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~Por debajo de la mesa~ por EvE

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Notas del fanfic:

Mi primer fic de Kanon x  Julián. Es una pareja que me atrae mucho :_: espero que sea de su agrado ^W^. Saludos y besos para todos *X*

Sonfic. Canción: Por debajo de la mesa, de Luis Miguel.

Por debajo de la mesa


~*El Dios*~


Y es que no sabes
lo que tu me haces sentir...

"Y por más que digo "ya no", aunque lo intente negar una y mil veces... Siempre vuelves, siempre caigo. Siempre cedo a tus antojos, siempre derrumbas mis barreras, que son tan frágiles como el cristal.

Me basta con oler tu aroma en el aire para desearte, no necesito demasiadas insinuaciones; verte caminar con paso elegante e imponente, observarte sonreír ante los juegos de tu existencia, que de alguna manera... son los míos también.

Pero esto es prohibido, esto no tiene sentido... Ni dirección, ni rumbo fijo..."

Poseidón se recargó en su trono, intentando recuperar la calma en sus pensamientos.
Kanon acababa de abandonar el salón del trono junto con Sorrento y Eo. No le había pasado desapercibida la insinuación que muy sutilmente con sus ojos, el General del Atlántico norte le había hecho. El rey de los mares se había mostrado impávido ante tal gesto, pero en su interior, se debatía en una lucha contra sus deseos.

Tenía una vida fuera del templo marino. Estaba comprometido en matrimonio con Saori Kidoh y pronto iba a casarse. La relación prohibida llevaba con el Sea Dragon le estaba carcomiendo.
No podía ser algo duradero, ni mucho menos ser expuesta a todos.

Era un secreto que ambos compartían con celoso recelo; intentando olvidar por momentos que las mentiras siempre acababan saliendo a la luz. Julián se rendía a las caricias de su General; era adictivo y le carcomía en su alma humana no tener la certidumbre de ser correspondido de la misma manera.

Moría de celos cuando le veía filtrear con alguien más, cuando por razones que no quería investigar, Kanon no llegaba a su alcoba en las noches. Aquel juego macabro de seducción le estaba haciendo perder la cordura. El hombre, Julián Solo, no soportaba la idea de compartir al gemelo menor con nadie... Y el Dios, Poseidón, renegaba de su conducta cada vez que su avatar caía rendido a los encantos del Griego.

-Te amo...-

"Me repites la misma frase una y otra véz en la intimidad, mientras alcanzamos los campos elíseos al llegar al clímax, cuando te aferras a mis piernas y siento tu escencia invadirme y tu calor arrasarme.

Y me llevas al mas profundo de los infiernos cuando al día siguiente no apareces en mi cama. Cuando una vez mas, tengo que fingir indiferencia al verte "jueguetear" con tus compañeros. Y me vuelvo a preguntar si eres sincero, por que a tí esa actitud fresca y jovial te sale innata, como si en verdad no existiera en tu mundo de loca pasión... Como si las palabras que me dedicas cuando estamos solos son solo mentiras.

Muero por dentro... Y tu pareces ignorarlo".


~*El hombre*~

"La odio... La odio como nunca pensé que pudiera odiar a alguien este mundo, la odio tanto que a veces siento que me consumo por dentro.
Por que ella si puede gritar a los 4 vientos que te ama.
Por que tu si puedes verla sin esconderte de los ojos curiosos
Por que puedes besarla tiernamente ante las miradas de todos, sin temor a críticas  y replesalias.

La odio por que se ha robado lo que por derecho me pertenece... Por que te hago más mío con cada caricia, con cada beso, con cada embestida que te dedico cuando te poseo.

Y me odio a mi mismo, por tener la osadía de enamorarme de un ser divino... Del Dios al que juré proteger cuando llegué aquí sin una sola ilusión, al que se que le hago daño con mi aparente indiferencia, pero al que amo con total y absoluta devoción.

No puedo renunciar a tí, pero tampoco puedo resignarme a perderte. Por eso te busco, por eso te sigo, por eso no te dejo ir... Y a cada momento que pasa soy más infeliz. Se llega la fecha en la que te perderé para siempre.

Se llega el momento que tendré que entregarte a ella... No quiero... Me niego."

