Una poción indeseada.
Capítulo 1: El principio de todo…
Su peor pesadilla había empezado ni más ni menos que el día de Halloween, cuando por culpa de ese viejo verde pervertido y medio chiflado el se había encontrado esa noche vestido de vampiro, eso si, sexy a matar. A su “gran” (nótese aquí el sarcasmo) director se le había ocurrido la gran idea (seguramente mientras comía uno de esos asquerosos caramelos de limón) de seguir una tradición muggle, la de disfrazarse, pero eso no había sido lo peor de la noche. Evidentemente, todos los slytherin, aunque la guerra se había terminado y para su desgracia Potter todavía seguía vivo, se negaron, pero el director “aclaró”, más bien amenazó, que si no se presentaban disfrazados, no pasarían de curso, y al ser ese su último año, no se pudo negar, por nada del mundo se iba a perder lo que creía que seria su mejor noche durante mucho tiempo, cuando en realidad terminó siendo la noche más extraña de su vida y la causante de su dolor de cabeza, y todo por culpa de una sola persona, su ex amiga Pansy Parkinson.
Todo comenzó como él se esperaba, como la fiesta se celebraba en día de sábado no habían tenido clases por la mañana (para su alegría y de la mayor parte de la escuela, excepto, seguramente, Hermione Granger y los ravenclaws) y había tenido mucho tiempo para arreglarse como era debido, tenía que mantener su fama de ser el chico más deseado por todo Hogwarts… le costó lo suyo, y muchos dolores de cabeza de sus amigos, escoger el disfraz definitivo, hasta que un día Blaise comentó medio en broma que estaba tan pálido que cuando dormía parecía un muerto, así pues, le vino a la cabeza escoger el disfraz de un vampiro… y la verdad es que le iba que ni pintado. No se tuvo que poner maquillaje, simplemente iba todo de negro, con pantalones caídos y una camisa un poco estrecha, con una capa encima de sus hombros negra por fuera, rojo sangre por dentro. La verdad es que era muy sencillo, sencillo pero perfecto (o eso había dicho Pansy).
La verdad es que todo lo que decían de él por la escuela no era cierto, aunque muchas cosas si que lo eran. Era verdad que tenía un carácter difícil y que era caprichoso, y evidentemente le gustaba lo caro y todo lo hermoso, pero la gente que le conocía sabían que en el fondo, muy en el fondo, se preocupaba por sus amigos y que los ayudaba siempre que podía, pero eso si, si lo enfadaban ya se podían dar por muertos. Otra cosa que no era cierta es que se hubiera tirado a media escuela, para ser sinceros, era virgen, cosa que para su edad ya le empezaba a preocupar, pero no tenía prisa para dejarlo de ser. Toda la gente que él había rechazado, como venganza habían ampliado su lista imaginaria de gente que se había tirado. La verdad es que él solo buscaba a alguien, a ese alguien que le hiciera sentir la persona más importante del mundo, que le quisiese por ser quien era y como era (no solo lo que aparentaba y su fama), y sobretodo que al despertar por las mañanas estuviera a su lado. Que le apoyara y ayudara, que no tuviera miedo de decirle que se equivocaba, que no estaba en lo correcto y quería alguien con quien discutir, reír y amar sin que fuera como con un amigo o alguien de tu familia.
Éste había sido tema habitual de conversación entre sus amigos y él, que aunque tuviera pocos de verdad, tenía (cosa que gente dudaba). Blaise se había reído de él bastantes veces por su estúpido sueño de encontrar a esa persona, tanto si era hombre como mujer, y entre risa y risa le había dicho que solo necesitaba echar un polvo y que esas tonterías se le pasarían. Pansy solo le decía que era adorable que pensara así, y que lo hacía ver más encantador y hermoso cuando se le iluminaban los ojos al hablar del tema. Crabbe y Goyle (NA: siiiii!! Los he buscado y todo… ¬¬) solo le habían dicho que hiciera lo que quisiera, pero que el día que la gente supiera la verdad, que era virgen, se desmayarían. Él solo les replicó diciendo que el día que todos supieran que no eran estúpidos y que encima eran pareja, hasta a Dumbledore le daría un infarto.
Para ser sinceros nunca le había preocupado mucho el tema ni se pasaba los días buscando y esperando a esa persona que le hiciera sentir mariposas en el estomago (era como Pansy describía que se sentía cada vez que estaba cerca de Oliver Wood, el gryffindor que ahora era su profesor de vuelo y arbitro en los partidos y del que su amiga estaba enamorada), porque sinceramente no creía que lo encontraría pronto, ni mucho menos que estuviera en la escuela; bueno, hasta ahora.
