Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Saying Goodbye por Rayn Hiwatari Kon

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ésta serie no me pertenece a mí. Tampoco fue redactada con fines de lucro, tan sólo por mero entretenimiento.

…SAYING GOODBYE….

 

Mi palpitar es cada vez más acelerado al sentir como tus labios se deslizan a través de mi piel desnuda, no sabiendo yo como responder ante acciones tan repentinas con las cuales me has sorprendido.

Sin embargo, mis ojos brillan ante la extraña necesidad que vas causando poco a poco en mi ser, tan sólo yo pudiendo rendirme ante tus encantos, encerrando entre mis dedos la almohada que había caído de la cama para terminar donde nuestros cuerpos ahora yacían…tendido el mío sobre las piezas del rompecabezas que tanto te fastidiaba verme elaborar diariamente, restando importancia a cualquier cosa que hicieras.

No quiero aceptarlo tal como tú, su muerte sólo puede ser parte de una pesadilla que ambos estamos experimentando: aquella persona que hemos adorado y admirado a lo largo de nuestros años, de la cual ignoramos siempre su verdadero nombre…cuyas mañas heredamos por separado, complementándonos mutuamente…Ryuuzaki.

No…no puede ser realidad como el detalle de tu partida tan repentinamente planeada.

Estiro mis brazos separando las manos de la mullida superficie sólo para rodear con ellos aquel cuello delicado y pálido camuflajeado entre las hebras doradas que conforman tu cabellera, sin evitar que nuestros ojos se cruzasen y nos observásemos mutuamente, rogándote en silencio que escuches la plegaria que intento hacer llegar hacia ti…

-Sabes que lo que haces es inservible, Nate…-susurras tomando mi rostro por la quijada, elevándomelo y obligándome a encarar miradas, pues traté de rehuir cuando usaste mi verdadero nombre; pensé que no sabías cual era-¿Por qué sigues intentando hacerme cambiar de opinión?

-No me llames así, MIHAEL-recalco para hacerte rabiar sin modificar mis expresiones, teniendo un final fructuoso al verte torcer tus labios en desagrado-y, ¿creo que es obvio, no? Somos mejores estando el uno con el otro. Por separado, ninguno de nosotros tiene de superar a L, no por el momento.

-Pero no planeo ser el segundo, como de costumbre-me contestas quedando tus hebras suspendidas sobre mi rostro, acariciándome con sutilidad, causando que los nervios corriesen por cada rincón de mi figura; aunque ruego porque no hayas visto como me haces flaquear-ésta vez quiero ser yo quien se vengue por lo que Kira le hizo a él, aún si tengo que competir contra ti como de costumbre.

-Sería extraño sino lo dijeras-maldigo mi mortalidad, la voz me traiciona y sale cual suspiro o, bien, tan sólo en un hilillo ínfimo, debiendo desviar toda mi atención a otro punto para no soportar tus ojos esmeraldas fijarse en mí, burlándote-es tu decisión, de todas maneras, Mello.

Mis ojos se vuelven a ti tras haber dejado pasar unos segundos en los que estabilicé mis emociones, tan sólo para ver dibujado en tu rostro un rubor tenue cubriéndote las mejillas y una sonrisa amplia que parecía invitarme a un juego prohibido al que deseabas llevarme contigo…

-Near-me llamas por mi sobrenombre como estoy acostumbrado, acariciándome la mejilla con una dulzura inusual, demostrándome sin duda alguna que deseas algo de mí-ésta es nuestra despedida indefinida, a partir de mañana ninguno sabrá nada del otro hasta que volvamos a encontrarnos, ¿cierto?

-¿A qué es lo que quieres llegar?

Mi voz suena nerviosa, se de antemano lo que deseas hacer conmigo y no planeo poner oposición alguna…aunque acepto que el miedo recorre cada poro de mi piel, pero prefiero tener un recuerdo  latente de ti, que jamás se borre de mi mente ni mi piel.

-Ya sabes que es lo que deseo, pero la pregunta es…-me tomas del mentón con delicadeza, frotando tu nariz contra la mía, pudiendo percibir que no soy el único que se estremece ante los nuevos estímulos brindados a mi cerebro-¿Qué es lo que tú quieres?

El silencio es todo lo que se escucha en nuestros oídos, durante varios segundos que permito correr; más, cuando siento que intentas retirarte, resignado ante mi decisión, te rodeo el cuello con mis brazos y junto tus labios con los míos, compartiendo un beso inexperto por ambas partes, ya que hago un tremendo esfuerzo por penetrar mi lengua a tu boca, lamiendo cada centímetro e invitándote a imitarme.

