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Esto es lo que siento. por Dark Usagi

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Notas del fanfic:

Ojalá les guste :D Mi segundo fic yuri.. aunque el otro no lo publique y era muy perver xD

Notas del capitulo:

El lemon es una real mi**da porque no se hacer lemon yuri (Dark Usagi = Fan Yaoi xD) Asi que denme una oportunidad ;O; Si les gusta... quizás haga un fic yuri. Es cortito.. lo sientooo~!! Simplemente me tenté a subirlo para ver como soi con el yuri n___n

Disclaimer: Idea, personajes y MENTE son totalmente míos!!!!!!!!! >:O!!

 

Se sentó en la banca que estaba al medio de la plaza. Un árbol enorme, que se encontraba a su espalda le daba una refrescante sombra en el caluroso día de verano.

Se alisó el vestido, desenredó con sus finos y delicados dedos su anaranjado cabello y entrecerró sus orbes aguamarinas.

La gente iba y venía frente a ella, ocupada en sus pensamientos y maldiciendo por llegar tarde a sus trabajos. Inconscientemente miró su muñequera, apreciando un fino reloj color blanco-crema.

-No es tan temprano- se dijo, mirando el cielo despejado de una sola nube. Tocó su muñeca izquierda, sintiendo una pulsera que, a la vez que se movía, dejaba sonar un tenue cascabel. Debía de ya haber llegado.

Jugó con sus pies, balanceándolos mientras miraba el paisaje frente a ella. Una imagen se le vino a la cabeza de un momento a otro, haciéndole sonreír apenada. Desde entre la multitud apareció la persona que esperaba hace no más de cinco minutos. Corría apresuradamente, con un maletín negro opaco en su mano derecha y una sonrisa hermosa, para ella, en su rostro.

-Disculpa por llegar tan tarde- se excusó la recién llegada. Su cabello negro se movía al compás de una suave brisa que a veces se dejaba sentir. Lo llevaba corto, un poco más abajo que las orejas. En cambio ella, lo tenia largo y rizado, tomado en dos tiernas trenzas.

-No te preocupes Madoka-chan- respondió, sonriendo dulcemente. La otra chica le respondió, y se sentó junto a ella. Comenzaron a hablar como siempre.

Claro, se habían conocido hace poco tiempo pero sentían que llevaban muchos años sabiendo de la otra. Se podrían clasificar que eran mejores amigas.

-Jajaja, me matas Hiroshi- exclamó la pelinegra mientras trataba de respirar luego de haber reído por alguna tontería que había dicho la pelianaranjada. Hiroshi sonrió ante su triunfo.

-Nee nee respira- dijo la chica, mientras le daba leve palmaditas en la espalda a su amiga. Siguieron hablando sobre diversas cosas, hasta que la plaza comenzaba a vaciarse. Hiroshi tomó su mochilita blanca y se la colocó a la espalda, mientras Madoka agarró con fuerza su maletín y caminaron juntas al centro de la ciudad.

Pasaron por una tienda que daba a entrar, su anuncio tenía colores llamativos que llamaron la atención de las muchachas.

-Te apetece un helado?- preguntó Madoka. Hiroshi asintió felizmente, y entraron al lugar. Luego de pedir sus respectivos helados se sentaron en una mesita de a dos. Ahí, siguieron hablando hasta que un camarero les pasó sus copas.

-Tienes helado en la comisura de tus labios- apuntó la pelirroja, mirando expectante como se limpiaba con la lengua la pelinegra. Era tan fina y rosadita. La ojiverde se sonrojó ante tal pensamiento.

-Y adonde quieres ir ahora?- interrumpió sus pensamientos Madoka, mientras terminaba su helado. Hiroshi salió de su trance y pagó su parte de la cuenta. Luego, ambas se levantaron y caminaron a la calle. Miraban expectantes la gente que pasaba frente a ellas, esperando el transporte.

-Mmh.. quieres ir a mi casa a tomar algo?- prepuso algo sonrojada la ojiaguamarina, mientras miraba los grises ojos de su amiga.

-Claro- asintió la chica, alisando su falda. La micro pasó, y ambas se subieron. Pagaron su boleto y se sentaron en la última fila. Hiroshi miró hacia adelante, la micro iba casi vacía, solo con un anciano casi al frente. Madoka miraba por la ventana, mientras apretaba con fuerza su maletín.

