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Sustitución por vegenisennawa

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Notas del capitulo:

Hola a todos:

Gracias por enviar reviews. Me animan a seguir.

Disculpen si no actualizo rápido, pues andaba de paseo.

Y, pues, espero que les guste este capítulo.

Nos vemos!! ^^

   El sol de la mañana se alzaba en el horizonte. El pueblo, al ver las primeras luces y escuchar las primeras notas de los gallos le decicaban al alba, los habitantes empezaban con su rutina diaria.

   Pandora, que ahora traía lentes poligray (lentes que se van oscureciendo conforme se exponen a la luz solar.), sale al pueblo junto a Radamanthys, que vestía una playera blanca, jeans y tenis, sin llevar anteojos. Si los humanos resisten... ¿Por qué él no?

   Habían llegado al mercado, pues deseaban ver la "típica" vida que llevaban los que Atenea tanto protege. Observaron cómo los comerciantes trataban de ofrecer sus productos, de cómo los niños jugaban, el cómo algunas parejas se profesaban amor...

   De repente, un ladrón tomó el bolso de Pandora, que no supo que hacer, pues no se había enfrentado a esa situación. Radamanthys iba a atacarlo con intención de matarlo, cuando un joven del pueblo, unos metros adelante, intersecta al delincuente, dejándolo inconsciente. Después, se dirige hacia Pandora, quien lo miraba sorprendida.

-Creo que ésto es suyo, señorita.- Le dice el joven de manera educada y amable (esas palabras no son sinónimos), mientras le entregaba el bolso a Pandora.

-Gracias.

   El joven se alejó ante la mirada expectativa de ambos sirvientes del señor del inframundo, tratando de asimilar el acto de gentileza de ese humano.


 

   Mientras, en el santuario, las actividades de restauración seguían avanzando. Los jóvenes aspirantes seguían entrenando con ahínco, aunque les dejaban disfrutar su niñez.

   Shaka preparaba, muy temprano, un desayuno para dos. Aunque fuera el hombre más cercano a dios, no tenía ni la más remota idea de cómo atender a uno; y más, teniendo al dios de la muerte como huésped. Al terminar, decidió acostarse un poco, para así recuperarse de la impresión.

   Ikki, Hyoga y Shiryu venían platicando mientras caminaban hacia al templo de aries. Habían regresado de un campamento que habían organizado para que nuestros dos caballeros bajo la protección de constelaciones de aves tuvieran un momento tranquilo. Todos los que habían conocido directamente a Shun estaban sufriendo por su pérdida, pero Hyoga e Ikki lo resentían más, pues se sentían culpables por no haberlo evitado.

   Mu los saludó, acompañándolos hacia su caminata al salón del patriarca. Ikki se mostraba algo ausente, pues se mostraba más huraño que de costumbre. Llegaron a virgo de manera rápida, pues los demás santos dorados estaban entrenando o realizando guardia.

   El fénix sintió que se sentía una extraña calma, como si se hubiera bajado la guardia. Además notaron que Shaka no se encontraba cuidando su puesto.

-Ikki, si gustas, nosotros iremos al salón del patriarca a avisar que regresamos, mientras descansas un poco.

-Gracias.

   Mu y los caballeros de bronce se alejaron al subir las escaleras. Ikki dejó caer sus cosas sobre un sillón al entrar a la sala. Sí, había sido un viaje pesado, pues a él le tocó conseguir el alimento, tenía mejor adiestramiento en cuestión de técnicas de supervivencia. Pero, notó una almohada y una cobija acomodadas en el brazo del sillón.

-<¿Qué habrá pasado?>

   Ikki caminó presuroso hacia la habitación de Shaka, cuando vio una figura en la cama cubierta totalmente por una sábana blanca. No lo creía, Shaka aún dormido. Eran pasadas las once, y el caballero más responsable se encontraba dormido.

-Despierta, dormilón.- Ikki lo movió con delicadeza del hombro, mientras la figura se volteaba hacia él, dejándolo sorprendido.

-Ikki de fénix.- Dijo Hades con un tono frío, mientras abría sus ojos y levantaba su torso, que se encontraba desnudo. El dios se levanto y se quitó la sábana de encima. Traía un pantalón de seda negro, y andaba descalzo, mientras acomodaba la cama.

   El caballero más arisco no podía salir de su impresión. Hades, su hermano menor, se encontraba ahí. No sabía el por qué, pero, dentro de sí, comprendía que no era normal.

-¡¿Hades?!

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Y, sí, les dejaré en suspenso.

Si encuentran faltas de ortografía, avísenme, por favor.

Nos vemos!! ^^


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