CAPITULO 14
El timbre sonó persistentemente y Sakuma corrió contento a abrir la puerta.
-¡¡Touma!!- gritó saltando sobre el rubio que se sorprendió al encontrarse al cantante encima, aunque no entendía de que se sorprendía si siempre hacía lo mismo.
- Ryuichi, por favor- y se soltó del cantante que lo miró con un pucherito muy mono y ojos brillantes preparados para las lágrimas.
-¡¡Touma no quiere a Ryu-chan!!- y comenzó a llorar berreando en el umbral de la puerta.
- lo siento Ryu-chan...- dijo sonriendo y acariciando dulcemente la cabeza de Sakuma-...pero ahora no tengo tiempo de jugar contigo...he venido a hablar con Shindo- dijo comenzando a pasar al lado de Ryuichi, pero no pudo traspasarlo porque el cantante apoyó bruscamente su mano contra el quicio de la puerta impidiéndole el paso a Seguchi.
Touma miró sorprendido a su amigo que le devolvía la mirada furiosa de reojo.
-No puedo dejarte pasar Touma.
El rubio dio un paso hacia atrás y miró enfadado al vocalista.
- Y ¿puedo saber por qué?
- No puedo dejarte ver a Shuichi
- ...
- El ha decidido alejarse de Yuki por propia voluntad y no tienes porqué meterte en esto.
- Eiri no está bien...
- Shuichi tampoco- le interrumpió. Touma mostró una amplia sonrisa a su amigo.
- Ryu-chan...tengo que hablar con Shindo del lanzamiento del disco...sólo vine por eso...
Ryuichi empequeñeció los ojos mirando con enfado a Touma; lo debía de tomar por tonto si después de tantos años no lo conocía como para darse cuenta de que eso era mentira.
- ¿Señor Seguchi?- Shuichi apareció por detrás de Ryuichi.- ...Sakuma, no importa...déjalo pasar si quieres...
El cantante de Nittle Grasper miró molesto a su compañero quien ahora sonreía a Shuichi de esa forma tan escalofriante de siempre y se apartó para dejarlo pasar con desgana. Sabía que lo que Touma le dijera a Shuichi lo haría llorar y no quería ver lágrimas en el rostro del pequeño nunca más.
Touma acompañó a Shuichi al salón y se sentaron en el sofá. Hiro salió de la cocina y se sorprendió de ver allí a su jefe en el sofá junto a su mejor amigo; no el gustó, seguro que venía de parte de Yuki. Seguchi podría ser un hombre de negocios agresivo y sin escrúpulos, pero cuando se trataba de ayudar a Yuki Eiri, era capaz de dar su propia vida y rebajarse lo que hiciera falta en su nombre.
- ¿Qué hace aquí?...- le susurró a Ryuichi cuando éste llegó a su altura.
- ¿No es evidente?- y empujó al guitarrista hacia la cocina para dejar a la pareja sola.
Shuichi estaba cohibido ante la presencia del hombre y cabizbajo jugaba con sus dedos apoyados sobre sus piernas.
- ¿Cómo estás?- preguntó suavemente el rubio apoyándose con los antebrazos sobre sus rodillas para inclinarse y ver mejor a Shuichi, quien sorprendido por la pregunta lo miró. Seguchi jamás se había preocupado por él.
- ...Shuichi...- volvió a sorprenderse y la sorpresa hizo que su boca se entreabriera un poco mirando a su jefe; era la primera vez que lo llamaba por su nombre-...¿Qué pasó?
- ...Señor Seguchi...yo no...
- Vengo de casa de Eiri, ¿sabes?
En los ojos de Shuichi apareció un brillo de tristeza y de dolor que no pasó desapercibido para Seguchi.
- No está bien Shuichi...ya lo escuchaste por teléfono...está destrozado y temó que se derrumbe...
Shuichi tenía la cabeza hundida en su pecho intentando esconder las lágrimas que se amontonaban en sus ojos peleando por salir.
