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¿Qué he hecho mal? por Aidi

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Notas del capitulo: Aquí les dejo el siguiente capi...a ver que les parece...^^

Capítulo 11

 

 

 

 

-          Yuki...- Shuichi se inclinó y besó la mejilla del escritor que se estremeció levemente abriendo un poco sus ojos.

-          ...¿mmm?

-          Voy al hospital a ver a Hiro y a K, ¿vale?

-          Mmm...¿Quieres que te llevé?- dijo desperezándose un poco.

-          No hace falta...- dijo dándole un fugaz beso en los labios- ¡¡Adiós!! Volveré para comer

-          Mmm

 

Yuki volvió a cerrar los ojos cuando escuchó la puerta del apartamento cerrarse y sin apenas darse cuenta volvió a dormirse profundamente. El día anterior había sido uno de los más agotadores de su vida.

 

 

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El timbre del apartamento comenzó a sonar insistentemente despertando al rubio de mala gana.

 

-          ¡¡¿Quién coño llama tanto joder?!!

 

Yuki se levantó enfadado de la cama y fue hacia la puerta abriéndola con un movimiento brusco.

 

-          ¿Otra vez te has dejado las llaves maldito mocoso?...- Yuki se quedó muy serio parado en el umbral...- ¿Qué haces aquí?

-          Estaba preocupado por ti

-          No tienes por que molestarte...

-          ¿Y Shuichi?

-          Está bien...no estaba en la discográfica en ese momento

-          Vaya...ha tenido suerte

-          Sí eso parece...

-          ...mmm...¿no me vas a dejar pasar?- Dijo Keiji con cara de no haber roto un  plano en su vida.

 

Eiri se apartó del umbral de la puerta y le dejó acceder al interior del apartamento cerrando la puerta después de que el hombre entrara.

 

-¿Has desayunado ya?- preguntó contento levantando una bolsa marrón que llevaba en la mano.- Traje algo...¿Tienes hambre?

-¿Ahora eres mi madre?

-...Así es...- y Kei entró en la cocina y comenzó a preparar café y a sacar los bollos de la bolsa mientras Yuki lo observaba desde la puerta encendiéndose su primer cigarro del día.

- En serio...¿Tú no trabajas o qué? Siempre andas fastidiando...- Yuki entró en la cocina y se sentó en la mesa mientras Kei ponía el desayuno.

-Vamos...no me digas esas cosas, encima que vengo hasta aquí para prepararte el desayuno...- La voz de Kei sonaba lastimosamente falsa.

- ¿Y quién te pidió que vinieras imbécil?- dijo Yuki mientras tomaba el café que Kei le había dejado delante.

- Que desagradable puedes ser a veces...- y se sentó frente al rubio dando un sorbo a su taza.

 

Ninguno de los dos pronunció palabra hasta que terminaron de desayunar. Yuki se levantó  y se dispuso a salir en silencio de la cocina, no tenía intención ni de decirle a Kei que se fuera, simplemente le daba igual si el hombre se iba o se quedaba. El escritor se sentó en el sofá y encendió un cigarrillo dándole una profunda primera calada con los ojos cerrados y la cabeza recostada hacia atrás en el respaldo del sofá sintiendo como Kei se sentaba a su lado completamente en silencio.

 

-Keiji...no podemos seguir así...- dijo el rubio sin moverse de su posición.

-¿Qué?- Keiji se sorprendió

- No puedo seguir con esto...

- Pero Eiri, jajaja, ¿qué estás diciendo hombre?- el muchacho se sentó a horcajadas sobre las piernas del rubio haciendo que éste, sorprendido, abriera los ojos y levantara la cabeza para mirarlo.

- ¿Se puede saber qué estás haciendo?

- Ponerme cómodo

 

Yuki alzó una ceja mirando a Keiji con cara de pocos amigos pero no evitó que el muchacho comenzara a darle besos cortos en el cuello.

El escritor dejó escapar un suspiro y volvió a echar la cabeza hacia atrás mientras Kei empezaba a besar su cuello cada vez con más lujuria.

 

-          Eiri...- la voz de Kei sonó suave y distante en el oído de Yuki. El muchacho había apoyado su cabeza en el hombro del escritor y tenía la mirada fija en uno de los sillones que quedaban a su lado. Yuki no contestó.

-          Eiri...creo que me estoy enamorando de ti.

 

Yuki abrió sus ojos sorprendido por un segundo para después soltar una risa silenciosa.

 

-          Deja de decir idioteces.

