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[*Jardín de los Pecadores *] por hatsuki_chan

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Notas del fanfic:

mmm... otro de mis locos escritos ^w^....

Notas del capitulo:

Bueno, estoy salada XD!!, lo puse sobre donde existia anteriormente otro fic que escribi, suelo subir mis derrames cerebrales en un blog, pero prefiero subirlo aquí T_T pero desconosco el motivo del por que me rechaza al subirlos.

 

XD... en fin les dejo la historia...

EL Jardín DE LOS PECADORES

Por

Kitsune(hatsuki_chan)

 

El cálido sol alfombraba la ciudad, unos vacíos ojos verdes miraban el despeje de la neblina nocturna, con un cigarro sin encender en los labios, sentada cómodamente en la ventana, ignorando el ruido de aquella calle de mala muerte oculta entre esa ciudad podrida.

La luz se reflejo en el extraño dije celta que pendía de su cuello desnudo, entre las sabanas limpias de su cama un cuerpo desnudo se movía perezosamente, dejando ver la femenina silueta entre los pliegues.

El móvil en su chaqueta comenzaba a vibrar, sin necesidad de verificar sabia a la perfección quien estaba del otro lado de la línea, se bajo de la ventana y se vistió rápidamente, saco de su cartera unos billetes y lo dejo en el aparador junto a la cama.

-Para ser tan frívola, mueves el culo en cuanto suena ese tono -dijo la mujer que surgía entre las sabanas, dejando ver la ausencia de ropa y de lo que había sucedido la noche anterior, deteniéndole justo con la mano en el pomo de la puerta

Una mueca de burla se formo en los labios como respuesta al comentario innecesario, antes de salir al pasillo donde los escandalosos vecinos hacían su rutina, busco entre su chaqueta el mechero y encendió el cigarrillo dejando que el amargo humo consintiera en su boca.

Salía de entre los callejones, que le guiaban a los suburbios de la ciudad, donde los placeres estaban a la vuelta de la esquina, en esos lugares donde los nombres son olvidados y el dinero el único aliado, la sombra de una ciudad, como ella lo era en su vida.

El aroma a chocolate caliente era melancólico, la humedad del aire impregnaba en su rostro, tenía la mirada perdida entre las blanquecinas nubes que cruzaban por el claro cielo, dejo que el sabor dulzón inundara su paladar.

-Sabe tan bien...-musito a su soledad cerrando los ojos por unos instantes para olvidarse del mundo, pero la alarma del reloj de pulsera le recordó la realidad, se giro boca abajo para acomodarse el rifle y el dedo cerca del gatillo.

La imagen enviada a su móvil mostraba a un hombre mayor de aspecto soberbio y cabellos canosos, como de costumbre coloco después el telescopio para tenerle asegurado el objetivo que salía de un hotel acompañado de sus robustos guardaespaldas.

La limosina se estaciono frente al hotel, aquel hombre trajeado se disponía a subir, pero dio un paso antes de caer sin remedio al suelo, los guardaespaldas buscaban el problema, hasta encontrar el perfecto orificio humeante en su frente.

 

-Se... hoy hacia un día agradable- murmuro acomodando el mechón escarlata que escapaba, antes de cerrar el estuche oscuro con las letras Armani grabadas en el costado, el colgante tintineo sobre su pecho.

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La pantalla de plasma mostraba imágenes de un homicidio en la zona céntrica de la ciudad, frente a un prestigioso hotel, el occiso era el Senador Kraguer de 50 años de edad, unos pulcros dedos se extendieron para alcanzar el remoto para cambiar el canal.

Se giro en la cómoda silla de fino cuero, para ver hacia el ventanal, estando en el edificio más alto de la ciudad lograba obtener un panorama bastante irreal, más allá de lo que quedo tras la gran catástrofe provocada por la guerra del milenium, dejando la miseria de la humanidad entre las calles llenas de rencor.

-Llego el informe y el paquete fue enviado como ordeno- informo la asistente que entraba con pasos serenos hasta dejar la documentación sobre el fino y costoso escritorio de cristal, la persona sentada en el  sillón de cuero se giro dejando ver una sonrisa sesgada, jugando con un rizo de su cabello.

-Rion... que tenemos para hoy...- pregunto pausado, Rion hizo nota mental para acomodar la agenda apretada de la ejecutiva, buscando lo más importante.

-Srta. Baldivieru... hay una junta de emergencia con los proveedores, uno de los inversionistas acaba de desistir en seguir oponiéndose sobre el apoyo al proyecto Géminis-

-Eeeh... en serio - sonrió extensamente incorporándose de su cómodo asiento- tengo curiosidad de saber el motivo de su cambio-

-Como ordene Srta. Baldivieru- Rion dio una leve reverencia antes de salir de la oficina,  Baldivieru se sentó en la esquina del escritorio, mirando su mano izquierda donde un anillo decoraba uno de sus dedos.

Saco su móvil y dio remarcar escuchando el monótono tono del otro lado hasta que fue contestado, consciente de que la otra persona solo escucharía -No dejas de sorprenderme -sonrió con crueldad- espero te guste el obsequio que te envié...-hizo un breve pausa- hazte cargo de eso también, me llamas cuando este hecho-

-Srta. Baldivieru - Rion dio unos leves toques a la puerta, y vio salir a su jefa con una expresión llena de satisfacción.-Le están esperando...- la ejecutiva camino adelante y se detuvo por un momento.

-Has oído de la historia de los lirios del pantano-la ejecutiva comento vagamente, Rion negó tener dicho conocimiento.- no importa...-hizo girar el anillo en su dedo mientras se perdían con los ecos de sus paso por el pasillo.

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Incontable veces le había visto cruzar la puerta, pedir una taza de chocolate y sentarse en la última mesa de la esquina, llevando un libro de gruesa empastadura, donde aquella mirada verde como los prados se pierde lentamente entre la páginas, de vez en cuando una leve sonrisa se asoma por la comisura.