- Nunca antes vi a Eiri así...nunca...aunque no te haya demostrado que te quiera...sé que lo hace y...
- ¡¡Él me engañó!!- y Las lágrimas cayeron libremente por las mejillas del pequeño.
- Él nunca te prometió fidelidad, ¿o sí? - Shuichi volvió a mirar la rubio con los ojos enrojecidos y llenos de confusión mientras sus lágrimas se perdían en el cuello de su camiseta.
- ...él nunca prometió amarte, nunca quiso que vivieras con él ni que lo buscaras sin cesar...tu eres el que se ha impuesto ésta rutina de pareja mintiéndote a ti mismo pensando que Eiri era sólo tuyo...
Aquellas palabras eran duras, duras como lo es la verdad. Yuki jamás le había prometido nada, fue él quien se montó la película y lo moldeó y manipuló todo para obligar a Yuki a permanecer a su lado...eso lo sabía bien, pero también sabía que Yuki si lo amaba, o por lo menos le tenía cariño porque a pesar de su actitud, a veces lo había pillado en alguna mirada tierna, en algún gesto cariñoso cortado rápidamente con disimulo, ese enfado camuflando su preocupación cuando llegaba tarde...ese "te quiero" que jamás olvidaría...
- ...entonces...¿por qué está tan arrepentido?- susurró más para si mismo que como pregunta hacia Touma.- ¡¿Por qué está tan arrepentido si no me quiere?!- exclamó mirando con rabia a Seguchi, quien le sonrió abiertamente.
- Parece que te has dado cuenta...
Shuichi se sorprendió ante las palabras del hombre, y al darse cuenta de que realmente Yuki estaba arrepentido de lo que le había hecho y que sufría por ello, y eso era simplemente porque lo amaba de verdad...sus palabras habían sido ciertas, de no ser así el gran Yuki Eiri no estaría suplicándole que volviera con él.
Seguchi sonreía observando como reflejadas en el rostro del pequeño, las ideas y sentimientos iba tomando forma dentro de su cabeza.
- Espero que lo hayas comprendido...quiero a Eiri...y no me gusta verlo sufrir de nuevo, porque está sufriendo Shindo, más de lo que tu y yo podemos comprender...sólo he venido para abrirte los ojos y a pedirte un favor.
- ...¿un...favor?
- ¿me lo concederás?- dijo apoyándo una mano sobre las del niño que reposaban sobre sus rodillas mientras éste asentía con la cabeza lentamente.
- Habla con él.-
Y sin más se levantó del sillón para salir del apartamento dejando a un Shuichi frustrado y con sentimientos contradictorios. ¿Qué podía hacer? Amaba a Yuki más que a él mismo, pero no sabía si podría perdonarle aquella traición. ¿Qué debía hacer?
- ¿Qué te ha dicho?- preguntó Hiro sentándose junto a su amigo sacándolo así de sus pensamientos.
- Nada...- mintió y Ryuichi sabía que mentía. Touma no se tomaría la molestia de ir hasta allí para decir "nada".
- He preparado el almuerzo...vamos...- dijo Ryuichi
- No tengo hambre... muchas gracias.
- Debes comer algo Shuichi...- dijo Hiro
- ¡No tengo hambre!...voy a darme un baño, necesito estar solo...
Y así se encerró en le baño mientras los otros dos comían en silencio claramente preocupados por su amigo...¿qué le habría dicho Seguchi?.
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- ¿Eiri?- Ayaka entreabrió la puerta del dormitorio y encontró a Yuki haciendo la cama y colocando las sábanas limpias.
- ¿Aún sigues por aquí?
- No quería dejarte solo- dijo la muchacha entrando a la habitación y acercándose a la cama para ayudar al rubio a hacerla.
- No hace falta que te quedes....estoy bien.
- ¿Estás seguro?
