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Ladrones de órganos por Paz

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Notas del capitulo:  

Aquí tenéis el final definitivo de este fic, los diálogos son parecidos al anterior capítulo, pero no iguales, hay que tener en cuenta que aquel final era parte de una pesadilla y este otro no.

 

Ladrones de órganos

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 9: Final alternativo dos

 

-Eres un irresponsable... -dijo Satou que había estado preocupadísimo por él.

-Qué culpa tengo yo de que me perdierais? -preguntó a su vez, olvidando en los brazos de su kitsune el susto que pasó.

-Cómo se te ocurre a ti marcharte con el primero que te ofrece una comida? -preguntó a su vez.

-Estaba seguro que seguíais mis pasos... -se justificó.

-Una chica les distrajo a todos... -dijo Rukawa que había estado atento a todo, especialmente a no perder de vista a Hanamichi.

-No me digáis que se os acercó la minifaldera? -preguntó mirando a su guards de corps que bajaran los rostros avergonzados- Y tú entretanto que hacías, Yohei? -preguntó curioso.

-La culpa fue mía, debí alejarla... -murmuró avergonzado.

-O sea que mientras tú ligabas con la chica, los demás estaban atentos a lo que tú hacías..., menudos amigos me he buscado... -movió la cabeza como si le disgustará todo lo ocurrido.

-Lo sentimos... -murmuraron cinco hombretones, inclinándose ante él con autentico pesar.

-Bueno, muchachos... no os lo toméis tan a pecho, después de todo no ha pasado nada. Lo que si quiero saber como fue que me encontrasteis.

-Fue gracias a Rukawa... -dijo Yohei.

-Ahora que lo pienso... tú deberías estar durmiendo. -dijo volviendo la cabeza hacia Kaede.

Rukawa dejo salir una risilla.

-Estabas nervioso, mirabas la hora continuamente y me preguntabas constantemente si no tenía sueño y cuando me ofreciste comida y bebida, supe que no debía probar nada. Lo que me recuerda que tú te pasaste de listo cuando le diste la oportunidad de drogarte para sacarte del local.

-Pero... tú bebiste el té... -objetó, estaba seguro de haber visto el jarro vacío.

-Aproveche un descuido tuyo para tirarlo...

En ese instante cayó en la cuenta del regaño que había en las palabras que había expresado Kaede.

-¿Me drogó? ¿Cuándo? -no recordaba haberle perdido de vista, excepto cuando tuvo que ir al aseo, al pensar en ese instante supo que fue en ese momento- ¿Tú donde estabas?, miré por todos lados y no te vi.

-No muy lejos de ti.

-Que tan cerca? -inquirió.

-Dos o tres metros...

-Hummm... Tenía que haberte visto.

-Ninguna de las veces te giraste hacia donde estaba... a tu espalda. -entonces se dió cuenta que Hanamichi estaba intranquilo buscando con la mirada a su grupo de apoyo y que lamentablemente le habían fallado.

-Ahora lo importante es saber que Hanamichi se salvó porque tú fuiste más listo que él. -dijo Satou y dirigiéndose a su hermano continuó- Deseo que hayas aprendido la lección y no vuelvas a intentar ser un héroe.

Hanamichi aceptó su regañina sin una protesta.

-Afortunadamente todo ha quedado solucionado. La policía los tiene a buen recaudo y seguramente que próximamente sabrán más de su organización.

-¿Crees que los agarraran a todos? -preguntó Yohei con cierto tonillo de duda.

-No lo sé. -no quiso decirles que lo más seguro que nunca llegaran hasta la cabeza principal, por el momento habían desmantelado el grupo que actuaba en Kanagawa y que con toda seguridad seguirían haciendo lo mismo en otras ciudades- Yo tengo que dejaros, hoy tengo guardia.

Todos se dieron por enterados y se despidieron. Hanamichi necesitaba descansar y tras asegurar y reasegurar a sus amigos que no siguieran disculpándose les despidió. Solo Kaede se quedó a su lado considerando que estaba en su apartamento.

-Descansa un rato mientras preparo algo de comer -dijo Kaede levantándose de la cama.

Estaba junto a la puerta cuando le escuchó llamarle.

-Kaede....

Se volvió.

-¿No le pondrás nada raro? -preguntó.

-Solo un poquito de arsénico... -dijo como quien no dice nada, ante la ansiedad que mostraba su mirada.

