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¿Qué he hecho mal? por Aidi

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Notas del capitulo:

Bueno Bueno...se ve que mi inspiración (aunque mediocre) estos días no está muy dormida, asi que aquí viene otro capítulo recién sacado del horno.

Espero que les guste y como siempre...se admiten sugerencias para la trama!!!

 

Besos

 

 

 

Capitulo 8

 

 

-          Así que lo has dejado descolgado ,¿eh?...Gracias que existe la tecnología.

Keiji marcó el número del móvil del escritor escuchando que por fin éste si daba tono.

-          ¡¡¿Por qué coño no me coges el teléfono?!!

El muchacho estrelló el aparato contra el suelo. Estaba rabioso y más enfadado se ponía por su propio enfado incomprensible.

Sabía que Eiri acudiría a él pronto, como siempre hacía, pero le molestaba pensar que ahora mismo estaba tranquilamente con Shuichi...Shuichi...ese era el principal problema que retenía al escritor alejado de él.

Esa tarde llamó al rubio para invitarlo a pasar una magnífica tarde de sexo y se sorprendió un poco al escuchar la suave voz que le respondió al otro lado de la línea.

Primero miró la pantalla de su teléfono para ver si se había confundido de número y al comprobar que no supuso que era Shuichi el que había contestado aunque se suponía que estaba trabajando.

Cuando aceptó la invitación del pequeño le pareció una gran oportunidad para verlo en persona y poder averiguar que tenía de especial para que Eiri se mantuviera a su lado, y de paso, ver la cara que ponía el escritor al verlo allí. Fue sólo un juego, pero no imaginó que le afectaría tanto haber conocido a Shuichi y por primera vez en los meses que llevaba viéndose a escondidas con Eiri, se sintió inferior al mocoso y eso era lo que lo tenía tan rabioso y con la necesidad imperiosa de molestar al escritor y no dejar que disfrutara de la tranquilidad con el cantante.

-          ¡¡Maldito mocoso!!

 

 

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Shuichi despertó con el ruido insoportable del despertador y tanteando la mesita de noche lo apagó de mala gana.

Abrió los ojos y palpó a su lado buscando a Yuki, pero no lo encontró y desconcertado se sentó en la cama restregándose los ojos.

-          ¿Yuki?

-          Estoy aquí

Shuichi se giró hacia la ventana donde se encontraba el rubio apoyado en el quicio  con un cigarrillo en la boca y su móvil en la mano. El pequeño se levantó de la cama desperezándose y se acercó al rubio abrazándolo por detrás hundiendo su cabeza en la espalda del hombre.

Yuki giró un poco su cabeza mientras acarició uno de los brazos que Shuichi tenía alrededor de su estómago.

-          ¿Pasa algo?

-          ¿mmm?

-          Que si pasa algo malo...¿a qué viene esa cara?

-          Ah...no...no pasa nada. Vas a llegar tarde si sigues perdiendo el tiempo.

Shuichi se separó del rubio que volvió a mirarlo de reojo por encima de su hombro y vio como el pequeño iba hacia el armario y comenzaba a vestirse.

Yuki levantó su mano y miró la pantalla de su móvil catorce llamadas perdidas y siete mensajes de texto. Todos ellos de Keiji, pero no se atrevía a leerlos. No quería hacerlo pero tampoco podía borrarlos.

-          ¡Yuki¡ ¿No desayunas?

-          No tengo hambre...

El hombre se separó de la ventana metiendo su móvil en el bolsillo y salió de la habitación en dirección a su estudio. Shuichi lo miró algo triste. ¿Qué le pasaba? Seguro que sí que le habían dado una mala noticia y no quería contársela para no preocuparlo.

-          Yuki espera...

-          ¿Qué?

-          ¿Qué te pasa?

-          Shuichi...

-          ¿Quée?

-          No insista...no pasa nada, ¿de acuerdo?

-          Pero...

-          ¡No insistas!- alzó la voz- ...llegarás tarde...- volvió a su tono habitual

acercándose al joven que ya dejaba caer una lágrima y lo besó fugazmente en los labios para volver a encaminarse hacia su estudio cerrando la puerta tras de sí.

Shuichi.

-          Lo prometiste...

Dijo el pequeño secándose las lágrimas con la manga. Se dio media vuelta y cogiendo su mochila salió del apartamento para dirigirse al trabajo prometiéndose no volver a creer nada de lo que Yuki le dijera.

