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¿Qué he hecho mal? por Aidi

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Notas del capitulo: Un nuevo capi

Capítulo 9

 

 

 

 

-          Yuki...- comenzó a escuchar el rubio en la lejanía- Eh...Yuki...¿Estás despierto?

-          Nooo...- dijo el escritor metiendo la cabeza bajo la almohada

-          Yuki...despierta vamos...-y el pequeño lo zarandeó suavemente.

-          Mmmmmm...¿Qué quieres ahora idiota?...- dijo molesto sin sacar la cabeza de debajo de la almohada.

-          Necesito hablar contigo...- dijo medio susurrando el cantante.

-          ¿Y tiene que ser ahora?...Estoy dormido, ¿no lo ves?

-          Pero sí estás despierto...-dijo con voz lastimosa y poniendo un tierno pucherito.

-          No...hablo en sueños...ahora duérmete.

-          Yuuuuki... déjate de bromas...

-          Shuichi por Dios...aun es de noche...

-          ¿Me quieres?

 

El rubio sacó la cabeza de debajo de la almohada y miró incrédula y fijamente a su amante que lo observaba con cierta tristeza.

 

-          ¿Eso era la cosa tan importante de la que querías hablar?- preguntó molesto el rubio.

-          Ajam

-          Joder Shuichi...- dijo dándose media vuelta en la cama dándole la espalda al

cantante que continuaba mirándolo fijamente como si en cualquier momento se fuese a dar la vuelta y le dijera que lo amaba, cosa que no ocurrió lo que provocó que unas cristalinas lágrimas resbalaran silenciosas por las mejillas de Shuichi. ¿Cómo podía una misma persona ser a veces tan dulce y otras tan frío y distante?

Yuki tenía los ojos cerrados pero no podía volver a dormirse porque notaba la mirada de su amante clavada en su nuca, lo escuchó sollozar en silencio y los abrió fijando su vista en un punto invisible de la pared que tenía en frente suya. No se movió. Al instante sintió como Shuichi se removía sobre la cama y lentamente se giró para ver que estaba haciendo.

Lo que el pequeño hacía era levantarse lentamente de la cama mientras sentado en el borde limpiaba sus lágrimas intentando que el rubio no se diera cuenta de que lloraba. Finalmente Shuichi decidió salir de la habitación bajo la atenta y furtiva mirada del rubio quien tras escuchar como despacio y tratando de no hacer ruido Shuichi cerraba la puerta, se irguió sobre la cama mientras un pequeño nudo en la garganta no le dejaba tragar con soltura.

¿Por qué era incapaz de decirle a la cara que lo amaba con locura, que sería capaz de dar la vida por él?...

 

"¿Realmente lo amas Eiri?"...- pensaba-..."¿Tengo derecho a amarlo a pesar de lo que le hago sufrir?."...

-          ¡!Dios¡¡- dijo en un susurro frustrado tapándose la cara con ambas manos y

volviendo a tumbarse en la cama a esperar a que Shuichi volviera para disculparse.

Pasó, lo que a Yuki le pareció una eternidad y muy desconcertado ante la ausencia de Shuichi y por el silencio que había en el apartamento se levantó todo lo rápido que pudo y salió de la habitación parando en seco al llegar a la sala principal.

Desde allí vio la luz de la cocina encendida y lentamente se acercó para ver que estaba haciendo el cantante que le llevaba tanto tiempo, sin dejar de sentir cierto alivio.

Al asomar la cabeza por la puerta encontró a Shuichi sentado en una de las sillas con la cabeza hundida entre sus brazos apoyados en la mesa y dándole la espalda a la entrada de la cocina.

Yuki lo observó unos instantes y notó como de vez en cuando el cuerpo del pequeño se estremecía debido a los sollozos de su llanto silencioso.

El escritor no pudo evitar que su cuerpo que reaccionaba por voluntad propia se acercara a Shuichi y posara sus manos sobre los hombros del pequeño que al notar aquel repentino contacto se asustó y se enderezó sobre la silla; movimiento que el rubio aprovechó para fundirse en un fuerte abrazó que pilló al cantante por sorpresa consiguiendo que su llanto cesase, que no así sus lágrimas.