-Ah bueno..., si solo es eso.... -y al instante gritó- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡TEME!!!!!!!!!!!!!!

Kaede salió del dormitorio riendo.

Hanamichi se quedo mirando su espalda que se sacudía por la risa, una sonrisa ensanchó sus labios, saber que Kaede era capaz de bromear en sus circunstancias le hizo saber que estaba superando el trauma provocado por la extirpación de su órgano.

Pronto no tardó en darse cuenta que se había mostrado excesivamente optimista. Sobre todo cuando Kaede reinició sus clases y se unió al equipo de basquetball, su rendimiento descendió notablemente, ya no era capaz de jugar al cien por ciento de sus posibilidades, durante los partidos de practicas pasaba más tiempo sentado en el banquillo que jugando y eso comenzó a deprimirle.

Más aquella noche todo era felicidad y ninguno de los dos podía saber que iba a ser de ellos, ni como discurrirían sus vidas.

Hanamichi se dejo mimar y cuidar por Kaede, se complacía en pedirle pequeños favores solo por ver la diligencia que ponía en atenderle, sus caprichos eran satisfechos apenas eran pronunciados.

-Kaede... -le llamó cuando le sintió trastear por la cocina.

-Necesitas algo más? -preguntó apareciendo enseguida a su lado.

-Si... -estiró la mano para agarrar la suya, tirando de él hasta que le sintió a su lado- Te necesito a ti... -sus brazos le rodearon abrazándole para estrecharle contra su pecho.

-Tengo que terminar... -sus labios sobre los suyos le acallaron.

-Mañana..., ahora tú y yo tenemos algo mas importante que hacer.

Kaede se rindió a sus deseos complaciéndole.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Hanamichi abrió la puerta del gimnasio y posó su mirada sobre los muchachos que ocupaban la duela formando pequeños grupos afines entre ellos y conversando de cosas ajenas al entrenamiento.

-Ayudante Yasuda, que pasa aquí? Acaso la ausencia de su capitán provoca este abandono de sus deberes? -preguntó con una nota divertida que ninguno de los muchachos dejo de advertir.

Tras la sorpresa de verle, hubo una serie de movimientos apresurados hasta que todo el equipo de titulares y reservas ocuparon uno de los extremos de la duela, próximos a la entrada en la que estaba parado su capitán: Sakuragi Hanamichi.

Desde su ingreso en el equipo de Shohoku fue el catalizador que necesitaban, la personalidad del pelirrojo, sus ganas de jugar, su espíritu de lucha, habían dejado su huella en sus compañeros consiguiendo que durante su segundo año de secundaría alta, con la ayuda de Rukawa, Mitsui y Ryota y la joven promesa que reemplazaba la marcha del ex-capitán Akagi alcanzaran el sueño que habían perseguido sus antecesores Akagi y Kogure. Ryota fue nombrado capitán durante su ultimo año, al marchar a la universidad, dejo el testigo a Sakuragi que consciente que él no merecía ese puesto, sino Rukawa, lo aceptó a petición del entrenador Anzai cuando le expuso sus razones.  A modo de desagravio le nombró sub-capitán.

Hanamichi, con las manos remetidas dentro del pantalón esperaba que hablaran, como parecían sentirse avergonzados, se apartó dejando ver a Rukawa.

-Os traigo a nuestro sub-capitán. -dijo con una amplia sonrisa de satisfacción.

Kaede fue recibido con un prolongado silencio apenas traspasó el umbral del gimnasio, luego como puestos de acuerdo todos se inclinaron ante él en un saludo respetuoso que le dejo más aturdido aún.

Enseguida se vió rodeado por sus compañeros de equipo, buscó con la mirada a Hanamichi como pidiéndole auxilio. Un cálido apretón en su mano le hizo saber que estaba allí cerca suyo.

-Bienvenido, Rukawa-sensei. -dijo Yasuda emocionado al verle allí.

-Es una alegría tenerle nuevamente con nosotros -comentó otra voz que reconoció como perteneciente a Uchida, aunque no podía verle porque estaba a su espalda.

-Le echamos de menos, sub-capitán.

-En serio? -preguntó dudoso causando cierta sorpresa al oírle hablar.

-Por supuesto..., solo usted es capaz de acallar a nuestro capitán con una mirada.... y eso es de agradecer. -comentó Uchida.