 

La boca de Kei se entreabrió y su mirada tembló unos instantes llena de tristeza, respiró profundamente y levantó la cabeza para mirar al rubio con esos ojos penosos.

Yuki lo miró entre sorprendido y asustado. ¿A qué venía aquella mirada?

Al escritor no le dio tiempo a pensar nada más puesto que Kei unió sus labios a los del rubio. Aquel beso lo sorprendió, los besos de Keiji siempre estaban llenos de prisas, de lujuria, de necesidad pero éste era diferente, era suave, lento, tranquilo... Yuki no pudo hacer otra cosa que dejarse llevar y apagando el cigarrillo con dificultar llevó sus manos a la cara de Kei e introdujo su lengua en la boca del muchacho comenzando a llevar él la iniciativa del húmedo beso mientras las manos del moreno recorrían hambrientas el cuerpo del Yuki.

El novelista bajó sus manos hasta el trasero de Kei y asiéndolo con fuerza se levantó con cierta dificultad del sofá. Sin duda Keiji pesaba más que Shuichi pensaba el rubio cuando la risa del hombre lo sacó de ellos. Yuki sonrió y besando con impaciencia a Kei se dirigió a la habitación donde aun casi podía percibirse el olor de Shuichi entre las sábanas revueltas.

 

 

 

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-          ¡¡Qué bien Hiro!!...- gritó Shuichi emocionado-¿Ya te dejan volver a casa?- su expresión cambió a una de pensativa preocupación.- ¿No es demasiado pronto?

-          El médico ha dicho que estamos bien...nos podríamos haber ido ayer pero como perdimos el conocimiento prefirieron dejarnos en observación toda la noche.

-          That´s true my little boy...- K abrazó a Shuichi dejándolo suspendido en el aire mientras Hiro cogía sus cosas y se reía de ver la cara de su amigo totalmente asustado del ataque de cariño del manager.

 

Tuvieron que hacer de tripas corazón cuando al salir se encontraron con decenas de periodistas que los atosigaron a preguntas hasta que corriendo se introdujeron en el coche que les había enviado Seguchi.

 

-          Uff...cuantos periodistas, ¿no?

-          Sí... ya os dije...tardé casi diez minutos en poder entrar al hospital.

-          ¿Te dejamos en casa Shuichi?

-          ¿No quieres que te acompañe y te ayude Hiro?

-          No hace falta...estoy bien- dijo sonriendo mientras le pasaba un brazo por los hombros a su amigo.- ...pero si lo que quieres es estar junto a mí...sólo tienes que decirlo...-

-          ¡¡Hiro para ya!!- todos se echaron a reír y Hiro dejó a abrazar a Shuichi mientras lo miraba divertido.- Ya veo que estás perfectamente...así que me vuelvo a casa con Yuki...- dijo el muchacho cruzándose de brazos con un gesto de falsa molestia que volvió a provocar las risas de los presentes en el coche.

-          No te preocupes Shuichi...Ayaka ha venido preocupada y está en casa esperandome...- una sonrisa picarona apareció en la cara del vocalista haciendo enrojecer a Hiro.- ...No me gustaría tenerte rondando...- dijo sonriendo ampliamente.

-          ¡¡Me estás cambiando por ella!!

-          Sip

-          ¡¡Hiiiiiroo!!- y otra vez se escucharon las risas.

 

No tardaron mucho tiempo en llegar al imponente edificio donde Shuichi tras despedirse de todos, bajó del coche y se encaminó hacia la entrada. No eran más de las doce y media de la mañana, aun quedaba tiempo para el almuerzo.

Cuando llegó al portal de entrada tuvo como un flash y una sonrisa emocionada apareció en su rostro. Se le había ocurrido la idea de comprar un postre para el almuerzo y salió corriendo alejándose del edificio y no paró hasta que llegó a una pastelería muy pequeñita a unos quince minutos donde a su parecer hacían la mejor tarta de chocolate del mundo. Una vez comprado el dulce volvió contento a casa, seguro que a Yuki le apetecería probarla, tenía tan buena pinta.

Shuichi entró en el apartamento sin hacer ruido, le daría una sorpresa al escritor a sabiendas que aunque no amaba los dulces, la tarta de chocolate le encantaba.

Se metió en la cocina y dejó el pastel en la encimera para buscar un plato, en el cual, cuando lo encontró colocó un trocito pequeño para dárselo a probar al rubio.

Despacio, casi de puntillas se dirigió al estudio donde seguro que Yuki se encontraba escribiendo en el portátil, pero al abrir la puerta se sorprendió al no encontrar allí al escritor y con cara de desilusión volvió a la cocina para comenzar a preparar el almuerzo, pero justo cuando estaba en la entrada escuchó la voz del escritor que procedía de la habitación y se le iluminó la cara, la sorpresa no se había suspendido.