 

-          ...No llores...- susurró dulcemente Yuki mientras depositaba suaves besos en el

lateral del cuello del pequeño que suspirando dejó escapar más lágrimas.

-          Sabes que no me gusta que llores...- y empezó a recorrer un camino ascendente de besos hasta la oreja de Shuichi, la cual lamió y mordió.

-          ¿Me quieres o no?

-          Joder Shuichi...¿no puedes parar de preguntar eso?- Yuki se separó de él un poco molesto.

La cara de Shuichi reflejó un dolor indescriptible, pero ya no lloraba. No merecía la pena hacerlo.

-          Vamos a la cama...- susurró el novelista posando una mano sobre la nuca del pequeño enredando algunos mechones entre sus dedos.

Shuichi sin poner objeción alguna se levantó y caminó tras Yuki observando el suelo.

Al llegar a la habitación la pareja se metió en la cama sin cruzar una palabra. Yuki miraba a Shuichi con pena mientras el pequeño se metía bajo las sábanas y le daba la espalda.

Una vez ambos estuvieron acostados Yuki se deslizó hasta acercarse al cuerpo de su amante y le pasó un brazo por la cintura acariciando suavemente su vientre, pero la reacción de su pequeño no fue exactamente la que él esperaba. Se había puesto tenso, su cuerpo se contrajo y se quedó rígido y muy quieto, tampoco pronunció palabra ni se resistió a ser abrazado así que Yuki continuó acercando su cuerpo hasta que cada centímetro de su piel estaba en contacto con la espalda del vocalista.

Shuichi no movía ni un músculo, sólo miraba al frente con semblante distraído y triste. Eiri comenzó a besar lentamente el hombro del muchacho, la nuca, la espalda...el cuello. Shuichi dejó escapar un leve suspiro ante aquellos besos, no quería hacer el amor, no tenía ganas, pero era incapaz de decir nada para detener al rubio.

El escritor continuó con sus suaves besos y comenzó a bajar la mano que tenía apoyada en el vientre de Shuichi hasta topar con la goma elástica del pantalón de pijama del pequeño. La recorrió unos instantes con los dedos para después colar la mano por debajo de ella topándose con la ropa interior de Shuichi.

El cantante se estremeció ligeramente la notar como la mano de Yuki acariciaba su miembro por encima de la tela, que gracias a los besos y en contra de la voluntad del cantante, comenzaba a alzarse.

Aquel roce consiguió su objetivo y el miembro de Shuichi ya pedía a gritos ser liberado de su prisión. La mano del escritor parecía hablar la misma lengua porque sin vacilación introdujo la mano bajo la prenda y acarició libremente el pene del cantante quien la notar aquel roce no pudo evitar gemir y echar la cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro del rubio.

Yuki sacó de ahí su mano y con maestría bajó un poco la ropa de Shuichi hasta que el miembro del pequeño quedó libre al igual que el trasero del muchacho. El escritor volvió a juntar su cuerpo al del cantante que notó como el bulto del escritor se apretaba contra sus nalgas volviendo a suspirar.

El rubio un brazo por debajo del cuello de Shuichi, quedando éste apoyado en el y con su otra mano comenzó a acariciar el brazo del muchacho mientras empezaba a besar de nuevo su nuca. Por un momento aspiró aquel olor que lo volvía loco. Ese olor que por naturaleza desprendía el cuerpo de Shuichi, ése olor que sin poder evitarlo excitaban hasta la locura sus células sensoriales quedándose grabado por días en su cerebro.

La mano de Yuki que acariciaba el brazo del cantante pasó a acariciarle el vientre. Fue subiendo lentamente notando cada músculo del cuerpo del pequeño hasta alcanzar los pezones de éste.

Shuichi no decía palabra, sólo tenía la mirada perdida al frente y respiraba con dificultad debido a los débiles gemidos que el rubio le estaba obligando a soltar en contra de su voluntad.

