Mu no sabía que hacer: el dios del mundo de los muertos se encontraba entre los mortales.
-Shu.. Had... ¿Shun?
El lemurario no entendía como reaccionar, por lo que decidió tomar una posición de guardia, por si quisieran atacar. Radamanthys decide actuar, pues piensa que aries lo quería atacar. Pero Hades, con un gesto con su mano, lo detuvo.
-¡No! No venimos a atacar. Además, estamos desarmados, por lo que no tendríamos oportunidad.
Las palabras que dijo Hades no éran verdad, pero la manera en que las dijo parecían ser convincentes, por lo que Radamanthys accedió a obedecer.
Al pobre caballero le parecía algo extraño situación, pero, simplemente, se inclinó, dándole la bienvenida.
-Bienvenido, señor Hades. ¿A qué se debe su visita?
Hades, con un gesto en la mano, le indica a Mu que detenga su gesto, pues, extrañamente, le parecía incómodo tanta formalidad.
-Vengo para tener una audiencia con Atenea.
-Hades, creo que no tengo permitido hacer realidad esa petición.
Los sirvientes del dios planeaban ir contra Mu. Pero, con solo elevar su ken un poco, Hades se los impidió.
-¿Por qué, Mu de aries?
-Necesita tener audiencia primero con el patriarca.
-¿Puedo verlo a él?
Mu asintió, y caminó hacia las otras casas, seguido por Hades, Pandora y Radamanthys.
-Señor Hades, ¿puedo pedirle un favor?
-Dime, Mu de aries.
-¿Puedo... llamarlo Shun? Pues, si yo llamo por su nombre, podrían alterarse la vida en este lugar.
-Pero... ¿Shun no está muerto?
Las palabras del señor del inframundo cayeron como balde de agua fría a Mu, quien no esperaba tal respuesta del quien ahora porta el cuerpo del ex-caballero de andrómeda.
-Shun... es un nombre común. Además, solo los caballeros de oro, el patriarca y sus antiguos compañeros conocen su real apariencia. Además, así no llamaría la atención.
-De acuerdo.
Al ir pasando por las casas, sus respectivos guardianes los observaban atónitos, por lo que los iban siguiendo. Shaka fue informado telepáticamente, por lo que no se le hizo extraña esa situación.
-Bienvenido, señor Hades.- Le saludó Shaka con una leve sonrisa, recordando al joven virgo.
-Por el momento, sólo llámeme Shun, Shaka de virgo.
Hades le miraba de manera discreta. La piel, las facciones, el perfil... Todo en el caballero de la sexta casa le parecía perfecto, y sabía que Shun había sentido anteriormente algo similar. Pero, no dejaba que sus sentimientos afectaran con su objetivo.
Al llegar al salón del patriarca, Shion, vestido con su habitual traje, y cubriendo su rostro con su espectral máscara, los estaba esperando ya.
Sólo a Shaka, Mu, Hades, Pandora y Radamanthys se les permitió entrar, dejando a los demás santos a la espectativa.
-¿Cómo es Hades en realidad?- Milo le preguntaba a Aioros.
-Nunca lo supe. El infierno es un lugar muy extenso.
-¿En cuál estuviste, hermano?
-No lo supe. Pero, no sufrí.
-¡No digan tonterías!- Gruñió Death Mask. -Aioros nunca pudo estar en el infierno, pues él salvó a Athena esa vez, dando su vida.
A todos les sorprendió que el caballero de cáncer, uno de los asesinos del santuario, dijeron tales palabras, por lo que dejaron de discutir.
Dentro del salón, Shion estaba hablando con sus visitantes. Dohko le hacía de secretario, pues tenían que mantener registros de todo lo sucedido.
-Lamento ésto, Shun, pero Atenea no se encuentra en Grecia. Ella y Seiya se encuentran en Japón atendiendo negocios de la fundación Graude.
-Bueno. ¿Cuándo regresarán?
-En dos días.
-En dos días vendré.- Hades se despidió con una reverencia, y, antes de que se diera vuelta, Shion los detuvo.
-Si gustan, pueden quedarse en el santuario.
-No queremos molestarlos. Hemos reservado en un hotel de la ciudad.
-No será molestia.
-<¿Por qué lo hace?>- Dohko se les quedaba observando. Se le hacía extraño que le ofreciera al enemigo quedarse en el santuario.
Shaka lo notó, y tomó su hombro, para así transmitirle confianza.
-Amo Hades, -Respondió Pandora,- Si gusta, acceda a la invitación. Nosotros nos quedaremos allá.
-Y, sirve de que conocemos la ciudad.- Habló Radamanthys.
Ella le dio un codazo al espectro de manera discreta, para así indicarle que había cometido una indiscreción. Pero, Hades solo cerró sus ojos y rió de manera inocente, sorprendiendo a los atenienses.
-Bien Pandora, acepto la propuesta. Y espero que se diviertan.
-Si gusta, patrarca, que se quede en mi casa.
-Claro, Shaka. Como gustes.
Todos caminaron hacia afuera, y bajaron por todas las casas, excepto Shaka y Dohko, que recogían los papeles para terminar ese trabajo.
-Pero, ¿por qué lo hizo?- Le preguntó Dohko.
-Shion trata de hacer volver a Shun.
-Pero, sabemos muy bien que nunca se podrá realizar ese sueño.
-Dohko, -Le dijo Shaka de manera serena. -Siempre hay más de una manera de resolver los problemas.