-¿Qué le sirvo?- interrumpió la mesera sus divagaciones, sobresaltando a la observadora.

-Este... bueno, un café con el especial de hoy-dijo con rapidez intentando ocultar su sonrojo al ser casi pillada.

-¿Algo más?-dijo la mesera apuntando en el cuadernillo sin prestarle mucha atención.

-Si... solo eso-suspiro al ver que se marchaba- dios... Sue pareces una niña- se reprendió quedamente y volvió sus ojos hacia la mesa encontrándose con una absorbente iris color jade, quedándose totalmente petrificada en su asiento.

-Demonios, me duele la cabeza -comento alguien entrando a la modesta cafetería- uno bien cargado jefe -indico al encargado y se dejo caer en el asiento frente a Sue-¿Cómo sobrevives en un empleo del asco?- argumento incrédula, hasta que noto que no le escuchaba- Sue...-chasqueo los dedos delante de ella, pero sin obtener respuesta.

Busco el motivo de aquella ensimismada expresión, no tardo mucho en descubrir a la joven sentada al final del lugar,  que se acomodaba las gafas de forma modesta y elegante, se volvió hacia Sue con una expresión burlona.

-Vaya... te gustan las tías de ese tipo -dijo en forma bastante clara que probablemente llego a oídos de la aludida, ya que Sue reacciono.

-Gladys, cállate- renegó Sue  bajando la cabeza avergonzada.- no conoces la palabra discreción- agrego deseando que el menú fuese más grande para ocultarle, la mesera esta vez sí les miraba con interés mientras dejaba sus pedidos.

-Mira que linda... la que lo dice-Gladys levanto una ceja recriminadora, haciendo claro que Sue no podía disimular nada bien-¿tú crees que es lesbiana? -

Sue escupió el café al escucharle decir eso tan a la ligera, que gracias a la hábil reacción de Gladys que uso la tarjeta del menú para no terminar mojada, provocándole un ataque de risa ante la reacción de su amiga.

Unos ojos esmeraldas se levantaron curiosos ante los ruidosos que eran los clientes de la mesa más lejana, sonrió al ver la interacción de aquellas chicas, hasta que su móvil sonó borrando su apacible expresión, pulso el botón aceptando la llamada y guardo silencio escuchando la familiar voz del otro lado.

El ir  y venir de las personas parecía interesante en el reflejo de su iris, corto la llamada y busco entre sus bolsillos unas monedas para pagar lo consumido,  camino como zombi hasta aparador y salió sin prestar atención a su entorno, ni notando la mirada de interés de aquella chica que sonreía apenada hacia unos momentos.

-Sue ¿Qué pasa?- pregunto Gladys al verle levantarse inesperadamente e ir hacia el lugar donde estaba aquella chica, descubriendo que el libro había sido olvidado.

-Olvido su libro -medio explico pasando junto a su amiga para alcanzar a la chica, al menos serviría de escusa para cruzar algunas palabras, ya que nunca le había escuchado- se fue...-murmuro decepcionada al ver el mar de personas que iban en todo los sentido, excepto aquella chica de cabellos escarlata.

Regreso con el semblante triste dejándose caer en su asiento, con el libro en mano como prueba de una oportunidad perdida.

-Eso se llama acoso- bromeo Gladys con una risita- Tranquila Sue, por que no revisas el libro quizás tenga su nombre, dirección o algo-

-Oh cierto- dijo Sue más animada.

-No lo habías pensado- comento incrédula Gladys comiendo el desayuno, para ser precisos el de Sue-  si que eres distraída-

-Oh!- se palmeo la frente como si acabase de acordarse de algo y así era-  Gladys te encargas, tengo algo pendiente, nos vemos en casa- y salió rápidamente.

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Llevo  lentamente un cigarro a sus labios, pero ni se molesto en encenderlo, guardo sus pálidas manos en los bolsillos de la chaqueta color cobrizo como sus largos cabellos que cubrían sus ojos aislándole del mundo que pasaba alrededor.

Una modesta nevada descendió en las movidas calles de la ciudad, se acumulaba sobre sus hombros mientras sacudía sus botas en la entrada del complejo de habitaciones, el guardia dormía en la entrada sobre una vieja silla de madera.

El buzón de su departamento rebozaba de sobres de cuentas pendientes y diarios atrasados, que fue descartando hasta encontrar un sobre negro con un sello peculiar de cera negra, este lo guardo entre su chaqueta devolviendo el resto en el buzón con el numero 606.

Subió de tres  en tres los escalones, para llegar al noveno piso donde al final de las escaleras había una persona recargada en el barandal, el sutil perfume  indicaba una presencia femenina, que se incorporo al escucharle subir.

-Cuanto tiempo sin vernos-saludo la mujer con un gesto de cortesía- Jude -

La aludida sonrió amable, ocultando la sorpresa de este encuentro, Claer Lewys era una amiga de la infancia, una que deseaba olvidar por completo tras eventos que solo le daban remordimientos eternos en su inquieto corazón.

-Sí, bastante tiempo- acepto diplomáticamente mientras terminaba de subir e ir por el pasillo seguida de Claer, metió la llave en la chapa descubriendo que no abría la puerta- oh que raro...-comento pensativamente.

-Vaya, suele pasar cuando te ausentas y no pagas la renta- explico Claer sacando una llave diferente para intentar abrir, la cual cedió con mas gentileza de la que portaba Jude- vez... ¿Puedo pasar?- sin esperar respuesta entro.

-Supongo que sí- musito Jude cerrando tras de ella- ¿Qué deseas?- pregunto con desconfianza, haciendo que Claer se detuviera en su meticulosa inspección.

-No me mires así- pidió burlonamente-  me costó mucho encontrarte... parece que te escondieras de algo-se inclino para ver el viejo porta retrato que carecía de foto- o de alguien- tomo el porta retrato empolvado, pero le fue arrebatado bruscamente de los dedos.

