Así terminaba aquel extraño pero hermoso mail de su amado Zorrito taimado, no pudo contener las lágrimas cayeran por su mejillas que al recibir un mail de la última persona en el mundo que el Tensai podría imaginar recibir, no era exactamente de Kaede Rukawa la persona quien le rechazó hirientemente la última vez que se vieron, ahora entendía un poco su manera de ser y es que ver el cuerpo de tu madre colgando desde el segundo piso a cualquiera deja loco y más con aquellas palabras.
Su boda sería en unas horas, uniría su vida a la de Haruko Akagi, estaba a punto de escribir la respuesta cuando sintió que llamaban a la puerta, se levantó con pesadez para abrirla.
Enfrente estaba su amigo de toda la vida, con la mirada opaca, los ojos hinchados y pálido, síntomas de que no había dormido en toda la noche por estar llorando, y es que Hanamichi por muy tonto que fuera en ocasiones sabía perfectamente como se encontraba una persona al llorar toda una noche, él muchas veces se vio así mismo en un espejo, le dolía recordar aquellos tiempos en donde parecía un zombi por culpa de un chico con ojos de zorro...
- Hay...Yohei Mitto ¿Qué sucede?- pregunta Hanamichi con voz preocupada, le tomó de un brazo y lo adentró a su apartamento - Lo que sea, me lo puedes contar porque soy tu amigo -
- Lo... lo... sé... Hana... pero lo que te tengo que decir no te va a gustar - decía con voz quebrada aquel chico de cabellos engominados y ojos negros.
- ¿Qué puede ser?... mmm - Hanamichi se rascaba la cabeza pensado que podía ser... aunque el sabía lo que era- ¿Sabes? Yohei, tengo que algo que contarte también y con ello sé que todos seremos felices - todo aquello lo dijo con una enorme sonrisa de tiempos antaño "hace años que no veía una de esas sonrisas en mi querido amigo Hana... solo sonreía así cuando una persona se encontraba a su lado ¿será qué?.." pensó Yohei, quizás esta vez, el gran Dios estaba de su lado y tanto Hanamichi como él serían felices...
Rukawa se levantaba un día más sin ánimos de nada, sobretodo esos días en donde él, por una lesión al tobillo estaba con descanso, nada grave, solo unos días sin entrenamiento y estaría bien.
El antiguo número once de la preparatoria Shohoku, como todas las mañanas tomaba aquel retrato en donde se encontraban sus más preciados amigos y el amor de su vida, era una foto de hace muchos años fue sacada cuando él estaba en primero de preparatoria, después del regreso de Hanamichi al equipo al terminar su recuperación en aquellos tranquilos días de otoño, en aquella impresión salían Ryota abrazado de Ayako pues, después de las nacionales y a cargo del equipo el pequeño jugador consiguió el tan deseado "si" del manager del equipo, también estaba Mitsui con Kogure, su amado pelirrojo abrasándole por los hombro.
Bellos recuerdos aquellos, pero también dolorosos...
- Buenos días amor... chicos - saludaba con voz melancólica el ojiazul, ese era su ritual, cada mañana al despertar le daba los buenos días a sus queridos amigos y recitaba una pequeña oración por el bienestar de cada uno de ellos... Oh como les extrañaba, claro no tanto como al monito salvaje, pero igual necesitaba a alguien a su lado sobretodo ese día...
Miró la hora en su reloj de pulsera, regalo de todos sus compañeros de equipo cuando se marchaba a los estados unidos a cumplir su sueño...
Ese día estaba como él, brumoso, prometía lluvia... lo más seguro es que el clima se apiadara de él y le hiciera sentir menos sólo de lo que se sentía, miraba por la ventana hacía el exterior, las personas caminaban apuradas por las aceras de New York, las bocinas de los autos en medio de los típicos atoramiento de aquellos suburbios le eran de lo mas desagradable... cerró lo ojos unos instantes, deseaba estar en Japón, quizás nunca debió venir a Norteamérica a realizar su gran sueño...
Movió su cabeza de lado a lado disipando sus pensamientos, se dirigió al cuarto de baño, se sacó el pijama que dejó regado en el frió suelo, una vez listo tomó una ducha bien fría, se colocó debajo de la regadera a ver si la fría agua le quitaba el dolor que tenía en su corazón, estuvo bajo ella durante más de media hora, salió casi con síntomas de hipotermia, los labios amoratados por el helado líquido, tiritando llegó a su alcoba en donde buscó un pantalón de gimnasia color gris azulado, una simple playera color verde agua y un polerón del mismo color del pantalón y un bóxer. Una vez vestido se dirigió a zanquitos a la cocina en donde se preparó el desayuno que consistía en un café negro bien cargado y dos tostadas con mermelada de durazno que apenas probó...
