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Un cuento del 10 de octubre por Higary

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Notas del capitulo:

Higary: Hola, gente bonita. Esta vez Eli escribió este oneshot basándose en un cuento que leí a mis 39 hijos postizos (es por mi servicio social, para que no digan ¬//¬) titulado "Cuidado con los cuentos de lobos". Yo también escribí un fic por el cumpleaños de Naru, pero como todavía no lo termino lo publicaré después -//- ah, y también ya casi está listo el siguiente capi de "Un plan desesperado". Espero que este fic les guste, me voy, tengo muuuucha tarea que hacer y tengo muuuuucho sueño también T_T Recuerden dejar sus comentarios, amenazas (para Eli, jeje), felicitaciones, pedradas y demás XD

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Eli: {apareciendo detras de la espalda de Higary} Ho... hola ^^"  bueno... ¡¡¡ Feliz cumpleaños Naruto!!! Nosotras tus fans te felicitamos. No es que sea una compensación {juntando sus deditos} o tal vez sí, jeje... tengo una excusa muy buena para tardarme, pero no sé cómo explicarla ¬¬ ... es que tal vez el que sigue sea  el último capítulo de Dime lo que quiero escuchar, eso aún no lo sé, pero además de que Higary se va T^T a Monterrey a comer cabrito *¬* ... No es cierto, se va a un congreso con sus compañeros, por eso esta semana anda muy llena de deberes y exámenes y quien sabe cómo estará la próxima semana, y como sabrán ella es quien me corrige los capítulos.

"UN CUENTO DEL 10 DE OCTUBRE"

 

En una casa como cada noche antes de dormir, un hombre le relata un cuento a un pequeño.

A veces el cuento trataba de un lobo que asustaba a niñas y niños pequeños, con gruñidos tenebrosos y unas enormes garras con filosos colmillos. A mitad del cuento, la cosa se pone horrible  para los pobres protagonistas quienes parece que van a tener un final macabro, pero en las últimas páginas se arregla el asunto, se salvan de milagro y viven felices por siempre. Pero este no era el caso.

 

Uno de los relatos favoritos de Tobi. {Eli: Así es, como lo acaban de leer, y la persona que le narraba el cuento no era otro más que... luego les digo]. Le encantaba uno en especial aquel con un kitsune rubio de ojos azules y un mapache rojo. El título del libro era "Kitsune y Mapache aparecen en todas partes". Como de costumbre, el líder terminó el relato y antes de acostarse con Morfeo Tobi le pedía que se llevara el libro. Éste preguntó ¿por que? Él contesta "es que van a aparecer". El líder casi se golpea a sí mismo, se preguntaba cómo es que un miembro de su grupo tenía miedo de un zorro y un mapache. (Higary: Sí, no hay por qué temerles, al contrario *¬*).[Eli: ^^ te apoyo]

 

Así pasó el tiempo. Una noche el líder se olvidó llevar consigo el libro y la razón fue que Zetsu quería hidratarse a costa de Kisame y todo esto llevó a que se agarraran a golpes, patadas, mordidas, rasguños, en fin, hubo de todo, y él como gran líder que es, fue a poner orden y disciplina. Tobi ni cuenta se dio, iba cayendo en el sueño, pero podía escuchar ruidos cerca de su cama. Se oía como un susurro ¿o eran dos? Y una sensación de una par de ojos, no error, dos pares de ojos observándole...  prendió la luz de la lámpara que tenía a un lado de su cama y allí, ante él se encontraban dos chicos pero con rasgos de animales. Uno era un joven de cabellera rubia de unos 17 años, tenía en cada mejilla tres marcas, ojos de color azul además de resaltarle las orejas y sus ¿9 colas? A su lado había otro joven de la misma edad, pero éste tenía el cabello rojo como la sangre, sus ojos eran de color aguamarina marcados por las ojeras visibles, en su frente tenía algo parecido a un tatuaje y al igual que el, otro también poseía unas orejas y cola, pero éste era de mapache. De inmediato Tobi se dio cuenta de que eran los personajes del libro que habían aparecido en la habitación.

 

-Mmm -dijo el mapache tapándose la nariz-. Qué feo huele. Qué hombre tan apestoso.