Jude dejo la expresión amistosa y se puso arisca, Claer podía distinguir el cambio de humor en la hermosa pelirroja, se sintió algo aliviada al ver que no había cambiado, a pesar de esa aura oscura que le rodeaba ahora.

-Di- exigió en voz queda, mientras volvía el objeto en su lugar-¿Qué quieres?-

-Tengo muchas respuestas a esa pregunta- admitió Claer caminando hacia el sofá donde se dejo caer sin más- tú estas entre esas, pero necesito ayuda profesionalmente-

Jude se le quedo mirando y comenzó a reír, haciendo que Claer se intrigara a tan inesperada reacción.-Profesionalmente...-dijo Jude con ironía- no sé; en qué te puede ayudar una desempleada, que apenas puede pagar su renta, ya deje eso -

-Ooh... ya veo, tal vez me equivoque- pensó en voz alta Claer recostándose para ver el techo descolorido- pague un buen detective para rastrearte, es curioso que antes de que me dijera tu ubicación desapareciera al día siguiente, Jude lo siento... se que tienes poco de a ver salido -su voz sonó preocupada.- sabes que somos amigas puedes contar conmigo.-

Una mirada que da entender que el mundo no importa, ese tipo de luz tenían los ojos verdes que reflejaban el rostro jovial de Claer, una sonrisa sesgada mientras enredaba entre sus dedos un mechón en forma pensativa, cambio su atención hacia la polvorienta ventana y dejo salir un suspiro aburrido. Jude pudo creer en otro tiempo esas palabras y ser engañada por ese tono.

-Claer... - en un movimiento ágil se encontraba sobre ella, el aliento cálido de Jude rosaba su rostro, Claer ni siquiera le vio venir hasta sentir el modesto peso sobre su cuerpo haciendo rechinar un poco el sofá para aceptar el nuevo usuario

- Sabes... - pasó levemente sus labios sobre los de Claer- como actriz te llevarías el Oscar... será mejor que me digas que quieres o tendré que mostrarte a donde fueron tus fondos invertidos, en una búsqueda inútil-

-Vaya... -rió Claer mirándose en el iris sagaz de Jude-  debe suponer que la prisión te hizo más peligrosa- comento con sorna, sacando el arma en rendición, el filo de la navaja en su nuca fue retirado.

-Que hace una estrella de las noticias con esta cosa- ironizó Jade palpando la pistola semiautomática- ahora, puedes decirme que quieres de mi-

-Vale soy una mujer, debo protegerme-suspiro cansada- quiero la cabeza de Sawsha -

-El obispo -recordó Jude guardándose el arma, Claer tuvo que desistir de pedirla de vuelta.

-Vaya lees el periódico- le miro con curiosidad, Jude se encogió de hombros.

-No- encendió su cigarro- lo uso para que haga el gato-

Claer levanto una ceja oscura ante el comentario- Ni siquiera tienes gatos -y agrego molesta- eres alérgica a ellos-

- Desaparecer a al obispo, que pasa... ¿Se opone a la prensa sensacionalista?- Jude embromó  perezosamente ante la idea- Dios te castigara- dijo soltando el espeso humo en forma de aros.

- Jajaja vaya es gracioso escuchar eso de un ateo- se reclino un poco y coloco su mejilla sobre la mano- no me refiero a eso, quiero que encuentres los trapos sucios de este viejo pervertido, y yo los pondré de lo lindo en el diario, para que se orine en su toga cuando beba el vino-

-No hago ni lo uno ni lo otro, Claer, me retire de esto- Jude apago el cigarrillo en la repisa en la que se recargaba- te han dicho que tienes una mente retorcida-

-Culpable...-admitió Clear cruzando sus piernas- al menos no te quejabas cuando tomabas el control- ronroneo dejando claro cuan intimas llegaron ser, caminando hacia Jude para robarle el cigarrillo que sacaba.- me pregunto quién se cargaría al senador...-

Espero una seña tras decirlo, pero Jude actuaba como si nada, no cabía duda que aquel trabajo lo había hecho un profesional, sin conexión, ni rastro, limpio y pulcro dándole una muerte rápida y efectiva, Clear sabia que alguien que manejara un trabajo así, solo sería la bella mujer a su lado.

-Quiero el 30%...- oferto Jude sin más vuelta, Claer tosió el humo ante la suma.

-Bromeas el 30, te puedo ofrecer el 10, Jude- luego se arrepintió de sus palabras, dejando en evidencia de que no era por la noticia; si no que había otro cliente tras del asunto, Jude sonrió victoriosa- mierda... de acuerdo el 20%-vio que no se convencía- el 25% no puedo ofrecerte más...- se pego a Jude lascivamente- con un bono extra-

-Paso del  bono - Jude se alejo un poco- acepto el trabajo -saco su móvil y se lo extendió, ahí había una pequeña ranura donde podría deslizar una tarjeta.

-¿Desconfías de mi? - Clear fingió sentirse herida, pero no causo ningún efecto en Jude que seguía esperando con algo de impaciencia- Te has vuelto algo rastrera- gruño saco el bolso para buscar una tarjeta metálica que paso velozmente por la ranura.

-Gracias por solicitar nuestros servicios, le esperamos para su próxima negociación- comento Jude sonriente mientras revisaba la información bancaria y los datos adjuntos, la imagen del famoso obispo que apoyaba a la resistencia apareció en la diminuta pantalla.

-Púdrete- refunfuño Claer, recogiendo sus cosas para salir- más vale que me tengas eso para mañana en la oficina-

-¿Entrega a domicilio?-decía Jude sorprendida- eso no estaba en el....- vio que le lanzo algo y lo atrapo en el aire, era la llave con la que entraron.

-No puedes retractarte, deberías estar agradecida- le guiño un ojo antes de cerrar la puerta, dejándola sola en aquel basurero llamado departamento.

