientes.

Pero eso sería más tarde...

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

*0* FIN *0*


 

 

 

Notas finales:

¡Espero que os haya gustado!

¡Gracias por leer! ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).