-Guac, tienes razón -dijo el kitsune-. Ambos se taparon la nariz por el mal olor de ese lugar y no era para menos, es que a Deidara, otro miembro de su grupo, le tocaba la limpieza de todo el lugar pero como detestaba hacer las labores domesticas, pues en ello no había arte, se negó rotundamente y los demás también se negaron porque no era su turno, así que la casa o el lugar donde habitaban quedó sin limpiar más de dos semanas.

-¡¡Mira!! Ahí hay ramen -dijo el kitsune relamiéndose los labios-. Hay que quitárselo, Gaara

-No -dijo Tobi tomando posesivamente su ramen

-¿Por qué no? -dijo mapache Gaara

-Bueno porque... pues... no se puede -mintió para tratar de ganar tiempo, tal vez alguien entraría por esa puerta para salvarlo-. Umn porque el ramen se come en ocasiones especiales y no veo que estén celebrando algo -al fin diciendo algo coherente (Higary: ¿Eso es coherente? O.o?) [eli: ¬u¬ ]

-No lo sabía -dijo el precioso mapachito

-¿De verdad? -dijo Tobi sabiendo que los podría engañar fácilmente

-Yo sí lo sabía -Naru kitsune dijo muy convencido

-No sabías -se defendió Gaara, pues no quería quedar en ridículo

-Que sí lo sabía.

-Entonces dime, ¿que estás celebrando para querer comerte el ramen? -preguntó. El pobre Naru trataba de hacer memoria, o bueno, tratar de echar una mentirilla cuando de pronto dijo:

-Es mi cumpleaños.

-¿En serio? No lo sabía -respondió su compañero

-Pues síp, mi cumpleaños es el 10 de octubre.

-Es hoy -dijo el sexy mapache-. No tengo nada que obsequiarte -dijo triste y apenado

-No te preocupes por eso.

-Ya sé, te regalaré ramen -señalando "ése" ramen

-¿En serio? Gracias Gaa-chan -agradeció con una de sus hermosas sonrisas

Cuando se disponía a ir por el regalo de su amigo, Tobi muy preocupado por el futuro de su ramen, exprimió sus neuronas y puso en función su masa gris intentando formular un plan para salvar su tesoro de las garras del mapache y el estómago del kitsune. De repente su cerebro se vio iluminado por una idea, se acordó que debajo de su almohada había dejado un libro de cuento de hadas. Lo abrió en la tercera página, que era la del príncipe Shikamaru que estaba durmiendo sobre una mesa llena de comida, la historia se trataba de un príncipe que nada más le importaba dormir y dormir todo el tiempo. Tobi pensó que nadie se daría cuenta si tomaba el ramen del príncipe, estaba tan concentrado que no se percató de la presencia del hada malvada que odiaba a las chicas y chicos más hermosos que ella, llamada Karin, quien en ese momento estaba de muy mal humor pues de nueva cuenta el príncipe la había rechazado, estaba oculta debajo de la mesa hasta ese momento.

 

-Hey, estúpidos animales -les dijo el hada malvada -. ¿No se dan cuenta que ése idiota trata de engañarlos? -como estaba muy enojada tenía que desquitarse con alguien y ese alguien era Tobi- Para comer ramen no se necesita una fecha importante, puedes comer cuando quieras y donde quieras las veces que desees.

Dicho esto se volvió a meter en el libro. Las dos hermosas criaturas de la naturaleza se pusieron rojos de la vergüenza, pero de pronto a Gaara mapache se le ve con el ceño fruncido en señal de enojo al saberse que lo estaban engañando, ahora y con más justa razón se lo quitaría aunque fuera a la fuerza.

-Ya escuchaste lo que dijo el hada malvada, Naruto -Éste sólo asentía en forma positiva. Entonces sin nada que interponerse en su camino, con paso lento comenzó a dirigirse hacia el objetivo. Como el asunto se estaba poniendo feo Tobi volvió a tomar el libro y llegó a la página donde estaba el hada madrina Tsunade. La agitó tan fuerte que ésta salió disparada del libro cayendo de golpe al suelo.

-Miserable, ¿cómo te atreviste a sacarme en el mejor momento de mi descanso? -estaba muy enojada - Voy a convertirte en un sapo -dijo el hada madrina que desprendía cierto olor a alcohol además de que apenas podía pararse bien

-No, no me convierta en sapo, son ellos dos -señalando- los que se merecen eso

-¿Otra vez ustedes? -dijo mirando a las dos linduras quienes estaban felices de verla, aunque uno no lo demostrara tanto- Me imagino que Naru kitsune quiere ramen, ¿verdad? -ambos chicos sólo asintieron

-Pero hada madrina Tsunade oba-chan, hoy es mi cumpleaños y quería comer ramen.