- Ahora quiero estar solo...- dijo terminando de acomodar el edredón.-...voy a darme una ducha y a trabajar un poco...
- De acuerdo...si me necesitas...
- Lo sé
- Vale...me marcho...
La muchacha se dispuso a salir de la habitación, pero Yuki la sujetó de un brazo haciendola girarse y encararlo.
- Gracias.
Ayaka se sorprendió; ¿ desde cuándo Yuki Eiri daba las gracias?
Ante las palabras del rubio, Ayaka sólo sonrió y lo abrazó con fuerza; abrazo que no fue correspondido así que a los pocos segundos se despidió del escritor dándole un beso en la mejilla para disponerse a salir definitivamente del apartamento dejando a Yuki solo.
El novelista se duchó y salió de la habitación viendo como la casa estaba recogida y ordenada, Ayaka había limpiado el desastre que había causado debido a su rabia. Entró en la cocina y vio que la muchacha había dejado comida preparada sólo para calentar, pero no tenía hambre así que cogió una cerveza de la nevera y se sentó en el sofá a fumar como un descosido cigarro tras cigarro hasta que sin darse cuenta había pasado ya más de media tarde y seguía allí tirado en el sofá.
No podía entender como habñia llegado a esa situación. Ahora le parecía muy lejano el hecho de haber vivido con Shuichi, el hecho de tenerlo a su lado, a pesar de que hacía tan solo veinticuatro horas desde que lo había abandonado; al igual que Keiji...le parecía increíble haber estado junto a ese hombre.
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Hiro se marchó a regañadientes cuando recibió una llamada de Ayaka y tanto Shuichi como Sakuma lo obligaron a irse.
Shuichi parecía mucho más animado y pasó la tarde bromeando y jugando con Ryuichi y Kumagoro, cosa que el mayor agradeció.
El muchacho parecía haberse transformado aliviando al cantante al ver que el trapo tirado que había recogido la noche anterior volvía a sonreír sinceramente. No sabía que le había dicho Touma al niño pero parecía haberle ayudado un poco.
Cuando llegó la noche Ryuichi comenzó a preparar la cena junto a Shuichi.
- ¡¡No!!- Sakuma comenzó a llorar delante de la nevera abierta.
- ¿Qué pasa?
- ¡No hay huevos!- y comenzó un berrinche tirado en el suelo.
- No te preocupes Sakuma...iré a comprar...aun deben de estar abiertos los supermercados.
- No Shuichi...- dijo volviendo se de pronto serio y parando la pataleta.- no te molestes, voy yo tu eres mi invitado.
- No es molestia...necesito salir y despejar las ideas- dijo con una hermosa sonrisa.
- ...
- Ahora vuelvo.
Y salió del apartamento para caminar despacio y cabizbajo hacia el supermercado más próximo donde compró los huevos y helado para el postre, porque a pesar de ser casi invierno y hacer frío se le antojó.
Al volver tomó un camino más largo para pasear lentamente y pensar en Yuki y en que podía hacer con sus sentimientos contradictorios.
- Vaya, vaya...pero mira a quien tenemos aquí...si es un perrito perdido...
Shuichi se giró con temor para ver de quien era aquella voz que le resultaba tan desagradable, para descubrir con sorpresa que frente a él se encontraba la persona culpable de todo su sufrimiento en las últimas horas.
- Kei...ji...
- Estás muy lejos de tu amo,¿no?...¿te has perdido?
- ...- Keiji se encendió un cigarrillo esperando a que Shuichi dijera algo.
- ¿Quieres venir a tomar una copa?
- ¿Estás de bromas?
Shuichi lo miró incrédulo y comenzó a sentir unas ganas irrefrenables de matar a ese hombre tan engreído y prepotente que cada vez que lo miraba o le hablaba parecía estar burlándose de él.
La cara de Shuichi debía de parecer un libro abierto porque...
- ¡Vamos hombre!...no te enfades...yo invito...