Eiri escuchó apoyado contra la puerta cerrada de su estudio como la del apartamento se cerraba con un golpe.

El escritor volvió a sacar su móvil del bolsillo y lo miró decidido a leer los mensajes de texto.

 

"¿Has djdo el tlf d ksa descolgado?"

"¿xq no cogs el tlf?¿Tienes miedo d hblar conmigo?"

"¿Q pasa?¿Tan ocupado stas follandote al mocoso?Contesta"

"Eiri...¿stas enfadado x ir a tu ksa oy?"

"Cogeme l tlf o t puedes arrepentir"

"Eiri...x favor...necesito scuxar tu voz...x favor"

"¿Me odias?...x favor no me odies...te necesito Eiri...contéstame"

 

Yuki leyó todos los mensajes de texto y los borró automáticamente al igual que las llamadas perdidas y tiró el móvil al sofá con desgana.

Se acercó al mueble y se sirvió un whisky, esa vez sería doble...lo necesitaba.

Con su copa se sentó en el escritorio y cogió el teléfono.

 

-          ¿Diga?

-          Cuando te digo que te pierdas no significa que me llames toda la noche.

-          ¡¡Eiri!! Gracias a Dios, pensé que me odiarías.

-          ¿Y qué te hace pensar que no lo hago?

-          ...pues el mero hecho de que me estés llamando tú y no yo es bastante esclarecedor, ¿no te parece?

-          ...

-          ¿Se ha ido ya?

-          Sí...

-          De acuerdo...- y tras decir esto, Kei colgó el teléfono dejando el sonido de la línea cortada en el oído del escritor que a los pocos segundos colgó también el aparato.

Yuki giró en su silla con el vaso en la mano y se levantó para beber un buche y apoyarse en la ventana y mirar como poco a poco la ciudad iba despertando.

Una hora después sonó el timbre de la casa. Kei se encontraba fuera impaciente por abrazar a su rubio.

Cuando Yuki abrió la puerta Keiji se quedó observándolo unos segundos. Yuki tenía una mano apoyada en el marco y la otra en la puerta, su flequillo le caía por la cara y la camisa la llevaba a medio abrir.

Kei sonrió ampliamente ante aquella tentadora imagen.

-          Vaya...hoy si estás por la labor, ¿no?

-          Cállate y pasa.

-          ¿Estás borracho?

-          ...Pasa de una vez...- y Yuki cogió al muchacho por la solapa del abrigo y lo introdujo en el apartamento cerrando la puerta.

-          Siempre que me buscas es porque estás borracho...eso no es muy alentador para mi.

Kei comenzó a caminar hacia el salón quitándose el abrigo y sentándose en el sofá miró al rubio apoyado en la puerta de entrada.

-          Pero Eiri...¿qué haces ahí?...- se levantó y caminó hacia el rubio.- ¿tanto te gustó nuestro último encuentro que quieres revivirlo?

-          Déjate de tonterias.- dijo el escritor apartándose torpemente antes de que el muchacho lo acorralara contra la puerta.

-          ¿Cuánto has bebido?- preguntó ante la torpeza del escritor

-          A ti que te importa.

-          Vaya, vaya...hoy estás contestón... tendré que hablar con Shuichi para que te tenga más vigilado...jajaja

Yuki cogió a Kei por el cuello de la camisa y lo empujó contra la pared poniéndose a pocos centímetros de su cara. Keiji lo miró con el ceño fruncido, ¿qué mosca le había picado?

-          No quiero que te acerques más a él, ¿me entiendes?- Amenazó Yuki provocando una ligera sonrisa en Kei.

-          Tranquiiilo...ese enano no me interesa...sólo me interesas tú.- dijo Kei

susurrando y rozando levemente los labios del escritor al hablar.

-          Joder...apestas a whisky...¿no crees que bebes demasiado?

-          Joder...- Yuki se mostró molesto y se separó de Kei que lo miraba con el ceño fruncido de nuevo.

-          ¿No es muy temprano para estar en ese estado? Que desayuno más sano,¿no?

-          No me sermonees para eso ya tengo al idiota...

Keiji se sintió verdaderamente molesto con el comentario del rubio, dándole a entender que a él sólo lo quería para follar y nada más.

