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Sustitución por vegenisennawa

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Notas del capitulo:

Hola a todos:

Gracias de nuevo por este fic.

Se lo dedico esta vez a Murtilla, que me ha dejado varios reviews. ^^

Espero les guste este capítulo.

Nos vemos!! ^^

   Hades al fin llegaba a su reino. Todos los espectros estaban complacidos por ver a su señor. Minos y Aiacos se hincaron ante la deidad, y los siguieron detrás, junto a Radamanthys y Pandora.

   "El que entre aquí, abandonde toda esperanza", palabras con las que el infierno recibía a su propietario. Se sentía como en casa: el frío, la desesperación, el miedo, la angustia, la tristeza y las penas fluían libremente por toda esa nación.

   Recorrió con elegancia y nostalgia sus dominios, que estaban ya como los recordaba, antes de que los santos atenienses lo invadieran. Sentía algo de odio contra ellos, pero tenía que recordar que ahora poseía el cuerpo de uno de ellos, por lo que no podía hacer nada, por el momento, para vengarse.


   Han pasado ya tres años desde que estuvo en el santuario. El dios había reorganizado la forma de impartir justicia. Tenía ahora un lado humano, por lo que conocía, al menos teóricamente, la gama completa de sentimientos que un ser humano puede tener.

   Las almas ya no sufrían tanto en el purgatorio, y los muertos recibían el más justo castigo que se pudiera. Había tenido la precaución de que Lune tratara su obsesión hacia el sonido, y que los tres jueces del infierno hicieran su trabajo.

   Orpheo bajaba cada otoño para entretener a Hades. Pharaoh se encontraba algo celoso, pues Hades encontraba refrescante la música del guerrero griego. Pero, a la vez, se sentía satisfecho, pues el dios, en primavera y verano, le ponía mucha atención a él, cosa que antes no sucedía.

   Uno de esos días, Hades se encontraba recostado en su trono, descansando de un día muy pesado. Era verano, por lo que Pharao tocaba para él. Ya no obligaba a nadie a escuchar sus conciertos privados para así tener más tranquilidad. Radamanthys, para estar a un lado de su señor, se quedaba, con permiso de su dios, a escuchar a los músicos. De una u otra manera, había aprendido a apreciar ese arte.

   Pero, el dios se sentía vacío, aburrido. Ya había tenido esta vida antes, pero le faltaba algo, y no era poder o sangre. Algo en su interior le decía que lo anhelaba, pero que no lo conseguiría ahí.

   Papillon abrió de golpe la entrada del salón, corriendo a través del salón, haciendo que todo se interrumpiera.

-¡¿Qué estás haciendo, Myu de Papillon?!- Dijo Hades, furioso, que se levantó por impulso de su trono, mostrándose autoritario.

-Amo,- Se inclinó Myu ante Hades, bajando la cabeza. -Algui...

-Buenas tardes, hermanito.

-Zeus.

   El dios de los dioses entró con paso elegante hacia el trono de Hades, deteniéndose ante el primer escalón.

-¿A que haz venido?

-Voy a celebrar una fiesta en honor a la paz, y estás invitado, así como toda tu corte.

-Gracias, pero no iré.

-¿A qué le tienes miedo?

   Ante estas palabras, Hades no pudo alegar nada, por lo que finalmente aceptó, mostrando esa soberbia y coraje que lo caracteriza.

-Allá te espero, hermano.

   Zeus se alejó con paso galante hacia la salida, mientras que el dios de los muertos le indicaba a Papillon que lo acompañara a la salida de su reino.

   Radamanthys observaba cómo su amo estaba apretando su puño, notando unas gotas de sangre salir de su palma. No quiso decir nada, pues Hades odiaba demostrar sentimientos humanos, lado de Shun que detestaba por completo.

-Y, Hades, debes escoger a al menos un músico, pues quiero un pequeño concierto.

   Hades solo asintió, mientras le dirigía una mirada de coraje al que fuera su hermano. Pero, a la vez, sintió una sensación placentera. Si era un evento para celebrar la paz, Atenea estaría ahí. Y, si su corte estaba invitada, su corte también lo estaría.

-Pharaoh, practica mucho. Quiero que seas el mejor.

   Pharao asintió, y empezó a tocar su arpa con gran sentimiento, pues su amo lo había, de cierta manera, felicitado por lo que hacía.

   Hades sonrió complacido, y se sentó de nuevo en su trono, recargando su cabeza apoyada en el respaldo, jugando con sus cabellos. Este gesto no fue ignorado por Radamanthys, que poco a poco se perdía en la inmensidad de los ojos de su señor.

Notas finales:

Sí, lo sé... un capítulo no tan bueno, pero necesario...

Ya mero viene el primer lemon ^///^ XDD

 

Nos vemos!! ^^


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