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Ladrones de órganos por Paz

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Notas del fanfic:

Este fic hace el número 21 desde que empezó este nuevo año, lo que no quiere decir que los anteriores estén acabados. Son ideas que surgen y que voy numerando, este nuevo fic Kaede cae en manos de unos desaprensivos

Notas del capitulo: Qué os puede decir de este capítulo? Leanlo y si os gusta seguiré escribiendo...., será corto, tienes unos seis capitulos el fic.

  Ladrones de órganos

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 1: El despertar

 

Rukawa tiene la sensación de despertar de un profundo sueño, siente sus parpados pesados y desiste de abrirlos. Esta como aturdido.

Durante un par de minutos su mente esta como obnubilada, ida totalmente, con una extraña sensación, como si flotara en un mar de hielo, el frío es tan intenso que, esa sensación, le impide coordinar un pensamiento coherente.

Es una extraña sensación, como si su cuerpo no le perteneciera, una lasitud invade sus miembros llevándole a una placentero sentido de quietud. No siente temor, al contrario, es como si por primera vez se sintiera en paz consigo mismo y esa sensación le resulta grata.

Inesperadamente un rostro aniñado pasa por su mente, un rostro que le resulta conocido, sus ojos poseen una viveza, un brillo deslumbrador, sus cabellos son rojizos y se le hacen muy familiares. Desea seguir viendo ese rostro y es ese sentimiento lo que provoca su primer movimiento

Se estremece, siento dolor y frío, mucho frío. Su cuerpo esta aterido y al abrir los ojos ve su cuerpo desnudo, esta recostado en la bañera, reconoce el lugar, es su casa, acaso se ha dormido mientras se duchaba? Ese hecho no le hubiera sorprendido, sino fuera porque esta recostado sobre hielo, y es lo que provoca que tiemble sin poderlo evitar.

Hace intención de salir de la bañera, cuando un dolor lacerante le llega desde el costado y es entonces cuando ve el mensaje escrito en las baldosas de la pared.

"Pida ayuda... solo le quedan dos horas de vida"

Se estremece y ahora no es por frío.

No toma a broma el mensaje, su cuerpo dolorido y medio congelado le da la certeza que es cierto lo que dice.

Haciendo acopio de unas energías que no tiene, consigue salir de la bañera golpeando contra el suelo, luego, se arrastra hasta su dormitorio y consigue tomar entre sus dedos frígidos el teléfono. No es capaz de recordar a quien llamar, no tiene amigos, ni siquiera familiares que se preocupen por él. Tal vez tenga que dejarse estar, a nadie le importará su ausencia, una vez más el rostro de ese chico aparece en su mente y sin que él mismo se  de cuenta, sus dedos rígidos comienzan a moverse marcando el número que inesperadamente aparece en su mente junto con un nombre.

-Moshi... moshi...

-Sakuragi...

La voz al otro extremo del hilo es apenas un susurro, aún así la reconoció.

-Rukawa...!!!?  -supo que algo grave debía pasarle para que le llamara, mientras así pensaba, le llegó su voz dándole una dirección, comprendió que debía ser su casa- Ahora mismo estoy ahí.... -antes que pudiera añadir más escuchó un golpe sordo y la línea quedo abierta, una respiración agitada llegaba hasta él- Resiste... -grito para hacerse oír- Satou... acompáñame con tu coche.

Su hermano mayor al verle tan agitado no hizo preguntas, tomó las llaves del coche  y un maletín negro salieron con rapidez de la vivienda, antes de poner en marcha el vehículo Hanamichi le dio la dirección que había memorizado.

-No esta lejos..., llegaremos en cinco minutos. Tranquilízate.

Tal como dijo así fue. A las llamadas nadie contestaba.

-Seguro que era él. Parece que no esta.

-No me hubiera llamado si no fuera porque algo grave le ha pasado -dijo Hanamichi aporreando la puerta del apartamento- Voy a echarla abajo si es necesario -pasando a la acción en contados segundos, tomó fuerza y cargó con todo el peso de su cuerpo a través de su hombro.

Le dio con tanta fuerza que la madera se astillo alrededor de la cerradura saltando con estrépito.

-¡¡Rukawa!!...¡¡Rukawa!! -se metió en el interior de la vivienda gritando su nombre. Reviso cada uno de los cuartos de que disponía hasta abrir el que correspondía a un dormitorio- ¡¡Kamisama!! -exclamó al ver el cuerpo desnudo derrumbado en el piso, boca arriba, a su lado el teléfono seguía descolgado- ¡¡Kaede!! -preocupado se acercó hasta donde estaba, le tomó en brazos para recostarle en su lecho. Un gesto de dolor apareció en su rostro- ¡¡Qué te ha pasado?? Dónde te duele??

-No lo sé... -gimió- en el costado, en la espalda...., había hielo... mucho hielo.. -sus dientes castañeaban y su cuerpo se estremecía.

Satou al oírle no necesito saber más, se apresuró a agarrar el teléfono haciendo una llamada.