Era el nuevo novato de Shohoku, un joven tan emprendedor como Rukawa, bastante bromista, pero con la cabeza bien puesta sobre sus hombros y que sabía hasta donde llegar. Excelente jugador, estaba en primero, media dos metros y al igual que él entró en el equipo ignorándolo todo. Era ambicioso y no dudaba que le ayudaría a alcanzar las metas que se propusiera.

-Cinco vueltas por irrespetuoso -dijo Hanamichi con un brillo divertido en sus ojos, tras el desconcierto que provocó, no estaban acostumbrados a sus correctivos.

Sus carcajadas se dejaron oír y todos hicieron coro con él relajando el ambiente alrededor de Kaede.

Tras ese instante de diversión, a una mirada de Hanamichi todos se dispersaron dejando tranquilo a Rukawa.

-Un calentamiento previo, empezar despacio e ir aumentando vuestra velocidad cada tres vueltas -comentó Hanamichi con su vozarrón. Unos jóvenes que repasaban unas lecciones junto al gimnasio le oyeron.

-Se acabó la tranquilidad  -comentó uno levantándose y recogiendo sus cosas.

-Si busquemos otro lugar.

Y todos se alejaron de los alrededores del gimnasio, durante las ultimas semanas aquel lugar fue un remanso de paz, pero había dejado de serlo con el regreso del capitán del equipo de basquetball.

Hanamichi ajeno a ese hecho continuó dando sus instrucciones de adiestramiento y dejando claro que a partir de esa tarde todos iban a entrenar duramente porque no iba a permitir perezosos en su equipo.

Su acalorado discurso no causó mayores efectos porque siempre repetía esas mismas palabras a modo de presentación, él sabía que ellos no necesitaban sus advertencias porque entrenaban dando todo de si sin necesidad de incitarlos a ser mejores, además su ejemplo era suficiente para que el entusiasmo de sus jugadores no decayera. Ninguno de ellos quería ser menos que él y le seguían con alegría.

-Muchachos, vamos a hacer un cambio, esta vez vosotros corréis por delante de nosotros, -se refería a Rukawa- quiero evaluar vuestro entrenamiento durante mi ausencia -no solo les animaba a entrenar con dureza, el mismo participaba al mismo tiempo.

El duro entrenamiento de sus jugadores se manifestaba cada vez que salían a la duela a enfrentarse con otros equipos, luchaban hasta el agotamiento cuando encontraban jugadores tan competitivos como ellos.

Era un hecho que sorprendía a muchos, el carisma de Sakuragi llevaba a todo el equipo a luchar como leones para no ser derrotados y cuando parecían que habían alcanzado su limite se renovaban una y otra vez.

Aquella tarde, comenzaron a entrenar para prepararse para las preliminares.

-Rukawa... -nunca le llamaba por su nombre cuando estaban presentes otras personas- Tú empezaras despacio, necesito conocer tu limite para preparar nuestras estrategias de juego.

Rukawa asintió.

En los días siguientes Rukawa comenzó a sentirse desalentado porque no le permitía intentar llegar al cien por cien de sus posibilidades.

-Estoy acabado.... -murmuró jadeando entrecortado cuando tras marcharse todos los jóvenes quedaron ellos recogiendo y limpiando como antaño cuando Akagi les castigaba a ambos por sus continuas peleas- No he sido capaz de hacer un primer tiempo de practica, sin olvidar que todos han tenido mucho cuidado conmigo.

-No debes rendirte... tú puedes... -aseguró.

-Ya no me siento tan seguro..., nunca mas seré el mismo de antes.

-Por supuesto que no lo serás -afirmó rotundo y ante la mirada de dolor de Rukawa continuo- Nadie te pide que lo seas. Ni siquiera tú puedes exigirte algo que no puedes conseguir. Además no debes olvidar que durante seis semanas no puedes hacer ningún esfuerzo. Ahora todo lo más que te permito hacer es un entrenamiento suave.

-Las preliminares...

-Serán dentro de tres meses, para entonces ya sabremos que podemos esperar de ti. Si el doctor Oyita te autoriza a realizar un esfuerzo más fuerte, averiguaremos cuanto tiempo puedes jugar, pero para eso, no tienes que olvidar que necesitamos tener tu cuerpo en forma, por ese motivo te permití hacer unos minutos de juego. Me prometes tener paciencia?