Aguantando la risa se dirigió lentamente al dormitorio, pero cuando tenía la mano sobre el pomo para abrir, escuchó otra voz que no era la del rubio y eso lo hizo detenerse.

Alguien más estaba con Yuki, si entraba ahora se enfadaría por interrumpir su reunión, así que se dispuso a alejarse de la habitación, pero volvió a detenerse al escuchar un pequeño grito amortiguado por la puerta cerrada, seguido por una casi inaudible risa del escritor.

Shuichi se queda como petrificado frente a aquella puerta, su mente se había quedado en blanco por un segundo y después sintió miedo. ¿Estaría Yuki discutiendo con alguien?¿Se estaban pegando?¿ Con quién?... se preguntaba el vocalista mientras su mano giraba lentamente el pomo de la puerta para echar un vistazo rápido, pero cuando el hueco de la puerta le dejó ver con claridad lo que pasaba dentro de aquella habitación, su sangre se heló.

Yuki estaba en la cama haciendo el amor con otra persona, otra persona que no era él. El cantante comenzó a temblar levemente mientras sus ojos no podían apartar la mirada de aquella escena, Yuki estaba sobre otro hombre, embistiéndolo con fuerza llenando la habitación de aquellos jadeos y gemidos que estaban quedando grabados en la mente del pequeño con fuego.

No podía ver quien era, pero sus brazos agarraban con fuerza el cuello de Yuki, no podía creer lo que estaba viendo, tenía que ser mentira. Los ojos de Shuichi se empezaron a llenar de lágrimas pero seguía siendo incapaz de mover ni un pelo.

Justo en el momento en el que había decidido salir de allí escuchó como aquel hombre gritaba el nombre de Yuki, el verdadero nombre de Yuki y giraba la cabeza para el otro lado dejando a Shuichi verle la cara. La mano de Shuichi tembló cuando observó quien era. ¿Cómo no se dio cuenta antes?¿Cómo había sido tan tonto de no darse cuenta?

El plato que Shuichi llevaba en una mano tembló haciendo que la cucharilla repiqueteara levemente sobre él, fue éste leve sonido el que llamó la atención de Keiji.

El hombre al ver al cantante en la puerta mirándolos fijamente con lágrimas en los ojos al principio se sorprendió, pero al instante una sonrisa lujuriosa y una mirada llena de vicio se asentaron en su cara fijando la vista sobre Shuichi mientras Yuki continuaba con las frenéticas embestidas sin percatarse de la presencia de su amante.

Fue en ese instante, cuando Keiji lo miró y le sonrió, que dejó caer el plato que llevaba en la mano incapaz de sostenerlo por más tiempo y sus lágrimas comenzaron a caer al fin por sus mejillas.

El ruido del plato al caer y romperse hizo que Yuki se girara asustado hacia donde se había producido aquel ruido, y palideció cuando se encontró con el vocalista que en ese instante se llevaba las manos a la boca.

 

-          Shuchi- susurró quitándose al instante de encima de Kei quien se recostó sobre el cabecero de la cama y se encendió un cigarro mientras veía como Yuki, tras

unos momentos de haberse quedado totalmente paralizado, se levantaba de la cama liándose las sábanas a la cintura y se aproximaba lentamente al cantante que con ambas manos sobre su boca y las lágrimas resbalando silenciosas por sus mejillas, negaba con la cabeza mirando como cada vez más se aceraba el escritor susurrando palabras que era incapaz de escuchar...

-          Shuichi...yo...- dijo levantando su mano para acercarla al brazo del muchacho.

-          ¡¡No me toques!!

-          ...Shuichi...por favor...- Yuki cogió un brazo del muchacho pero éste con un movimiento brusco se deshizo del agarre del escritor gritando.

-          ¡¡He dicho que no me toques!!...No quiero que me toques...-decía mientras se alejaba del umbral de aquella habitación.

 

La cara de Yuki estaba totalmente desencajada, sentía que estaba en una pesadilla y sólo deseaba despertar de ella. La cara de su amante, de su pequeño le estaba rompiendo el alma, esa mirada que suplicaba un por qué, esa mirada confundida, era mirada vacía y ausente. Reaccionó cuando Shuichi se dio media vuelta y echó a correr, corriendo tras él y alcanzándolo en la entrada del apartamento.

