"El juguete de Lucifer"
Acto 1
- Eres tan delicioso, Belial-Susurro Lucifer mientras embestía una y otra vez a su amante, cuando ambos se corrieron Lucifer se dejo caer sobre la gigantesca cama con doseles y de sabanas y cortinas negras.
Lucifer, tenía un largo cabello negro y lizo que le pasaba los hombros. Sus ojos eran negros y profundos como la oscuridad y su piel era blanca.
- Pero igual prefieres a los Ángeles, ¿no?-Susurro Belial a su moreno compañero de cama, este le miro de reojo y solo sonrió.
Belial, tenía el cabello rojo como el fuego y sus ojos eran azules. Su piel era blanca y tersa.
Tocaron a la puerta y Lucifer no contesto, solo se paro de la cama y se puso una bata de seda negra mientras que su amante se dirigía hacia una puerta que daba con el baño de la habitación.
- ¿Qué sucede?-Pregunto Lucifer al abrir la puerta y ver a uno de los guardias que custodiaban la entrada de su palacio en el infierno.
- Siento interrumpirlo, mi señor-Se disculpo el demonio.
- No te preocupes ahora por eso. Dime que ocurre-Mando Lucifer.
- Señor, hemos encontrado a un ángel-Informo el demonio.
- ¿Un ángel caído o un ángel espía?-Pregunto curioso el príncipe de los Ángeles rebeldes.
- Un ángel espía, señor-Respondió el subordinado, a lo cual el príncipe sonrió.
- Tráiganmelo-Ordeno el príncipe.
- ¡Si, señor!-Exclamo el demonio y se marcho.
- Ya te han traído otro juguete-Murmuro Belial con cansancio mientras se acercaba a Lucifer y le abrazaba por la espalda.
- Veamos que tal esta este-Propuso Lucifer en tono juguetón.
- Yo paso. Estoy muy cansado así que iré a descansar a mi habitación. Haz sufrir mucho a este por mi ¿si?-Pidió Belial sonriéndole.
- Claro que si-Contesto Lucifer sonriendo infantilmente.
Belial se marcho de la habitación dejando a Lucifer en espera de su nuevo juguete sexual.
Tras unos segundos el demonio que le había informado apareció junto a otro arrastrando consigo a un ángel.
Era rubio, su cabello era corto y sedoso, tanto que brillaba por si solo. Sus ojos eran azules, un azul muy hermoso.
Sus alas tras su espalda, eran tan blancas como la nieve, aunque en las puntas estaban sucias por ser arrastradas.
Llevaba puesto una especie de vestimenta griega de color blanco, que le llegaba a las rodillas y que le dejaba el hombro y parte de su pecho izquierdo al descubierto, en su cintura era amarrado por una especie de cinturón de género igualmente blanco.
Lucifer quedo admirado ante su belleza, se le acerco cautelosamente y le levanto el rostro tomándolo por la barbilla. El ángel le lanzo una mirada de desagrado que solo hizo sonreír a Lucifer.
- ¿Qué eres, muchacho?-Pregunto Lucifer, pero el ángel no respondió ni emitió sonido alguno.- Naturalmente no eres un Serafín* o Querubín*. Me atrevería a decir que eres un ángel común y corriente, pero tu belleza sobrepasa la belleza de los querubines y eso me llama la atención...-Susurro esto último muy cerca de la boca del ángel.
- Solo soy un ángel-Respondió el muchacho que aparentaba unos 17 años y poseía un cuerpo fino y frágil, además de tener una piel muy blanca y tersa.
- ¿Tu nombre?-Pidió Lucifer.
- Ayel-Respondió con desdén.
- Oh...también tu nombre es hermoso-Sonrió Lucifer complacido.
- Tal cumplido no es bien recibido si es de tu parte-Susurro Ayel molesto, a lo cual recibió golpes de parte de los que le tenían cautivo.
- ¡No lo golpeen!-Gruño Lucifer y sus subordinados se disculparon inmediatamente.- Déjenme a solas con él...-Mando.
- Pero señor...-Replicaron los demonios.
- ¿Acaso no escucharon o tengo que repetírselos?-Bramo el príncipe enfadándose.
- ¡Lo sentimos, señor!-Se disculparon ambos y de marcharon de la habitación de su príncipe.
- Discúlpalos, por favor-Dijo Lucifer sonriendo mientras se acercaba a la mesa de la habitación en donde había una copa con vino, supuso Ayel al mirarla.
- Es sangre humana...-Susurro Lucifer y bebió de la copa.
- "¿Lee mis pensamientos?", pensó Ayel sorprendido.
- Si-Respondió Lucifer y Ayel le miro con más desagrado aun.
- ¿Por qué me odias si aun no me conoces?-Pregunto Lucifer sonriendo.
- No necesito conocerte para odiarte. Se de lo que haz sido capaz...-Respondió Ayel.