-          Bueno...pues para follar también le tienes a él, ¿no?...aaaaahhh nooo...el

            mocoso no te folla como a ti te gusta...- dijo acercándose lentamente a él hablando con un tono sarcástico y molesto.- Al señor le gusta que le den bien fuerte...y que lo hagan sentirse como un trapo usado...¿O acaso estoy mintiendo?

Yuki miró con furia a Kei mientras la mirada expectante del joven se clavaba en la suya.

-          ¿Para qué me has llamado?- preguntó por fin molesto

-          Para hacerte una advertencia.

-          ¡Una advertencia! Uuh madre mía, ¿qué podrá ser?

-          Déjate de gilipolleces,¿quieres?...No te acerques más a Shuichi...o me vas a conocer.

-          Vaaaya...con esa cara acojonas, ¿lo sabías?

-          ¡¿Me has escuchado?!...

-          Síiii...¿cuándo follamos?

-          ...

-          ...

-          Lárgate de aquí.

-          ¿Cómo?

-          ¿Estas sordo?¡¡Fuera!!

Keiji estaba muy enfadado y se levantó del sofá sin decir una palabra y se fue dando un gran portazo.

El silencio volvió a rodear al escritor quien se sentó en el sofá y puso la cabeza entre sus manos por unos momentos, antes de volver a servirse otro vaso de whisky  y beberlo casi del tirón.

Se estaba sirviendo otra copa cuando el timbre del piso volvió a sonar. Yuki se levantó enfadado y abrió la puerta de golpe.

-          ¡¡¡Te he dicho que te largues!!!

-          ...Eiri...

-          Joder...¿qué quieres tú ahora?

-          Venía a ver como estabas

-          Pues como ves...estoy de puta madre...largo

-          Vamos Eiri...déjame pasar, hace tiempo que no hablamos.

-          Lo estamos haciendo ahora ¿no?

-          ...

-          Está bien...pasa sí así te quedas tranquilo- Yuki se apartó de la puerta y dejó pasar a Touma.

El hombre entró en la casa y se quitó el abrigo y su sombrero dejándolos sobre uno de los sillones, para sentarse en el sofá y mirar muy sonriente a Yuki quien lo observaba de pie junto al sofá.

-          ¿No venías a hablar?...pues hablar.

-          ¿Por qué estás enfadado?

Yuki puso los ojos en blanco y chasqueó la lengua mientras se sentaba. Sabía que aquello no sería una visita rápida.

-          Eiri...-susurró Touma al ver la botella, encima de la mesa, casi vacía.- No habrás estado bebiendo tan temprano,¿no?

-          ¿Qué más da la hora?

-          ¿Estás borracho?

-          Nooo- contestó irónicamente.

-          ¿Shindo te ha visto?

-          ¿Qué pasa...que ahora Shuichi es mi madre o qué?

-          Esto puede empeorar tu úlcera y lo sabes...¿Por qué te dañas así?

-          ¿Por qué no me dejáis todos tranquilo y paráis de sermonearme?

-          ¿Cuánto bebes?...- preguntó enfadado y serio.

-          Mmm...-Yuki tomó una postura haciendo como que pensaba seriamente.- Unas seis o siete como ésa al día...- y sonrió.

-          Eiri... hablo en serio.

-          Yo también...- y volvió a sonreír mientras apoyaba sus brazos sobre sus rodillas y miraba atento a Touma.

-          No tienes remedio.

-          Exacto...no tengo remedio, soy un caso perdido...¿has terminado?

Touma se levantó del sofá y tomando su sombrero y su abrigo se dirigió hacia la puerta.

-          Veo que estás mejor de tu gripe...pero...sí necesitas algo ya sabes donde estoy Eiri.

-          Síii...sii...

-          Adiós.- dijo abrazando al rubio que no correspondió a la muestra de cariño.

Yuki volvió a quedarse solo en aquel silencio envolvente, se volvió a sentar en el sofá y sin darse a penas cuenta sus lágrimas comenzaron a caer sin que nada pudiera hacer para evitarlo. Su llanto se mezcló con rabia por estar llorando y no saber por qué. Se levantó lleno de furia y derramando lágrimas, estrelló la botella contra la pared rompiéndola en mil pedazos y esparciendo su contenido por la pared y el suelo y rompiendo finalmente a llorar se arrodilló en el suelo y sabiéndose solo, dio rienda suelta a sus sentimientos de frustración.

