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Sustitución por vegenisennawa

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Notas del capitulo:

Hola a todos:

¡Vaya! Di señales de vida.

Bueno, pues espero ternimar este fic pronto, así como los otros dos. ^^

Sí, sigo de vacaciones, pero estoy buscando trabajo.

Ahora sigo dando formato a otra máquina, por lo que ando como loca. XDu

Bien, pues espero que este capítulo sea de su agrado.

P.D.: Muchos pensamos que Shaka se suicidó tal cual al llegar a las sales gemelas. Sí, murió, pero su alma se restituyó en el Hades, enfrentándose al enemigo. Espero que este capítulo limpie el nombre de Mu, quienes pensaron que moriría así como así.

A lo mejor tengo la idea un poco equívoca de la técnica, pero en el trama funcionaría de esta manera.

Espero críticas. ^^

Arayashiki...

Técnica utilizada por los antiguos y privilegiados guerreros para trascender más allá de la muerte. Alma y mente navegando las turbulentas aguas de la inmortalidad. Muy pocos han resistido al utilizarla, y un número reducido la han vuelto a ejecutar.

¿Por qué la búsqueda de la verdad tiene que ser tan dolorosa?

Shion subió a la escalinata donde se eleva el altar dedicado a la diosa de la sabiduría. Notó unos rastros de sangre, así como la daga homicida. Unos rastros de energía en forma de esporas luminosas que ascendían delicadamente al cielo con la sublime brisa del viento. Analizó el lugar, así como las circunstancias, preocupado por lo que puede pasar después.

Seiya subió a la escalinata, informando algo importante al patriarca. Este se alertó, así que se dirigió hacia las casas, notando que en varias de ellas había sucedido lo mismo.


Varios cuerpos inconscientes se encontraban en la ribera del Estigia. Una luz dorada navegaba tranquilamente por sus aguas, teniendo cuidado de que las almas no atoraran su remo, que había tomado "prestado" del barquero.

Mu seguía preocupado por su pareja. No dejaría que Hades se quedara, así por así, con la persona que ama. Sabe que tomó una decisión premeitada, pero puede que, de esa manera, lo logre.

Siguió de largo cuando arribó a la ribera, atacando a quien se le pusiera en frente. Muchos solo eran espectros de baja categoría que solo mordían el polvo cuando enfrentaban al ariano.

Pero no tomó en cuenta que, en la entrada del primer tribunal lo esperaban los tres jueces del infierno.

Radamanthys se le quedó mirando sínicamente, mientras que su rostro esbozaba una siniestra sonrisa. -Shaka se desempeña muy bien en la cama.

Ese comentario hizo enfurecer a los descendientes de los lemurianos, quien comenzó a atacarlos a diestra y siniestra. Pero, aún cuando el ateniense era fuerte, no podía contra ellos tres solo.

Pero, de la nada algunas energías se presentaron ante los jueces, cegando a todos los presentes.


Hades había permanecido en sus aposentos. Desde que regresaron al inframundo, se internó en ese lugar, apenas saliendo solo para algunas emergencias.

Algunas doncellas habían atendido a los jóvenes que formaban parte de la nueva corte del señor del infierno, colocándoles una especie de dije que les controlaba sus poderes. Cada uno tenía su habitación, arreglada de una manera sencilla y elegante. Se encontraban aislados de todo contacto ajeno al inframundo.

Aún no etendían el porqué se encontraban aquí, o la razón de la guerra de la que habían participado anteriormente. Creían absurdo la situación en la que estaban. Ni un soldado, ni un espectro los había molestado, solo han tenido contacto con las personas al cargo del servicio.

Shaka extrañaba a Mu, Aioros y Hyoga solo planeaban el como poder salir de ahí. Trataron de meter a sus camaradas, pero no lograron su atención. El joven siberiano no entendía el por qué Ikki se encontraba tan pasivo. Entendía que el fénix solía ser cauteloso, pero su mirada siempre demosttraba fiereza y un fuego interno que hacía que cualquiera se helara con el temor que desprendía de su ser.

Pero, el mayor de los jóvenes de bronce se mostraba así desde que perdió a su hermano menor, que era la luz que guiaba su vida. El fénix perdió la motivación para que su existencia valiera la pena. Lo le interesaba la protección de su diosa, ni siquiera ya que sus otros hermanos lo necesitaban. Solo Shun era el centro de su universo, que había ya desaparecido, dejando un hueco en su ser, causando desequilibrio en su alma.


El halo de luz se fue difuminando, dejando al aire lo que había pasado. Los espectros se quedaron estupefactos al ver a tres caballeros más ante él.

Mu reconocía poco a poco las energías manifestadas en ese lugar. Si ellos trataron de ser discretos, no lo lograron de esa manera. Además, ¿cómo pudieron llegar hasta ahí? ¿Con qué fin? Para haber alcanzado al caballero de Aries, tuvieron que haber tenido el permiso de Atenea, pues era la única manera para realizar esa técnica mortal y no perder sus cuerpos al regresar al mundo de los vivos.

