Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ikki está enfermo por sister_of_Itachi_and_Mu

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Si me cuesta tanto escribir el segundo capítulo como publicar el primero creo que tendremos para largo XD

No se desesperen que no creo que tarde tanto... Aunque puede que... Inner: Callate o te parto las piernas.

Siempre tan agresiva mi Inner TT_TT

Notas del capitulo:

Es una cosa rara que se me ocurrió en clase mientras me aburria, pero resultó ser graciosa y me acabó gustando la idea, por lo que hice este fic chorra.

Leanlo, espero que les guste tanto como yo disfrute haciendolo.

 Te despiertas y ves tus manos sudadas y heladas. Vas al baño, te las lavas y después de mirarte largo rato en el espejo procedes a hacer lo mismo con tu cara. Al fijarte bien en tu reflejo te das cuenta de que estás despeinado, tienes ojeras y tu cara es completamente pálida como el mármol. 

Bajas a desayunar y ves a tus amigos, Shiryu, Seiya, Hyoga y Shun en la mesa de la cocina tranquilamente hablando. Como de costumbre no dices nada al entrar por la puerta, simplemente los miras y te sientas.

-¿Cómo estás?

Te pregunta rutinariamente tu hermano. Simplemente respondes con un gruñido sin ganas, intentando decir algo así como ‘estoy bien’ o ‘como siempre que lo preguntas’. Y tan pronto sientes una mano en tu frente, es de piel suave, pero no demasiado, por lo que descartas la de Shun o la de Hyoga, abres los ojos para descubrir a Seiya tomándote la temperatura. Al intentar decir algo, pierdes el conocimiento, cuando te despiertas tu hermano está a tu lado mirándote, él habla y habla preguntándote por tu salud, tú, simplemente atinas a mirar tu cuarto como si fuese un lugar extraño en el que jamás has estado. Lo observas con detenimiento y esperas a que tu hermano te deje solo, pero llega un momento en que no puedes omitirlo por más tiempo.

 

-No debes dormir con la ventana abierta, luego te resfrías. Imagina que te llega a pasar algo peor. Menos mal que Hyoga pudo cogerte antes de que cayeses al suelo.

“Madito ganso” piensas sin darte cuenta, pues siempre lo dices. Intentas decir algo, pero no tienes ánimos para ello. No estás para discutir con tu hermano, por lo que sueltas otro gruñido como dándole la razón y te giras para darle la espalda.

-Luego te traigo algo para comer, debo irme a estudiar con un amigo. No te levantes de la cama, si necesitas algo avisa a otro para que lo haga.

Siempre es tan pesado y sobre protector, en eso se parece a ti. Ves como se va y te deja solo, con tu mente para distraerte. Pero para evitar pensar, pues te da dolor de cabeza, y por evitar sentirte mal, decides dormir un poco.

 

Te despiertas para ir al baño nuevamente, como al despertar. Pican a la puerta de tu cuarto, piensas ‘debe ser Shun, traerá algo de comer como me prometió’, pero te sorprendes al ver que no es tu hermano, sino Hyoga el que trae la comida.

-Shun no ha podido llegar, hoy vas a comer conmigo.

-Que ilusión- siempre con el sarcasmo y la ironía.

-Lo mismo digo. Ahora enserio, no te esfuerces mucho.

Es raro, pero ha sonado realmente cariñoso y preocupado, en cierto modo te halaga. Por fin, cuando consigues pensar bien, pretendes decir algo, pero tu voz suena grave, rota y enfermiza. Te sientas en la cama, olvidando la razón por la que te habías levantado. Colocas sobre tus piernas la bandeja que Hyoga traía en sus manos, para darte cuenta que estabas comiendo solo, que Hyoga era un observador.

-¿No comes, Hyoga?

-Muy enfermos debes estar para que me llames por mi nombre, Ikki.

Si bien te fijas en le pasado, cuando estabas junto a él, no le llamabas por su nombre solo ‘ganso, pato, refrigerador, pecho frió’… y ahora le llamabas por su nombre.

-Pues te lo debo haber pegado, me has llamado Ikki.

-Puede ser… Vamos a tomarte la temperatura, no vaya a ser que tengas mucha fiebre.