 

 

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La mañana iba transcurriendo con normalidad en el estudio de grabación. Shuichi daba todo de sí al igual que Hiro y Suguro. Últimamente K no tenía mucho por lo que protestar, el álbum estaba casi listo para salir y para el año siguiente comenzarían su gira que los llevaría por todo Japón y Estados Unidos.

Así llegaron a la hora de salir y decidieron salir todos juntos a comer algo.

-          Voy a llamar a casa para decirle a Yuki que no me espere para comer.

-          ¡Te esperamos abajo!-  gritó Hiro saliendo del estudio.

Shuichi cogió su teléfono y llamó a casa. Nadie contestó y volvió a marcar. Al segundo tono la línea se abrió.

-          ¿Quién?- preguntó Yuki con una voz ronca y cansada.

-          ¿Yuki estas bien?- Shuichi al escuchar aquella voz se preocupó temiendo que hubiera aparecido de nuevo la fiebre.

-          Sí...estoy bien...¿qué quieres?

-          ¿No tienes fiebre verdad? Si tienes tomate las pastillas y voy para casa en seguida.

-          Ya te he dicho que estoy bien...estaba durmiendo.- Shuichi se tranquilizó un poco, era voz de recién despertado.- ¿qué querías?

-          Te llamaba para decirte que no como en casa, voy a salir con el equipo a celebrar que nos queda poco para lanzar el álbum.

-          De acuerdo...adiós

-          ¡Yuki!

-          ¿Quéee?- dijo cansinamente.

-          ¿De verdad te encuentras bien?

-          ...- Yuki hizo acople de toda su paciencia.- Sí...pásalo bien...-

-          Adiós Yukiiiii ... estaré allí en cuanto pueda

-          Sii sii...adiós.

Shuichi sonrió y salió contento del estudio y se reunió con los demás que lo esperaban en el hall de la productora.

El grupo se dirigió a un conocido restaurante de la ciudad donde comieron animadamente y concretaron los últimos detalles de promoción que comenzaría en dos semanas.

Ya entrada la tarde se despidieron y cada uno se dirigió a sus casas.

-          Shuichi, ¿quieres qué te lleve a casa?

-          No, no, Hiro gracias...prefiero ir paseando.

-          Como quieras...nos vemos mañana.

-          Ciaooo.

Shuichi caminó despacio y se dirigió al centro donde recogió el regalo de Navidad de Hiro y al pasar por una joyería vio un reloj precioso que compró en seguida para regalárselo a su Yuki.

Totalmente emocionado imaginando la cara del rubio al ver su regalo caminó distraído hasta que alguien pronunció su nombre.

-          Shuichi

-          Oh...¿Keiji?

-          Sí...¿qué tal?

-          Bien...vengo de recoger algunas cosas- contestó contento.

-          Vaya... ¿y ese regalo tan grande?¿es para Eiri?

-          No...es para mi mejor amigo, para Yuki es éste, ¿crees que le gustará?- dijo enseñándole el reloj a Kei.

-          Guau... es muy bonito Shuichi...buena elección, si me lo regalaras a mi...me encantaría- dijo dulcemente con su hermosa sonrisa en los labios haciendo enrojecer al cantante.

-          Espero que le guste...- dijo apartando la mirada y guardando el regalo de nuevo.

-          ¿Puedo invitarte a un café?

-          Le dije a Yuki que no tardaría en regresar...

-          Bueno, no tardaremos mucho...es sólo un café...- la sonrisa de Kei era encantadora y provocó que Shuichi sonriera también.

-          Ok...

-          Pues, vamos...conozco un sitio donde lo tiene muy bueno.

 

Ambos jóvenes caminaron tranquilamente por el parque hasta que llegaron a una pequeña cafetería con mesitas en la terraza, sentándose en una de ellas. Al instante llegó una camarera y les tomó nota: dos cafés.

Shuichi, que al principio se sintió un poco incómodo ante aquel hombre, su simpatía y amabilidad poco a poco consiguieron relajarlo y disfrutar del café en su compañía.

Pasaron toda la tarde en aquella cafetería apartada el bullicio de la ciudad y no sólo se tomaron un café sino varios que se iban sucediendo entre risas y anécdotas. Sin duda a Shuichi Kei le había caído muy bien y lo encontraba divertido. Jamás imaginó que Yuki tuviera un amigo así, tan diferente a él, aunque si lo pensaba él tampoco se parecía a Yuki y sin embargo estaban juntos.