Yuki acariciaba con la yema de sus dedos los pezones erectos del muchacho notando como su pecho subía y bajaba con velocidad. Siguió un camino ascendente en sus caricias rozando su cuello hasta que tomó la cara de Shuichi y la giró hacia él.

Cuando Yuki posó su mirada en los ojos de su amante le dio un vuelco el corazón. ¿Qué significaba aquella mirada?¿qué estaba tratando de decirle?

El rubio volvió a sentir el nudo en su garganta y para evitar que su mente le traicionara con remordimientos o sentimientos de culpa aprisionó vorazmente la boca del muchacho. El beso era fiero, lleno de rabia, de deseo, de lujuria, de necesidad...todo eso sintió Shuichi en aquel beso.

Eiri mordía los labios del pequeño y los lamía una y otra vez antes de introducir su lengua en la húmeda boca. Su lengua luchaba con la de Shuichi que parecía derrotada desde el principio, ni siquiera el muchacho cerró los ojos con aquel beso, observando el rostro encendido y perlado de sudor de su amante.

Yuki, necesitado de oxígeno, salió del interior de la boca del pequeño y soltó su cara, la cual Shuichi volvió a acomodar sobre el brazo del novelista y volvió a perder su mirada en las cortinas de la habitación mientras el rubio se lamía un par de dedos con ansia y los dirigía hacia el trasero del vocalista dejando un húmedo recorrido por toda su espalda. Una vez allí, la mano del escritor se abrió pasó encontrando la estrecha entrada de su amante.

Shuichi gimió fuertemente cuando notó como tras una ligera presión, un dedo del escritor se introducía difícilmente en su interior. Su cuerpo se contrajo fuertemente cosa que sorprendió a Yuki.

 

-          ...Shuichi...relájate...- le susurró al oído.

El pequeño intentó relajarse consiguiéndolo tras pocos minutos, dando libertad a Yuki para introducir un segundo dedo. Ésta ve no hubo más contracción que la habitual y al instante el escritor comenzó a dilatar la entrada del muchacho con movimientos de vaivén y circulares mientras metía y sacaba sus dedos de su interior.

Shuichi se aferró con la mano que quedaba bajo él, a las sábanas mientras que la otra pasándola por delante de su cara se agarró con fuerzas a la almohada cuando notó que Yuki sacaba sus dedos de su interior para segundos después sentir como el pene del rubio hacía presión sobre su entrada que poco a poco le iba dando paso.

Yuki posó sobre la cadera de Shuichi su mano empujando hacia delante, obligando al cuerpo del muchacho a ponerse bocabajo mientras él conseguía con tal movimiento introducirse por completo dentro de su amante.

Shuichi gimió fuertemente y se aferró con desesperación a la almohada hundiendo su cara en ella para acallar su grito de dolor.

Eiri se apoyó sobre un brazo mientras la mano del otro se asía a la cadera de su pequeño para así lentamente volver a sacar su miembro de aquella estrecha cavidad ara volver a introducirlo con suavidad.

Shuichi no se movía, no emitía sonido alguno, sólo se le escuchaba respirar agitadamente y algún que otro quejido cuando el escritor tocaba su fondo que era rápidamente acallado por la almohada.

Yuki acarició la cadera del muchacho, pasó su mano alrededor de ella por el vientre de Shuichi y elevándola con fuerza levantó el trasero del pequeño para facilitarse el acceso a su interior.

Las entradas y salidas del escritor poco a poco fueron aumentando la velocidad haciéndolo jadear sin control, pero Shuichi no decía nada, cosa que tenía extrañado al novelista aunque  no podía pensar con claridad.

Tras unos instantes de arremetidas Yuki se quedó en el interior de Shuichi y se tumbó suavemente sobre él.

 

-          ...quiero... escu...charte...- dijo mientras comenzaba de nuevo a mover la cadera saliendo y entrando del pequeño.

Shuichi no decía nada, pero desde esa posición Yuki podía escuchar su respiración jadeante y sus gemidos ahogados.

El pequeño se agarraba desesperadamente a la almohada odiándose por no detener al rubio, simplemente no era capaz de hacerlo, su mente gritaba desesperada que parara, pero su cuerpo se resistía a dejar de sentir placer.