La plegaria no tardó en llegar a tus oídos, entrelazamos nuestros cuerpos mutuamente en un intento fallido por fundirnos en abrazo donde las prendas ya no sean necesarias; que podamos frotar las pieles vírgenes una con la otra mientras guardamos en nuestros recuerdos cada segundo hasta el día que podamos volver a amarnos.

Tus dedos, con tanta experiencia como los míos, me libran de la camisa de botones blanca que resbala por mis delgados brazos y termina en algún rincón de la habitación; por lo que yo intento imitarte, sufriendo trabas por momentos en cada obstáculo, ya que mis continuos estremecimientos interrumpen la tarea.

-Tranquilo, Nate…-trato de volver a replicarte, pero me cubres los labios con la punta de tu dedo para guardar silencio, comunicándonos tan sólo al fundir tus esmeraldas y mis zafiros por ínfimos momentos-sólo por ésta noche. Tú conoces mi nombre y yo el tuyo…si es nuestra primera vez, quisiera que me llamases por mi nombre en el momento que llegases al punto del éxtasis, como deseo hacerlo yo.

-M…Mihael…-me sonríes como jamás lo has hecho, dándome la confianza de la cual carezco en estos precisos instantes.

Dejamos la mente a un lado; reflexiones y pensamientos quedan en segundo plano cuando el cuerpo actúa por instinto, en un constante intento por demostrar nos mutuamente el amor que jamás sabremos expresarnos con palabras.

Cada segundo es una experiencia nueva, percibo como mi piel se incinera ante los besos que me brindas, contorsionándome y aferrando mis manos a las sábanas cuando se que mis pantalones yacen junto a los tuyos, camuflándose junto con las sábanas que nos envuelven recelosos, cual si quisieran que nadie más que la Luna y aquella habitación fuesen nuestros únicos confidentes.

-Ah…M…Mihael…-gimo con mi rostro aperlado de sudor, estirando jadeante mis brazos y cerrándolos en tu espalda, cubriéndote de besos en un vano intento por tranquilizarme, pues amenazas con introducir tu hombría por mi estrecha entrada-tengo…tengo miedo, Mihael…

-Tranquilo, Nate-me tranquilizas correspondiendo a mis silenciosas y corporales plegarias, entrelazando tus dedos con los míos, posando tus labios en mi frente y lamiendo las lágrimas que corren por mis mejillas por el sólo pavor-yo estoy contigo, te prometo que no te lastimaré…

Tomo aire más de una ocasión, afirmando mientras que una sonrisa segura se apodera de mi boca, sellando mis ojos y dándote la autorización que necesitabas para continuar, aferrándome con todas mis fuerzas a tu mano, implorando que no me soltaras.

Posteriormente penetras en mí por completo, me entregas tu corazón mientras que el mío ya lo tenías resguardado celosamente con tu ser. Prometes protegerme en silencio mientras que yo hago lo mismo, moviéndonos acompasados ante el palpitar de nuestros pechos, al ritmo de un vals creado por y para los dos.

-M…Mi…Mihael…Yo…Yo…-No lo soporto, estoy a punto de llegar al clímax cuando veo tu ser goteando sudor y cayendo sobre el mío, poseyéndome con devoción y cariño hasta que llegamos a un punto que no podremos sostenernos mas-Ahh…ahh…no…no soporto…me…

-Hagámoslo juntos, Nate. Tú…tú y yo…-nos abrazamos mutuamente, aumentando el ritmo hasta un punto que no podemos mas, exclamando en un alarido el nombre del otro, permitiendo que una extraña pero viscosa sustancia bañe nuestros vientres y quede regada en mis entrañas, dejándome una memoria que jamás nadie podrá suplir.

Tras esto, caes rendido sobre mi cuerpo, terminando ambos jadeantes y cansados ante la nueva y extraña actividad. Te mueves para quedar a mi lado, sin embargo no quieres separarte de mi cuerpo, por lo que te observo extrañado y noto una sonrisa alegre y triunfal en ti, frunciendo yo el ceño en busca de una explicación lógica que fundamente tu actitud.

-No puedo evitarlo, Nate-confiesas antes de morderme la punta de la nariz, a lo que yo refunfuño y me froto contra tu pecho-al fin te he ganado en algo, aunque no sea propiamente una victoria.

-Si serás cabezota, tonto-te contesto primeramente enfadado, para luego sólo poder acompañar tu sonrisa con una mía, refugiándome en tu cuerpo, grabándome tu aroma, ya que mañana…-mañana será nuestro amargo adiós.

-Así es, nuestra temporal y momentánea despedida.

Sin más, tus labios poseen los míos antes de que nos sumamos en un sueño profundo, formulándonos la promesa de que ésta despedida no iba a durar demasiado; tal como la ilusión de que tu siempre seas mío…porque nadie más puede llegar a ser el dueño de mi alma y corazón…

 

FIN

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).