Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: SasuxNaru, y las que se me ocurran.
Aclaraciones y Advertencia: Contiene Yaoi, muerte de personaje, Spoiler del manga, entre otros.
Beta: Usarechan
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Capitulo 13.- Lazos
La joven pareja disfrutaba de un momento a solas; pues los "hermanos" de Naruto habían convencido a la diosa de regresar al Hades, al menos por el momento.
El rubio se encontraba sumergido en sus pensamientos. Su vida había dado un giro de 360º en tan solo unos cuantos días: Sasuke y él se habían declarado y ahora eran novios, pasó de un demonio odiado por todos, a la reencarnación de un sentimiento amado por todos que encima tenía el amor de dos dioses que le querían como si fuera su hijo; todo eso le hacia sentir como si estuviera en un sueño, uno del que no quería despertar.
- ¿Qué sucede dobe? -le preguntó el azabache un poco preocupado por el ensimismamiento de su kitsune.
-No me sucede nada ttebayo -le respondió regalándole un fugaz beso que el azabache convirtió en uno demandante.
El beso, poco a poco se fue convirtiendo en uno cada vez más hambriento, demandante y pasional, pero sobretodo cargado de amor; finalmente tuvieron que separarse por falta de aire.
Los dos se miraban a los ojos; sus respiraciones agitadas y su libido reclamando ser complacido.
-Sasuke... -su voz sonaba ronca, cargada de deseo y lujuria ¿Y como culparlos? Hacía tanto que no estaban solos que sus cuerpos, sus almas, su todo; se necesitaban el uno al otro.
-Lo sé dobe, lo sé -Sasuke estaba en igual o peor situación que él. Besó su cuello cariñosamente; dio una pequeña lamida sacándole un pequeño gemido al jinjuriki.
El Uchiha bajó una mano a la entrepierna del Uzumaki acariciando su miembro por encima de la ropa; disfrutaba de cada suspiro y gemido que escapaba de sus labios.
Lentamente se fueron despojando de sus ropas, disfrutando de cada porción de piel que quedaba expuesta a sus ardientes caricias y sedientos labios que se buscaban para beber del otro.
-Te amo, ahhh -gimió Naruto completamente cegado por la pasión; se mordió uno de los dedos para evitar gemir a causa de esa traviesa boca que se deleitaba jugando con su miembro duro.
Sasuke tan solo se deleitaba con la virilidad del Uzumaki; no importaba cuantas veces probara el sabor del rubio, este era mejor cada vez.
- ¿Esto es lo que se llama expresar su amor? -aquella voz sobresaltó a los dos amantes.
Sai estaba frente a la pareja con una de sus típicas sonrisas adornando sus labios. Si Sasuke estaba molesto por la intromisión, se puso furioso cuando el ANBU mencionó el tamaño del miembro de su Naruto y su propio miembro.
- ¡¿Qué demonios haces aquí ttebayo?! -le gritó Naruto, molesto mientras se vestía al igual que el azabache.
-Tsunade-sama me pidió que los llevara ante ella -Sasuke soltó un bufido; mentalmente tachando el nombre de su aniki en su lista de venganzas para reemplazarlo por el de Sai y Tsunade, ¿Es que acaso los dioses y Destino lo odiaban tanto que siempre debía haber alguien que lo interrumpiera cuando estaba con su dobe? El Uchiha ya se podía imaginar al destino y unos cuantos dioses burlándose de su desgracia.
- ¿Qué es lo que quiere esa vieja ebria? -gruñó molesto el azabache queriendo matar al ANBU, pero sabía que era amigo de su kitsune y este, obviamente, no lo dejaría lastimarlo.
-Una misión -respondió Sai; sonrió interiormente al ver como los ojos de su amigo rubio se iluminaban.
- ¡Vamos, apresúrate Sasuke-teme! -exclamó el Uzumaki, quien ya se encontraba en la puerta con Sai quien, para molestia de Sasuke, lo tenía tomado de la mano.
Mientras tanto, Madara se encontraba sentado en la rama de un árbol; estaba mirando su brazo izquierdo, el mismo que fuera mordido por aquella serpiente para brindarle un poco del poder maligno del dios Seth.
-Deidara y Sasori han sido eliminados... -se dijo a si mismo, recordando el informe de Pein -Sasuke Uchiha -el más joven de su clan había sido el responsable de la muerte de ambos akatsuki, ¿De donde había sacado tanto poder? -, ¿Qué es lo que ocultas... Sasuke-kun?
Kakuzo y Hidan ya estaban en camino a la aldea oculta de la nube para conseguir al bijuu de las dos colas: nekomata.
Sasuke tenía ganas de matar a la vieja alcohólica y a ese ANBU bueno para nada, ¡¿Solo para eso los habían interrumpido?!
La joven corría lo más rápido que podía; era seguida por dos enormes y aterradores lobos. La chica tropezó, cayendo al suelo, lastimándose el tobillo.
-Déjenme tranquila -les suplicó, su voz estaba matizada de miedo.
-No te haremos nada, querida her-ma-ni-ta -deletrearon con burla.
-Engaño, Mentira... yo no sé nada.
-Amistad, Amistad, no eres buena mintiendo -habló Mentira.
Los dos lobos rodeaban a Amistad en un circulo de muerte, de sus fauces resbalaba una saliva corrosiva, sus ojos eran como dos carbones encendidos, su pelaje era tan negro como la noche; aquellas criaturas parecían salidas de alguna terrible pesadilla. Por otro lado, la joven poseía una rubia cabellera como si fuesen hilos de oro que brillaban con los rayos de sol, sus ojos eran como dos zafiros, su piel era tersa y clara, como la porcelana.
- ¿Qué es lo que quieren de mí? -preguntó Amistad, no sabía como escapar.
-Ayúdanos a traer de vuelta a nuestra hermana Pureza -contestó Engaño -, ese humano no merece tocarla.
-Jamás les ayudaría a lastimarla -sentenció con firmeza.
Los lobos tomaron forma humana; eran seres de apariencia fantasmal, su piel era de un color verdoso, como el de un cadáver que había pasado mucho tiempo en el agua, sus cabellos cubrían medio rostro dejando ver uno de sus ojos, que era como una cuenca vacía y lo poco de rostro que se podía ver; era solo piel y hueso.
-Si tú nos ayudas, ese humano y nuestra hermana se separarán para siempre -sonrió Engaño.
No, ella jamás ayudaría a destruir un lazo tan fuerte como el que tenían Sasuke y Naruto; uno en el que ella, Amor, Dulzura y muchos otros sentimientos más y no permitiría que su tan arduo trabajo se viniera abajo.
-Ni Seth, ni ninguno de ustedes podrán separarlos -habló Amistad en tono serio. Había olvidado el miedo de un principio.
Los dos soltaron una fuerte carcajada; lo dicho por su hermana les había causado gracia, ¿En verdad creía que no podrían traer a Pureza de vuelta? Que equivocada estaba.
Continuará...