-¿Estás listo Kanon?-

La voz alegre de Baian interrumpió sus pensamientos. Se terminó de arreglar la camisa y por enémisa vez se mira al espejo. Lucía impecable.

Su belleza era arrebatadora y lo sabía.

Vestía un elegante traje de saco y pantalón negros y bajo el saco una camisa blanca, abierta del pecho y con el cuello de fuera, dándole un aspecto formal y a la vez juvenil. Se puso su colonia favorita y avanzó a la salida, dedicándole una lánguida sonrisa a Baian.

-Ya estoy listo...-

Ambos marinas se perdieron en el pasillo del pilar.

Todos estaban invitados a la recepción que la familia Solo daría en su mansión, en honor del próximo matrimonio de su hijo primogénito y la heredera de los Kidoh. Era algo parecido a una "despedida de solteros" de alcurnia y Kanon no se la iba a perder.

Aunque aquello le llenaba de rabia y era casi insoportable verlos juntos, tenía que jugar su última carta para lograr hacer desistir a Julián de que casarse con el avatar de Atena era lo peor que podía hacer.

Estaba decidido a todo.

~*El príncipe*~

"Te veo llegar. Junto con los demás marinas toman asiento en la mesa de honor, a mi lado.

No, no quería que te sentaras a mi izquierda. Luces tan endemoniadamente bello que no se cuanto tiempo pueda resistir sin besar tus labios. Tu perfume me enerva y lo sabes, me miras de soslayo y yo te evado con amena charla.
Tengo a mi prometida a mi derecha y todos los ojos están puestos sobre mi. Un ligero tras pie y el telón que oculta mi verdad se corre.

No puedo permitirme tal error... Aunque deseo que eso ocurra, mas que nada en este momento."

Sonreía con aparente tranquilidad. Julián había aprendido a aparentar bien una calma que ya no poseía. Las palabras y comentarios mal intensionados que Kanon dedicaba decuando en cuando mientras cenaban.

-El día que yo me una a alguien tendrá que ser por amor y no por compromiso... Lo bueno de esta bella pareja es que se aman, tal cosa no pasa entre ellos- Dijo el gemelo con una sonrisa irónica. -¡Salud por los futuros novios!- Levantó su copa
para efectuar un brindis, mismo que siguieron todos los que estaban sentados en aquella mesa.

El avatar de Poseidón se limitó a asentir, mientras sentía la mano de su prometida aferrarse a la suya con firmeza. Volteó a verla y le sonrió con ternura. En un momento de su vida, Saori fué lo que mas quiso en el mundo... Y los Dioses saben que estuvo dispuesto a perder su reino por ella.

Pero ese sentimiento ya se había evaporado. Kanon con su fuego se encargó de barrer con todas las cenizas que pudieran quedar de su amor por la pelimorada.

Con sus besos, con su calor, con su pasión...

Con su osadía...

Osadía...

~*El mendigo*~


Por debajo de la mesa
acaricio tu rodilla
y bebo sorbo a sorbo
tu mirada angelical
Y respiro de tu boca
esa flor de maravilla
las alondras del deseo
cantan, vuelan
vienen y van

La mano de Kanon se posó sobre su pierna, masajeandolo con discreción por debajo del largo y blanco mantel.

Notó que el ceño de Julián se contrajía por milésimas de segundo, para luego
volver a su estado normal y seguir sonriendo como si nada más pasara.

La osada mano del General seguía subiendo, hasta casi rozar su entrepierna.

"Me apartas la mano con sutileza, pero yo vuelvo a la carga... El salón se ha iluminado con tenues luces, mientras una música suave y cadenciosa empieza a sonar. La mujer te implora levantarte a bailar, pero tu pareces negarte rotundamente.

En el fondo se que lo haces por que mis caricias escondidas te son mas placenteras que cualquier otra cosa, pero la chiquilla te convence y te vas de mi. Dejandome con mi frustrada intensión de derribarte una vez mas los escrúpulos".


Y me muero por llevarte
al rincón de mi guarida
en donde escondo un beso con matíz de una ilusión
se me está acabando el trago
sin saber que es lo que hago
si contengo mis instintos
o jamás te dejo ir

La mirada de Kanon se deboraba cada pulgada del cuerpo de Julián, vestido con un elegante frac. Las ansias del gemelo se transformaron en necesidad... Su calma en celos, su paz en desesperación.

