Cap. 1- Encuentro con el pasado
Ya habían pasado 20 años. Kurama hacia 20 años que había venido desde el mundo infernal para huir de un cazador y se había reencarnado en un bebe que se llamaba Shûichi Minamino. Con los años había cogido confianza con los humanos pero ya era hora de volver a su casa para ver como estaba. Después de explicar a sus padres quien era en realidad emprendería un viaje hacia el mundo infernal a través de un túnel que pocos conocían. Seria un viaje muy largo así que cogió provisiones.
Una vez llagado decidió inspeccionar el nuevo mundo. Había cambiado mucho durante los últimos 20 años. Ahora los territorios estaban mucho más divididos que antes y había bastantes guerras. Primero decidió ir a ver el bosque que él mismo había plantado muchos años atrás. Todavía estaba intacto pero entre los árboles noto una presencia y sin poder moverse sintió el filo de una espada rozándole el cuello.
- ¿Quien eres?- pregunto la persona misteriosa
Con un golpe maestro Kurama se saco una rosa del pelo y con su técnica especial sacó un látigo de espinas y consiguió tirar a la persona al suelo, poniéndose encima e impidiendo que se moviera. Era un chico bajo que iba vestido de negro y tenia una cinta en la cabeza. En el cuello le colgaba una gema de color azul y en el brazo derecho llevaba tatuado un dragón negro.
- ¿Quien eres tu? y ¿porqué me has atacado?- pregunto Kurama
- Me llamó Hiei y te he atacado porqué des de que han comenzado las guerras por este bosque solo pasan espíritus malignos que van a luchar contra mi bando.
- Yo soy Kurama y hace tiempo que no vengo por aquí. No soy tu enemigo.- dijo
- Si no te importa, sal de encima.
- ¿Cual es la situación del mundo infernal?- preguntó Kurama dejando, por fin, libre a Hiei.
Hiei volvió a subir al árbol de donde havia bajado para atacar a Kurama y dijo:
- El poder esta dividido principalmente en 3 reinos pero dentro de cada uno hay muchas batallas para conseguir el poder de pequeños territorios interiores.
- ¿Y que haces tu vigilando aquí?- preguntó Kurama
- Soy un mimbro de una banda de ladrones y cuando íbamos a robar en una ciudad nos capturaron y a cambió de no matarnos, yo y nuestra banda de ladrones ayudamos a la ciudad a que no entren enemigos. Yo me encargo de esta zona. ¿Y tú?
- Estaba haciendo una visita al bosque que yo mismo planté y no permitiré que la sangre de un espíritu manche este bosque. A si que si no te importa te haré compañía.
Con esa excusa Kurama se quedo con Hiei para ayudarlo. Después de mucho tiempo empezaron a conocerse mejor.
Un día Kurama estaba hambriento y decidió comer un poco.
- ¿Quieres?-preguntó a Hiei
- ¿No crees que es mal momento para comer? Últimamente hay más espíritus por la zona.
- Tampoco pasa nadie des de hace un rato y los espíritus son muy débiles.
- Bueno, la verdad es que ya tenía hambre.
Los dos se pusieron a comer sin percatarse que cerca les estaba observando un espíritu esperando un momento de flaqueza como ese. No era muy fuerte pero sus ataques eran muy poderosos. Cuando menos lo esperaban el espíritu maligno salió de la nada e iba a atacar a Hiei cuando Kurama lo aparto y le mató con su látigo pero quedo malherido y se desmayó. Hiei cuando lo vio se asusto mucho. Se havia desmayado por salvarle la vida.
Primero le tomo el pulso para comprobar que estaba vivo y en cuando noto el latido del corazón de Kurama en sus dedos se tranquilizo. Estaba vivo pero aun no havia vuelto en si.
Al mirarlo se le aceleró el corazón.
- ‘Porqué se me acelera el corazón’- pensó – ‘Solo es mi compañero de lucha. Me a ayudado siempre que lo he necesitado des de el día que nos conocimos pero siempre le he visto como un amigo.’
Entonces decidió cogerlo y llevarlo a un río cercano para mojarle la cara y que recobrara el conocimiento. Kurama empezó a volver en sí. Abrió los ojos y su corazón se aceleró al ver a Hiei tan cerca. Sin darse cuenta estos días se havia ido enamorando poco a poco de él. Sin dejarlo reaccionar le cogió y le robo un beso.
Hiei lo apartó sorprendido.
- ¿Qué…?
- Lo siento
Kurama se levantó dejando paralizado a Hiei y corrió. Corrió más que nunca para huir de la realidad. Para huir de una realidad que no quería aceptar. No podía ser que quisiera a Hiei pero el solo hecho de pensar en el, hacia que su corazón se acelerará. No podía volver a verlo hasta que aclarara sus sentimientos así que decidió irse a un sitió donde le costara encontrarlo. En el mundo humano.
Ya estaba decidido así que se volvió enseguida al mundo humano. Cuando llegó decidió seguir con su vida cuotidiana y olvidar todo lo sucedido.
Pero no podía olvidarlo. El sentimiento que sentía por Hiei era demasiado fuerte como para olvidar y aunque sabia que le quería tenia miedo. Miedo a que lo rechazara, miedo a que lo odiara y miedo a perderle para siempre. Quería regresar pero no podría soportar un rechazo directo.
- ‘Maldigo él día en que te conocí - pensó Kurama- Si no hubiera regresado al mundo infernal nunca te habría conocido y ahora no estaría sufriendo por ti. Tú eres él único que puede aliviar mí sufrimiento y lo único que puedo hacer es esperar. Esperar a que te acuerdes de lo que te dije. Esperar a que un día quieras regresar a mí lado y me encuentres esperándote. Esperar de que te acuerdes de donde vivo y regreses a mí lado. Confió en ti. Si no regresas a mi lado lo tomare como un rechazo y nunca más te buscare. Aliviar mí sufrimiento esta en tus manos Hiei.’
Y con ese pensamiento Kurama decidió quedarse en el mundo humano deseando que algún día Hiei regresara a su lado.