 

Pone su mano sobre tu frente, es suave y fina, es más calida de lo que pensabas, es dulce y agradable. Al retirarla desearías que eso no hubiese pasado.

-Tienes algo de fiebre. Voy a ponerte hielo.

No te has acostado que Hyoga ya ha creado hielo para colocarlo en tu frente, ‘es cierto’, piensas, ‘domina el hielo’.

-No te tapes demasiado o cojerás más fiebre.

-¿A que viene tanta amabilidad? ¿Tienes que pedirme un favor? Pareces Shun.

-Así me debes una ^^. Es broma, solo me preocupo por ti. Siempre arriba y abajo pegando gritos como un loco, siendo perfecto… Ahora estás para el arrastre, no parece tu mismo en este estado.

-¿De donde sacaste lo de perfecto?

-Es simplemente lo que pienso, soy sincero. Me voy, si necesitas algo…

Sale de tu cuarto con la bandeja. Es la primera vez que te trata así, y para colmo, ha dicho que eres perfecto. ¿Es que acaso está de broma? ¿Puede que lo dijese enserio? No, seguro que te estaba tomando el pelo, eso le encanta.

 

Recuerdas la veces que has estado junto a él, la mayoría peleando y discutiendo o gastándoos bromas entre vosotros. Si hubiese sido Seiya o Shiryu, quien te trajo al cuarto, quizás no hubieses pensado en nada de esto. Pero es Hyoga el que te ha ayudado, tu gran enemigo eterno.

 

Te duermes y te despiertas repentinamente, sin embargo, no abres tus ojos, has tenido una horrible pesadilla, de las que jamás deseas recordar. Sientes unas manos junto a las tuyas y sin dudarlo las aprietas con fuerza, como si la vida te fuese en ello.

-¿Ikki, estás bien? ¿Por qué gritabas?

Esa voz… Abres los ojos y descubres el portador de las manos y la voz que hace segundo te ha hablado, Hyoga de nuevo a tu lado y ahora tu pesadilla se reproduce en tu mente como una película que no termina nunca.

-Hy… Hyoga ¿Estás bien?

-Eso debería preguntarlo yo ¿No crees?

-Sí, perdona. Solo fue un sueño, un estúpido sueño

-¿Y por un sueño estás así, perfecto Ikki?

Definitivamente estaba de broma, te tomaba el pelo.

-Estábamos todos y… Una flecha te alcanza en el corazón. Nadie se movía, y al intentarlo no pude. Te giraste y dijiste: “Gracias”. Caíste desplomado al suelo y…

-Es solo un sueño, como tú dijiste. No te preocupes.

Te besa la frente y notas que tu temperatura sube al tenerlo tan cerca. ‘¿Pude ser amor?’ Te preguntas insistentemente, para darte cuenta de que la solución al problema acaba de marcharse por la puerta de tu cuarto.

 

Decides no pensar más en eso, son las 9:30 y es hora de bajar a cenar. Llevas todo el día durmiendo en tu cuarto, como un ermitaño, encerrado.

-¿Cómo estas hermano? Perdona por no comer contigo.

-Estoy bien, no te preocupes.

Dice no muy convencido de tus palabras.

-Muy bien.

Terminas para no preocuparle, aunque siempre lo hace.

-¿Te apetece comer algo?

-Que sea ligero.

Realmente no es que tengas hambre, solo has bajado para no estar solo. Lo único que deseas en estos momentos es encontrarte bien y, sobre todo, saber la respuesta. Llegas a la cocina y tu respuesta está jugando con una cereza en su dulce boca. Parece más deliciosa ahora y deseas probarla, pero te detienes a ti mismo. Es tentador y delicioso, pero tu hermano está delante y no sabes que puede decir o hacer. Hyoga se gira y te ofrece una de forma algo sugerente.

-¿Te apetecen? No creo que tengas hambre para mucho más.

Coges la cereza y la introduces en tu boca lentamente. Es dulce, no te suele gustar nada de eso, pero esta vez te ha encantado.

-¿Desde cuando comes dulce?

-¿Desde cuando te interesa lo que como?

-Ya, no os peleéis de nuevo.

-No nos peleábamos conejito, ¿A que no?

-Claro que no, solo intercambiábamos opiniones.