Dijo unas maldiciones y pateo la pared cerca de la repisa, una tabla cayo dejando ver un diminuto arsenal, que fue guardando en una maleta de viaje, definitivamente ese día seria el ultimo en usar el departamento.

---

"En un hermoso prado que llevaba a una colina, un enorme árbol de hojas rojizas que descendían como lluvia bajo la hierba, justo en ese lugar donde una pequeña se abrazaba con amor así mismas,  reflejándose con ternura en su propia mirada.

-Prometo... protegerte siempre- jura solemne mientras se besa la frente.

-En serio...-agradece su otro yo con una sonrisa soñolienta- podre verme eternamente... en tus ojos-

Una luz resplandecía a la distancia, tan cegadora que el sol quedaba obsoleto a su lado, las dos bellas criaturas quedaron atrapadas en su intensidad, para tragarles en una abismal oscuridad, donde la cordura y las promesas se olvidaron.

Donde dos lirios sobrevivieron nutriéndose del oscuro pantano que les veía crecer, hasta que una comenzara a devorar la otra con dolorosa lentitud, mientras desaparecía sin oponerse ante la otra, que sin piedad acabaría su existencia."

Abrió los ojos encontrándose con el leve sonido de aire acondicionado, las sedosas sabanas cubriendo la desnudes de su estilizado cuerpo, que se deslizaron entre las curvas de su estrecha cadera, una sonrisa amarga adorno sus delicadas facciones.

El día ni siquiera daba indicios de comenzar, sin embargo consciente de que no conciliaría el sueño de nuevo, salió de la enorme cama, donde sus pasos eran ahogados por la oscura alfombra bajo sus delicados pies.

Con un botón las cortinas se corrieron dejando ver la ciudad dormida, sin cubrirse se recargo sobre el cristal que mantenía la temperatura en el interior de la habitación, suspiro generosamente empañando sutilmente el vidrio.

-¿Qué estarás haciendo en estos momentos?- susurro sosteniendo el diminuto celular, deseando que sonara alguna vez por motivos diferentes o tal vez llamar sin abrir más las heridas- mi querido lirio...-se mordió el labio hasta que sintió el sabor amargo de la sangre.

Una luz verde parpadea en la pared, su atención cambio y murmura algo, una pantalla se enciende y la imagen de Rion se hace presente, con ese traje de asistente que le hace ver seria tras las delgadas gafas.

-Buenas noches, Srta. Baldivieru, siento despertarle pero tenemos una emergencia en el laboratorio-

-Rion, ¿ A caso nunca andas informal?- cuestiono Baldivieru mientras caminaba hacia la cama para sentarse, vio que la secretaria desviaba modestamente la mirada.

-Lo siento, quiere que me cambie- sugirió rápidamente, como si buscase la aceptación de su superior. Baldivieru dejo escapar una agradable risita de su garganta, sorprendiendo a su asistente que se acomodaba las gafas.

-Solo bromeaba- dijo buscando una bata para cubrirse- Muéstrame el problema - indico, una segunda pantalla se abrió mostrando un sin número de formulas y cámaras de unos estéticos laboratorios; hombres, mujeres en batas blancas iba y venían desesperado para mantener bajo control la situación.

-Parece que hay una fuga de información, el código ha sido deliberadamente alterado -explicó Rion preocupada- el proyecto Géminis está intacto, pero sigue dando efectos secundarios, en los sujetos A y C, tengo un equipo buscando al que provoco el incidente -

-Rion -la asistente seguía explicándole los detalles técnicos- Rion -

-Sí, Srta. Baldivieru - detuvo sus argumentos esperando las órdenes de su jefa.

-En cuanto tiempo llegarías aquí -inquirió Baldivieru llenando un vaso con agua.

-Voy en camino, Srta. Baldivieru- respondió tenuemente, como si intentase evitar algo evidente.

- Oh- una sonrisa oculta por el vaso de cristal tras escucharla- Eres muy eficiente, Rion- elogio.

-Gracias, Srta. Baldivieru-

-Perfecto, fin del conferencia- las pantallas se cerraron volviendo su atención al exterior, donde una ciudad en ruinas reclamaba por renacer- incluso yo tengo necesito un descanso... tendrás que esperar- dijo como si le hablase, pronto el monitor de cámaras, muestra el uso del ascensor.- Acceso a Rion Stuart-

Las puertas de seguridad se abrieron dejando entrar a la asistente, que paso el carnet por la ranura de clave y le dejo pasar.

-Buenas noches - hizo su usual reverencia en respeto a la mujer semidesnuda frente a ella.

-Ya casi amanece -comento vagamente Baldivieru cambiando su mirada sobre Rion y sonrió - Me harás compañía hasta que el sol salga- le extendió la mano en oferta, Rion camino hasta donde se encontraba y la envolvió con sus manos.

-Por supuesto...- le beso los nudillos con devoción, mismo que se fue extendiendo por el brazo hasta abrazarse a ella- Jean-dejo escapar el nombre en un suspiro.

---

"Porque dejarse morir sin más, por que rendirse sin luchar, dejando que se extinga esa amable calidez en medio de la oscuridad, donde se va apagando por voluntad propia, acaso es una muestra de amor, por ver vivir al ser más importante de su corazón acosta de la suya.

Que lirios más hermosos... que se alimenta de la sangre que se disuelve venenosa en el pantano, esos lirios tan iguales que no se distinguen uno del otro más que entre ellas, que carmesí color cubre sus pétalos y pequeñas matices verdes como lagrimas adornan sus hojas."

La navaja resplandeció  a la luz del farol mientras cortaba un costado del sobre, una diminuta nota y un chip de datos, Jude suspiro un poco agotada, tenía que dejarlo para después, por ahora había logrado introducirse a la custodiada mansión de obispo.

Lo que Claer le dio; se quedaba corto, el lugar estaba realmente custodiado. -Te has ganado demasiados amigos- comento trepando  uno de los frondosos árboles, antes de que un guardia pasara.