- Mi Hanamichi... ya debe ser un hombre casado - su voz se quebró tan sólo al pronunciar aquellas palabras, para él cada una de ellas era la estocada de una espada caliente en su corazón, cayó de bruces al suelo y volvió a su rutina de siempre, llorar y llorar, lamentándose de lo que nunca podría ser. Porqué, él por cobarde, hecho por la borda.
Se abrazó a sí mismo, tratando de darse un poco de calor, una vez que pudo armonizar su respiración, se levantó del suelo, dejó los trastes sucios en el lavadero y se fue rumbo a su habitación.
Se dejó caer en su mullida cama, en donde dio rienda suelta a sus lágrimas, se prometió nunca más aguantar aquellos nudos dolorosos en su garganta, que cada vez que deseará llorar lo haría, con la almohada se tapó la cara para ahogar los gritos ya que no quería que ningún vecino le tocará la puerta para saber que pasaba...
Estaba cansado, estaba roto y vació, era un Hollow, sí, eso era...un ser hueco que quería dormir para siempre, pero él no tenía la fuerza suficiente para matarse y más eso era su castigo por haber dejado pasar su felicidad por ser cabezota.
Los recuerdos volvían a él como cada día, Hanamichi molestándole, gritándole un teme-kitsune, Hanamichi en su pose de tensai, Hanamichi haciendo el ridículo, Hanamichi cantando su himno del talentoso deportista, Hanamichi abrazándole, Hanamichi sonriéndole... Hanamichi, todos su recuerdos eran de un revoltoso chico de cabellos de fuego.
Las lágrimas eran imparables, pronto llegaron los espasmos y los hipos, su nariz estaba fría y enrojecida eso era seguro, la almohada se encontraba toda empapada de llanto, sudor y saliva.
No supo ni cuando, ni porqué pero se desvaneció quedándose profundamente dormido...
Soñaba que Hanamichi estaba acariciando sus mejillas con sus dedos, se sentía tan bien, podía hasta escuchar tararear una antigua canción que él mismo le enseñó tiempo atrás como su favorita, The Noose, una canción poco conocida de un grupo poco conocido... sentía la presencia de un cuerpo cálido a su lado quien le abrazaba dulcemente.
"¡¡Oh Dios!! Si esto es un sueño te pido que no me despiertes... no quiero despertar, abrir mis ojos y darme cuenta que mi cama esta tan fría y sola como su dueño" pensaba el chico de cabellos ébanos, una pequeña solitaria lágrima caía de sus orbes cerradas para volver a marcar el camino de sus antecesoras...
- Ya... ya... mi zorrito, no llores... que me parte el alma verte tan indefenso - una voz que él sólo en sueño podía escuchar le susurraba cerca del oído, sentía su corazón bombear más y más fuerte a punto de salir... su pelirroja tentación estaba a su lado, apretaba fuertemente los ojos no quería despertar, tenía miedo de abrirlos... entonces aquella voz volvió hablar - Será mejor que abras tus ojos... sé bien que estas despierto teme... no puedes hacer tonto a este tensai, no señor ja, ja, ja, ja - reía quedito el joven pelirrojo.
Lentamente Kaede abrió sus ojos sólo para enfrentar la mirada almendrada de cierto pelirrojo que le tenía las hormonas más que revolucionarias.
- Ha... Han... Hana... michi - pronunciaba entre cortado el ojiazul - ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Qué estas haciendo aquí?... Dios no quiero despertar - Rukawa todavía pensaba que estaba soñando con su amado...
- Ha, ha, ha, ha, ha, zorro taimado... pareces que de verdad el único torpe aquí eres tú - comentaba con una dulce sonrisa el autoproclamado genio - ¿Cómo? llegué en avión, ¿Cuándo? hace unos 10 minutos, y ¿Por qué estoy aquí? Es obvio vine a buscar a la persona que amo - respondió con voz tranquila
- .... - Kaede no sabía que decir, ¿realmente Dios se apiado de él? Si eso era obvio no podía estar soñado ¿o si? , bueno en ese momento todo le dio igual, solo quería aferrarse a ese cuerpo que tenía a su lado como si en ello se le fuera la vida y así lo hizo. Daba pequeños besos en el pecho del pelirrojo este sólo le besaba los cabellos - Hana ¿tu matrimonio? - preguntó el zorrito
- Pues mmm... a ver recibí esta mañana, para ti lo recibí anoche ¿ne? En fin... un extraño mail en donde un zorro se le declaraba a un mono salvaje, este último casi se cae de la silla cuando leyó esa carta ¿Cómo conseguiste mi mail? - cuestionó Sakuragui a su amado zorrito de ojos azules.
