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El Chico de Blanco y el de Negro por Nelke

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Notas del fanfic:

El Chico de Blanco y el de Negro

Mello x Near (weeee!!)

Como ya sabéis, estos personajes no me pertenecen, al igual que la historia en la que está basada. De ser míos, Near y Mello... ////  (xDDD)

 

Notas del capitulo:

Veamoooos... Este es mi primer yaoi sobre Death Note... Así que espero no defraudaros. Es un relato autoconclusivo que incluye los pensamientos de Mello.

Aquí os lo dejo, espero haber sabido meterme bien en los papeles de mis 2 amores (L, a ti también te amo, pero no sales xD)

   *Hace tres años que no te veo, pero tu recuerdo se mantiene estático en mi mente. Aquel pequeño y débil niño que se aislaba de los demás y navegaba en su mundo lleno de puzzles y juguetes, aquel que pese a ser menor que yo, me superaba en todo. Odié tanto cada movimiento de tu cuerpo, cada gesto de tus blancas manos, los remolinos que tú mismo formabas en ese albino cabello y esa mirada... tan oscura y tan perdida... era tan difícil adivinar en qué estabas pensando... Todo esto y algunas señas más de las que no me quiero ni acordar, fueron motivo suficiente para que empezara a fijarme en ti.*   

El chico mordió su tableta de chocolate haciendo una mueca desagradable con la boca y mirando con ira la nada, a través de sus dorados cabellos. Estaba acomodado en un cómodo sillón de piel, rodeado de su banda, quienes reían y hacían juerga ignorando realmente todo lo que acontecía a su alrededor. Aunque tampoco tenían porque preocuparse, se escondían en un lugar perfecto.   

*Ese maldito Near nunca podrá atraparme... Que estúpida organización la SPK... Estoy jugando contigo, y ni siquiera te das cuenta... aunque ya lo descubrirás cuando tu derrota sea inevitable... El sucesor de L perderá ante mí y entonces todos comprobaran que ni Kira ni N, el ser superior a todos soy yo, Mello. Haré todo lo necesario, usaré todo lo que tenga a basto por muy malo que sea, y finalmente te superaré. No te imaginas de lo que soy capaz.*   

-¿En qué piensas Mello?- Inquirió un hombre rapado de gran tamaño.  

-En nuestro próximo movimiento.- El chico se levantó y sonrió sádicamente.- Muy pronto nos haremos con la segunda libreta.- Dicho esto salió y el resto siguió con su juerga y su borrachera habitual, rodeados de chicas ligeras de ropa. Cada día igual que el anterior, un montón de inútiles a sus órdenes a cambio de una miseria en comparación a lo que él iba a conseguir.   

*Con el presidente fuera de combate se nos cierran algunas puertas... pero gracias a él y a mi red de información, he descubierto donde se encuentra la central de la SPK, así que muy pronto nos reencontraremos, Near... Si no puedo matarte con la libreta de muerte, lo haré con mis propias manos, conseguiré que esa impasividad tuya se derrumbe momentos antes de tu muerte.*   

El rubio se tumbó boca arriba sin desvestirse en su ancha cama, apoyando se cabeza en sus manos. Su plan no podía fallar, de ninguna de las maneras. 

--_--_--_--_--_   

La puerta se abrió silenciosamente. Near, sentado en su silla con el pie izquierdo apoyado en ella y reposando la cabeza en esa misma pierna, que también abrazaba, no se movió ni un ápice aunque notó la presencia. Escuchó un “crec” delator.  

-Mello.  

El rubio se acercó y el albino levantó la cabeza a la vez que hacía girar su silla con ruedas para quedar cara a cara. Ninguno de los dos había cambiado mucho. Y después de tres años, se volvían a encontrar. Se miraron a los ojos y Mello sonrió despiadadamente, mientras que el otro se mantuvo aparentemente impasible.  

-Cuanto tiempo.  

-¿Porqué has venido?  

-Tenía ganas de verte.  

Su tono había resultado hirientemente irónico. Una pequeña sombra oscureció aún más los ojos de Near quien, despacio, se puso de pie quedando a un metro de distancia del otro.  

-No debiste haberte ido.  

-Yo creo que fue lo mejor que hice.  

-Todos saben que estás tú detrás de todo esto.  

-¿Todos? ¿Y qué me pueden hacer?  

Near permanecía inmóvil y serio. Ojalá no hubiese aparecido aquel individuo allí. Se acercó unos pasos para demostrarle que no le temía mientras que el otro, sin sentirse amenazado, continuó comiendo su chocolate. El chico de negro y el chico de blanco.  

-¿Recuerdas cuando murió L?  

Mello dejó de morder la tableta, aquella pregunta no se la esperaba. Como iba a olvidar la muerte del hombre que más había admirado en toda su vida, uno de los pocos que les trataba con igualdad, sin tener en cuenta quien era mejor a quien. El día en que Roger les informó fue uno de los más trágicos de su vida, fue a partir de ahí cuando empezó a cambiar. 

 

Flash Back   

-L ha muerto.- Les informó Roger con el dolor impreso en su rostro.   