 

-          ¡¡Déjame!!- y Yuki lo soltó en seguida.- No quiero que me toques nunca más, no quiero que me mires, ¡¡no quiero volver a oír tu voz!!

-          ...

-          Si lo que buscabas era joderme la vida...buen trabajo...Te odio...no quiero volver a verte.- decía entre lágrimas rabiosas.

 

Y salió de la casa dando un fuerte portazo dejando al rubio frente a la puerta con la mirada perdida en ella y resonando en sus oídos  las palabras del cantante pero Keiji lo hizo volver a la realidad abrazándose a su espalda y susurrando en su oido.

 

-          Parece que el mocoso no se lo ha tomado muy bien que digamos, ¿no?

-          Lárgate- dijo escuetamente el rubio deshaciéndose del abrazo del moreno.

-          Vamos Eiri...- dijo volviéndose a enganchar al escritor.- Ahora que el crío te ha dejado no querrás estar solo, ¿eh?

-          ¡Te he dicho te te vistas y te largues!

 

Keiji muy serio fue hacia la habitación y tardó unos minutos en vestirse, cuando salió Yuki seguía frente a la puerta con las manos en la cabeza.

 

-          Te llamo después- dijo el moreno al pasar por el lado del escritor

-          No te molestes...no quiero volver a verte el pelo por aquí...

-          ...Eiri...- Kei se había quedado sorprendido con aquellas palabras parecía que iba en serio esta vez.

-          Lárgate y no vuelvas- el rubio se dio media vuelta y entró e la cocina desde donde escuchó la puerta del apartamento cerrarse con un golpe enorme.

 

 

 

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Shuichi continuó corriendo sin rumbo hasta que llegó a ese parque donde conoció al escritor y sentándose en un banco abrazó sus piernas y comenzó a llorar desconsoladamente.

No supo el tiempo que estuvo allí, tampoco le importaba, era incapaz de sentir hambre, sed, frío o calor, pero cuando levantó la vista el Sol ya se estaba ocultando bajo aquel cielo naranja.

No tenía donde ir. No podía volver a aquella casa y Hiro estaría con Ayaka no iba a ir a molestarlo con sus problemas.

Buscaría un hotel donde pasar la noche y alquilaría algún apartamento cerca de NG. Ya había dejado de llorar aunque su cara era de una tristeza aplastante, parecía como si jamás hubiera sonreído o fuese a sonreír nunca más. Se quedó un rato más alli sentado hasta que el Sol se ocultó por completo y las farolas se encendieron en el parque, fue entonces cuando se levantó y se dispuso a marcharse con la cabeza gacha, dándose cuenta de que había olvidado llevar con él su mochila por lo cual no tenía dinero para pagar el hotel. Sus lágrimas comenzaron a caer lenta y silenciosamente pero mientras se reprendía a si mismo por su estupidez por el camino del parque apareció la figura de un hombre que caminaba tranquilamente. Shuichi al verlo se sentó y deseó con todas sus fuerzas que no fuera nadie conocido y agachó la cabeza mientras lloroso lo observaba acercarse.

Aun no había anochecido del todo pero no pudo ver quien era hasta que la luz de las farolas le diéron de lleno. Se trataba de Ryuichi, el hombre caminaba despacio con su reproductor de música puesto y con una mano metida en el bolsillo mientras en la otra llevaba un papel que iba leyendo.

Shuichi al ver de quien se trataba comenzó a llorar con más fuerza y sin ser consciente de sus actos se levantó y corrió hacia el hombre al cual abrazó con fuerza por la cintura y hundió su cabeza en el pecho del cantante.

Ryuichi se asustó ante aquel ataque y dejó caer el papel y el reproductor que llevaba en la mano metida en el bolsillo. Al principio pensó que era un fan que lo había reconocido, pero pronto se dio cuenta de que esa persona no era un fan histérico, se traba de Shuichi, y lloraba, Shuichi estaba llorando con tal pena que el cantante sólo atinó a abrazar al pequeño con toda la fuerza que pudo.

 

-          Shuichi- susurró cuando pasaron unos minutos y ladeó su cabeza para buscar un contacto visual con el vocalista.

 

El pequeño no le miraba sólo se abrazaba a él como a un salvavidas y esto estaba preocupando cada vez más a Ryuichi. Había visto muchas veces llorar a Shuichi por culpa de Yuki Eiri, pero nunca antes de aquella forma tan agónica y aterrada.

 

-          ...Ven...vamos a casa...- y pasándole un brazo por los hombros, caminó con el pequeño que no se soltaba de él.

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Espero que os haya gustado!

 

Besitos...hasta el próximos capi 


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