Una poción indeseada
Capítulo 3: Lo que esconde mi árbol…
Desde el día “F”, que era como él mismo había bautizado el día en que tubo ese desliz mental con Potter en el haya, Draco estaba más que confundido. Seguía sin saber quien había sido el besador nocturno y ya hacía seis semanas que lo buscaba, él y medio slytherin, porque sus compañeros, hartos de verlo lloriquear por no conseguir encontrar a su amor, lo estaban ayudando, eso sí, a su manera. Pansy se ocupaba (como había echo siempre, aunque ella no lo quiera reconocer) de recoger toda la información que pudiera de los chismorreos que había en Hogwarts, analizándolos, seleccionándolos, y desechando todo aquel que no tuviera nada que ver con su amigo. Blaise, a través de sus citas (tanto con hombres, como con mujeres), también recogía información. Y Crabbe y Goyle deambulaban por el colegio haciéndose los estúpidos, cosa que servía, ya que la gente, al pensar que no los estaban escuchando, no se preocupaba de bajar la voz al hablar de sus intimidades. A parte de sus amigos, tenía a “compañeros de casa voluntarios” que de vez en cuando traían algo de información, generalmente inútil, y también contaban con algún que otro colaborador externo (de otras casas), que le contaban de que se hablaba en su sala común. Sin darse cuenta, Draco Malfoy había formado una red de espionaje por todo el colegio para encontrar a su chico, pero ni así lo había encontrado (para frustración ya de todos).
Pero en realidad eso no era lo que le preocupaba, sino su cabeza (o tal vez su corazón? Nahh…). Estaba empezando a ir por su cuenta, sin hacer caso a su amo, o sea, a él. No sabía porque se había quedado viendo a Potter bajo ese maldito árbol… pero no se volvería a repetir. Con una vez bastaba y gracias. Pero, aunque no quisiera reconocerlo, la verdad es que verlo ahí lo había trastornado, no porque estuviera bajo el árbol donde le habían besado (ya lo había visto otras veces por ahí), sino por el echo de cómo había sonreído… nunca se había detenido a pensar en Potter de otra forma que no fuera Harry-maldito-Potter, el ojito derecho del viejo loco y el amante de sangre-sucias, y ahora descubría que… que… ¡¡¡Ni él mismo sabía qué!!! Pero lo había visto ahí, con una sonrisa medio torcida, como de resignación, tristeza y desolación… y el conocía muy bien esa sonrisa, es la que tenía cuando pensaba en como lo veía la gente y en como muy poca gente se había parado a mirarlo de verdad… Pero ¡no! Se dijo a sí mismo sacudiendo la cabeza, no se podía permitir pensar en Potter de esa forma, sería demasiado complicado, más ahora que había encontrado a una persona que le quería de verdad… pero que tenía que ver su amor con Potter?? Argggh… todo esto lo estaba matando! Y decidió no pensar más en eso, ni en Potter ni en su maldita sonrisa… Y gracias a su padre y los recuerdos que enterró por él, no le costó esconder esa inquietud muy al fondo de su corazón, en un baúl, y lanzar la llave bien lejos.
Pansy le había hablado claramente sobro como funcionaba la poción, si se concentraba era capaz de oírla ahí mismo, en su cabeza: “… el remedio a la poción es sencillo si tienes a alguien que ames y tu también le ames, sencillo y no hay otro… solamente tiene que besarte la persona que te quiere…”. Alguien le quería, le quería realmente a él, a Draco-insufrible-Malfoy, y él encontraría a esa persona, fuera como fuera la encontraría… porque la necesitaba.
Harto de pensar tanto y asfixiado por el aire de su habitación, el slytherin decidió salir fuera del castillo, era algo que se había vuelto costumbre desde la susodicha noche del beso… y sabía a donde ir para poder “respirar”… solo había un sitio en todo el colegio que le calmaba lo suficiente y por más raro que fuera, era el lugar donde lo besaron, el sitio donde empezó todo ese embrollo que le producía dolor de cabeza y noches de insomnio…
Al llegar bajo el haya y no encontrar a nadie se sintió… triste, sí eso es, triste, decepcionado y frustrado. Después de tanto tiempo aún albergaba la tonta esperanza de que el criminal regresara a la escena del crimen… (NA: ¿¿o era porque no estaba Harry y su sonrisita?? XD).