Si las maridas mataran, Saori yacería en el suelo fulminada. El General del Atlántico norte estaba solo en la mesa, todos los demás ya habían encontrado diversiones mas amenas y como siempre, tenía que soportar ver como esa intrusa se llevaba lo que mas quería.

Ingirió su tercer Wiskey. El sabor rasposo y dulce a la vez que el licor tenía le
recordaba lo difícil de su situación con Julián.

Dolía a la par que gozaba.
Lloraba a la par que reía.

Y era una sitación altamente tóxica que le enervaba.
Y tan indispensable era ese veneno que no podía vivir sin él.

"Yo también ya lo he intentado. No ir a buscarte en las noches, olvidarte en otros
cuerpos, dejar tu sabor en otros labios. Pero no puedo... No puedo.

Te necesito conmigo"

Se puso de pie y empezó a caminar a la salida del gran salón, no sin antes mirar de soslayo a Julián, indicándole con la mirada que le esperaría a fuera. El joven Solo ya se sabía de momoria las claves y códigos que los ojos de Kanon le expresaban, llevaba bastante tiempo prácticandolos.

Sea Dragon salió de su vista y Julián se negó a ir tras él.

Aquella situación tenía que terminar ya.

~*El esclavo*~

"No... Esta vez no Kanon. No voy a seguirte, no voy a rendirme a ti..."

Apretó sus ojos casi por inercia, cerró sus manos en la estrecha cintura de la chica que parecía abstracta de la lucha interior en la que Julián se debatía.

Y es que ardía en deseos de pertenecerle, ardía por besar sus labios.

Pero estaba en su despedida de soltero ¿Cómo podría ir a entregarse a los brazos
de otro en esa situación? Era algo demasiado...

<<Atrevido... Loco, arrebatado... Maldita sea!>>

Sintió en su hombro un suave toque. Giró su mirada azul mar y se encontró con el caballero de Pegaso, que le pedía permiso para bailar con la dama.
Era todo lo que Julián necesitaba.

Se separó mecánicamente de Saori y observó como éstos empezaban a bailar en medio de la pista. Se quedó unos instantes parado en su sitio, con el único pensamiento de ir tras Kanon. Sabía en donde le esperaba... No era la primera vez que en medio de una fiesta se escapaba a sus brazos.

Sus pies empezaron a moverse a la salida. La gente estaba tan sumida en la fiesta  que no notarían su ausencia.

Y si la notaban poco le importaba, estaba nublado con la ansiedad de verlo, de sentirlo.

De nuevo.


~*Su compañero...*~


Y es que no sabes
lo que tu me haces sentir
si tu pudieras un minuto estar en mi
tal véz te fundirías
a esta hoguera de mi sangre
y vivirías aquí
y yo abrazado a ti

-Te tardaste demasiado...-

Julián sintió de repente un jalón de cabellos que le obligó a ladearse. Aún estaba en el pasillo, acababa de ver a unos sirvientes llevar mas botellas de champange al salón; pero los labios ansiosos de Kanon le hicieron olvidarse de ese pequeño detalle.

Lo besó en medio del pasillo, desesperado y ansioso, devorando con hambre sus labios mientras el otro intentaba inutilmente separarse de él. Aquella situación era peligrosa, no estaban solos.

-No... Kanon, esto tiene que terminar ahora...- Dijo cuando al fin se pudo separar
de él.

Pero el Sea Dragon no prestó atención, tiró la perilla de la puerta tras de él y metió a Julián al cuarto. Era una especie de caba, había numerosas cajas de vino y cerveza.

Una pequeña y moribunda lámpara iluminaba la rústica estancia pero eso poco importaba. Kanon estaba decidido a hacerlo suyo ahí mismo. Y Julián podía distinguir esa audacia en sus ojos.

No tenía escapatoria.

"Tiemblas... Se que no es de miedo, es ansiedad... por que me deseas tanto como yo a ti... Por que no podrás huír..."

Y tras asegurar la puerta, la distancia que le separaba de Julián se hizo nula. Sus manos le atrajeron a el con violencia de la cintura y su boca volvió a tomar posesión de sus labios, besándolo mas intensamente que en el pasillo.