Yuki agarró entre sus manos el miembro de Shuichi y comenzó a rozarlo con desesperación, a lo que Shuichi reaccionó levantando la cabeza hacia atrás mientras gemía entregado al placer. Yuki sonrió ante aquella visión y comenzó a masturbar al pequeño con ambas manos mientras entraba en él sin parar.

Shuichi se odió por no tener autocontrol y volvió a hundir la cabeza en la almohada para volver a quedarse en total silencio, con los ojos fuertemente cerrados y disfrutando a escondidas de su cerebro de todo aquello. Escuchaba a Yuki jadear sin parar en su nuca y sentía como el aliento del escritor le hacía cosquillas mientras las envestidas se estaba volviendo ya frenéticas, síntoma de que pronto el rubio llegaría al clímax. Éste a sabiendas de que estaba llegando a su límite aumentó la velocidad con la que masturbaba a Shuichi  hasta que el pequeño sin poder soportarlo más se corrió con un fuerte y ronco gemido, tan sensual a oídos del escritor que no necesitó nada más para alcanzar su máximo él también corriéndose en el interior de su amante mientras sentía las contracciones de los músculos de Shuichi rodearlo por completo y aumentando su placer.

Totalmente rendido cayó sobre la espalda del pequeño y buscó sus manos con las propias para entrelazar sus dedos con los del pequeño, pero no le dio tiempo ya que con un movimiento de sus caderas sacó el miembro de Yuki de su interior y deslizándose hacia un lado se giró ante la atónita mirada del rubio y le dio la espalda haciéndose un ovillito y tapándose con las sábanas.

Yuki se quedó observando la espalda cubierta de su pequeño sin poder creer realmente lo que estaba pasando. ¿Dónde estaban los "te quiero Yuki"? ¿y las caricias somnolientas? ¿y esa cabeza sobre su pecho? ¿Dónde?

Yuki empezó a sentir que algo le estaba oprimiendo el pecho y no lo dejaba respirar. ¿Qué era ese sentimiento? Sentía que le faltaba el aire, sentía que se ahogaba bajo un peso que no podía levantar, sentía una especie de congoja al observar a Shuichi allí tumbado sin haberle dirigido la palabra, sentía como si lo hubiese forzado a hacer el amor, como si lo hubiera violado y horrorizado ante sus propios sentimientos se levantó de la cama y salió deprisa de allí. Necesitaba aire.

Shuichi al sentir cerrarse la puerta se acurrucó más y sintiéndose un poco menos tenso de durmió a los pocos minutos.

Yuki al salir del dormitorio cogiéndose el pecho se dirigió a su estudio y fue al mueble-bar...necesitaba tomarse una copa, necesitaba olvidar sus pensamientos, necesitaba hacer desaparecer esos sentimientos y allí estaba, ahí se encontraba la botella de whisky; la cogió con ansiedad y se dirigió al salón donde tomando antes un vaso se sentó en el sofá y se sirvió una copa la cual tomó de un sorbo con desesperación. De la misma forma en la que un sediento bebería agua.

Tras ese primer trago se sirvió otra, encendió un cigarrillo y encendió la televisión poniendo rápidamente el volumen al mínimo, con lo cual no escuchaba nada, pero poco le importaba; volvió a tomar el vaso y de otro buche volvió a beberlo en su totalidad. Y así se sirvió una tras otra hasta que completamente borracho se dejó caer a lo largo del sofá viendo como todo a su alrededor giraba sin parar hasta que mareado se quedó dormido con las primeras luces del alba.

 

 

 

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Shuichi despertó y con los ojos medio cerrados cogió su despertador y se lo acercó para mirarlo. Se había despertador casi media hora antes de que sonara. Volvió a dejarlo sobre la mesita de noche y se levantó de la cama echando los pies al suelo, se sentó en el borde y se puso las zapatillas de casa. Ni siquiera miró hacia el lado donde Yuki dormía, ¿para qué? Sabía que el rubio no se encontraba allí. Cuando se levantó y dio media vuelta para dirigirse al baño comprobó que efectivamente el rubio no se encontraba a su lado. Miró durante unos segundos aquel hueco vacío en la cama sintiendo que lentamente en su corazón también se hacía un enorme hueco que sería incapaz de volver a ocupar.

