Titulo: Cuddy lo sabe todo
Autor: Geisha Sakura
Pairing: House/Wilson.
Clasificacion: PG13
Notas: Romance, POV de Cuddy.
Cuddy lo sabe todo. Ella conoce con precisión todo lo que ocurre en su hospital. Nada se escapa a la mente analítica y al ojo avisor de la doctora Lisa Cuddy, mandamás del hospital escuela "Princeton Plainsboro”.
Nada.
Ni siquiera todo lo que cierto doctor haragán que se pasa de listo intenta ocultarle. Especialmente a él lo tiene bien checado.
Cuddy sabe exactamente cuántas horas House realmente ha trabajado en la clínica y cuántas ha pasado durmiendo o jugando videojuegos. También conoce con precisión las veces que ha ido a ver televisión con el paciente en coma. Hasta sabe el número de enfermos a los que ha hecho llorar y rabiar y los que están agradecidos, siendo estos últimos, claro, una minoría. Aún cuando él intenta hacer cosas a sus espaldas, tarde que temprano ella lo descubre.
Oh sí, Cuddy lo tiene bien vigilado. Por más inteligente que sea House, no puede ganarle a la combinación de las fantásticas habilidades administrativas y multitareas que ella posee, las cuales, aunadas a su intuición femenina, la hacen sin duda la mejor directora que el hospital haya tenido jamás. Cuddy está perfectamente bien al tanto de todo lo que ocurre en su dominio. Por eso no se sorprendió (demasiado), cuando vio a House y Wilson besándose.
Un recorrido rápido por la clínica le bastó para saber que el perezoso estaba evadiendo sus obligaciones ocultándose en algún lugar del hospital. Tras echar un vistazo al reloj que indicaba que faltaba media hora para el almuerzo, y después de comprobar que no estaba en la cafetería, su cerebro dio con la solución más lógica: sin duda estaba visitando a Wilson en su oficina. Tal vez intentando robarle su comida o tratando de convencerlo para que pagara por la suya, y de paso estorbándole, impidiendo que hiciera su trabajo. Decidida a impedir que el desorden continuara, Cuddy se encaminó decididamente a visitar al jefe de oncología.
Al llegar frente a la oficina de Wilson algo la previno de entrar intempestivamente. Tal vez fueron los murmullos que salían de la puerta ligeramente abierta, los cuales indicaban que los doctores no estaban discutiendo temas banales como el último episodio de "The L Word", sino algo más íntimo. Pensó en irse, pero la curiosidad la venció. Además, no les estaba pagando para que contaran chismes, esas eran horas de trabajo y ella tenia todo el derecho de saber por qué no estaban realizando las labores que les correspondían.
Decidida, Cuddy empujó lentamente la puerta, tan sólo un poco, lo suficiente para mirar adentro sin ser descubierta. House estaba recargado contra el escritorio, justo frente a la entrada, pero sus ojos estaban demasiado ocupados en otra parte como para notar su presencia. House miraba solamente a Wilson, quien de pie frente a él, le contaba algo en voz baja, su limpia cara a pocos centímetros de la de él sin afeitar. Cuando Wilson terminó de hablar, House sonrió ligeramente, de manera honesta, sin sarcasmos, sin burlas. Sus ojos brillaban reflejando un sentimiento que Cuddy no recordaba haber visto en él desde hacía mucho tiempo, o al menos no de manera tan abierta.
House contestó en un susurro y luego sus manos dejaron el escritorio buscando a Wilson. Una se posó en su cadera y otra en su cabeza, acariciando su cabello, bajando por su mejilla hasta su barbilla, atrayéndolo suavemente para un beso que comenzó como ligero y que fue subiendo de intensidad a medida que los dos se olvidaban de donde estaban y comenzaban a entregarse a una pasión que sus cuerpos conocían bien.
Alarmada ante la posibilidad de que su sacrosanto hospital se convirtiera en hotel de paso, Cuddy decidió hacer notar su presencia. Retrocedió y llamó a la puerta enérgicamente, dándoles un momento a ambos para que se pusieran presentables, antes de entrar pretendiendo no haber visto nada.
- House, hay un mundo de pacientes en la clínica, más te vale atender al menos a cinco antes de irte a almorzar o te agregaré más horas de trabajo.
Cuando House comenzó a abrir la boca para decir lo que sin duda sería una excusa ingeniosa y sarcástica, Cuddy carraspeó y volteó a ver a Wilson, quien estaba apertrechado tras su escritorio, escondiéndose tras una revista médica al revés.
- Buenas tardes Dr. Wilson.
- Dra. Cuddy- dijo él saliendo detrás de su barrera de papel, saludándola de manera breve con un leve movimiento de cabeza, antes de ocultarse de nuevo. Ella sonrió al notar lo encendida que Wilson tenia la cara.
No hicieron falta más palabras para que House se diera cuenta del terreno que estaba pisando. Gruñendo por lo bajo, tomó su bastón y dejó la oficina de Wilson, no sin antes dirigirle a éste, quien asomaba la cabeza por encima de su revista, una mirada que indicaba que mas tarde continuarían con lo que habían iniciado.
Cuddy también captó eso y sintió un leve escalofrío, a veces deseaba no tener tan buena vista.
- Mientras cumplas con tu trabajo y mantengas tu vida privada de esa manera, privada y fuera de mi hospital, yo no tengo nada que objetar.
Cuddy se dio la vuelta, satisfecha de no escuchar ninguna palabra saliendo de la mordaz boca de House. Por esa vez lo había dejado mudo, y eso no es algo de lo que muchos puedan presumir.
Cuddy sonrió porque ahora sí, verdaderamente lo sabía todo, todo lo que sucedía en su reino, hasta el nombre de quien ocupaba los pensamientos del escurridizo Dr. House.