No se pudo negar, era negarse a si mismo. El joven Solo empezó a responder a las caricias desesperadas del gemelo en su espalda, ya había atrevezado el umbral de su ropa y ahora, hacía sentir sus uñas en su piel ardiente.

-¡Uhhg! Kanon....- Musitó debilmente, besando su cuello mientras le despojaba
del saco y abría su camisa, arrancando unos botones en el proceso.

-Mío... ¿Entiendes? ¡MIO!-

Lo adoraba posesivo.

Lo siguiente que el avatar de Poseidón sintió fué un fuerte empujón que lo obligó a trastabillar y caer sobre unas cajas de cartón.
El peso de Kanon le mantuvo preso, su boca empezó a deleitarse con la suavidad de su cuello y sus manos a despojarle casi a jirones el pantalón.

Pronto quedó únicamente vestido con la camisa que portaba bajo el frac, pero ya estaba hundido en las violentas y placenteras sensaciones que Kanon le estaba brindando con su boca en su miembro. Sus caderas se movían por instinto y sus dedos se perdían entre la mata de cabello azul, como el mar.

-¡Kanon!-

~*El fuego de la hoguera*~


Y es que no sabes
lo que tu me haces sentir
que no hay momento
en que yo pueda estar sin tí

"Te necesito Kanon... Te necesito aquí y ahora..."

Y la petición del joven Solo era todo lo que necesitaba el General del Atlántico Norte para poseerlo. Ni siquiera se había terminado de desnudar. El chico menor le había despojado de su saco y abierto su camisa, por lo que el tuvo que desabrocharse el pantalón y dejar en libertad su miembro erguido y palpitante.

Buscó sus manos y se aferrró a él fuertemente. Se colocó entre sus caderas, inclinandose hacia su boca al tiempo que le penetraba sin mas preámbulos.

Calló sus gemidos dolorosos con besos ardientes, apaciguó sus movimientos que amanezaban con rechazarlo con suaves caricias de sus manos. No tardó mucho en empezar a moverse en su interior, mientras que su boca se separaba de los labios de Julián y empezaba a dedicar salvajes mordidas en su cuello.

Marcando su territorio.
Por que todo él le pertenecía.

-¡Aghh! ¡Mmmhh!- Julián tuvo que llevarse una mano a su boca, ocultando los gemidos desesperados que amenazaban con salir de su garganta.

Eso podría hacer que los descubrieran y estarían perdidos.

Pero el ya estaba perdido desde ese momento; perdido en las sensaciones y el placer, en la profunda mirada cargada de deseo y lujuria que Kanon le dedicaba mientras embestía contra su cuerpo.

Esconder los gemidos era algo que a ambos le resultaba sumamente difícil.

-Amor... Ahh... Julián...- Repetía quedamente entre jadeos sutiles el mayor, lamiendo el lóbulo de su oreja al mismo tiempo.

Julián era exquisito.

Y Kanon lo devoraba locamente.

Con un movimiento rápido salió de su interior; le sujetó de las caderas firmemente  y lo puso boca abajo. Fueron solo unos instantes los que estuvo fuera de él, pronto volvió a penetrarle, cada vez mas rápido y salvaje, haciendo que los gemidos ya no pudieran ser contenidos.

-¡Ah! ¡Kanon!-

"Y me aferro al piso mientras siento tu pasión desbordante arremeter contra mi. Siento el sudor correr por mi rostro, siento tus manos masturbarme con violencia,
siento el placer de sentirme lleno de ti nuevamente... Y es todo lo que necesito en estos momentos par ser feliz..."

~*El derroche de pasión*~


Me absorves el espacio
despacio me haces tuyo
Muere el orgullo en mi...

"Estar dentro de ti es arañar el cielo. Sentirte mío en esos instantes no me basta, te quiero siempre para mi... No quiero que te apartes, no quiero que me dejes. Por eso te poseo cada vez mas fuerte, por eso marco con mis dientes tus hombros y con mis manos al piel de tus muslos.

Por eso libero mi escencia en tu interior... Por que eres mío, solo mío..."

-¡¡AHH!! ¡¡Julián!!-

Un último movimiento, acompañado de un grito... El orgasmo llegó para Kanon, momentos después que llegara para Julián, quien explotó entre sus dedos. No paró de moverse hasta que las últimas sensaciones le abandonaran.