Brinco hasta la marquesina, lanzo pequeños trozos de comida para perro distrayendo los caninos que rondaban en el patio, cruzo de un árbol a otro buscando una ventana abierta, la casa era de tres plantas, hasta que logro introducirse.

-Veamos...-se bajo el visor nocturno encontrando detector de movimientos, levanto una ceja en cuestión la ver tantos detalles en la seguridad- lo que causa el miedo...-ironizo mientras esquivaba las líneas ahora visibles que activarían la alarma.

El ojo izquierdo le mostraba el mapa del edificio, Claer realmente tenía buenas fuentes, pero en aquel lugar cualquiera se vendía por buena pasta, sonrió en ironía pues; incluso ella tenía un precio.

Se deslizo hasta el despacho esquivando las cámaras de vigilancia, un tablero numérico se oponía a su entrada, nada que una tarjeta magnetizada con infinidad de códigos no arreglara, consiguiendo desatrancar la puerta con elegancia, sin embargo no podía fiarse de ello.

Aunque para su dudosa sorpresa aquel lugar estaba limpio, tomando precaucione evitó la parte céntrica que llevaba al escritorio, al estar segura de que nada delataría su presencia, prosiguió a inspeccionar rápida y meticulosamente, buscando algo fuera de lo ordinario.

Los cajones tenían doble superficie aunque no encontró nada llamativo, la mente humana puede ser muy retorcida y si es algo realmente escabroso lo oculta de un modo bastante inteligente, Jude no le dio mucho crédito al obispo y entre el librero descubrió una obra literaria que no encajaba en esa sección.

-Bingo...- saco el grueso libro descubriendo  un chips audiovisual, el diminuto fragmento había sido envuelto cuidadosamente y oculto en una ranura de la gruesa pasta, pensó que debía ser importante como para tomarse las molestias.

Destapo su reloj de pulsera, en donde había un lector, así sabría como valorar la información, pero un ruido distrajo su labor, un sonido que se asemejaba mas a un gemido, provenía de una puerta en medio de los libreros.

Una luz parpadeante se reflejaba por debajo de la puerta, que en realidad estaba entre abierta, a Jude no le sorprendía en lo absoluto, el hallazgo que inesperadamente estaba presenciando, aunque su expresión se torno vacía por un momento.

-Ara... ara...-musito Jude encendiendo el Rec de su visor, si el chip tenía información valiosa lo que estaba gravando podría ser usado, el respetable obispo tenia debilidades carnales muy retorcidas, aunque algo obvias, sodomizar jóvenes a sus placeres libidinosos era casi un tema común.

Considerando que tenia lo necesario, vio los números florecientes del reloj indicándole que llevaba unos 15 minutos, era tiempo de marcharse, abrió la ventana; un árbol ofrecía generoso sus ramas para saltar de ahí, solo que un olor familiar le detuvo.

-Joder...-gruño por lo bajo al saber que aquel olor le complicaba las cosas * pólvora *, pronto se escucho el alboroto de aquella habitación oculta, una figura ennegrecida salir y toparse con ella, parecía que esa noche, alguien más había decidido jugar al ratón.

Maldijo por lo bajo al encontrarse como tiro al blanco, el otro intruso le apuntaba con el arma, dedujo que estaba tan sorprendido como ella,  pues reacciono lento cuando le lanzo el libro para poder salir de ahí.

Se tiro debajo del escritorio para evitar los disparos que se amortiguaban con el silenciador, rodo por debajo del escritorio,  se arrastro por la alfombra intentando deducir donde estaba su inesperado oponente.

Jude no tardo mucho en encontrarlo, pues apenas rozo una bala por su mejilla, que afortunadamente no le abrió un respiradero,  impulsándose con las manos logro patearle el abdomen para aturdirle y hacerle perder el arma.

Intercepto una patada que iba hacia la cabeza, era un asesino experimentado, la técnica de sus ataques eran limpios y mortales, como el enorme cuchillo que maniobraba, apenas le daba espacio para moverse, sacar el arma iba ser pérdida de tiempo, así que Jude opto por la pelea cuerpo a cuerpo.

*Claro... no dejar testigos* eso le incluía a ella, había algo curioso; a pesar de que no era muy grande y de hecho era esbelto; tenía mucha fuerza y un experto en las artes marciales. Jude encontró un espacio y se escurrió pegándole en el plexo solar, provocándole un sofocante aturdimiento.

El reloj dio un pitido enviando la señal al visor, 5 minutos de retraso, a esas alturas la seguridad del lugar ya habría notado que había intrusos, así que la discreción se fue al retrete, sin más empujo un librero contra el oponente aún turbado.

 Ahora o nunca, pensó Jude retornando hacia la ventana, antes de que el pequeño escándalo atrajera a  los guardaespaldas,  pero algo le rodeo el cuello e instintivamente puso la mano protegiéndose de ser ahorcada, pudo sentir el fino hilo; antes de que cayera por el fuerte tirón del enemigo.

*No piensas dejarme ir... ¿Eh?*

Otro tirón más le arrastro un poco, rápidamente le tenía ahorcajadas sobre su estomago para apretar la soga, Jude sacudió la muñequera, unas filosas navajas salieron, el sujeto se cubrió con el brazo; donde se encajaron ordenadamente.

-Lo siento, no me gustan las citas a ciegas - aprovechando el momento le propino otra patada, corrió hacia la ventana, dando un salto temerario, llevándose el decorativo cristal, haciéndolo pedazos, no había tiempo para ser quisquillosos, los guardas ya habían tumbado la puerta y comenzado a disparar como confeti.

Los perros estaban adormecidos, lo cual ya era algo de ventaja, Jude rodo por el pasto, las luces de los enormes faroles alumbraron el patio, podía escuchar a los incompetentes guardias discutir peinando la zona.