De nuevo estás confundido ¿Puede ser amor realmente? Dudas, dudas que te invaden. Ahora deseas más que nunca ver como pone otra cereza en la boca ‘Es simplemente lujuria’ te dices. Para tu desgracia no lo hace, ni se acerca al bol en el que están. Pero para tu alegría, hace algo mucho mejor, te abraza y te susurra.

-Siempre me ha interesado. Como todo.

¿A que ha venido eso? Estás muerto de vergüenza. Sientes como se separa y ves como se aleja del lugar.

-¿Hyoga te abrazó? ¿Qué me he perdido?

-Lo mismo que yo, conejito, lo mismo que yo.

Comes algo de fruta y vas al salón a mirar la televisión con los otros.

-Ikki ¿Puedo hablar contigo?

-Claro, Shiryu. Vamos a la cocina.

Una vez allí Shiryu rompe el silencio incomode que se forma.

-Estás muy raro últimamente, al igual que Hyoga.

-No es nada, simplemente tuve un sueño.

-¿Qué sueño?

Le explicas el sueño detalladamente, de forma pausada, no te gusta recordarlo.

-Ya veo…

-¿Cómo?

-Se el significado del sueño.

-¿Cuál es?

-Debes descubrirlo tú.

-¿Qué quieres decir?

-Que dejes las dudas, es un sí.

Antes de poder decir algo, Shiryu ya se ha ido, estás solo en la cocina. Las palabras resuenan en tu mente una y otra vez ‘Es un sí’ ¿Qué quiere decir? ¿Podría ser…? No, no puede ser. ¿Pero, y si fuese?

 

Te diriges nuevamente al salón y te acomodas en un sillón junto a tu hermano y Hyoga. Éste te mira y te guiña un ojo disimuladamente. Al final va a resultar que va a ser que sí.

-Hyoga… no soy perfecto, y lo sabes, pero seguro que tú si que lo eres.

-¿Yo? Ni la mitad que tú, perfecto Ikki.

-Definitivamente me perdí algo.

Decía Shun. Pude que tú mismo te hayas perdido.

-No es nada. Creo que yo mismo me perdí.

-Alguien perfecto no puede perderse.

-¿Ves? No soy perfecto, fantástico Hyoga.

-La modestia te hace ser más perfecto, Ikki.

Es una batalla de halagos que no piensas perder, tu orgullo te lo impide.

-Y tu inocencia ante el tema te hace ser más fantástico e interesante, si cabe. Por no decir que también te hace más violable.

¡Maldita sea! Se te escapó una tontería.

-La sinceridad es perfecta.

-Hasta cierto punto. Es mejor reservarse cosas, como tú, Hyoga.

Ganaste, o eso crees, pero no estás muy contento de ello.

-Como yo decía Ikki, es un sí- acotaba Shiryu.

Esas palabras de nuevo, cuando creías haberlas dejado de lado y olvidarlas, que llenan tu mente y te hacen pensar más en Hyoga.

-Bueno, Hyoguita el fantástico, Ikki el perfecto se retira a sus aposentos para dormir y tener sueños perfectos.

-Eso es perfecto. Como debe ser. Eso me gusta. La cama, digo.

-O///O M-me voy ¬///¬

Subes a tu cuarto con la cara del mismo color de la cereza de Hyoga. ‘Es un sí, es un sí, es un sí’ te dices sin cesar. Puede que al final tu amigo Shiryu tenga razón. Te duermes.

 

-¿Le amas?

-¿Cómo? ‘¿De quien es esa voz?’

-¿Le amas?- Te dice nuevamente.

-¿A quien?

-A Hyoga.

-Siente, piensa, dilo…

-…Sí, le… le amo…

-Eso es perfecto, como tú, Ikki.

Te sobresaltas, esas son las palabras de Hyoga, abres lo ojos y horrorizado contemplas una figura sonriente a tu lado.

-Ya lo sabía, es fácil sacarte cosas mientras duermes.

-Esto… Hy…Hyoga… Yo… Yo…

-Te voy a tomar la temperatura.

Dice despreocupado. Pero te besa los labios.

-Aquí se nota más. No pareces tener fiebre…

-¿Puedes volver a comprobarlo? Creo que me acaba de subir.

-Pues será mejor que lo compruebe. O mejor te cuido un poco.