Por primera vez decidió sentarse apoyando su espalda al precioso tronco del árbol mirar hacía arriba, mirar el cielo en vez de fijar su vista en las azules aguas del lago (ahora casi congeladas). Mirar a un cielo azul con sus nubes esponjosas y graciosas (extrañamente Draco siempre las había encontrado divertidas…) a través de las verdes hojas claras del haya. A pesar del evidente frío que ya hacía en esa época, el árbol siempre lucía perfecto y como si una luz lo rodeara, que Draco recordara, nunca lo había visto en mal estado. Encogiéndose de hombros simplemente atribuyó ese echo a que su “querido” director no tenía nada más que hacer que ir por ahí encantando a los árboles para que no envejecieran nunca… tal vez era su deseo reprimido de no tener tantas arrugas… porque la verdad es que cada vez estaba más horrible!! Volviendo su atención al cielo y olvidándose de Dumbledore, Draco siguió pensando en un día que sería feliz, completamente feliz, y simplemente por el hecho de vivir en paz, y lentamente se empezó a quedar dormido hasta que…
“¡¡¡Ouch!!! ¿Pero que diablos…?”
Una manzana, pensó amargamente, una estúpida manzana lo había golpeado en su preciosa cabeza!! Y que dura estaba la muy jodida!! ¿Pero de donde coño salió? Que él supiera las hayas no hacían manzanas ¿verdad? <<…>> Claro que no! Alguien se la había lanzado adrede… alguien que estaba a punto de morir. Mirando a un lado y a otro buscó al culpable de su chichón y sintiéndose nuevamente frustrado al no ver a nadie decidió descargar su ira contra la manzana. Colocándose a cuatro patas y mirándola fijamente como diciéndole “estás muerta muñeca” con ojos de sádico medio loco, se concentró en el linchamiento que pronto se convirtió en la matanza de la manzana. Hasta que su vista se desvió unos instantes y le pareció ver algo en el árbol, mientras, claro esta, intentaba volver a apuñalar a la escurridiza fruta…
Había… había una inscripción en lo bajo del tronco del árbol…
“Para aquellos que albergan a alguien en su corazón,
tocad y conoceréis.
Para aquellos que no se rinden ante la desesperación,
hablad y veréis.
Para aquellos que buscan con devoción,
sentid y ganaréis.”
¿Qué significaba todo esto? ¿Primero una manzana voladora y ahora un inscripción misteriosa? Si Pansy estuviera aquí seguramente pensaría que era un fenómeno paranormal extraterrestre… realmente tenía que empezar a convencerla de que dejara de mirar Expediente X, una serie muggle que se ve que se enganchó durante este verano…
Poniéndose serio Malfoy releyó la inscripción y cuando terminó la volvió a leer, y así como unas diez veces más hasta que una sonrisa torcida que demostraba satisfacción apareció en su rostro.
Había descifrado el acertijo y tampoco había sido tan complicado como esperaba… lo único que no terminaba de comprender era el principio de todo… ¿Qué tenía que conocer? ¿Tal vez ese árbol le diría quien era su amor? … era poco probable.
Era un simple juego de palabras que te daba las instrucciones a seguir… si no se equivocaba, la primera condición era estar enamorado y querer a alguien, bien, él quería conocer a su besador nocturno y quererlo como él lo quería… así que en su opinión con eso bastaba. Así que como indicaba el escrito, acercó su mano y toco el borde de la inscripción… y algo le vino a la mente, era una imagen… parecía la obertura de un bosque y en medio de él, encima de una roca iluminada por el sol, había una ave rojiza con destellos dorados… un fénix.
Muy bien, así que con eso se refería a conocer… eso solo quería decir que no tenía que nombrar a la persona que quería (que habría sido un problema para él), que es lo que había supuesto al leer el segundo punto, sino que simplemente tenía que decir fénix o describir el lugar donde lo había visto o algo por el estilo.
Después de decir alto y claro el nombre de la ave, le pareció que todo quedaba en silencio, en un incomodo silencio, y luego notó como un aire fresco y calido a la vez le acariciaba la piel… era agradable y reconfortante… y lo volvió a sentir, como si pasara en ese mismo instante, como si ahora mismo lo estuvieran besando… recordó la noche de Halloween, cuando alguien lo alzó con los brazos, cuando alguien le acarició con ternura, cuando alguien lo besó con total amor… y también recordó a Harry, en como sonreía a sus amigos, lo feliz que parecía, en como le miraba y sobretodo en su tristeza no reflejada…
Pero no se preocupo en preguntarse el porque de su visión de Potter ni nunca lo haría, porque ante él apareció algo que hizo que olvidara sus sensaciones en un chasquido… ahí, delante de él, se encontraba el haya de siempre pero ahora con un tronco blanco y brillante, rodeado de una luz muy clara… donde había escritos versos y corazones nombrados…
“¿Pero, qué…?”
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FIN DEL CAPÍTULO ~
Byby of Riku Lupin