Para ese entonces Jude estaba del otro lado de la barda y dirigiéndose a un solitario callejón, deteniéndose frente al contenedor de basura, el cual empujo revelando una motocicleta, monto su caballo de acero y se apresuro alejarse rápidamente.

-Marcando usuario 3 -ordeno atreves del casco, un par de tonos zumbaron en los auriculares, hasta que una voz femenina fluyo en su lugar.

-¿Si diga?-

-Voy para allá -informo Jude sin explicación previa.

-¿JB?-dudo la otra mujer al escuchar la voz- estoy en mi trabajo -hizo una pausa sabiendo que poco le importaría- ve a mi casa, la dirección es...-

Jude acelero en el tramo recto de la carretera, tomando la curva cerrada antes del cambio de luz, sintió un escozor en el rostro y la humedad empapar la mejilla, aquella bala le había cortado la piel.

---

Se escucha el pitido del censor, la puerta se abrió perezosamente.-Ya vine -anunció mientras se quitaba los zapatos en la entrada, camino descalza por el pasillo-¿Sue?-

- Hey aquí en la sala...-vino la opaca respuesta, descubriendo a su compañera de cuarto enfrascada en las páginas de un libro.

-Vaya que noche de perros- dijo Gladys dejándose caer sobre el mueble junto a Sue- hoy unos tipos en el bar pelearon, ni siquiera los de seguridad pudieron controlarlos, una de las bailarías cayo del escenario, incluso yo alcance golpes- vino la queja señalándose el brazo vendado.-ser Strippers es una joda -

-Deberías cambiar de empleo -sugirió Sue cambiando de pagina, Gladys resoplo buscando el mando para encender el televisor.

-No todos tenemos suerte -comento Gladys distraída en los diferentes canales- a veces tenemos que trabajar en cosas que no nos gusta...-suspiro agotada apagando de nuevo el aparato y levantándose.

Sue aparto sus ojos de la lectura, para ver a su amiga algo ensimismada dirigirse a la cocina, Sue le siguió hasta ahí.

-¿Quieres hablar?- invitó amablemente, Gladys sonrió apenada y negó metiendo la cabeza en el frigorífico- Puedo conseguirte un puesto en donde trabajo...-propuso esperando poder ayudar en algo.

-Nah, tranquila, solo me estoy quejando -repuso Gladys sacando un pedazo de pizza.

-Quieres que te prepare un café- sin esperar respuesta Sue encendió la cafetera y fue por un par de tazas a la alacena, se levanto de puntitas para alcanzarlas, Gladys estallo en risa al ver aquello.

-¿Quieres una escalera?-dijo en broma, Sue le saco la lengua en fastidio y termino de servir el oscuro liquido para darle su tasa correspondiente, pero una mueca de dolor se reflejo en el rostro de Sue al estirar el brazo, a la stripper le pareció raro.

- Oh esto -indico Sue su brazo bajándose las mangas de la sudadera restándole importancia- un accidente en el trabajo también -rio avergonzada por su torpeza.

- Y no me dices nada, venga te voy a curar - reprendió su amiga- incluso yo tuve que ir al hospital por esto-refiriéndose a su propio brazo.

-No es necesario, ya me cure solita-pero Gladys hizo oídos sordos y regreso con el botiquín.- te digo que no es nada-

Gladys le levanto la manga ignorando las objeciones de su amiga, quito la gasa que cubría la piel, le miro confundida mientras pasaba un algodón con antiséptico.

-¿Qué? Te ataco una grapadora - dijo examinando seriamente la herida- deberías ir al hospital, se ven profundas -sugirió nuevamente mientras terminaba de limpiar y volver a vendarle.

-Si mamá -canturrio Sue en broma, pero Gladys seguía concentrada- de acuerdo mañana iré... lo prometo-

Tras cenar amenamente, cada quien se perdió en su habitación, Sue recogió el libro de la sala para continuar leyéndolo, era el que aquella chica había olvidado en el restaurant de comida rápida, era una curiosa obra, sin título ni autor, sintió curiosidad por saber quien lo había escrito.

-Debería buscarlo en los archivos... mañana- dijo pensativamente mientras retomaba la lectura-

"Admiro el deseo de vivir y el amor por morir, la promesa de salvar y la voluntad de condenar, un duelo dividido por una línea invisible, de dos semejantes entre sus distintos sueños.

Dos lirios abandonados en las garras del infierno, dos lirios que harán crecer espinas en donde no deberían existir, sangraran mutuamente y yo sangrare con ellas, enterrare sus secretos que están ligados a mí... con un deseo pecaminoso tras la verde mirada, que me refleja."

Unos toques en la puerta le interrumpieron.

-Si adelante-

-Oye Sue... mmm- parecía pensar sus palabras-¿Qué lees?-

-oh... bueno tenia curiosidad- le mostro el libro y le sonrió con la timidez que le precede-¿Qué pasa?- Gladys le miro por un momento como si tratase de cerciorarse de algo- ¿Gladys?-insistió Sue al sentirse observada.

-No, nada... solo imaginaciones mías-dijo sacudiendo la idea y cerró la puerta- alguien como tú, no rondaría esas calles- comento para si, tras cerrar la puerta.

La expresión de la rubia se torno seria ante el comentario de su compañera de cuarto, cerro el libro pensativamente, dejándose caer en la cama.

-Alguien como yo...-repitió con voz seca, apago las luces y se quedo mirando el techo, extendió el brazo como si deseara atrapar las sombras que entraban por la ventana, sus dedos se fueron cerrando en puño- claro...-bufó Sue esperando que el sueño viniera pronto.

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Entro apresuradamente a la casa, aseguro la puerta al estar en el interior,  en el camino se fue deshaciendo del abrigo y de las altas zapatillas, no había luces encendidas por lo cual dudo si había alguien en casa.

Los faroles de los autos alumbraban levemente al pasar, permitiéndole ver la silueta parada en el living, se asusto por un momento.