Con una tristeza que le rompía el alma se metió en le baño a darse una ducha. Allí dentro de pasó un buen rato dejando que se mezclaran sus lágrimas con el agua de la ducha para así media hora después salir completamente despejado, limpio y listo para irse a trabajar, aunque llegaría probablemente el primero causándole un infarto a K. Ése pensamiento lo hizo sonreír mientras salía de la habitación hasta que al llegar al salón vio a Yuki completamente dormido sobre el sofá, entonces su sonrisa se esfumó de sus labios y contempló la escena con ganas de romper a llorar de nuevo, pero cerró fuertemente los ojos para no hacerlo y se dispuso a salir de aquel apartamento; ya desayunaría en el estudio.

Antes de llegar a la puerta se detuvo en seco y se quedó quieto un instante antes de volver su cabeza para mirar al rubio. Una triste sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios y dando media vuelta se encaminó hacia el sofá donde Yuki dormía.

Cuando se acercó a él percibió el fuerte olor a whisky que desprendía su amante y miró la botella vacía que se encontraba sobre la mesa. No era la primera vez que olía aquel aroma agrio en el escritor y miró su rostro con preocupación en los ojos. Yuki acostumbraba a beber cerveza a cualquier hora desde que lo conocía, pero esa botella vacía debía de haber estado llena para que su amante apestara de aquella forma.

Lo miró durante unos minutos a la cara viendo lo pálido y ojeroso que parecía. Tenía muy mal aspecto, parecía estar enfermo en ese momento, le posó una mano suavemente sobre la mejilla de notando lo frío que estaba

Con semblante serio y claramente preocupado fue a la habitación a por una manta y al volver cubrió el cuerpo del escritor que ni se inmutó, después Shuichi se dirigió a la cocina, tomó papel y bolígrafo y le escribió una nota para marcharse en cuanto la dejo encima de la mesa junto a su amante.

Shuichi caminó despacio hasta que sin darse cuenta llegó a la discográfica. Entró en ella saludando contento a todos y al llegar al estudio de grabación se encerró en él. Efectivamente aun no había llegado nadie, ni siguiera Suguru.

El muchacho sacó de su mochila su iPod y su libreta y conectando el aparato comenzó a escuchar un guitarreo rítmico para el cual comenzó a imaginar la letra y a escribir decidido. No había terminado la canción cuando paró de pensar en la letra y quitándose los cascos comenzó a llorar sin poder evitarlo. Estaba solo así que podría desahogarse tranquilo durante media hora antes de que empezara a llegar el equipo; o eso es lo que pensaba Shuichi. Allí, apoyado contra el marco de la puerta se encontraba Ryuichi observando como su amigo hundía la cabeza entre sus piernas y lloraba desconsoladamente.

En silencio el hombre se acercó al muchacho y apoyó una mano sobre su cabeza asustándolo hasta el punto de hacerlo caer de la silla.

-          ¡¡Ryuichi!!...- dijo ocultando su rostro y secando rápidamente sus lágrimas que no paraban de salir.

-          ¿Qué te ha hecho?

-          ¿Ein?...- Shuichi ignoró sus lágrimas y miró desde el suelo a su amigo con ese semblante serio y seductor que a pocos mostraba.

-          ¿Qué te ha hecho para que llores de esa manera?- se sentó en el suelo junto a Shuichi, quien hundió la cabeza en su pecho para volver a ocultar sus lágrimas.

Ryuichi tomó al muchacho por la barbilla y le levantó la cabeza para cruzar sus miradas. Shuichi tenía mal aspecto, estaba ojeroso y sus ojos completamente enrojecidos e hinchados.

-          No mereces lo que te hace...

-          Ryuichi...tú no sabes lo que pasa...- decía entre lágrimas.

-          Pues cuéntamelo...somos amigos ¿no?