Una mirada casi heló sus pensamientos, tratando de calmarse. Luego vio como dos luces relampagueantes se alzaban por el ambiente, y notó que Minos estaba tratando de defenderse.

- Mu, no eres el único que busca a alguien. - Le dijo uno de los santos más poderosos de la orden de la diosa virgen.

El nombrado lo miró confundido. Sólo él y Seiya habían expresado sus sentimientos más íntimos a la voz del mundo, y conocía el secreto de su maestro. Pero, nunca se imaginó que ellos pudieran acceder a tales sutilezas de la vida.

No se dijo más, y la batalla continuó contra los jueces del infierno. Se tornó encarnizada, y bastante pareja. Los ataques subían de tono, empezando a lastimar seriamente a los participantes. Poco a poco, se notaba que el cansancio mermaba sus fuerzas, pero no su espírtu.


Hades se había dado cuenta de todo lo que causó a causa de su capricho. No lo había planeado, y no creía que pudiera causar tanto daño. Además, no se atrevía a dañar a los antiguos compañeros de su alter ego.

Shun se había convertido en su más interna y poderosa conciencia, quien le dictaba desde hace mucho tiempo su proceder. Seguía conservando su personalidad anterior, demostrando en esas gemas una frialdad inexplicable.

Se levantó de su trono, y caminó hacia el pasillo que conducía a los aposentos de sus nuevos juguetes, que era lo que pensaba de ellos desde un principio. Pero ha rectificado esa idea al percatarse de que eso no sería una conducta apropiada de Shun. ¿Por qué le importaba? El ex-caballero de Andrómeda era ya una parte de él, quien siempre le recalcaba de manera implícita lo importante que era su vida, lo que le gustaba, lo que deseaba. Pensó que si secuestraba a algunas personas que significaron para él podría acallar las voces que lo aquejaban. Pero no lo logró.

Sintió varios cosmos revoloteando en uno de los tribunales, por lo que decidió ir hacia allá. Se sentía intranquilo, como si hubiese profanado la más sublime de las tumbas de la antigüedad. Observó con frialdad cuando notó que tres de sus espectros, así como cuatro caballeros; se enfrentaban entre sí, casi destruyendo el recinto. Extendió su energía, ordenando a ambos bandos el detenerse. Los músculos de los otros se empezaron a paralizarse, cayendo poco a poco los guerreros al suelo.

Los santos atenienses miraron desconcertados, no sabiendo que pasaba. Observaron a sus adversarios, quienes lucían tranquilos, pero con una actitud de arrepentimiento. Los dos grupos giraron su atención hacia el origen de toda ese poder, notando una figura imponente.

-¡¿Qué es lo que se proponen?!

-Mi señor,- Dijo Radamanthys,- solo protegemos al reino y sus intereses de estos invasores.

-¡¿Invasores?!- Gritó fúrico Shura, quien trataba de levantarse.- ¡Ustedes se llevaron a nuestros hermanos! ¡Us...

-¡No te atrevas, impuro, a levantar la voz ante nuestro señor!- Respondió ante los reclamos Aiacos.

Mu miró al dios del inframundo, y en su mirada carente de vida notó algo de pena y tristeza. Debía admitir que le inspiraba temor, pero su aura no despedía una sensación de muerte, sino de soledad.Se sintió apenado. -Señor Hades, -Trató de hablar el ariano, -sentimos haber irrumpido en su recinto de esta manera. En parte, comprendo lo que usted siente, pero no es la manera de hacerlo.

-¿por qué lo dices, Mu de aries? -Preguntó el inmortal, interesado.

-Usted nos ha quitado a cada uno de nosotros lo que más nos importaba.

Hades se sintió algo dolido con estas palabras. "Lo que más nos importaba", ¿quién era imprtante para él? ¿para quien era el dios importante? No solo quería lealtad, sino también algo de amor, de comprensión... o algo de cariño. Se sentía solo, aún cuando tenía todo a su disposición. -Vayan por las personas que su corazón reclamen, pues solo así podrán salir de su encierro. -Los liberó, y caminó hacia su trono con un perfil intimidante.

Shura, Camus, Saga y Mu fueron guiados por los jueces hacia los aposentos de los rehenes. El guerrero de la primera casa aún seguía mirando con odio a Radamanthys, quien su rostro reflejaba algo de pesar.


Pasaron unas horas después. El dios del infierno restauró los cuerpos de los sacrificados y devolvió a los rehenes.

Estaba sentado en su trono, reflexionando las consecuencias de sus actos. Sí, sentía rastros de soledad, pero sabía que sus espectros lo apreciaban. Aún así, extrañaba algo que no podía definir, como un calor cercano a su pecho. Suspiró, y giró su cabeza a su espalda, sintiendo una presencia extraña.

-¿Qué haces aquí?
Notas finales:

Gracias por leer, y más a los que firmen.

Un especial agradecimiento a mi hermanita gemela perdida, quien sin el juego de damas, quién sabe cuanto más me tardaría en actualizar. XDDu

¡Nos vemos! ^^u


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