Cayó sobre su espalda como títere sin hilos, intentando recuperar el aliento que el clímax le había robado. Besó con los ojos cerrados la piel cubierta por la tela
sudada de su camisa, mientras lentamente salía de su interior.

Y como si no hubiera tenido suficiente, siguió acariciando sus piernas desnudas, al mismo tiempo que Julián se giraba con pereza para verlo. Estaban sobre el suelo pero poco les importaba.

El joven Solo le miró casi con tristeza, acarició su rostro y llenó de besos dulces, que contrastaban con la pasión que momentos antes les consumiera.

-No puedo vivir sin tí...-

-Ni yo...- Respondió Kanon, atrayendolo mas a su cuerpo, abrazandolo con fuerza. -No te cases Julián... No lo hagas...-

El avatar de Poseidón se aferró a la tela de la camisa de Kanon, solo para después soltarlo y acariciar su pecho sudorozo. Le amaba demasiado... Y aún así dudaba sobre su petición.

-No puedo... Ya está todo arreglado...- Se puso de pie sin ganas y empezó a vestirse de nuevo.

Sus ropas estaban arruinadas, arrugadas y sucias, antes de volver al salón tendría que pasar a su recámara y vestirse de nuevo.

-No te dejaré ir...- Le dijo Kanon con voz amenazante, poniendose de pie para
arreglar sus ropas también.

Buscó su mirada con insistencia, pero Julián le evadió una y otra vez.

-¿Es que acaso no me amas?- Preguntó Kanon, al mismo tiempo que le sostenía de los hombros y le sacudía con fuerza, obligandolo a verlo a los ojos. -¡DÍMELO!-

-No grites, van a descubrirnos...-

-¡ME IMPORTA UN DEMONIO! Ya nada me importa Julián... Y sino se lo dices tu, se lo digo yo...-

-No te atreverías...- Expresó con la quijada temblorosa el joven Solo. -Eso sería un escándalo para mi familia... ¡Mis padres jamás me lo perdonarían!-

-¿¡Y entonces yo no valgo nada para tí!? Dímelo ahora mismo y te juro que no volveré a molestarte... Pero niégame que no me amas... ¡Mírame a los ojos!-

Julián lo enfocó, tenía los ojos llorozos y el corazón a punto de desgarrarse. Estaba entre la disyuntiva mas grande de su vida: elegir entre su felicidad y la estabilidad.

-Yo...-

Y no pudo terminar; sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de la perilla al intentar abrirse. Alguien quería entrar.

-No hay tiempo... decídete ahora...- Le dijo Kanon con desición, parandose ante sus ojos.

Julián agachó la cabeza, los toquidos en la puerta se hicieron cada vez mas insistentes y continuos, les urgía entrar. Y si, ya no había tiempo, era ahora o nunca, era hablar o callar para siempre.

Decidió sacrificarlo todo.

-Te elijo a tí... Vámonos al fondo del mar... Donde nadie nos moleste nunca... Donde yo pueda olvidar todo lo que aquí soy... Donde puedo ser yo mismo... A tu lado...- Y tomó su mano fuertemente, avanzando decidido a la puerta.

La abrió, abriendo al mismo tiempo su camino hacia la felicidad.

"Te amo... Y prefiero el olvido de mi familia a vivir eternamente sin ti..."

Kanon sonrió, afianzandose de la mano del joven Solo mientras salían de la caba. Que importaba que ahora les vieran juntos, se había tomado una desición y aceptarían las consecuencias de sus actos. Juntos.

Por que se amaban... Y ya no imporaba nada.

"Nunca dudé de que sería distinto... Era solo cuestión de tiempo y perseverancia. No te arrepentirás de haberme elegido a mi..."

Sonrió con seguridad, encarando de frente al destino que les esperaba tras
cruzar el umbral de la puerta del salón.


Y es que no puedo estar...
Sin tí...

 

Fin.

Notas finales: Gracias de nuevo a mi mom .w. por que ella siempre es la primera en leer mis chafa fics mucho antes de publicarlos T3T sin sus prras no me animaría a hacerlo XD gracias momi .w. *X*

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