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Tu última oportunidad por lizerg_chan

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Notas del capitulo:

La aparicion estelar de Itachi!!!

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.


Parejas: SasuxNaru, y las que se me ocurran.


Advertencia: Contiene Yaoi, muerte de personaje, Spoiler del manga, entre otros.


Beta: Usarechan


Aclaraciones:


 


 


 


OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO


 


 


 


Capitulo 19.- El guerrero del sol


 


 


Itachi y Kisame se encontraban muy cerca de Konoha, su misión en aquellos momentos era espiar al jinchuriki de nueve colas pero no lo encontraban por ninguna parte; era como si simplemente se hubiese desvanecido en el aire, ¿Acaso sería cosa de la hokage o de su hermano?


 


Itachi sabía que Sasuke había regresado a la aldea en extrañas circunstancias y aun más extraño era el hecho de que el consejo le otorgara el perdón y la reintegración completa de sus bienes.


 


¿Qué era lo que se proponían esos ancianos?


 


 


Ambos Akatsuki entraron a la aldea sin ser detectados e incluso caminaron entre las personas. De pronto, Itachi se percató que el mundo se había detenido, miró a su compañero que también estaba inmóvil.


 


El Uchiha estaba confundido, ¿acaso había entrado en algún genjutsu? No, imposible, se habría dado cuenta. Un parpadeo y el lugar cambió, ahora se encontraba en lo que parecía ser una enorme habitación. El suelo era de oro, las paredes de madera al igual que las columnas que estaban pintadas de rojo y adornadas con láminas de oro. Había estatuas de la diosa Amaterasu  y otros muebles de estilo japonés antiguo.


 


 


— ¿En dónde estoy? —se preguntó Itachi realmente confundido.


—Estás en mi palacio —Itachi no lo podía creer; ahí, frente a él estaba una hermosa mujer de largo cabello azabache con un peinado tradicional japonés. Su piel era tan perfecta como la porcelana. Usaba un elegante kimono blanco y dorado, lo más sorprendente de aquella mujer era que de su cabeza resplandecía una luz muy cálida.


 


 


La diosa mantenía ese porte estoico y orgulloso que la caracterizaba; al verla frente a él, Itachi no pudo evitar arrodillarse ante ella. Era algo extraño y confuso: él, un orgulloso Uchiha que no bajaba la cabeza ante nadie, ahora, por su propio deseo estaba de rodillas con la frente pegada al suelo en actitud sumisa.


 


 


—Levántate —le pidió la diosa ayudándole a incorporarse —. Itachi, mi pequeño Itachi, siempre has sido mi mortal favorito.


 


Las mejillas del Uchiha se encendieron; aquella diosa, famosa por su frialdad, arrogancia y orgullo, lo estaba mirando con infinita ternura y cariño (como solo una madre lo haría).


 


 


— ¿Quién es usted? —preguntó en un hilillo de voz. La diosa le sonrió con dulzura; a cualquier otro lo hubiese mirado con desdén o incinerado por “la osadía” pero con Itachi era diferente.


—Soy la diosa Amaterasu —Itachi abrió los ojos de par en par, ¡increíble! ¿En verdad estaba ante la presencia de la diosa sol?


— ¿Por qué estoy aquí? —cuestionó Itachi aun confundido.


 


 


La diosa le sonrió dulcemente y con paciencia y ternura –jamás vista en ella –, le contó la historia de las virtudes y sentimientos, como Pureza había sido atacada por Seth; Itachi odió a ese dios, ¿Cómo había sido capaz de lastimarla? Se sorprendió al saber que esa virtud había reencarnado en Uzumaki Naruto y casi le daba un infarto cuando supo que Sasuke (el que él conocía) no era el mismo, sino uno de otro tiempo: del futuro.


 


 


—Ahora que sabes la historia completa —dijo Amaterasu después del relato —… ¿Serás mi caballero? —aquello sí que sorprendió a Itachi —A cambio de tus servicios te daré la salud de tu cuerpo y la restauración de tu clan.


 


Claro que ayudaría, no por el hecho de recibir algún premio por parte de Amaterasu, sino por que Sasuke le necesitaba. Asintió con la cabeza ocasionando una sonrisa satisfecha por parte de la diosa.


 


El cuerpo de Itachi se iluminó; al desaparecer el brillo se dio cuenta que sus ropas habían sido sustituidas por un traje estilo chino color rojo con un cinturón de hilo de oro con el emblema de Amaterasu en la espalda.


 


—Ahora mi querido guerrero —habló la diosa con cariño —, es momento que cumplas tu primera misión.


 


Itachi asintió sintiendo como el corazón le latía a gran velocidad, ¡vería a su hermano! Eso le agradaba y a la vez le preocupaba, ¿aun lo seguía odiando? Lo más probable era que sí.


 


 


Por otro lado, en los territorios del tiempo. Sasuke y Naruto disfrutaba de un momento de descanso mientras el equipo cielo discutían algunos asuntos.


 


—Las cosas se están complicando demasiado —comentó Atem.


—Minato —lo llamó la única mujer del grupo —, tu hijo debe aprender a dominar aquella entidad llamada Kyuubi.


—Lo sé, en estos momentos Kyuubi sería de mucha ayuda —aceptó el rubio.


— ¿Por qué no le pedimos ayuda al equipo demonio rojo? —cuestionó Orión ocasionando que Minato sonriera inconscientemente al recordar a uno de los miembros de ese equipo.


—Es buena idea —aceptó el líder —. Destino-sama —llamó levantando el rostro al cielo.


— ¿Si? —respondió la voz del destino en la mente del equipo cielo.


—Destino-sama, necesitamos pedirle un favor —dijo Minato —. Permítanos ver al equipo demonio rojo, necesitamos la ayuda de uno de sus integrantes para completar el entrenamiento de mi hijo.


—Bien —respondió al tiempo que un portal se abría a unos cuantos pasos de ellos —. Minato, tú y Chai serán los que vayan.


—Como ordene, Destino-sama —dijeron ambos a la vez antes de entrar al portal.


 


—Atem del fuego, Orión del agua; ustedes se encargaran de continuar con el entrenamiento de esos dos.


 


 


Minato y Chai aparecieron en los territorios del equipo demonio rojo. Aquel equipo se caracterizaba por ser de cabellos rojos, ser descendientes de demonios o bien tener su sangre.


 


— ¡Minato! —exclamó una mujer de larguísimo cabello rojo y hermosos ojos verdes.


— ¡Kushina! —Minato la estrecho entre sus brazos, besándola con amor y cariño.


—Hola Chai —la saludó la pelirroja con una hermosa sonrisa.


—Es bueno verte, Kushina-san —la saludó la guerrera del rayo.


— ¿Sucedió algo? ¿Por qué vinieron ambos? —los cuestionó un tanto confundida.


—Necesitamos que enseñes a Naruto a dominar al Kyuubi —Kushina se llevó ambas manos a la boca, ¡su hijo! ¡Vería a su hijo!


 


 


Continuará….


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