-Si... -confiaba en él.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Su aparición junto al equipo Shohoku sorprendió a muchos. Se había hablado de él con exceso. Corriéndose los rumores más absurdos tras conocerse el trágico suceso que le había tocado vivir. Unos comentaban que tenía prohibido jugar, otros que se había marchado lejos de Kanagawa, los más que su carrera deportiva estaba acabada, alguien comentó haberle visto en el puerto mirando con fascinación el mar, como si se sintiera atraído por la idea del suicidio, los más sensatos hacían caso omiso de esos comentarios, si bien eran conscientes que Rukawa no podía encontrarse en condiciones físicas adecuadas para poder llevar a cabo el juego al que estaba acostumbrado, suponiendo que tomaría la decisión de retirarse, por los diversos motivos unos y otros no esperaban verle en el estadio, conmocionando a cuantos le vieron.

Su presencia consiguió mantener al publico femenino pendiente de sus menores gestos.

Rukawa con esa frialdad que le caracterizaba cruzó las instalaciones del colegio contra el que iban a enfrentarse arropado por la presencia de todos: titulares y reservas.

Sakuragi y Rukawa como capitán y sub-capitán avanzaban un paso por delante del equipo de Shohoku, el resto de los muchachos avanzaban serenos e inmutables tras sus pasos, con la mirada al frente, como si el mundo les perteneciera.

Los simpatizantes de Shohoku se encontraban en las gradas esperando con ansiedad conocer la formación del equipo. Para todos era una incógnita quien iba a sustituir a Rukawa, también ellos estaban convencidos de su marcha. Sakuragi no había permitido la entrada del personal ajeno al equipo, las practicas se llevaron a cabo a puerta cerrada y las ventanas habían sido veladas con paños para impedir la curiosidad de sus simpatizantes. Había pedido a todos por el bien del equipo que no se hablara de los que allí entrenaban. Su estrategia de juego tenía a todos en vilo.

Cuando comenzó la presentación de los dos equipos participantes y se dieron los nombres de la formación, todos pudieron escuchar que Rukawa no figuraba entre los titulares, en cambio, fue sustituido en su posición por uno de los reservas, unos justificaron su presencia allí porque seguía ejerciendo sus funciones de sub-capitán, otros que era incapaz de mantenerse apartado del basquetball y prefería estar en el banquillo, los más que llegaban a considerar su presencia como una forma deplorable de consuelo y hubo quienes declararon que su aspecto era enfermizo. Los comentarios respecto a él era de los más variados, ninguno se acercaba a la verdad.

La sorpresa llegó cuando durante los últimos quince minutos, Rukawa se levantó del banquillo y estuvo precalentando unos minutos. El entrenador Anzai sentado en  su asiento habitual, hizo un gesto solicitando una sustitución y cuando el nombre de Rukawa se oyó este se quitaba con parsimonia su chaqueta, dejándola caer en el banquillo donde había estado sentado hasta minutos antes.

Un sobrecogedor silencio alcanzó su entrada en la duela.

Rukawa se incorporó a la posición que ocupaba el agotado jugador, en sus manos estaba llevar a Shohoku a la victoria.

Si pensaron que Rukawa estaba acabado como jugador, pronto se dieron cuenta de su equivocación porque viéndole seguía siendo el mismo al que estaban acostumbrados a ver jugar. Veloz, acertado en sus juegos, contundente y tenaz cuando tenía el esférico en su poder, imbatible, no se dejaba alcanzar, no fallaba sus tiros de tres, ni sus tiros libres, soportando la presión a la que era sometido, le cometieron algunas faltas, él seguía remontando puntos en el marcador hasta sobrepasar los de sus rivales. Rukawa estaba siendo apoyado por el resto de sus compañeros y por Sakuragi, consiguiendo alcanzar el segundo final sobre la duela.

Su primer partido causó sensación.

Un clamoroso aplauso y su nombre coreado por muchas gargantas dejo constancia que el publico consideraba que la actuación de Rukawa fue apoteósica, que se trataba de un luchador nato y que nunca se dejaría vencer por la adversidad.

Por primera vez en su vida Rukawa se emocionó, su nombre pronunciado con admiración y fervor no lo consideró una molestia. Sakuragi le sonrió y cuando fue a su lado y tomó su mano alzándola en alto, todos puestos en pie golpeaban entre si los conos de plástico que sostenían en sus manos creando un sonido rítmico de exaltada victoria.

Los parabienes de la gente era suficiente aliciente para no dejarse deprimir por el infortunio. Sin embargo, lo que más le emocionó fue escuchar las palabras de Hanamichi.

-Siempre serás el número uno.