-Naruto, hic, ¿qué acaso el ramen es lo único que te gusta? Deberías salir y conocer a alguien, hic, para que veas que hay en el mundosh -mientras hablaba hada Tsunade madrina agitaba su varita por lo ebria que se encontraba que ni cuenta se dio hasta que Naru kitsune fue rodeado por una nube de humo y de repente sus ropas fueron cambiadas por un hermoso vestido de princesa

-Hic, miren, este es el vestido para Sakuranicienta. Precisamente me sacashte del libro cuando estaba tomando sake antes de ir a verla para enviarla al baile en honor al príncipe, hic, como ven y no es por presumir, pero tengo buen gushto -le decía a Tobi y a Gaara

Naru se miró en el espejo y se veía mucho más hermoso, bello, sexy y sensual de lo que era. (Higary: Oh, sí *¬*) [eli: límpiate la boca n.n]

-¿Qué tal me veo?

-Bien -dijeron los tres

-Gracias, hada Tsunade, por acordarte de que hoy es mi cumpleaños y obsequiarme este hermoso vestido -le dijo el kitsune radiante de felicidad

-... ¿Eh? ¡¡¡Oh!!! Posh claro, cómo iba a olvidarlo, jejeje, hic, ¡¡déjame darte un abrazo!!

Después del abrazo, Naru kitsune saltó dentro del libro de cuentos de hadas para ir al baile porque de seguro habría mucha comida. Y así fue como Sakuranicienta tuvo que quedarse toda la noche limpiando la casa en la vivían sus hermanastros Orochimaru y Kabuto, y su madrastra, bueno, madrastro Kazusu, pero lo que no sabía era que se quedaría haciendo labores domésticas por mucho, mucho tiempo. (Higary: Jajaja, yo amé esa parte del cuento original, fue genial ver a Cenicienta limpiar mientras el lobo le quitaba al príncipe)

 

-¡¡Bien!! -dijo muy efusiva el hada- Qué delicioso sabe este sake que me regaló Blanca Lee y los siete pitufos.

 

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Naru kitsune llegó al palacio real muy emocionado. Mientras tanto el príncipe estaba harto y fastidiado de todas las chicas que se le ofrecieran, no era que no le gustaran o algo parecido, pero él buscaba y quería algo diferente. Buscaba a alguien especial, alguien que le hiciera sentir celos, pasión, lujuria y sobre todo amor, quería a una persona no importaba si fuese hombre o mujer, él quería que esa persona que anhelaba le hiciera sentir amado en todos los sentidos y compartir todo con él o ella.

-Que fastidioso es todo esto -decía de mal humor el príncipe

-Vamos, anímese su majestad, ya verá que encontrará a alguien que le guste -le animaba su sirviente

-Cállate, Kiba.

-Pero debería estar un poco, aunque sea un poquito, animado, recuerde que su padre el rey Itachi desea verlo felizmente casado.

-Ese padre es un... mejor ni digo.

El príncipe se quedó de pie fastidiado por tener que dar la bienvenida a los invitados, mientras en un balcón el rey Itachi hacia berrinche en presencia de su mano derecha, Neji.

-No entiendo por qué mi gruñón y arisco hijo es así -se quejaba-. Míralo, no muestra ningún interés, ni siquiera una mínima señal ante esa gente a su alrededor -decía con unos binoculares en mano

-Tiene razón.

-Claro que la tengo -mientras se jalaba los cabellos-. A este paso se quedará amargado, gruñón y soltero el resto de su vida, y de paso la mía. ¡¡¡Ya quiero que se case!!! - decía mientras estaba en el suelo pataleando

El rey Itachi seguía haciendo berrinche y Neji trataba de calmarlo. El príncipe  aún estaba rodeado de una gran cantidad de personas. Nadie se dio cuenta de la entrada de Naru kitsune quien al ver la mesa servida con deliciosa comida optó por llevarse unos cuantos platos para ir a comerlos tranquilamente en el jardín. El príncipe, que al fin había estallado y gritado que lo dejaran en paz, salió del gran salón con rumbo desconocido. Al ver esto el rey comenzó a llorar.