Shuichi completamente enfadado se dio media vuelta y comenzó a caminar alejándose de Kei.
- Espera, espera...¿tanta prisa tienes?...charlemos...
- No tengo nada que hablar contigo- continuaba caminando seguido por le moreno que sonreía.
- Tú no tendrás nada que hablar conmigo...- cogió a Shuichi por un brazo y con fuerza tiró de él para girarlo y mirar al pequeño a la cara, que reflejaba cierto temor.- ...pero yo si tengo algo que decirte a ti...no te acerques a Eiri...
Shuichi pasó del temor a la sorpresa, y de la sorpresa al enfado.
- No quiero volver a verte cerca de él, ¿me explico?...te quiero lejos.
- ¡¡¿Y quién eres tú para decirme si puedo o no ver a Yuki?!!
- ¡Escúchame mocoso!- Keiji actuaba cada vez con más violencia cogiendo al pequeño por el cuello y estrellándolo contra un muro cercano en aquella calle vacía.
Shuichi asustado dejó caer las bolsas que llevaba y sujetó con desesperación la mano de Kei temiendo que pudiera ahogarlo.
- Estoy harto de ti...me pones enfermo...no sé como Eiri puede estar enamorado de ti...
- ¡Suéltame!
- ¡¡¡Silencio!!!- Keiji golpeó a Shuichi con su mano libre partiéndole el labio al pequeño, el cual comenzó a sangrar.
- Si te vuelvo a ver cerca de Eiri...atente a las consecuencias...
Keiji soltó al pequeño y se fue encendiendo otro cigarrillo y caminando lentamente perdiéndose en la oscuridad.
Shuichi no podía moverse, estaba aterrorizado ¿qué le pasaba a ese tío?¿acaso estaba loco o qué?¿sería capaz de cumplir su amenaza?¿qué podría hacer si le veía?¿Le haría algo a Yuki?
Con todas estas preguntas rondandole la cabeza volvió al apartamento de Ryuichi que al escuchar el timbre voló contentó a abrir la puerta quedándose pálido al contemplar al muchacho.
Shuichi estaba pálido, tenía la mirada perdida, y labio partido que sangraba ahora un poco pero que debía de haberlo hecho en abundancia ya que traía la ropa manchada y la bolsa que traía en la mano goteaba...sín duda los huevos se habían roto.
- ¡Shuichi!¿qué te ha pasado?¿te han intentado robar?¡mierda!, sabía que tenía que haber ido contigo...- Ryuichi hablaba sin parar mientras empujaba al niño dentro del apartamento y le quitaba las bolsas para observar mejor su labio hinchado.
- ¡¡Shuichi por Dios!!¿Qué te ha pasado?¿Quién te ha hecho esto?
- Keiji- susurró
- ¿Quién?- preguntó el cantante al no escuchar bien las palabras del pequeño. Shuichi por fin pareció reaccionar.
- Fue Keiji...
- ¿Quién es Keiji?
- El amante de Yuki...
- ¡¡¿Qué?!!...maldito cabrón...¿por qué te ha pegado?
- ...Ryuichi...- el pequeño miró a su ídolo con los ojos llenos de lágrimas.- ...no quiere que me acerqeu nunca más a Yuki...dice que si lo hago algo malo podría pasar...y no quiero que le pase nada malo a Yuki , pero yo le quiero...le quiero...
Shuichi pareció entrar en un ataque de nervios y Sakuma sólo atinó a abrazarlo con fuerza maldiciendo la hora en que su pequeño se cruzó con ese escritor y deseando haber sido él quien lo conociera primero, porque si eso hubiera ocurrido Shuichi jamás hubiera conocido a Yuki Eiri.
La noche no fue tranquila en el apartamento de Ryuichi, Shuichi no paraba de despertarse con pesadillas y tuvo que tomarse un par de tranquilizantes para ya de madrugada logar dormir un par de horas seguidas.
CONTINUARÁ...