-Me sorprende que dieras tu dirección a un extraño- observo Jude dándose la vuelta, para encontrarse con la otra mujer.

-Tú y yo somos muchas cosas, excepto extraños- reconoció la mujer que seguía recargada en el marco de la puerta- tuviste una noche agitada- refiriéndose a la herida del rostro.- sígueme -

En silencio le acompaño hasta la habitación, se sentó en la orilla de la cama, mientras que la otra mujer se perdía en la puerta del baño, Jude se quito la chaqueta y los guantes, descubriendo la pequeña laceración causada por la cuerda.

-Siento lo de esta mañana- dijo Jude  limpiándose la mejilla.

-No somos amantes- recordó la mujer saliendo con ropa de dormir, ella había hecho el comentario sin más cuando abandono el cuarto de hotel esa mañana- solo eres mi cliente y pagas bien-

-Ya - acepto el botiquín sacando el pequeño botellita de antiséptico, cortando pequeñas gasitas para cubrir la piel lastimada.

-Deja te ayudo...- se sentó sobre las piernas de Jude y comenzó a limpiarle con cuidado, una bandita invisible cubrió el raspón de la mejilla- listo...- se quedo un momento mirando los ojos verdes.

-Gracias- dijo con simpleza Jude- ¿Mariska?-indago al ver que no se movía.

-Porque alguien tan hermosa, paga por los placeres de una noche- dijo intrigada Mariska- podrías tener a quién quisieras- los ojos verdes se oscurecieron peligrosamente, Mariska sintió un escalofrió de advertencia- lo siento, es algo que no me incumbe-

Mariska se levanto recogiendo todo lo utilizado, devolviéndolo a al baño.

-Puedo quedarme aquí, esta noche- pidió Jude inesperadamente.

-Claro...-vino la opaca respuesta desde el baño, al salir encontró vacía la habitación, no tuvo que buscar mucho para encontrar a la bella pelirroja tirada sobre el sofá - pensé que dormirías en la cama-

-Seria abusar de tu cortesía- explicó Jude sentándose- solo será por esta noche- prometió con media sonrisa.

-Lo sé... venga... la cama es más cómoda- invitó con la mano extendida para acentuar la oferta- prometo no hacer nada-bromeo, haciendo reír levemente a Jude que acepto.

- De acuerdo -dejándose llevar por Mariska hasta la alcoba, en aquel tranquilo silencio, Jude se quedo viendo las sombras creadas por el farol de la calle.

-Va ser la última vez que nos veremos ¿verdad?- susurro Mariska que hacía rato fingía dormir, mirando el perfil de la otra mujer.

-Si -admitió Jude acostándose de lado para permitirle ver a su acompañante- involucrarte conmigo, en forma personal podría tener consecuencia -

Mariska se acerco más hasta subirse sobre Jude, hasta sentarse sobre su abdomen, sin decir nada fue desatándose el camisón ante los curiosos ojos de Jude, dejando expuesta la suave piel que conocía perfectamente.

-Creo que...- Jude intento hablar, pero el dedo de Mariska retuvo su réplica.

-Sin compromisos...-concedió Mariska que muy en el fondo de había enamorado de la bella mujer debajo de ella, en el momento que le vio entrar al club nocturno sabía que era una persona atormentada, jamás existiría nada; sus mundos era muy diferentes- solo por esta noche... seremos solo amigas... solo... amantes de ocasión-

Mariska se abrazo a ella sintiendo que su cuerpo se erizaba, anticipándose a lo que seguiría a continuación.

-Amigas...-repitió mudamente Jude sintiendo un ligero recuerdo, que se perdió entre los gemidos sutiles.

 

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Claer entro a su oficina para empezar un nuevo día,  era tan temprano que solo los de limpieza rondaban los pasillos, casi se le cae el café instantáneo al ver una inesperada presencia sentada en su cómodo asiento.

-¡¡Mierda!! Me asustaste- dijo Claer tirando el saco sobre la silla e intentando limpiarse, las gotitas del café.

-Buen Día, para ti también- decía Jude poniéndose de pie, reprimiendo una risa al ver la expresión de aflicción en Claer- entrega a domicilio- señalo el pequeño sobre.

-Vale... vale- Claer se sentó en donde había estado Jude y abrió el sobre- caray acaso te tomaste tu tiempo- el chip fue introducido en lector, pero dejo su atención a la información al ver las diapositivas- Joooo.... Vaya parece que el obispo no pierde sus tradiciones-

-¿Qué harás con eso?-curioseo Jude sentándose en la esquina del escritorio, Claer sonrió y se reclino en su silla.

-Lo siento, no puedo decirte-

-Ok, no hay problema...-Jude se encogió de hombros y se dirigió a la salida no sin antes detenerse y otorgarle una sonrisa jovial- por cierto...tengo un bono extra-

-¿Uhm? ¿Qué?- pregunto Claer distraída en pasar los datos por vía mail a otro remitente.

-Dudo que el obispo le importe si publicas eso-soltó inesperadamente, Claer  detuvo lo que hacía prestando atención, su mente voló por muchas ideas hasta que se le ensancharon los ojos ante  una, idea en particular.

-Oh Jude dime que no te has cargado al viejo ese- salto literalmente del asiento, presintiendo que los planes se estropearon.

-Nop-  Jude confirmo sus sospechas- alguien más lo hizo, yo... bueno solo pasaba por ahí- tras decir eso salió de la oficina.

-¡¡Con una mierda!!- escucho vociferar a Claer del otro lado de la puerta.-¡¡Jude!!  Espera... Judee-Claer salió pero no había nadie- Demonios...-

Jude se acomodo la boina y coloco sus lentes oscuros, pincho el botón del ascensor pero este apenas comenzaba a subir desde el último piso, un poco impaciente opto por las escaleras y fue al siguiente pasillo, justo en ese momento se abrió otra puerta del ascensor.