 

En el jardín Naru comía muy feliz y no era para menos, pues estaba saboreando lo que le gustaba, ramen, qué mejor manera de festejar su cumpleaños. El príncipe iba caminando por el mismo jardín cuando de pronto unos ruidos llamaron su atención, al acercarse con cautela su corazón quedó flechado al ver ante él al hermoso ser que se encontraba comiendo fideos. El kistune estaba dando el último sorbo cuando escuchó una voz.

-¿Qué estás haciendo?

-¿Hn? -fue lo que dijo Naru kitsune pues al voltear a ver quien le había hablado sus ojos se toparon con unos negros ojos muy profundos, irremediablemente quedó atrapado. El príncipe se fue acercando con paso lento hacia el kitsune.

-Mira, tienes sucia la cara -le dijo mientras que con la yema de sus dedos le quitaba los restos de comida

-Gracias -decía mientras sus mejillas eras cubiertas por un bello color carmín. El príncipe fijó su vista en las orejas del chico y con toda la curiosidad y sin pedir permiso las acarició

-Son muy suaves, ¿son de verdad?

-Ajá.

-Son lindas.

-Gra... gracias.

-Por tus orejas deduzco que eres un kitsune. ¿Cómo te llamas?

-Na... Naruto. ¿Y tú?

-Sasuke.

-Es un bonito nombre.

-Pero no tanto como tú.

No muy lejos de ahí, Naru kitsune y el príncipe Sasuke eran observados desde la oscuridad por el rey Itachi, quien estaba al borde de las lágrimas, feliz y orgullo porque todos los miembros de su familia tenían un buen gusto por la belleza, y ese pequeño kitsune era lo que su adorado hijo merecía. Además de que todas las veces que lo había espiado nunca vio que estuviera tan comunicativo, amable y seductor como ahora; si quería que todos vivieran felices por siempre tenía que hacer algo y rápido para que Naru kitsune se quedara por el resto de su vida con su hijo. Volteó a ver al hombre que estaba a su lado, que no era otro más que su ayudante Neji y le dijo:

-Corre a los estorbos, nadie tiene que arruinar mis planes, y prepara todo.

Neji obedeció y fue a realizar lo que su majestad el rey ordenó.

 

-Aún no me has dicho qué haces aquí en el jardín.

-Eh... yo... bueno, lo que sucede es que hoy es mi cumpleaños y vine para... -Naru estaba muy nervioso y apenado al sentirse observado por Sasuke

-¿Cumpleaños? -preguntó

-Sí.

-¿Cuántos? -dijo curioso

-17

-Te ves muy bien, o mejor dicho, te ves hermoso -le sonrió el príncipe

-¿Eso crees? -Kitsune preguntó muy ilusionado

-Claro que sí.

-Tú también eres... guapo.

El príncipe sólo sonrió de felicidad al oír las palabras de Naruto.

-Vamos al salón principal -le invitó al ojiazul

-¿Eh? pero...

-No temas, mi kitsune, yo te cuidaré, hay que festejarte por tu cumpleaños.

-¿De verdad?

-Por supuesto, hoy será un día inolvidable para ambos.

Sasuke tomó la tomó la mano de Naruto cumpleañero y se fueron juntos a su destino.

 

El rey seguía sus pasos con cautela. Cuando ambos entraron al salón la decoración era muy distinta y... no había nadie. Todo estaba lleno de flores y velas, haciendo el lugar idóneo para una declaración de amor.

-<<Padre>> -fue lo que pensó el príncipe, pero estaba muy agradecido por el gesto

-Bien hecho -había dicho el rey a Neji. Entonces comenzó a oírse una melodía lenta y suave

-Naruto, ¿me permites esta pieza?