Por culpa de Pansy, su estúpido concepto que tenía de la palabra ayudar y su romanticismo empedernido ahora él estaba envuelto en este estúpido lío; bueno, y talvez también tenia parte de culpa su poca gracia en pociones. Y que por más que quisiera no podía dejarlo de lado, no ahora que lo había encontrado, ahora que sabía que “él” estaba allí.
Pansy, a escondidas de todos (o eso espero por el bien del resto de mis amigos) puso en marcha su plan el día de la fiesta de disfraces.
Los recuerdos de esa noche eran poco claros, por lo menos los de el final de la fiesta, él había llegado junto a sus amigos al salón donde se celebraría la fiesta, eran ya las diez y media, así que cuando entraron ya había bastante gente. Él, con su andar arrogante y aristocrático que siempre tenía, se fue a sentar y pidió “por favor” a Goyle que le trajera algo de beber, pero Pansy, que estaba muy rara en su opinión, se ofreció para ir, así que mientras meneaba la cola de gato de un lado para otro fue y volvió del puesto de bebidas. Ahora que lo recordaba, traía una sonrisa muy sospechosa, pero Draco simplemente pensó que era porque había visto a Wood (NA: es la primera vez que pongo que es Draco verdad?¿? XD ). Recordaba también que durante la siguiente hora se había encontrado perfectamente, había charlado con sus amigos y gracias a dios ni se había cruzado con ningún gryffindor, no tenía ganas de montar un espectáculo no deseado (ni para él ni para los leones), al fin y al cabo era una fiesta, no?. Pero justo cuando estaban apunto de sonar las campanadas de las doce (si, como si fuera año nuevo…) se empezó a sentir mareado, así que con mucho esfuerzo se levantó y decidió ir al baño. Pero cuando llegó ahí ya no tenía esas horribles ganas de devolver todo lo comido durante la cena, pero se estaba muriendo de calor, algo inimaginable, así que, no sin rabia, decidió ir a descansar cerca del lago. Sabía que allí estaría tranquilo y había visto muchas veces al cara-rajada y a sus amigos, el pobretón y la sangre-sucia (todo son costumbres), disfrutar bajo un árbol cerca de él, cosa que le había causado unas enormes ganas de probarlo él algún día, y como sabía que no era demasiado probable que nadie le viera allí, se auto convenció de que era lo mejor.
Al llegar ahí, se apoyó al árbol y se sorprendió de lo bonita que era la noche (¿que hacía toda esa gente allí dentro pudiendo estar en este hermoso lugar?), la luna estaba llena y se reflejaba completamente en el lago y para su sorpresa, había una temperatura perfecta. Era una noche clara y sin nubes, cosa que hacía que las estrellas se vieran en su totalidad, y allí, mirando toda esa perfección y ya sin nauseas ni calor, se quedó dormido (más adelante supo que no había sido por causas “naturales”…). No empezó ha despertar hasta que sintió algo húmedo cerca de su boca, al ir reaccionando sintió también unos fuertes brazos que lo rodeaban y lo sostenían con ¿cariño? ¿Preocupación? Lo estaban besando… pero no era un besó común, o eso pensó, sino uno que le estaba demostrando un amor… un amor verdadero, no había ni lujuria ni deseo, simplemente parecía uno de esos besos que robas a tu amante y enamorado cuando duerme a tu lado sin que él lo sepa, uno de esos besos que dejan ver todo lo que uno realmente siente. Draco estaba más que sorprendido pero a la vez sabía que esa persona que le estaba besando, no sabía porque, sería ese amor que hacía tanto que esperaba… estaba seguro de ello. El problema llegó cuando el otro, el besador nocturno (que era como lo llamaría Blaise), al darse cuenta del despertar del otro, se levantó de golpe y huyó, dejando a Draco otra vez en el suelo, dormido…
A la mañana siguiente, lo único que recordaba el slytherin al despertar cerca del lago, era el beso, el gran torbellino de sensaciones y sentimientos que sintió, una figura blanca que se alejaba corriendo y dos esmeraldas verdes puras y brillantes donde se podía ver una luna reflejada (todo muy borroso…).
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FIN DEL CAPÍTULO ~
Byby of Riku Lupin