Sue salió con el montón de paquetes de mensajería, llego unos minutos más temprano de la jornada laboral.

-Disculpa no has visto a una mujer, así de alta y de cabellos rojos- explico una mujer de porte autoritario, Sue se fijo en el gafete y era su jefa.

-Buen Día, Srta. Lewys-dijo educadamente antes de responder- no he visto a alguien así, recién acabo de llegar, ¿Quiere que le busque?-

-Maldición-Claer dijo por lo bajo y suspiro resignándose- no es necesario... continua por favor- le dio paso a la joven rubia que mantenía el equilibrio de lo que cargaba, no recordaba a una empleada tan bonita.-Disculpa...-

-¿Si?-

-¿Qué te paso? - Claer noto el vendaje en el brazo.- si estaban incapacitada, hubieras informado a Asuntos de Personal-

-Ah, no es nada, fue un accidente en casa - Sue sonrió amablemente  acomodando lo que cargaba- me caí en casa, por intentar arreglar una ventana-explico- ¿Desea que haga algo por usted?-

-No...-Claer le miro pensativamente- puedes continuar entonces-algo tenia aquella chica que no le agradaba- me debo estar haciendo vieja...-murmuro para sí, siguiendo con la mirada el andar sereno de Sue.

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Jude dio paso fuera del edificio, abrió su móvil encontrando una video llamada perdida, abrió el archivo, encontrando el rostro familiar del otro lado; acompañada de la voz ronroneando y peligrosa, dirigiéndole unas palabras austeras.

Su semblante se volvió estoico, mientras escuchaba el mensaje con atención, notando las bellas facciones de la mujer que jugaba con su  espeso cabello, mientras ordenaba con frialdad, tomar la vida de otros, sin siquiera inmutar su perfección.

Cerró el móvil al igual que sus apagados ojos verdes, antes de dar un paso y mezclarse entre la multitud.

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-Un día decidí conocer el mundo... pero era demasiado pequeña para salir más allá de las tierras que me vieron nacer, así que jugaba en un hermoso jardín imaginando que era otro mundo.... Mi mundo... pero descubrí algo más... un pantano oculto entre todo aquella belleza.... - recito pensativamente, pero no veía el libro, era como si conociese cada palabra que  yacía entre las paginas.

-Srta. Baldivieru -interrumpió dudosa su asistente, tocando levemente la puerta de la oficina.- Siento interrumpirla -

-De ninguna manera...-dijo Baldivieru acariciando la portada oscura del viejo libro- solo estaba... recordando cosas- sonrió amargamente, su rostro cambio rápidamente; retomando esa sonrisa encantadora- ¿Qué me tienes?-

-Tenemos a uno de los saboteadores, aunque -no sabía cómo decirle a su jefa que el otro escapo, quien robo uno de los sueros en los que trabajaba.

-Ya...- Baldivieru giro en su silla- tranquila...- mientras que rizaba un mechón de cabello- iré a conversar con nuestro amigo...-

El pasillo se volvía más angosto, el olor etílico más fuerte,  el aire más frio, Baldivieru coloco su palma sobre el detector digital, la puerta de metal se abrió tras reconocerle, Rion le acompañaba en silencio, casi como si fuese una sombra.

Las luces pálidas se encendieron, mostrando una habitación tan blanca y pulcra que en cegaba momentáneamente,  el lugar estaba casi vacío, un enorme espejo en la pared ajunta, un asiento grande donde una persona permanecía inmovilizada, una mesa frente a ella.

-Un placer Dr. Konvilton - la voz de Baldivieru sonaba entretenida, el hombre le miro sorprendido y asustado, no podía hablar, pues la sustancia intravenosa ejercía su labor- al parecer, no quiere cooperar con nosotros-

Rion coloco un asiento para su jefa, que agradeció con una sonrisa mientras se acomodaba, en la mesa, se expandió un pequeño equipo de herramientas diversas.

-Dr. Konvilton, sabe cuánta sangre debe perder el ser humano para morir- comenta Baldivieru colocando los codos sobre la mesa, mientras sus preciosos ojos recorrían la infinidad de utensilios con una niña lo hace en una juguetería.

La expresión del hombre era de suplica, al verle sujetar un pequeño taladro, que soltó un sonido escabroso en la habitación, el doctor entro en pánico.

-Que tonta soy- Baldivieru expreso con exageración- si es un excelente erudito en el cuerpo humano- volvió a encender el pequeño taladro- así que.... No me decepcione... espero que se niegue a decirme lo que quiero.... Si no, no podremos divertirnos-

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Un día más se iba, otra noche en esas calles destruidas, otra espina que se incrustaría en su existencia, el cielo sin estrella era absorbida por unas pupilas verdes, el aire presagiaba la tormenta, el agua nieve comenzaba a descender sobre el pavimento

Deteniendo sus pasos frente a una mansión abandonada, las rejas oxidadas con el enorme candado manteniéndolas unidas, sería fácil cruzar, pero la fuerza del candado era más simbólica que física.

 

-Jude, cuánto tiempo... - una voz femenina hablo detrás de sí, ladeo levemente el rostro para descubrir a una mujer cubrirse con una sombrilla, la cual levanto para permitirle ver su rostro

La aludida sonrió débilmente y volvió la mirada hacia la vieja mansión, la otra mujer se acerco para cubrirle con la sombrilla.

Las ruedas del destino hacia mucho se habían echado andar, los hilos de la vida se entrelazaban, llevando los caminos al mismo cruce, Jude simplemente era una espectadora más, en espera de que existiera un desenlace.

-Gladys -reconoció Jude- que bueno verte... tengo algo que devolverte - sin darle tiempo a la otra mujer, Jude saco su arma y le apunto en la frente.

Continuara...

Notas finales:

el blog donde los subo por si les interesa, si no igual continuare batallando aqui XD!

 ^w^ Matta Ne.

http://kitsuneotomeyuri.blogspot.com/


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