-          ...- el muchacho volvió a romper en llanto abrazándose desesperadamente a Ryuichi, quien lo recibió abrazándolo con fuerza.

El vocalista de Nittle Grasper empezó a acariciar la cabeza de Shuichi intentando consolar a su amigo, pero no había modo.

La rabia en Ryuichi iba aumentando con cada lágrima que ese pequeño derramaba por Yuki Eiri y sin poder soportarlo más se echó sobre Shuichi quedando ambos tumbados, el mayor sobre el menor a pocos centímetros la boca del uno de la del otro.

Shuichi miraba al cantante con los ojos muy abiertos por el asombro mientras sus lágrimas caían y caían sin poder evitarlo.

-          Por favor...para de llorar Shu-chan...- susurró rozando los labios del pequeño con cada palabra,

Ryuichi juntó sus labios a los de Shuichi y comenzó a besar suavemente al pequeño que no movía ni un solo músculo. Ryuichi al no notar resistencia por su parte profundizó el beso abriéndose paso a través de la boca del muchacho quien llorando cerró sus ojos y disfrutó de aquel suave beso.

Era tan distinto a los de Yuki, éste era cálido y suave, y sabía diferente, la lengua de Ryuichi se movía pausadamente y rozando la suya como si fuera tímida.

Shuichi rodeó el cuello de Sakuma y correspondió al beso con ganas hasta que segundos después se dio cuenta de lo que estaba haciendo y asustado apartó de un empujón al cantante que se quedó sentado sobre sus caderas con ojitos llorosos volviendo a su personalidad aniñada.

-          Shuichi malo...ha hecho daño a Ryu-chan...- dijo el hombre comenzando a llorar escandalosamente.

-          Ryu...ichi...yo...

-          Buaaaa

-          ...lo siento...- dijo agachando la cabeza.

En ese instante la puerta del estudio se abrió y por ella entraron K, Suguru  y Hiro quedando totalmente petrificados ante la escena.

Shuichi tirando en el suelo con lágrimas en los ojos y con expresión de tristeza y pánico mientras que Ryuichi estaba sentado sobre él llorando como una magdalena y pataleando.

Sakuma al ver entrar a los demás se levantó corriendo hacia K y se abrazó a él contento y dejando de llorar al instante. K se encargó de sacar de allí a Ryuichi a la fuerza mientras con una sonrisa nerviosa Hiro se acercó a su amigo que continuaba en el suelo, al igual que Suguru.

-          Shuichi...¿estás bien?- dijo preocupado Hiro viendo la expresión de su amigo.

El cantante desde el suelo giró la cabeza y miró a su amigo y rápidamente se irguió sonriendo.

-          ¡¡Claroo!!...

-          ¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó Suguru conectando los amplificadores.

-          Eso...¿te caíste de la cama o qué?

-          Jajajaja...no...sólo que me desperté antes, tampoco es tan raro,¿no?...¿Empezamos?

Y cuando todo el equipo de sonido estuvo en sus puestos comenzó la grabación de la última canción para el álbum.

 

 

 

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Yuki abrió los ojos y en cuento volvió al mundo real sintió unas ganas horribles de morirse. Todo, absolutamente todo le daba vueltas, sentía su cuerpo pesado y que se negaba a obedecer a su cerebro, no podía moverse, sólo sentir como el techo de su salón giraba ante sus ojos.

No tardó mucho en reaccionar debido a las nauseas que le estaba provocando aquella visión y con una mano sobre la boca y tropezando con todo lo que podía y más, el escritor corrió hacia el baño y una vez allí se tiró al suelo frente al inodoro y vomitó hasta la bilis.

Tras quince minutos las nauseas pasaron, ya no le quedaba nada en el cuerpo que pudiera vomitar y se levantó tirando de la cadena y apoyándose en el lavabo para no caer. Se sentía débil y cansado.

Mirándose al espejo comprobó que su aspecto daba pena y le sonrió a su reflejo mientras se desnudaba para meterse en la ducha. Se duchó con agua helada para despertarse y que sus músculos reaccionaran, y lo consiguió.

