- Te dije que no quería que vinieras –exclamó Ritsuka mientras caminaba por el puente.
- Di la verdad, ansiabas verme –susurró Soubi al oído del pequeño tras detenerlo con el brazo, luego le dio la vuelta y depositó un beso profundo en sus labios. Ritsuka se dejó besar, quería estar con Soubi siempre, quería que sus labios cálidos lo besaran. Disfrutó el momento del beso de principio a fin, luego Soubi lo abrazó y susurró las palabras que a Ritsuka le parecían hermosas: “Te amo”. Tras decirlas, volvió a besar al pequeño.
- Ya veo –dijo la doctora mientras anotaba en sus documentos-, ¿por qué no lo aceptas?
- Me siento raro, no sé cómo podría reaccionar, él es tan raro…
- ¿Qué me quieres decir? –preguntó Soubi mientras sostenía a Ritsuka en los brazos.
- Nada, sólo quería verte.
- Decirle eso a una persona no es fácil, además, con una persona de esa edad será posiblemente mal visto –comentó la doctora.
- Bueno, lo sé.
- ¿Nada más era eso? –Cuestionó Soubi de nuevo a Ritsuka- ¿No deseas decirme algo más?
- Pues, no lo sé.
- Te amo, Ritsuka.
- Sé que lo intentaste, pero sería mejor que no lo dijeras.
- Soubi, sostenme más fuerte –susurró Ritsuka aprisionándose en los brazos del mayor-.
- ¿No estás cansado? –susurró ahora Soubi al oído del pequeño.
- Sí, un poco.
- No lo hagas.
- Soubi, yo…
- No hables, lo entiendo.
- Pero, ¿cómo?
- No arruines tú vida.
La luna se reflejaba por toda la habitación, dos almas se encontraban la una con la otra tras despojar cada barrera que se interponía, se hundían en las capas de seda lentamente. Cada roce hacía perder a Ritsuka la cordura, los sentimientos se desbordaban uno tras otro; cada beso, cada toque. Un baile con ritmo entre seda blanca. Ligeramente con una invasión los sentimientos terminaron de desbordarse, la vida comenzó a acumularse y terminó por salir con ternura entre las paredes que aprisionaban el interminable amor del mayor; la salida lentamente de aquellas paredes que esperaban con ansias la liberación, las dos almas se atiburnaron ligeramente entre la seda.
- Te amo, Ritsuka.
- Te amo, Soubi.
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