- Farsas de tu Dios y su tonta, pero deliciosa creación-Contesto Lucifer molesto. Pero luego sonrió, lo que atemorizo al ángel.
Se le acerco aun con la copa en su mano izquierda, con la mano derecha tomo de los cabellos al ángel mientras bebía un sorbo de la sangre.
Acerco su rostro al del ángel y lo beso en los labios sorprendiéndolo, pero entreabriendo la boca del ángel para dejar que la sangre en su boca se traspasara a la del ángel, el cual al sentir el sabor, se soltó de Lucifer y boto todo lo que había quedado en su boca para comenzar a toser.
- No deberías desperdiciar una sangre tan dulce-Murmuro Lucifer sonriendo, tomo al ángel por la barbilla y le lamió la sangre que se había caído de su boca por el mentón hacia abajo.
- Eres asqueroso-Susurro Ayel y Lucifer soltó una carcajada al escucharlo.
- Eso, mi pequeño Ayel, para mi es un cumplido-Contesto Lucifer soltándole el rostro para luego tomarlo por una de las muñecas y arrastrarlo hacia su cama, en donde le aventó contra esta.- Desvístete-Ordenó Lucifer y el ángel se sorprendió al escucharlo.
- Pero... ¿Qué?-Pregunto Ayel sin creer lo que sus ojos habían escuchado.
- Que te desvistas-Gruño Lucifer y el ángel se paro sobre la cama mirando a Lucifer con el ceño fruncido.
- No pienso hacerlo-Contesto Ayel y Lucifer suspiro cansado.
Siempre era lo mismo, siempre que quería tomar a un ángel por las buenas estos se oponían y tenía que ser muy cruel con ellos para que cedieran.
- Mira, Ayel, te lo estoy pidiendo por las buenas. No quiero lastimarte porque eres muy hermoso y si te lastimo solo echaría a perder esa belleza que posees, así que...o te desvistes o lo hago yo, ¡¿entendiste?!-Gruño Lucifer asustando al ángel, el cual le miro con cautela.
- No pienso-Contesto Ayel y Lucifer se masajeo las sienes con sus dedos.
- Mira, puedo violarte ahora en este preciso instante. Así que o colaboras o será por la fuerza y te será muy doloroso-Le advirtió Lucifer tratando de no perder la calma.
- Ya te dije. No pienso. No me rebajaría a complacerte-Contesto Ayel decidido.
- Tú lo haz querido-Gruño Lucifer tomando al ángel por el tobillo mientras se subía a la cama.
Ayel trato de soltarse del agarre y le dio una patada en la cara a Lucifer, este se sorprendió ante ello y aplico mas fuerza y rapidez quedando sobre el ángel mientras este forcejeaba bajo él de cara contra las sabanas.
- Tranquilo, te gustara-Susurro Lucifer al oído del ángel que le miro con asco.
Las manos de Lucifer comenzaron a jugar a recorrer el cuerpo del ángel que solo se quejaba sin poder hacer nada contra el "hombre" que estaba encima de él.
Lucifer al lograr quitarle de encima lo que vestía el ángel, poniéndolo de rodillas sobre la cama, le penetro sin prepararlo, lo que provoco que el ángel gritara de dolor y dejara escapar unas lágrimas.
- Yo te dije que si no cooperabas te dolería-Susurro Lucifer mientras saboreaba los cabellos rubios del ángel.
- Ya basta...por favor-Suplico Ayel al sentir como Lucifer comenzaba a moverse dentro de él aumentando el dolor en su entrada.
- ¿Porqué debería parar? Que tú no lo disfrutes no quiere decir que yo también, además temo decirte que como tu Dios no tuvo piedad conmigo ni con los míos, yo tampoco la tendré con los suyos que caen en mis manos-Contesto Lucifer haciendo mas profunda la penetración.
- Por favor...me duele...-Sollozo Ayel apretando las sabanas de la cama. Lucifer paro un momento y llevo su mano a la erección de su compañero masajeándola, provocando que al ángel se le escapara un leve gemido.
- ¿Te duele esto que te estoy haciendo a ahora?-Pregunto Lucifer al oído del ángel que no respondió, su mano comenzó a moverse por la erección con mas rapidez y el ángel poco a poco comenzó a mover sus caderas. Lucifer sonrió complacido ante ello y siguió embistiéndole, aunque más lento volviendo tortuosa la sesión.
Fin del primer acto.
Susan Black.
*Serafín: Son los espíritus mas cercanos a Dios, en el primer coro. Están dotados de seis alas y se caracterizan por el ardor con que aman las cosas divinas. Además es tanta su majestuosidad que no les es reservadas acciones junto al hombre.
*Querubín: Son Ángeles del mas alto prestigio, que permanecen muy cerca de Dios y que en la tierra hacen funciones de protección. De gran belleza, pues eran seres espirituales que permanecían cerca de Dios. Pertenecen al primer coro.