-          Vaya, vaya...por si no te has dado cuenta, se está haciendo de noche.

-          Mierda...Yuki estará furioso...

-          Jajaja...es posible...

Pagaron la cuenta y salieron del parque caminando tranquilamente.

-          Shuichi, ¿te acerco a casa?

-          No, no te molestes

-          No es molestia...además aun queda lejos de aquí y vas cargado con esa caja tan grande.

-          Mmm- Shuichi miró la caja que llevaba medio a rastras donde se encontraba la guitarra que le regalaría a Hiro y dudó un instante.- Bueno...si no te importa.

-          Jajaja...claro que no, me pilla de camino.

Y así se dirigieron al coche de Kei. Un hermoso coche francés de importación, color negro.

Keiji abrió con el mando y le quitó la caja a Shuichi para meterla en el maletero.

Una vez ambos se metieron en el coche, Kei encendió el motor y puso rumbo al apartamento que Shuichi y Yuki compartían.

Por el camino continuaron hablando y bromeando. Kei era realmente divertido.

-          Keiji...muchas gracias por traerme

-          No hay de que

-          ¿Quieres subir?

-          No, ya es tarde y no creo que Yuki este muy contento,¿no? Jajaja

-          Jajaja...sí será mejor que me vaya.

-          Adiós...espero volver a verte pronto

-          Síii...adiósss.

Y Shuichi contento salió del coche y cerró la puerta. Mientras caminaba hacia la puerta de entrada del edificio Kei cogió su móvil y marcó.

-          ¿Shuichi?- una voz preocupada le respondió al otro lado de la línea.

-          Tranquilo...lo acabo de dejar sano y salvo en casa.

-          ¿Kei?¿Pero qué coñ...?

-          Ahora mismo debe de estar entrando por la puerta, ¿no es así?

-          ¡Te dije que no te le acercaras!

-          Yuki...¡¡ya estoy en casa!!

-          Te espero abajo...

-          En tus sueños...

Y el escritor colgó el teléfono de mal humor girándose a su amante que se quitaba la cazadora y dejaba el paquete en el suelo junto a la entrada.

- ¿Por qué llegas tan tarde?- preguntó enfadado pero intentando no parecerlo.

- Pues...verás...después de la comida, fui a recoger unos regalos que tenía encargados y...bueno...- Shuichi desvió la mirada y miró al suelo.- ... pues...no te enfades ¿vale?...

Yuki lo miraba muy serio.

-          ...Verás...es que... ya sé que me dijiste que no fuera con él pero... no pude decirle que no...

-          ¿Con quién has estado?- preguntó intentando aparentar normalidad mientras se ponía su chaqueta.

-          Pues...me encontré con Keiji...y fuimos a tomar café y se me hizo tarde...

-          Mmm...ya veo...- dijo el rubio cogiendo sus llaves.

-          ¿Dónde vas?- Shuichi siguió al escritor mientras éste se dirigía a la puerta.

-          Tengo que resolver un asunto...no me esperes despierto.

-          Pero...

Y sonó un portazo que dio lugar al silencio en el apartamento. Shuichi se encogió de hombros y se metió en el baño a ducharse.

 

 

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Yuki salió del apartamento dejando a Shuichi con la palabra en la boca. No podía explicarle a donde iba.

El rubio se metió rápido en el ascensor y apretó nervioso el botón del bajo. Miraba ansioso como los números luminosos iba descendiendo hasta que la B se iluminó y las puertas se abrieron.

Yuki se dispuso a salir pero se quedó de piedra. Allí, apoyado tranquilamente en la pared estaba Kei, sonriendo y con un cigarro en la boca. Cuando la puerta del ascensor se abrió miró de reojo a Eiri  quitándose el cigarrillo de la boca y exhalando el humo se despegó de la pared y comenzó a caminar hacia la salida seguido por el escritor completamente en silencio.

Ambos hombres entraron en el coche y el moreno arrancó el motor y se puso en marcha con rumbo desconocido para el rubio.

-          Al final has venido,¿eh?...parece ser que estoy soñando ,¿no?- Eiri miró de reojo al conductor con un semblante muy serio.

-          Te dije que no te acercaras a Shuichi.

-          Vaaamos Eiri...supongo que el mocoso te lo habrá contado...fue un encuentro casual.

