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Libérame... la torre del condenado por VeKo

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Notas del fanfic:

Hello, ¿cómo están? Este fic lo había escrito hace tiempo, es un poco corto, pero es tierno y aunque cuando lo escribí no quedo como esperaba, al releerlo me pareció que igual estaba lindo, así que decidí publicarlo, así que quienes hayan leído mis otros fics, saben a que atenerse, y los que no, pues pueden leerlos sin ningún problema, solo hagan clic en mi nick y va a aparecer una descripción con el resto de ellos, ya saben si les gusta me dejan un review y me hacen una persona feliz ^_^ nos leemos al final del fic.

etto Naruto no me pertenece lamentablemente.

Libérame... la torre del condenado

 

-Aquí esta tu comida-

 

El pobre joven se asombro de escuchar que alguien le hablará, y supuso acertadamente que se trataba de un nuevo guardia, ya que él anterior habituaba pasarle la comida por una pequeña abertura en la parte inferior de la puerta, sin decir una palabra.

Este simple hecho lo alegro considerablemente, ya que después de tanto tiempo alguien finalmente le dirigía una frase, pero decidió contestar escuetamente para no molestar al otro muchacho.

 

-muchas gracias- dijo en voz apenas audible.

 

El guardia jamás en su vida había oído una voz más triste que esa, y mucho menos una más hermosa. Por un instante deseo escuchar esa voz por siempre, y trato de comprender como alguien que despertaba tal sensación tan solo con dos simples palabras, pudiese ser considerado como el portador de un demonio. Recordaba lo que el sumo sacerdote le había recomendado sobre no interactuar con él, pero después de escuchar esa melodiosa voz, solo deseaba ver como sería el chico detrás de esa pesada puerta. Por un instante dudo, pero después recapacito, no tenía necesidad de abrir la puerta, bastaba con abrir la mirilla en la parte superior de esta, esta vez no dudo, la abrió rápidamente y poso sus ojos en el interior de esa cárcel.

 

El muchacho en el interior parecía dormido, su cabeza reposaba apoyada en sus rodillas, las cuales eran rodeadas por sus brazos, pero al escuchar el ruido en la puerta levanto su cabeza, entre asustado y expectante.

El joven moreno, que custodiaba la entrada a esa celda, observó a su prisionero y se quedo impactado por la belleza del pequeño; a pesar de que habitaba en ese lugar desde hacía años, se podía apreciar su piel bronceada, gracias a una pequeña rendija por la que se colaban algunos rayos de luz, haciendo un encantador contraste con sus ojos azules y su cabello rubio, aun con las andrajosas ropas que vestía se podía apreciar que poseía un cuerpo delicado, pero no lo suficiente como para que fuera considerado afeminado, aun cuando sus grandes y expresivos ojos parecían querer decir lo contrario. Sin poder evitarlo deseo poder tocar esa piel, y escuchar una vez más su voz.

 

-ven, acércate... por favor- él jamás había pedido nada por favor, era un soldado, aunque debido a que la guerra había terminado, ahora se dedicaba a custodiar esa torre, además de que pertenecía a la familia Uchiha, una de las familias pertenecientes a la nobleza, pero no pudo evitar intentar sonar lo más tranquilizador para no asustar a ese joven, que a pesar de que seguramente tendría su misma edad aun parecía un niño.

 

El rubio sintió temor de que el nuevo guardia fuera un sádico, que intentará dañarlo, pero había pasado tanto tiempo desde que sintió el tacto de una persona, que incluso si recibía un golpe, prefería acercarse. Al instante de pararse frente a la puerta, pudo apreciar las facciones del otro muchacho, su piel blanca, que contrastaba maravillosamente con sus ojos negros, y su cabello azabache, pero no pudo seguir con su apreciación ya que la mano del otro joven se adentro por la abertura de la mirilla, depositándose en su rostro, se sintió inmensamente feliz de recibir esa caricia, por lo que permitió que el muchacho moreno, disfrutara de una risueña sonrisa que se dibujo en su rostro.

 

-¿Cómo te llamas?... de verdad quiero saberlo-

 

-... Naruto Uzumaki... así solía llamarme, antes de que me encerraran aquí...-

 

-yo soy Uchiha Sasuke... ¿por qué te encerraron?-

 

-...porque... bueno, ellos dicen que soy un demonio... –

 

-pero, ¿por qué?-

 

-no lo sé... –

 

A partir de ese día ambos comenzaron a hablar, siempre a través de la puerta, a sentirse, aunque solo fueran sus manos entrelazadas a través de esa horrible muralla de madera, y comenzaron a necesitarse mutuamente.

Sasuke le había otorgado al rubio, la libertad que no poseía, pasaba horas hablando sobre como era el mundo exterior, sobre las bastas extensiones de tierra con las que su compañero solo podía soñar y con eso lograba darle un poco de la felicidad perdida. Pero aún así se odiaba por no poder liberarlo, por no poder sentirlo por completo, por tener esa horrible barrera de roble macizo siempre entre ellos.

Naruto por su parte, creía que el moreno solo pensaba en él durante las horas que ambos compartían, pero eso le bastaba, aunque creyera que seguramente el moreno debía olvidarlo en cuanto era relevado de su puesto, pero lo que no sabía es que él había atrapado a Sasuke en esa prisión.

