LA OREJA DE VAN GOGH
20 de Enero.
Yo ya estaba con seis meses de embarazo, se estaba haciendo realidad tu sueño que después se convirtió en el mió; me di cuenta que era un buen momento para viajar tu estabas trabajando y por mi condición no podía hacer más. Todo estaba en silencio la casi sin ti no era lo mismo; hice mi maleta con aquello que pensé que era necesario, tome nuestras foto, libros y me lleve tu abrigo conmigo.
Pensé que era un buen momento,
por fin se hacía realidad,
tanto oír hablar de tu silencio,
dicen que te arrastra como el mar.
Llené de libros mi maleta,
también de fotos tuyas de antes,
dibujé tu sonrisa junto a la mía,
me dormí con tu abrigo en el sofá.
Me toco mi barriga pensando en ti, que en donde estarás y que será de ti, deseo mirarte, sentirte perderme en ti; te extraño demasiado pero se que esperare a que vuelvas a mi; tu trabajo te consume y solo te quiero querer o simplemente morir. Pienso en el bebe que espero y si tendrás tiempo después cuando el nazca ¿tu estarás aquí?
Quiero estar a tu lado,
quiero mirarte y sentir,
quiero perderme esperando,
quiero quererte o morir...
Salgo del tren esperando verte allí, me pregunté que sería mi vida sin ti y llegue a la conclusión que moriría sin ti. Camino por la estación ya se que el trabajo te consume más que a mi; pero siento que me abrazas por detrás, me besas el cuello y después acaricias al bebe, se entonces que te quiero, adoro y muero por ti.
y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara,
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté que sería sin ti el resto de mi vida,
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.
Volví en tren ya que como siempre necesitabas trabajar, te extraño demasiado pero veo el reflejo de tu rostro en el cristal, lo hacia el reflejo de mediodía, pongo mi mano en el bolsillo de mi pantalón siento algo dentro y lo saco con emoción; es una carta donde prometes estar ahí conmigo cuando el bebe decida salir, también me dejas un poema mostrando tu lado romantico y esto es solo para mi.
Cogí un tren que no dormía,
y vi tu cara en un cristal,
era un reflejo del sol de mediodía,
era un poema de amor para viajar.
A veces siento que te pierdo por no estar aquí, pero leo nuevamente la carta y se nunca lo haré, nunca te perderé; y por el amor que te profeso nunca podría dejarte; Te busqué lejos de aquí allí donde se pierde el sol y sale la luna, allí donde te recuerdo, allí donde pasamos tiempo juntos; pero se que tu también piensas en mi, lo siento en mi alma y en mi corazón que late por ti.
Te perdí y no te perderé,
nunca más te dejaré.
Te busqué muy lejos de aquí,
te encontré pensando en mí.
Nuevamente tomo el tren, pero esta vez algo a salido mal, los dolores se acumulan y yo solo espero verte a ti, me quejo pero que puedo hacer ya que viajo aquí; me pregunté que harías sin pero ya se la respuesta a eso y es lo mismo que yo pensé hacia ti. No puedo bajar del tren el dolor se identifica y me doy cuenta que el bebe ya quiere salir, me asustó no lo quiero hacer solo lo quiero hacer contigo quiero que lo primero que vea sea a ti.
y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara,
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté que sería sin ti el resto de mi vida,
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.
Todo se complica y ya he entrado en labor, un medimago aparece y me dice que hacer, se que es prematuro y más en mi corazón se acumulo. Grito para que aparezcas pero se que no lo harás, tengo miedo ha hacer esto solo; el medimago me instrucción y yo gritó que no saldrá por que te quiero a mi lado para cuando el bebe se digne a mostrar. El tren se detiene ahora no se que pasará alguien grita a lo lejos y me trasladan a otro lugar, yo siento mis lagrimas que caen y no las quiero parar; de repente te siento a mi lado y me dices que todo bien saldrá me dejó llevar por tus manos y parece que el tiempo se detendrá.
Pasa el tiempo y para cuando abro mis ojos te veo allí de espaldas a mi, con algo en los brazos que no logro distinguir. Te das vuelta y te acercas a mi, de tus brazos veo otros más pequeños y para mi sorpresa no solamente dos si no cuatro bracitos lo que se acercan a mi. No he tenido un bebe si no dos y me siento el ser más dicho de esta tierra y es solo por ti. Te acercas me besas, me das los bebes, y al oído me dices esas palabras que siento por ti.
Te amo y soy feliz.