Cuando cerró los grifos escuchó como tocaban al timbre insistentemente. Salió de la ducha se lió una toalla a la cintura y se dirigió a la puerta abriéndola con desgana para encontrar la atónita mirada de su editora.

 

-          ...señor Uesugi...- susurró la mujer- ¿Se encuentra bien?

-          ¿A eso has venido?...¿a decir chorradas?

-          Ah...no...vine a por la novela. Hoy era la fecha límite...no lo habrá olvidado,¿verdad?

-          ¿Por quién me tomas?...Pasa y cierra la puerta.

 

La joven entró detrás del escritor y se dirigió al salón.

 

-          Siéntate.

 

Aquello sonó como una orden y la mujer instintivamente la acató sentándose en el sillón que tenía más cerca mientras el rubio iba a su estudio.

La joven observó la sala prestando atención a la manta que había arremolinada sobre el sofá, a la botella y al cenicero repleto de colillas. Sin duda había sido Eiri el que durmió esa noche ahí, tanto por las colillas, como por la botella...era de la marca que últimamente solía beber en sus reuniones.

Mientras la muchacha hacía sus cábalas, el escritor se sentaba en su silla y encendía su portátil. La máquina tardó unos minutos en iniciarse y Yuki se recostó sobre su silla

apretando con fuerza el puente de su nariz intentando aliviar la jaqueca. Cuando por fin el aparato le dio acceso abrió un cajón de su escritorio y sacó un "pen-drive", lo introdujo en el puerto USB del ordenador y copió en el su novela volviéndolo a sacar cuando tras unos minutos se copió en su totalidad y se dirigió a la sala sentándose en el sofá bajo la atenta mirada de la editora.

 

-          Parece que últimamente siempre le encuentro en esas fachas...- dijo Keiko sonrojándose.

-          Sí...eso parece...- en la cara del escritor se dibujo una sonrisa forzada mientras ponía el "pen-drive" sobre la mesa y con un dedo se lo acercaba a Keiko.

La joven tomó el aparatito y lo guardó en su bolso.

 

-          -...Bueno, me marcho. La llevare ahora mismo a la oficina y en cuando terminen las correcciones me pondré en contacto con usted para empezar de inmediato con la promoción.

-          De acuerdo.- Keiko se quedó observando al novelista. Lo notaba extrañamente distante, ni siquiera le había tomado el pelo ni una vez haciéndola sentir incómoda.

-          -...¿De verdad se encuentra bien?

-          Espero tu llamada.

 

La muchacha sólo asintió con la cabeza y se marchó del apartamento dejando al escritor sólo y sin nada que hacer.

Soledad. Eso sentía en ese instante, una gran soledad. Echó su cabeza sobre el respaldo del sofá y cerró los ojos, la cabeza le iba a estallar así que decidió tomarse una aspirina y salir a despejar las ideas.

Cuando levantó la cabeza y se dispuso a levantarse vio sobre la mesa un pequeño trozo de papel así que lo cogió y lo leyó. Sólo constaba de dos palabras: " Volveré Tarde". Era la letra de Shuichi, ¿de quién sino?

 

-          ... Shuichi...- susurró antes de dejar de nuevo el papel sobre la mesa y levantarse para entrar en la cocina.

Allí se tomó una pastilla y fue a la habitación a vestirse para salir a despejarse un rato.

Ya era casi medio día y el escritor paseaba con su cigarro en la boca por las calles del centro observando como la gente iba y venía con prisas, todo ese barullo le estaba comenzando a dar dolor de cabeza así que se encaminó hacia el parque donde al llegar se sentó en un banco y se encendió otro pitillo observando el paisaje.

Aquella paz que surgía desde el corazón de la ciudad lo traicionó y lo sumergió en pensamientos dedicados a Shuichi y volvió a sentirse culpable por lo mucho que hacía sufrir a su pequeño a pesar de que verdaderamente lo amaba con locura. Se había acostumbrado a él, lo necesitaba a su lado para sobrevivir, no se imaginaba su vida sin el cantante a su lado pero se daba cuenta de que lo estaba perdiendo a marchas forzadas y temía que su pequeño dejara de amarlo porque eso era el sustento de la relación, el amor de Shuichi era lo que le obligaba a levantarse cada día, sin ese amor seguramente se moriría y aunque sabía que él no lo demostraba tanto esperaba que su pequeño comprendiera que le cuesta hacerlo.