El recinto parecía estar vacío cuando todos enmudecieron ante la sonrisa más hermosa que pudieron contemplar.

Kaede sonreía y su sonrisa alcanzó sus ojos consiguiendo que su mirada se trasformara volviéndose cálida y suave.

-Gracias, Sakuragi.

-Hanamichi, para ti siempre Hanamichi...

Si el publico pensó que lo había visto todo, una vez más enmudecieron cuando vieron que Sakuragi abrazaba a Rukawa y le besaba apasionadamente.

Hubo desmayos entre las fans de Rukawa.

Kaede alzó sus manos enlazándolas en la nuca de su pelirrojo y respondiendo con igual ardor a su beso, sentía sus brazos sosteniéndole amorosos y cuando el beso concluyó apoyó su cabeza en su hombro, porque no deseaba separarse de su lado.

Con toda seguridad que todo Kanagawa no tardaría en enterarse que los jóvenes eran pareja. Sakuragi y Rukawa novios era una noticia espectacular, con seguridad que se expandiría como un reguero de pólvora al ser encendido.

Sendoh sentado en la última fila no se sorprendió excesivamente, llevaba un tiempo sabiendo que acabaría pasando. -se volvió a mirar al chico que estaba a su lado.

-Vamos a saludarles? -preguntó Hisashi, su mirada azulina estaba fija en su rostro, el amor que había entre ellos fue también una sorpresa para muchos.

A más de uno les costó admitir que pudieran mantener su relación, sin embargo, llevaban un año viviendo juntos y cada día que pasaban se amaban más.

-Si, vayamos.

Dejaron las gradas agarrados de la mano, dispuestos a felicitar a la nueva pareja. Cuando pasaron junto a la joven Akagi Haruko, escucharon que su acompañante, una jovencita le comentaba.

-No crees que hay demasiadas parejas gay? -dijo como si ese hecho le incomodara.

-Acaso te molesta? -preguntó Haruko suavemente.

-No... no... -se apresuró a decir al comprender que acababa de cometer un desliz al expresarse así.

-Disculpad... tengo que marchar -dijo Haruko levantándose y abandonando el grupo con el que estaba.

Yohei que estaba cerca escuchó que otra joven reprendía a la que había hablado con tal ligereza.

-Como se te ha ocurrido decirle eso, justamente a ella..., todas sabemos que su hermano sale con un chico.

-Lo olvide... -dijo con mínimo pesar.

Yohei se marchó e intentó alcanzarla.

-Hola... -saludó cuando llegó a su altura.

-Hola, Mito... -al verle su mirada húmeda resplandeció.

-Cuándo vas a llamarme por mi nombre? -preguntó.

-Algún día...

-Bueno... -se conformó- pero no esperes al nacimiento de nuestro primer hijo.

Haruko al oírle expresarse en esos términos se ruborizó.

-Que cosas dices... -lo miró turbada- Yohei.

Yohei sonrió feliz, abarcó el rostro de su noviecita entre sus manos y posó sus labios en su frente.

-Te haré feliz...

-Lo se..., ya lo soy...

Una mano pesada se apoyó sobre su hombro apartándole del lado de su novia.

-Qué libertades te estas tomando con mi hermana? -dijo Akagi sin soltarle.

-Las que ella me dió -respondió Yohei sin inmutarse ante la mole que tenía enfrente.

Akagi medio se volvió para confirmar esas palabras.

-Déjale tranquilo, es mi novio y no te atrevas a amenazarle -comentó porque sabía lo protector que era Takenori.

-Marchemos... -dijo Jun Uozumi agarrándole del codo- sin nos demoramos más no les encontraremos.

Akagi dudo unos segundos en dejarle libre, cuando lo hizo le susurró.

-Te estaré vigilando. -hizo como que servicial le alisaba la ropa.

Yohei solo sonrió. Su futuro cuñado le divertía.

-Que te dijo... -le preocupaba que intentará apartarle de su lado.

-Me dió la enhorabuena... -dijo pasándole el brazo por los hombros- Todos se dirigen a los vestuarios para felicitar a los novios. Si te parece bien, podemos dejarlo para otro día. Ni siquiera se darán cuenta que no estamos.

-Creo recordar que el vestuario es pequeño, estarán todos apiñados -dijo Haruko.

-Entonces marchémonos..., -al llegar al lugar donde había dejado su moto vió que faltaba.

-Te la han robado? -preguntó sorprendida por ese hecho.