- Me lo dio Sendoh - respondió rápidamente Rukawa.
- Peliponcho chismoso, siempre mete su cuchara en donde no debe - el zorrito a escuchar esto enarcó una ceja - bueno estaba a punto de responder cuando tocaron a mi puerta... era Yohei Mitto que me fue a suplicar que no me casara con Haruko porque él la amaba y que sabía que yo amaba a un burro cabezón con piel de zorro - comentó muy divertido el pelirrojo, tocando delicadamente la nariz de su zorrito dando un pequeño apretón en ella - debo decir que me hiciste llorar teme... otra vez, así que esta vez me las vengo a cobrar... en fin, en explicaciones simples lo que paso fue....
********************Flash Back***************************
- ¿Qué me tienes que contar? - preguntaba un esperanzador Mitto
- Ven - el pelirrojo movía su mano en signo que se acercara a él, así lo hizo el más pequeño frente de él, se encontraba una computadora portátil - lee esto amigo - índico Sakuragui con su dedo índice.
El pelinegro comenzó a leer cada letra, frase, párrafo de aquel mail que más bien era una confesión de sentimiento de parte de un chico de ojos azules tan fríos con el mar del polo sur. Entre más avanzaba su lectura más sorprendido quedaba, su cara era todo un poema, al terminar miraba a Hanamichi después la computadora y así sucesivamente hasta que Hanamichi se enfado y con uno de sus cabezazos de antología saco de su estupefacción a su amigo de toda una vida...
- No me lo puedo creer - exclamó Yohei en voz baja mientras sobaba su frente en donde había recibido el golpe de su querido amigo - ¿Harás algo al respecto? - la voz de sus amigo a cada minuto era más esperanzador.
- No - contestó a secas el autoproclamado tensai - tu venías hablar conmigo ¿no? entonces dime - el ex número 10 de Shohoku cambió radicalmente la conversación mientras cerraba la computadora con suave pero firme movimiento.
- Hana... amigo yo... tú eres más que eso, eres mi hermano - dijo Yohei tomando mucho aires por la boca para darse la fortaleza de contar todo a su amigo - estoy enamorado de Haruko desde el mismo día en que la vi por primera vez - al fin se atrevía a decir lo que tantos años llevaba a escondidas, la mirada la tenía clavada al suelo, no quería encontrarse con la mirada color miel de su amigo - yo... hice todo lo posible para olvidarme de ella, sin embargo, cuando me dijiste que estabas enamorado de Rukawa pensé que podría al fin cortejar a Haruko pero me equivoqué, estaba en eso, ella correspondía un poco mis sentimiento pero se encontraba fuertemente atraída hacia ti... entonces él te dejó y ella te consoló y yo perdí mi oportunidad... siempre sería tu mejor amigo más ella me vería como eso, el mejor amigo de su novio... pero ahora que veo lo que escribió Rukawa te pido que me dejes el camino libre, ve con el zorro... sigue tus sueños yo me preocupare de Haruko - dijo todo aquello tan rápido que al final quedo sin aire.
- Siempre lo supe...pero jamás me atreví a preguntarte - confesó el pelirrojo a su amigo, puso su manos en los hombros del mas pequeño - sé que la harás más feliz que nadie en este mundo y sé que yo seré feliz con este teme-kitsune - declaró con energías y muy seguro de sí mismo el tensai - ha, ha, ha, ha, ha, ha... -reía
- ¿Cómo le harás?-
- Pues tendré que ir hablar con Haruko y después - decía, mientras iba por el teléfono inalámbrico, lo tomaba entre las manos y marco un número - Buenos días con la agencia de viajes - una voz se escuchaba en al otro lado del teléfono - quisiera hablar con la señora Miyagi por favor... si gracias, espero - hablaba con voz educada con la secretaria - Yohei...llama al peliponcho...puercoespín de Sendoh ¿si? Su número está en la agenda de mi celular - el pelinegro fue a buscar un pequeño móvil que se encontraba en una mesita arrimada a la pared - llámale...y pregunta en que parte exactamente vive el zorro...a...si...si hola Ayako - saludo alegremente el pelirrojo
- ¿Cambio de planes Hanamichi Sakuragui? - preguntaba Ayako tan aguda como siempre.
- Pues si... Aya-chan cambio de planes... necesito que cambies un boleto de avión para los Estados Unidos, el estado de California New York - pidió.