De nuevo te besa, esos dulces y suaves labios que tanto ansiabas están parados en los tuyos. Atraes por la cintura al rubio hasta sentarlo en tu cama.

-Al final es un sí, como él dijo.

-¿Cómo?

-Nada, te quiero.

-Y yo a ti. Ahora eres mi novio. Que sepas que soy muy celoso.

Le abrazas fuertemente obteniendo la misma respuesta. De un beso surge una caricia, de una caricia una batalla para quitar la ropa a tu amante. Hyoga se mete bajo tus sabanas y engulle tu miembro. Pican a la puerta, doblas las rodillas para que no se note el bulto que formaba Hyoga entre ellas.

-¿Sabes donde está Hyoga, hermanito?

-No lo sé Shun. Puede que durmiendo en su cuarto o dando una vuelta.

-En su cuarto no está, debe estar dando una vuelta. Luego le llamo.

 

Cuando cierra la puerta apartas las sabanas.

-¿No puedes estarte quieto cuando entra alguien? Casi me da algo. ¿Sabes cuanto me he tenido que aguantar?

-Así es más excitante. No me digas que no te has puesto cachondo.

-Calla y sigue. Estás más mono comiendo ¬¬u.

-Pues quiero que lo hagas tú.

-Como desees, uke mío.

Ya dejas claras tus intenciones. Enseñas tu sonrisa sádica y te deleitas oyéndole gemir. Acercas tus dedos a su boca y haces que los lama, para así lubricar su entrada. No es demasiado estrecho, lo que te indica que ha hecho algo, pero no está lo suficiente abierto, por lo que es virgen. Engulles su miembro deseoso de probar su néctar y poco después embestirle con el ritmo frenético que os llevará a la locura. Y así lo haces, después de probar su néctar, llegas a su punto G y así llegáis los dos al clímax.

-Vamos a descansar un poco.

-Eso, descansemos.

-Hasta mañana.

-Hasta mañana Hyoga koi.

Quedáis dormidos al instante.

 

Por la mañana, despiertas con Hyoga recostado sobre tu pecho. Le mueves poco a poco para evitar despertarle, le besas la frente, vas al baño y bajas a desayunar.

-Hola niisan. ¿Cómo te encuentras? ¿Estás mejor?

-Sí, mucho mejor, gracias a… a… Oh, ¿Hay café?

Cuando acabas de desayunar baja Hyoga con algo de mal aspecto.

-Esto me pasa por cuidarte toda la noche.

-¿Cuidarme? Lo que digas, la cosa es que me fue bien, estoy perfectamente, pero veo que te lo pasé. Ahora te voy a “cuidar” yo.

De nuevo sacas una de tus sonrisas sádicas made in Ikki. Coges a Hyoga y lo cargas en tus brazos llevándotelo a tu cama nuevamente.

-Voy a curarte cariño.

-¿De verdad? Pues cúrame ya. Lo deseo doctor.

-¿Doctor? o_ô ¡Je! Vamos a curarte.

Seguís con vuestro juego y cuando os dais cuenta estáis tan sucios que necesitáis una ducha.

-¿Te sientes mejor?

-Mejor, pero creo que debemos repetir, para asegurarse…

-PER-VER-TI-DO.

Salís del baño con una simple toalla atada a la cintura. Tú eres muy moreno y el muy blando, si te comparas puedes fijarte que también eres más alto.

 

Shiryu entra sin picar.

-Hyoga, vengo ha…

No acaba de hablar que se desmaya ante tu puerta.

-¡Seiya, llévate a Shiryu! ¡Creo que ha muerto!

Cierras la puerta y te abrazas a Hyoga.

-¿Ya te he dicho que te quiero?

-Creo que sí. Pero dímelo de nuevo.

-Te quiero.

 FIN DEL CAP 1 MÁS EN EL 2 
Notas finales:

Gracias a todos los que me lean y a los que me escuchan en el proceso (soy una pesada con eso, pero si no lo hago o me matan o no me quedo tranquila).

¿Qué como será el capítulo 2? Pues la misma historia pero de otra forma... Digamos que será en tercera persona con otras cosas, no explicaré lo de Ikki y Hyoga, más bien explicaré lo que hico Seiya en ese tiempo y lo que pasará con Shiryu. Denle una oportunidad. Prometo que no será tan malo como el primero.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).