Los ojos de Mello se desorbitaron y su mandíbula se descoyuntó por la impresión. A Near también le impactó, aunque como siempre, no hizo ningún ademán de ello. Sólo deshizo su puzzle y lo empezó a remontar con los ojos un poco caídos. Mello se abalanzó sobre la mesa en la que se sentaba el hombre.  

-¿Y su sucesor?  

-No ha nombrado a ninguno de los dos. ¿Porqué no unís vuestras fuerzas?  

La cara del niño mayor era todo un poema. Le acababan de sugerir lo que para él era la barbaridad más grande de la historia de la humanidad. ¿Colaborar con Near? ¡Pero si se odiaban! Siempre estaban compitiendo.  

-Sí, sería lo suyo...- Respondió el niño acabando el puzzle.  

Lo cierto era que Near nunca había mostrado odio por él... Nunca le había mirado con superioridad ni había alardeado de sus logros... aunque tampoco se había acercado a él en tono amistoso o le había dirigido la palabra. En fin, Near era un chico extraño, del que realmente no sabía nada, sólo aquel sentimiento que le provocaba. Le hacía regirar sus tripas y el enfado se apoderaba de él al verlo. Claramente, le odiaba y nada lo iba a cambiar. Era imposible trabajar junto a él. A partir de ahora, debería apañárselas por él mismo, ya tenía 15 años, no era ningún crío idiota. Eso sería un nuevo reto, atrapar a Kira como intentó L, sacrificando su vida por ello.  

Salió del orfanato con lo justo, sólo se paró una vez para mirar atrás. Quizás no debió pararse ni una. Al mirar a la que fue su casa por años por última vez, vio una pequeña persona asomada en una de las ventanas de los dormitorios. Se acercó más y forzó su vista hasta reconocer a Near. Dejó caer su equipaje al suelo al ver que éste sacaba una enorme cartulina, o algo por el estilo con un kanji escrito. Tuvo que acercarse un poco más para verlo, y cuando pudo leer la palabra “vuelve”, entró corriendo al orfelinato otra vez.  

Subió las grandes escaleras de madera sin entender qué hacía y llegó hasta la habitación del peliblanco casi sin aliento. Near se encontraba aún con el letrero entre las manos, sin alzarlo, y mirándole con pena. Se acercó con una mano delante de él, una mano que quería llegar al pequeño. Near dejó caer su petición al suelo y trazó una mueca con sus labios, dejándose caer encima de Mello cuando este ya estaba lo suficientemente cerca como para cogerle. Near enterró su cabecita en el pecho del otro y empezó a llorar desconsoladamente. El rubio no sabía que hacer, era su enemigo... pero le abrazó y le acarició el cabello con cariño, hasta que dejó de llorar, aunque no separó su cuerpo al del mayor.   

-¿Near?  

El pequeño movió su cabeza y se quedó mirando hacia arriba a la cara del chico que le abrazaba. Poco a poco se separó de él, un tanto avergonzado, con un suave y encantador rubor en sus mejillas. Mello también se sonrojó un poco al verlo tan lindo, aunque su mente se negaba a razonar en aquellos momentos y lo único que era capaz de escuchar eran los propios latidos de su corazón.   

-L ha muerto por culpa de Kira.- Dijo Near.  

-Tienes razón. Pero conseguiremos atraparle.  

-¿Juntos?- Preguntó.  

-No, yo iré por mi lado.  

-¿Tanto me odias?  

-No es odio... 

Fin del Flash Back   

 

-...Es más bien otro sentimiento que no sabría definir bien.- Acabó la frase Near.  

-¡Cállate!  

-Sigues odiando que siempre lleve la razón...  

-¡Que te calles!- Near se acercó un poco más.  

-Estás aquí por el mismo motivo que subiste hasta mi habitación aquel día.  

Mello le pegó un guantazo a Near, el cual apoyó un pie detrás del otro para no perder el equilibrio y caerse. Una vez erguido, se llevó la mano a la mejilla y se la frotó suavemente.  

-Te engañas a ti mismo.  

-Si no quieres que te la parta, cierra esa boca.  

Near agarró al chico por el cuello de la ajustada camiseta que llevaba y lo atrajo hasta así robándole un beso, pero Mello le empujó lejos de sí de nuevo. Sus miradas se cruzaron, y en un acto involuntario, Mello le agarró del brazo atrayéndole de nuevo a sí mismo y besándole bruscamente. Dándose cuenta al instante de lo que acababa de hacer, giró al sucesor de L y le empujó con mucha fuerza, tirándolo al suelo. Respiró agitado mientras el otro le miraba con una sonrisa triunfante interna.   

-Te he estado esperando.  

Mello se agachó quedando de cuclillas delante de Near. No podía dejar de mirarlo, aunque fuese con ira y rabia.  

-Yo aún te quiero.- Le dijo con un hilo de voz.  

El rubio siguió quieto y dejó que el pequeño le acariciara tiernamente la cara. Acto seguido, tiró de sus ropas hasta dejarlo encima de él y ambos se besaron.  

-Te odio. Te odio tanto como el primer día que te vi.  