También estaba el problema de Keiji. Sí Shuichi se enteraba de que entre él y ese hombre había más que una simple amistad mataría el amor de Shuichi para siempre.

Él no amaba a Keiji, por supuesto que no lo amaba, pero se había enganchado a él como a un salvavidas. Era una necesidad irracional la que mantenía abierta la relación con él que era solamente sexual.

En esos pensamientos estaba cuando  una voz lo sacó de ellos.

 

-          Vaya, vaya... pero si es el gran escritor Yuki Eiri.

-          Pero ¿es qué tu no trabajas que tienes que andar siempre molestando?

-          Nop...- contestó Keiji muy contento y sentándose junto al escritor quien lo miró de reojo pensando para sí que nadie le había invitado a sentarse.- ¿Me das uno?- dijo señalando el cigarro que el escritor tenía en la boca, éste se sacó un paquete el abrigo y le ofreció uno al muchacho que contento lo aceptó.

-          ¿Hoy no trabajas?

-          ¿Te estas preocupando por mi?

-          No...simplemente quiero saber el tiempo que vas a estar molestándome.

-          Pues...es mi hora del almuerzo así que...-miró su reloj- te molestaré durante cincuenta minutos exactos...- dijo sonriendo abiertamente.

-          ...

-          ¿Has comido ya?- el escritor negó con la cabeza.- Pues te invitó, me dirigía a la cafetería del parque cuando te he visto aquí sentado, ¿te apetece?

-          ...- Yuki sólo se dedicaba a fumar.

-          Venga Eiri...no te hagas de rogar...

Keiji se levantó y metiendo sus manos en los bolsillos y con el cigarro en la boca se quedó mirando al escritor que tras unos minutos y con un audible chasquido de lengua se levantó y juntos caminaron hacia la bonita cafetería del parque.

Una vez llegaron, se sentaron y pidieron lo que querían comer.

 

-          Aquí es donde nos conocimos, ¿Te acuerdas?

-          No

-          Sí, hombre...aquel día en el que te me acercaste descaradamente.

-          Fuiste tú el que hizo eso.

 

FLASHBACK

 

-          Disculpe...¿Es usted Yuki Eiri?- Yuki levantó la cabeza

-          Sí, ¿Qué quiere?

-          Sólo conocerle

-          ¿Es usted un lector?

-          No...- dijo sentándose ante la expectante mirada del rubio- No me interesan sus obras- Yuki arqueó una ceja.

-          Entonces ¿qué hace aquí si no quiere que le firme nada?

-          Que no me interesen sus obras no quiere decir que no esté interesado en usted- Yuki no podía creer lo que acababa de escuchar y su cara debió reflejarlo ya que el joven rió con ganas.

-          ¿Puedo invitarle a una copa?- El escritor observó con detenimiento a aquel muchacho que no debía de ser mayor que él y notó en él una seguridad pasmosa en si mismo así que curioso aceptó la copa. Tras las primeras copas llegaron más y aquella noche acabaron follando en el asiento trasero del coche del moreno dando comienzo a la extraña relación entre ambos hombres.

 

Fin del FLASHBACK

 

 

-          Annnda, pero ¿no decías qué no te acordabas?

-          No me toques los cojones

-          Pero si te encanta- Yuki le echó una mirada asesina a Keiji que sonrió viendo como la camarera llegaba y les dejaba la comida.

La hora del almuerzo de Keiji pasó rápido y Yuki volvió caminando al apartamento donde la soledad volvió a envolverlo con su gran manto.



CONTINUARÁ...
Notas finales:

 

 

 

Bueno espero que les siga gustando. Dejen comments para saber que les parece la trama...si está floja o cojea por algún lado, así como de los errores cronológicos u olvidos de detalles que pueda cometer.

Besitos 


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