- Sólo un boleto ¿supongo que para ti? - Preguntaba la chica, Sakuragui podía escuchar el sonido del tecleado en donde Ayako haría el cambio - ¿Para cuando sería?-
- Para hoy... aya-chan... con urgencias el primero que sale lo tomo necesito estar allí... lo mas tardar cuando se de mañana por esos lados - hablaba raspadamente el pelirrojo
- Oe...oe no es que sea chismosa ni nada por el estilo ¿pero entre nos piensas dejar plantada a Haruko? - Como siempre ella era la primera en darse cuenta de las cosas - ¿no será que te iras al lado de Rukawa? ¿O si? -
- Pues no y si...no pienso dejar plantada a Haruko le diré antes de irme además ahí otro persona que verdaderamente la ama...y si me voy donde el zorro taimado...Ayako apúrate...dime ¿Qué tienes algo para hoy? - digo acongojado el pelirrojo mientras se movía de aquí para allá...
- Si lo tengo...pero salen en dos horas y media más... pues la suerte esta de tu lado un señor me acaba de cancelar el viaje y no he llamado para cancelarlo en el aeropuerto - le informó la chica - pero si lo tomas no te dará el tiempo de hablar con Haruko ¿que harás? -
- Lo tomo... Ayako lo tomo - respondió con seguridad.
- Está bien, es tu decisión - hizo una pausa antes de hablar - listo...Hana...llamare para cambiar los datos mandare a Ryota al aeropuerto para dejarte el boleto... espero que hagas lo correcto... -
- Si lo hago, Ayako gracias -
- Hanamichi solo una cosa más, has feliz a ese tarado de Rukawa - sin mas colgó la chica...
- Todo listo... Hanamichi... aquí tienes la dirección de Rukawa - Yohei mostraba un papel escrito - pero Sendoh dijo que él te podía recoger solo tenias que llamarle y todo bien -
- Ese... erizo hentai, siempre tan buena persona pero igual de metiche - sonreía al recordar a su amigo y rival en la cancha - Yohei...mi vuelo sale en menos de dos horas...
Después de tres cuartos de horas el gran pelirrojo estaba listo con una maleta mediana en mano, se dirigía a su automóvil, un TOYOTA color plateado junto a su amigo Yohei.
Llegaron con tiempo al aeropuerto en donde se encontraba un chico de cabellos castaños oscuros ondulados, piel morena y ojos color chocolate de mediana estatura quien le hacia señas con la mano.
- Insito, esto es una locura... por ello te apoyo Hana - dijo Ryota al momento en que llegaba su amigo pelirrojo a su lado - Le das mis saludos al rey del hielo... ahórrate la explicación que mi Aya-chan me puso al tanto de todo... ten - el pequeño moreno puso en las grandes manos del tensai un boleto de avión - oe... Hana, se feliz, solo te deseo eso... no te preocupes que todos haremos entender a Haruko que esto fue lo mejor se que algún día ella entenderá y Akagi se sentirá feliz de no tener a un cabeza hueca de familia - bromeo el ex número 7 de shohoku.
- Gracias Ryo-chan...eres un buen amigo - fue lo único que salía de la boca del pelirrojo -Yohei... toma -le tendió un sobre blanco sellado - esto es para Haruko dile que me perdone, pero que esto es lo mejor para los dos...se feliz amigo discúlpame por hacerte sufrir - se disculpó sinceramente.
- Lo haré amigo y no te preocupes ve junto a tu gran amor - una sonrisa sincera se dibujaba en los labios de ambos al mismo tiempo...
- Vuelvo 412 con destino a New York, California por favor abordar anden 7 para su próximo despeje - una voz de mujer se escucha por las bocinas colocada en puntos estratégicos en aquel gran lugar
- Ese es tu vuelo - informo Miyagi - que tengas buen viaje -
- Hana, amigo cuídate - fue lo único que atino a decir su amigo de toda la vida
- Gracias chicos... les llamaré cuando este allá - le dio un abrazo a cada uno y se fue sin decir más, en busca de una nueva vida al lado de la persona que verdaderamente amaba...
********************End Back***************************
- Y así fue... el hentai con sonrisa para comercial de pasta dental me trajo hasta aquí - terminaba de contar Hanamichi.
- Yo... lo lamento tanto.... yo no quería decir todo aquello esa vez... tenía miedo... yo... yo - no pudo decir más pues unos dulces labios tocaron los suyos en un tierno beso que a cada segundo más y más apasionado se fue asiendo...
Distanciaron sus rostros un instante, se miraron con fuerza intensa, con ternura y amor infinito. Luego retomaron la pasión del contacto... estaban juntos de nuevo, nada ni nadie volvería a separarlos...
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