Kei conducía a toda velocidad por la autovía que conducía a las afueras de al ciudad hasta que detuvo el coche en un arcén en las afueras.

El muchacho se giró y miró a Yuki que lo miraba con el ceño fruncido y con cara de pocos amigos.

-          Vamos hombre...no pongas esa cara...- dijo mientras se acercaba a Yuki y

comenzaba a besar pausadamente su cuello. El rubio cerró los ojos y ladeó la cabeza dejando que Kei hiciera su trabajo.

De improviso Keiji accionó la palanca del asiento y Yuki cayó hacia atrás con medio cuerpo del muchacho encima de él que comenzaba a besarlo apasionadamente en los labios.

-          Mmm... ahora parece que si quieres,¿eh?

Yuki pasó sus brazos alrededor del cuello de Kei e invadió la boca del joven con deseo. El muchacho posó su mano en la entrepierna del escritor y empezó a frotarla contra el pantalón del rubio notando como poco a poco su bulto iba en aumento, así como su respiración se iba agitando.

Keiji se separó de la boca de Yuki y mirándolo con deseo sonrió y se separó de él volviendo a su asiento y saliendo finalmente del coche.

El novelista extrañado volvió a colocar el asiento en su posición mientras que con el dorso de la mano se limpiaba la boca y observaba como Kei se colocaba delante del capó y apoyándose en el se encendió un cigarrillo.

Yuki salió también y se acercó a él colocándose enfrente. Keiji le ofreció un cigarrillo, pero el rubio lo rechazó negando ligeramente con la cabeza.

El moreno sonrió y poniéndose el cigarro de nuevo en la boca enganchó con un dedo el cinturón de Yuki y lo atrajo hacia sí mismo y comenzó a desabrocharlo una vez tuvo al rubio cerca.

Eiri lo observaba con los brazos muertos a ambos lados de su cuerpo. Kei terminó de desabrochar el cinturón y bajó la cremallera del pantalón de Yuki echándole una mirada lasciva pasándose la punta de la lengua por sus labios.

Se levantó del capó y rozando la mejilla del rubio lo rodeó hasta colocarse tras él.

Con un movimiento rápido y brusco Yuki se vio echado bocabajo sobre el capó con Kei sobre él sujetándole un brazo a la espalda.

-          Ahhh...¿qué coño haces?

-          Esta mañana me dejaste con las ganas,¿sabes?

-          Ah...suéltame

-          Me parece que no- susurró mordiendo el lóbulo de la oreja del escritor haciéndolo suspirar entrecortadamente.

Yuki notó como Keiji se movía tras él y empezó a escuchar el sonido metálico de una hebilla y el ruidito de una cremallera bajándose. El rubio se movió incómodo intentando que Kei le soltara el brazo, realmente le estaba haciendo daño, pero olvidó ese dolor cuando uno más intenso invadió su columna haciéndole gritar y que sus piernas perdieran fuerza; el miembro de Keiji se introdujo en él bruscamente llegando de un solo empujón hasta el fondo.

-          Shhhh...no grites.

-          ...aa...hh...ca...brón...-Yuki estaba totalmente tenso y el dolor casi no le dejaba articular palabra.

-          Jajajajaja...-rió fuertemente Kei...- esa boquita- e introdujo sus dedos dentro de

la boca del rubio mientras lentamente comenzaba a moverse, entrando y saliendo del interior del rubio.

El dolor hacía que de los ojos de Yuki se escaparan algunas lágrimas, pero poco a poco y según Kei aumentaba la velocidad, el dolor que sentía fue dando paso al placer más intenso, los gritos y quejas a los gemidos más lujuriosos.

Keiji soltó el brazo de Yuki y se aferró fuertemente a las caderas del escritor para profundizar las envestidas que le estaban volviendo loco. Eiri ya con su brazo libre, uno lo tenía colocado sobre el capó junto a su cara y el recién liberado lo llevó hacia atrás para aferrarse a la camisa de Kei que sonriendo continuó con sus frenéticas envestidas hasta que al poco tiempo consiguió llegar al orgasmo al mismo tiempo en que lo hacía Yuki. Eiri arqueó su espalda levantándose sobre sus brazos y Keiji se abrazó a él hundiendo su cabeza en la espalda del rubio disfrutando ambos de los últimos espasmos del orgasmo.