-Soy el doctor Sakuragi, necesito de urgencia una ambulancia en el... -dio la dirección que había memorizado sin esfuerzo, bajo el tono de voz para que su hermano no escuchara, aunque parecía muy atento al muchacho. Se trata de la extirpación de un riñón, el paciente es un joven de unos dieciocho años.

Hanamichi le escuchó pedir con urgencia una ambulancia, enseguida su atención regreso al joven que quedaba inconsciente sobre el lecho.

-Apártate, Hanamichi... tengo que atenderle mientras llega la ambulancia. Con cuidado le tomó del hombro girando su cuerpo para ver su espalda, un feo tajo destacaba en la perfección de su piel blanquecida, mostrando una nota de color rojiza, estaba sangrando debido al movimiento. La perdida de sangre era mucha, el pulso era cada vez más débil y su ritmo cardiaco descendía peligrosamente.

Hanamichi dejo escapar un sonido agónico al ver la herida. Se llevó la mano a la boca para sofocar las ganas de gritar que sintió al darse cuenta de lo que significaba aquella herida.

-No iras a desmayarte? -preguntó Satou mientras con eficacia hacia una primera cura para cortar la hemorragia, luego en el hospital comprobarían que otros daños internos podría tener, además de la perdida de su riñón. No cabía ninguna duda que los ladrones de órganos habían actuado una vez más- La ambulancia esta en camino. -aviso.

-No... -tragó saliva con dificultad para reponerse.

La ambulancia llego, los camilleros se apresuraron a acomodarle en una camilla, mientras Satou y el medico que les acompañaban se ocupaban cada uno de realizar una tarea diferente, uno le ponía una inyección, él otro se ocupaba de pincharle en vena para ponerle una bolsa de suero que dejo apoyada sobre su pecho. Después de eso se lo llevaron con rapidez.

Con las sirenas sonando cruzaron las semi desiertas calles.

Mientras llevaban a Rukawa al quirófano, Hanamichi permanecía esperando en una vacía sala de espera en tanto que Rukawa era atendido de urgencia por un equipo médicos que estaba evaluando sus daños.

Un par de horas después, aparece Satou.

Se levanta apresuradamente yendo a su lado.

-Hemos conseguido estabilizarle. Llegamos a tiempo, un poco más que hubiera estado así y hubiera tenido un desenlace fatal. Ahora esta bien y con el tiempo se repondrá. Sigue bajo los efectos de la anestesia, si quieres puedes acompañarle. -sabía que iba a ser imposible apartar a su hermano del chico, por lo que era mejor darle el permiso.

-Que le han hecho? -durante todo ese tiempo solo se preguntaba una y otra vez acerca de ese feo corte.

-Le drogaron y le quitaron un riñón. -dijo lacónico- Va a necesitar ayuda para superarlo.

-Estaré a su lado.

Satou asintió.

-Tiene que estimarte mucho, para pensar en ti en esos momentos.

Hanamichi solo pensó, si él supiera que eran rivales desde el primer día de conocerse no diría tal cosa.

-Cómo encuentro su habitación.

-Le llevaron al segundo piso... la enfermera del control te dirá cual es.

-Gracias, Satou... sin ti no hubiera sabido que hacer.

-Lo mismo que yo. Llamar a urgencias. Estarías histérico, pero lo harías.

Hanamichi sonrió, su hermano le conocía bien.

-Ve a dormir. Lo necesitas.

-Y tú?

-Mañana..., -recordó que el nuevo día ya había llegado- Cuando sea prudente, llamaré al entrenador Anzai para decirlo lo que ha pasado, nos dispensará de las clases y del entrenamiento.

Satou le siguió con la mirada durante unos minutos, después se giro y se dirigió a la sala donde habitualmente los médicos de guardia esperaban para atender las urgencias que surgían. Tenía por delante tres horas para dormir antes de tomar su turno, le esperaban setenta y dos horas de trabajo intensivo y necesitaba encontrarse descansado.

La enfermera que esta en el control, le señala la puerta a la derecha de donde se encuentra. No necesita preguntarle que hace allí, sabe que el paciente que ha ingresado allí esta bajo el cuidado del guapo y joven médico Sakuragi-sensei, y allí en el hospital todos conocen a su hermano pequeño, todas suspiran por los dos hermanos, sin embargo ellos no parecen darse cuenta del revuelo que ocasionan a su paso.

Hanamichi se lo agradece con una leve inclinación, no habla para no perturbar el descanso de los enfermos.

Abre la puerta y la cierra tras él, la habitación permanece en penumbras, hay dos camas pero solo una esta ocupada. Kaede permanece quieto, boca arriba, sus brazos extendidos al costado de su cuerpo, de uno de ellos se ve la prolongación de una goma rematada en una aguja clavada en su vena en la cara interna del codo, una bolsa con suero le proporciona un goteo continuo.

Procurando no hacer ruido acerca una silla y se ubica en el lado contrario donde tiene puesto el goteo.

El rostro de Rukawa se ve más pálido que de costumbre, con un gesto impulsivo, toma su mano entre las suyas para que cuando despierte sepa que no esta solo.

Continúa en el próximo capítulo

Paz


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