-Ocurre algo?- preguntó la ojiverde. Madoka la miró sorprendida, pero luego cambió su expresión por una de tranquilidad.

-No, no.. solo pensaba que estos tres meses que nos conocemos nunca había ido a tu casa- susurró, mirando el piso avergonzada. Hiroshi rió bajito, y tomó la mano de su amiga.

-No te preocupes.. quizás no haya nadie en casa- respondió feliz la muchacha, sonriendo ampliamente y tranquilizando aún más a la pelinegra. Llegaron a su destino, y bajaron del transporte. Hiroshi sacó las llaves del bolsillo de su vestido y abrió la puerta de su casa, dando paso a su amiga.

-Que linda casa tienes- halagó Madoka, mientras enredaba sus dedos en su blusa. Hiroshi agradeció gustosa y subió las escaleras, seguida de la pelinegra.
Entraron a la habitación bien decorada de la dueña de casa, color rosa pálido con algunos detalles en blanco.

-"Quizás.. quizás este sea el momento apropiado para decirle lo que siento"- pensó la pelianaranjada en un momento de silencio. Madoka la miró confundida, y con algún especie de nerviosismo en sus ojos. Lentamente la pelinegra se acercó a la cara de Horoshi, buscando sus labios.

Finalmente, sus bocas se juntaron. Madoka se quitó el abrigo que traía, y dejó caer el maletín al piso. Primero solo era un roce, luego Hiroshi recostó a su “amiga” hacia atrás en la cama y se posó sobre ella. Pasó sus manos debajo del cuerpo de la pelinegra y con su lengua humedeció el labio inferior de Madoka, pidiendo autorización para profundizar el beso.

La chica no lo pensó dos veces y entre abrió sus labios, dando paso a la juguetona lengua de Hiroshi, que a los pocos segundos se encontró con la suya. Memorizaron la boca de la otra, hasta que Madoka se separó unos centímetros.

-Hiroshi-chan.. yo..

-Shhh.. no digas nada- interrumpió la pelianaranjada, poniendo su dedo índice en los labios de la chica bajo ella-: No interrumpas este momento- y así volvió a la carga, besando con más pasión y desenfrenamiento a la muchacha que le quitaba el sueño hace algunos meses. Con sus ágiles dedos, Hiroshi fue desabrochando la blusa a la ojigris, mientras jadeaba lentamente la reciente uke.

Hiroshi desnudó con velocidad a su pareja, dejándola solo con ropa interior. De sus labios bajó por la barbilla hasta el cuello, dejando leves chupones por donde pasaba. Llegó a la clavícula de su amante, y le mordió ligeramente provocándole una serie de suspiros a Madoka.

Quedó frente a frente con los pequeños pechos de la morena, y sin dudarlo desabrochó el brasier, mirándolos con lujuria. La pelinegra se mordió el labio inferior, evitando dejar escapar un suspiro al sentir la lengua de Hiroshi en sus pechos, recorriéndolos y memorizándolos. La ojiverde renaudó el mismo juego anterior, pero la morena se lo impidió tratando de sacarle el vestido.

-Que impaciente eres- rió la dueña de casa, quitándose ella misma con gestos sensuales su ropa. Quedó en la misma situación que su pareja, y volvió a su trabajo. Bajó por el vientre desnudo hasta las bragas (sí, muy formal xD) de la chica, y se las quitó con los dientes, provocándole unos gemiditos a la morena.

La dejó desnuda sobre su cama, y ella misma se quitó la ropa. Esa tarde, sería seme. Comenzó a causarle placer con sus dedos, mientras la pulsera que Madoka le había regalado cuando se conocieron, sonaba en cada movimiento que Hiroshi hacía. En un punto de éxtasis la morena llegó a su orgasmo, humedeciendo los ágiles y finos dedos de su amante.

-Mado-chan.. esto es lo que siento- le susurró al oido, y celló sus labios en un cálido beso, terminando su unión en un solo cuerpo y sacando sus dedos del interior de la chica pelinegra. Se recostó junto a ella, y la tapó con las sábanas de seda que las invitaban a acompañarse mutuamente.. aunque fuera en sueños.

Notas finales:

 

Siisisiis... es mui cortito!! Y ES PURO LEMON!!! xD pero mi hijo es perver y lo quería así xD Etto.. perdonenme!!! Si les gusta dejen su RR y si creen que deberia hacer un fic yuri pro o deberia irme a la mi**da xD

Gracias por leerlo!!! ^^


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