-Creo que no... -se agachó a recoger un papel que sobresalía bajo una piedra- Se la ha llevado Hanamichi -comentó al leer el mensaje de disculpa- Parece que no somos los únicos en pensar en escabullirnos.

-Cómo ha podido hacerlo? Tiene llave?

-Hanamichi no necesita llaves para hacerla funcionar. -no le dijo que él le había enseñado.

-¡¡Oh!! -exclamó al comprender.

-Te molesta si vamos caminando hasta la estación? -preguntó inquieto porque no contaba con esa emergencia de Hanamichi.

-No... -se tomó de su brazo dispuesta a seguirle donde quisiera llevarla.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-Vas cómodo? -preguntó Hanamichi cuando dejaron atrás las instalaciones del colegio y emprendió la marcha carretera adelante.

-Si, lo estoy -respondió con su mejilla apoyada en su ancha espalda y con sus brazos rodeando su cintura y cruzando sus manos delante suyo para mantenerse agarrado a él con firmeza.

-Si estas muy cansado dímelo y nos paramos un rato hasta que reposes lo suficiente.

-Solo quiero llegar rápido a casa...

-De acuerdo... agárrate bien.

Hanamichi aceleró más de lo que le permitía las ordenanzas de circulación, tuvieron la fortuna de no cruzarse con ningún patrullero y media hora después se detenía junto al edificio de apartamentos donde Hanamichi vivía con su hermano y donde también se había trasladado Kaede a instancias de Hanamichi, convenciéndole de que era lo mejor para todos, él se evitaba pagar un alquiler y además tendría la seguridad de ser atendido con rapidez en caso de necesitar un servicio médico. Esas razones le convencieron.

-Que ha ocurrido? -preguntó Satou al verle llegar con Kaede en brazos.

-Nada preocupante..., se ha quedado dormido. -dijo con una sonrisa.

-Pudo resistirlo? -le preocupaba el joven.

-Si..., es un campeón nato. En diez minutos sentenció el partido a nuestro favor. Ganamos por dos puntos.

Satou se adelantó para abrirle la puerta del dormitorio.

-Gracias.

Satou cerró tras ellos.

Hanamichi le recostó en el lecho tras apartar la ropa y procedió a desvestirle, dejándole bien tapado para que no agarrara frío.

-No te vayas... -pidió sin despertar por completo.

-Necesitas alimentarte, voy a buscar tu cena.

Kaede se conformó. Algunos minutos después despertaba lo suficiente como para poder comer por si mismo. Hanamichi estuvo mirándole mientras comía, después cuando termino recogió la bandeja para llevársela.

-No tardo... -comentó.

Cuando regresó Kaede dormía nuevamente y siguió haciéndolo cuando se acostó a su lado y le rodeó con sus brazos. Como un gatito mimoso Kaede se envolvió sobre él con brazos y piernas. Sonrió ante su nueva forma de dormir, aquella era una innovación en sus costumbres, descansó su espalda contra el colchón, quedando Kaede acostado sobre él, acarició su mejilla con ternura, sus labios se posaron en la punta de su cabeza.

-Creí que dormías... -murmuró al sentir como su mano se deslizaba por su costado.

-Estoy dormido...

-No me lo parece... -sentía sus suaves besos en el pecho.

-Deseo agradecerte la confianza que tienes en mi.

-No es exactamente eso... -replicó.

-Ah no? Y qué es? -estaba seguro de conocer su respuesta, aun así deseaba oírla.

-Amor. No necesito tu agradecimiento. Solo deseo tener tu amor.

-Lo tienes, Hanamichi. Lo tienes -repitió acomodándose sobre su cuerpo compacto y firme. Lamentando que debido al esfuerzo realizado se sentía agotado y que por prescripción médica aún no podía demostrarle lo mucho que le amaba. Tenían que conformarse con estar juntos.

-Y tú el mío. -se sentía tan frustrado como Kaede. Era consciente que del mismo modo que Kaede había demostrado que no estaba vencido, algún día podría cogerle sin riesgos por parte de su kitsune.

-Aishiteru, Hanamichi... -murmuró medio adormilado.

-Aishiteru, Kaede... -respondió abrazándole más aún.

Se durmieron conscientes de que un futuro halagüeño les esperaba.

Fin

3 de abril de 2008

Paz

Notas finales: Deseaba escribir algo más dramático, pero fui incapaz. Un saludo y gracias por vuestra paciencia.

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