-En ese caso, espero que me sigas despreciando toda tu vida...  

Se volvieron a besar. Sus ropas cada vez fueron menos impedimento para sus caricias, ya que iban desprendiéndose de sus cuerpos. Mello lamió la oreja de su amante, recordó que esa era una de las zonas más sensibles del otro chico, mientras que Near fue descendiendo su mano hasta la entrepierna de su amante. El peliblanco dejó escapar un suspiro cuando el rubio empezó a besarle y morderle el cuello, además le había retirado su mano y con tan solo su izquierda, le mantenía al pequeño ambas muñecas cogidas por encima de su cabeza.  

-Eres mi presa y no pienso dejar que me hagas nada.  

-Auhmm- Gimió el otro.  

Siguió besándole de forma dulce por todo el cuerpo. Decidió no pensar en qué hacía, no recordar todo aquel odio que había intentado auto-inculcarse así mismo, por lo visto y ahora ya comprobado, sin éxito. Fue igual desde pequeños. Le odiaba, y debió ser ese mismo odio lo que empezó a dar paso, involuntaria e inconscientemente, a otro sentimiento dentro de él. Igual que hacía tres años, tener al pequeño debajo suyo era como desinhibirle de todos sus principios y de todas sus creencias, nada más importaba a parte de conseguir que Near fuera feliz, nada más importaba si después de tantos meses podían volver a besarse.  

Mello colocó las piernas de Near en una postura en que le facilitase la acción que ambos tenían ya asumida, aunque nada pudo evitar que el albino temiera el dolor y este chico giró la cara hasta apretarse los labios con uno de sus brazos sujetos para no gritar.  

-Lo siento...- Murmuró el otro al ver el gesto.  

-No importa.  

-Y siento haberme ido aquella noche.  

-No importa.- Repitió, aunque su tono no sonó tan seguro como la primera vez.  

-¿Lloraste?- Preguntó temiendo la respuesta.  

-Ah...- Gimió Near, posiblemente para evitar contestar.

Siguieron haciéndolo, porque tampoco tenían otra cosa que hacer, otro método para demostrarse que seguía quedando aquel sentimiento... ¿Hablar? ¿Sobre como Mello había desaparecido todo ese tiempo y se había hecho de la mafia por conseguir derrotar a Near? Recordarlo era demasiado doloroso, empezar desde cero era demasiado inverosímil.   

¿Amor? ¿Sentía Mello por Near ese sentimiento? Las palabras no son siempre necesarias para mostrar un sentimiento, pero pueden llegar a ser muy útiles para llegar a creerlo. Near se lo había dicho, pero Mello a él no... ¿Pero hacía falta?  

-¿Te gusta?  

-Uhmmm...  

-¿Disfrutas Near?  

-¡Ah!- Gritó al notar un golpe mas fuerte.  

-Recuerda que eres mío...  

-Sí... Y tú.. mío también...  

El rubio no contestó, puso su cara de pocos amigos y siguió proporcionando placer para ambos hasta acabar. Una vez fuera, aún el pequeño en el suelo y el mayor de rodillas, ambos respirando con agitación, Near recuperó su movilidad en los brazos y le pasó sus blancos dedos por la mejilla de Mello.  

-Baka...  

-¿Porqué?  

-Porque nos lastimas a los dos...  

-...- No contestó, no tuvo fuerzas para desmentirlo, para decirle que todo aquello no significaba nada para él, simplemente se recostó al lado del otro.  

-Aquella noche sí lloré.  

La cara de Mello cambió de golpe, tornándose más seria aún. ¿Es que no iba a parar de mencionar aquella maldita noche?  

-Lloré porque sabía que te ibas de verdad, que no volverías. Temía no verte de nuevo, pero tampoco podía hacer nada, no podía cambiar tu decisión.  

No respondió. Aquella noche después de lo sucedido, le costó de veras marcharse. Viendo a Near dormido, medio tapado por él mismo con una fina sábana, ajeno a sus pensamientos en aquellos momentos, tardó en levantarse de la cama en la que yacía sentado y recoger las maletas que había abandonado en medio del camino que le llevaría lejos del sucesor de L.  

-Tú también eres un baka...  

-¿Sí?  

-Sí... Porque no llegas a comprenderme del todo.  

-Eso sería imposible.  

-Sólo lo piensas y no alcanzas a comprender...- Le cortó- que aunque me cueste admitirlo, yo soy tuyo también. 

Near sonrió como el niño que era, haciendo de su rostro una imagen encantadora.  

-Cuando te duermas me volveré a marchar.  

-¿Hasta dentro de 3 años?  

-Hasta que tú o Kira me encontréis... Sé que sois capaces de hacerlo...  

-Entonces me esforzaré por encontrarte y quitarte la libreta de muerte.  

-Y entonces... juntos... atraparemos a Kira.

Notas finales:

Yatta!! Reviews, onegai!

Con quejas, críticas, opiniones de todo tipo... Bueno, también podéis ponerme cosas lindas si os ha gustado... Y así motivarme a seguir publicando!! ^___^ Me ha gustado escribirlo, espero que a vosotros también leerlo!

Sayonara!


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