-Sí -contestó muy emocionado y así comenzó el baile

El príncipe Sasuke y Naru kitsune, ya más que enamorados y sabiendo que ya no podrían vivir sin el otro, se besaron por primera vez. Después de eso el príncipe llevó a Naru kitsune a su alcoba, ya estando dentro acostó al rubio sobre la cama y a éste no le desagradó. Con besos tímidos, tiernos y cálidos comenzaron su relación de amor. Las caricias fueron aumentando en intensidad y los besos se hicieron más profundos y apasionados, y así continuaron hasta consumar su amor. (Higary: Obvio que esto no venía en el cuento original, mis niños tienen entre 7 y 8 años ¬///¬)

 

El rey Itachi, ahora sí muy feliz después de haber escuchado por detrás de la puerta gracias a un vaso que tenía cerca de su oído, tomó su equipaje, a Neji su mano derecha, y saltó por la ventana huyendo lo más rápido que pudo dejando todos sus deberes y responsabilidades a su familia.

 

Así fue como  el 10 de octubre Naruto kitsune encontró pareja, y no sólo eso, sino que a partir de esa fecha pudo comer todo el ramen que quiso.

 

Y el hada malvada tuvo su castigo por molestar al kitsune gracias al príncipe Sasuke, ya que éste la amordazó y la arrojó al mar, condenada a vivir con Suigetsu el pulpo.

 

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Tsunade estaba dándole tragos a la botella que le habían obsequiado. Gaara, como estaba sólo e ignorado, comenzó a aburrirse pues a él también le hubiera gustado ir al baile, pero como no se pudo pues tenía que entretenerse en algo, y ese algo era tomar robado el ramen de Tobi.

-Auxilio -gritó Tobi

Éste grito hizo que la mujer dejara de hacer lo que estaba haciendo con mucho gusto, y dirigiéndose tambaleante hacia donde estaba acostado para darle una golpiza por molestarla en tan sagrado momento, no se percató de que de nueva cuenta giró su varita haciendo esta vez desaparecer en un instante a Gaara mapache.

-‘Ora, ¿'onta el mapashito, hic? -volteó para buscarlo- Bueno, no importash, aprovecho que estoy fuera de ese condenado libro para irme de vacashiones, hic -y sin más desapareció dejando solo a Tobi sano y salvo con el ramen que para su mala suerte ya tenía una semana de haber caducado, y con toda la tristeza de su alma lo tiró a la basura. Antes de volver a acostarse apiló todos los libros que tenía poniéndoles encima grandes y pesadas piedras para que ningún personaje pudiera salir como, por ejemplo Frankeishizune. Después apagó la luz y durmió tranquilo.

 

Tiempo después, cuando el líder quiso contarle una historia del kitsune y el mapache, se sorprendió, pues no estaban en el libro y nunca más los volvió a ver.

 

                                                    Fin

 

En las ramas de un gran árbol, cierto hombre de cabello gris y con una máscara cubriendo casi todo su rostro, cerró el libro que tenía por título "Historias de amor en el país del fuego" autor "Ermitaño".

-Este libro supera a todos. Jiraiya-sama es un genio de la literatura, este libro despierta muchas emociones. Ya es tarde, los chico deben estar esperándome -Kakashi se dirigía al lugar de reunión cuando se acordó de algo muy importante-. Es cierto, hoy es el cumpleaños de Naruto. ¿Qué podría regalarle?... -se preguntaba el sensei- Lo tengo, lo llevaré a comer ramen, pero tal vez Sakura y Sasuke piensen lo mismo... -con ese pensamiento Kakashi se dirigió a donde se encontrarían los jóvenes reunidos.

 

Al llegar lo que pudo observar fue a Sakura tirada en el suelo desmayada, y a un Sasuke y Naruto terminándose de besar.

-Feliz cumpleaños, Naruto -dijo el Uchiha mientras cargaba al rubio entre sus brazos y desaparecían de ahí.

 

-Ahh -suspiró el sensei-, lo dejaré para mañana cuando lo vea. Mejor voy a ver a mi Iru-chan. Feliz cumpleaños, Naruto -dijo al viento y desapareció en una capa de humo.

 

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Si se preguntan que pasó con el mapache rojo llamado Gaara, pues les diré...

Ese día, gracias, o más bien por error de la magia de Tsunade hada madrina, apareció dentro de un castillo, en ese castillo dentro de una habitación, y en esa habitación acostado en una cama que le pertenecía al príncipe Sai. El príncipe al ver tendido sobre su cama a semejante hermosura de animalito no tuvo más remedio que hacerlo suyo. Tiempo después, más exactamente al tercer día, se casaron en una ceremonia doble, pues Sai resultó ser el hermano mayor del príncipe Sasuke, y así fue como todos vivieron felices para siempre. 


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