Tras unos minutos en los que sólo se escuchaba las respiraciones de ambos regularizándose lentamente, Kei salió del interior de Yuki y se separó de él dejando al escritor tumbado bocabajo sobre el capó de su coche respirando con dificultad aun mientras él se empezaba a abrochar el pantalón y observaba como Yuki lo miraba agotado por encima de su hombro.

Cuando ya se hubo acomodado la ropa volvió a sacar un cigarrillo y lo encendió mientras Eiri se levantaba y comenzaba a subirse y a abrochar sus pantalones.

-          ¿Quieres?

Esta vez Yuki aceptó el pitillo el cual Kei encendió con su mechero y le dio una placentera calada cerrando los ojos y echando su cansada cabeza hacia atrás.

Abrió sus ojos cuando escuchó como Kei caminaba hacia la puerta del coche y con desgana le imitó y se introdujo él también en el coche.

-          ¿Vamos a mi casa?

-          No...tengo que trabajar.

Kei encendió el motor y dio la vuelta camino a la ciudad. Yuki mantuvo silencio durante todo el camino disfrutando del cigarro mientras sentía la mirada de Kei en él, pero poco le importaba.

Tras quince largos minutos Keiji paró el motor del coche delante del edificio y el rubio sin mirarlo siquiera se bajó y tirando la colilla se encaminó hacia su casa. No había llegado aun a la entrada cuando notó como le sujetaban del brazo.

-          ¿Qué manera de despedirse es ésta Eiri?

Kei giró al escritor y le dio un beso en la boca, pero Yuki al instante lo sujetó por los brazos y separó al muchacho de él mirándolo muy enfadado.

-          ¿Eres idiota o que te pasa?- y miró hacia arriba observando que no había luz en su casa.

-          Tranquilo...- y volvió a intentar besar al rubio pero éste le apartó la cara.

-          Te he dicho que te estés quieto imbécil...¿o es qué no entiendes?

Kei se separó del escritor y se quedó mirándolo con cara de pena. Yuki se giró y lo miró a los ojos y comenzó a reírse ante el enfado del moreno.

-          Vaya, vaya...esa cara no te pega nada, ¿sabes?...

-          Pues parece que la mocoso le funciona...- Yuki cambió la expresión divertida

por una muy seria, al revés que Kei, que de la carita de pena pasó a mostrar una sonrisa triunfante mientras se daba media vuelta y se metía en su coche para alejarse de nuevo a toda velocidad.

Yuki observó como el coche desapareció por el fondo de la calle y se encaminó de vuelta a su casa.

Cuando entró la encontró totalmente en silencio y las luces apagadas. No las encendió. Se quitó la chaqueta y acercándose al sofá la dejó sobre el respaldo percatándose de que su pequeño estaba acurrucado sobre el sofá completamente dormido.

Se acercó a él  y arrodillándose a su lado le acarició el pelo llamándolo.

-          Shuichi...eh, Shuichi...

-          Mmm...¿Yuki?

-          ¿Quién iba a ser sino?

El pequeño sonrió aun medio adormilado y se removió sobre el sofá poniéndose bocarriba y observó al escritor que bajo aquella luz tenue que entraba desde la calle le pareció más guapo que nunca.

-          Vas a pillar un resfriado si te quedas aquí dormido

-          Mmm...- y volvió a sonreir echándole los brazos a Yuki alrededor del cuello y atrayéndolo hacia sí mismo le dio un tierno beso.

-          Te estaba esperando...

-          Te dije que no lo hicieras.

Tomó al pequeño en brazos y se encaminó hacia la habitación mientras Shuichi se abrazaba a él y acurrucaba su cabecita somnolienta en el pecho de su amante durmiéndose al instante.

Yuki lo dejó dulcemente sobre la cama tumbándose el también a su lado abrazándolo.

-          ...mmm...Yu....ki...te quiero- susurró más dormido que despierto haciendo sonreír a Yuki antes de caer él mismo en un sueño profundo.

 

 

 

 

CONTINUARÁ

Notas finales:

 

 

Uy uy uy...madre mía como se está poniendo la cosa...

Repito lo que siempre digo...Mil gracias por leerme de verdad que me hace mucha ilusión que os guste y me dejeis vuestras opiniones y críticas...

y vuelvo a repetir...se admiten sugerencias.

 

Besitos!! 


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