La mente del joven guardia permanecía siempre atrapada entre las cuatro paredes de la torre que encerraban al destinatario de todos sus pensamientos, pensando en el pequeño condenado en la torre, la maldita torre en la que no le importaría estar encerrado por el resto de sus días siempre que el rubio estuviese a su lado. Ya no podía conformarse con las escasas caricias que podía prodigarle a Naruto a través de la mirilla, necesitaba poder besar sus labios y abrazarlo para abrigarlo en las noches frías, quería estar ahí para consolarlo sin barreras de por medio.

 

Luego de un año, de custodiar la torre, Sasuke recibió la peor noticia de todas, una nueva la guerra había comenzado y el general Yamato lo había convocado a sus filas. Sintió el terror recorrer su cuerpo, jamás había temido al combate, mucho menos a la muerte, pero sabía que si se iba, probablemente no volvería a ver a Naruto, no podría saber de él y por sobre todo el rubio estaría solo, quien sabe lo que podría pasarle sin su protección. No sabía que podía hacer, la pena por desobedecer las ordenes de un superior durante tiempo de guerra, era la pena capital ya que se consideraba alta traición, pero de que le servía vivir si lo alejaban de lo único valioso en su vida.

 

Uchiha tomo una drástica decisión, una que sabía que podía condenarlo, pero que era la única que le permitía ser fiel a sí mismo, al día siguiente se marcho.

 

Pero antes de alejarse, abrió esa maldita muralla, que durante un año le había parecido infranqueable, el rubio se quedo atónito, al ver finalmente a Sasuke frente a él, sin nada de por medio, algunas lagrimas inundaron sus bellos ojos, y abrazo al chico frente a él, el moreno solo corto el abrazo rápidamente y tomando la mano del Naruto, lo obligo a correr y lo condujo a un bosque cercano, donde le otorgo una muda de ropa, en ese lugar le dio el único beso que se darían en muchos años, uno que careció de romance, pero que estuvo cargado de sentimientos.

 

Sasuke lo condujo a una pequeña cabaña, en ella habitaba el que alguna vez lo había entrenado como soldado, y que se había vuelto su único amigo, el ex-coronel Hatake Kakashi.

 

-Naruto, debes quedarte aquí, si alguien te encuentra ambos vamos a morir, yo te prometo que volveré por ti, pero hasta que ello ocurra, tendrás que permanecer junto a Kakashi, él va a protegerte, sé que lo hará-

 

-claro que sí pequeño, no tienes que preocuparte por nada- dijo Hatake.

 

-lo sé, sé que Sasuke va a cumplir su palabra-

 

 

El moreno supo que podía ser juzgado por lo que había hecho, pero no dudo en que el general Yamato lo defendería del Sumo Sacerdote Orochimaru, sabía que al ser uno de los mejores soldados que poseía su escuadrón, nadie dudaría de él, que recibiría un trato especial, y que en cualquier caso, si era acusado de haber liberado a su pequeño, incluso si probaban que era culpable, su apellido pesaría en la decisión.

 

Naruto espero junto con Kakashi, y este último se volvió para el rubio casi como un padre, pero su espera parecía en vano, la guerra terminó al año siguiente, sin embargo Sasuke no volvió.

 

Luego de 6 años, el rubio aún lo esperaba, a pesar de los ruegos de Kakashi para que lo olvidara e intentará ser feliz, el pequeño había logrado, por medio de una identidad falsa, ingresar al ejercito, y aunque fue difícil logro convertirse en un soldado de elite, 3 años más pasaron hasta que pudo descubrir el paradero del joven Uchiha, se sorprendió al ver su residencia, su mansión mejor dicho, y se alegro de ser recibido en el lugar por su puesto de elite, pero lamentablemente se encontró con una triste sorpresa, su Sasuke se hallaba en una silla de ruedas.

 

Sasuke no se esperaba que el joven que había casi rogado hablar con él, fuera el mismo joven del que estuvo enamorado durante tantos años, y vio a su rubio con una felicidad que le parecía ajena, pero que sabía que era debido a ese joven. A Naruto no le importo nada más, solo se arrodillo frente a él y lo abrazo como lo había hecho aquella vez en esa torre.

 

-¿por qué... no volviste?-

 

-porque no quería que sintieras lastima de mí, que tuvieras que sacrificar tu libertad una vez más para permanecer a mi lado, yo solo deseaba que fueras feliz, por eso te di tu libertad-

 

-baka, yo siempre fui libre a tu lado-

 

Naruto se atrevió a besar los labios que solo una vez había probado y se recostó en el regazo de la persona más importante en su vida.-

 

-te amo... siempre lo he hecho-

 

-también yo... –

 

Owari

Notas finales:

 

 

y que les pareció, sean honestos, no les gusto, si, quizás, tal vez, no sabe, no contesta… please, eso si que no, contesten, dejen un comentario al menos para decir lo feo que estaba, yo se los agradecería mucho, mucho, bueno ahora me voy y les dejo un beso a todos, muak (onomatopeya trucha de beso XD)

 

 

 

 


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