El joven lentamente se acercaba hacia Zeus con algo de temor, pues nunca, a no ser que haya sido por la voluntad del dios, se le había acercado un humano.
-Señor, -Incándose el joven- Yo seré el cuerpo de Hades.
-¡Shun! ¡No lo hagas!- Inquirió Ikki, que ya estaba acercándose a su hermano. -No tienes por qué hacerlo.
Hyoga, Shiryu, así como Shaka y Mu; trataban de hacerlo recapacitar.
-Shun, buscaremos a alguien más. -Insitió Athena.
Shun, que ya se encontraba levantado, levantó la mano en gesto de detenerlos. Su cabeza estaba baja, los mechones de su cabello caían delicadamente sobre su cara, cubriendo esos ojos inocentes que buscaban la paz en la tierra.
-Ya ha estado Hades en mi cuerpo, y, si así se salva la tierra, lo haré gustoso.
Shun volteó hacia su querido hermano, mirándolo a los ojos.
-Me has dicho más de una vez que me enfrente al peligro, hermano. Este es el momento para que todos logremos la paz. Si tengo que sacrificar mi vida, lo haré. Por algo soy caballero de andrómeda.
Ikki no sabía qué decir, pues su pequeño hermano parecía haber madurado. Simplemente, resignado, lo dejo partir, no sin antes darle un beso en la mejilla.
-¡¿Cómo te atreves a dejarlo morir?! - Replicó Hyoga.
-Hyoga, no te preocupes por mí.
Shun tomó tiernamente las manos del cisne, las besó, y lo miró a los ojos.
-Déjame cumplir mi destino. Y, gracias por estar a mi lado.
Shun se levantó de puntitas, y le dio un beso rápido al ruso, que quedó sorprendido.
-Shaka, Shiryu, Seiya, Mu, Afrodita... Caballeros de la orden de Atenea: gracias.
Todos querían detenerlo, pero el ken de andrómeda era muy poderoso, impidiendo que alguien se le acercara.
-Veo que eres un joven de sentimientos puros, pero con una gran fuerza de voluntad. Muchos de los dioses debiéramos aprender de usted.
Zeus hizo aparecer dos objetos en sus manos: un frasco de cristal trasparente con un líquido ámbar y una esfera blanca.
-Shun de andrómeda: beberás este líquido mientras disuelvo esta esfera en el alma de Hades. Pero, - Dijo serio Zeus,- debo advertirles una cosa: nadie dominará a nadie. Será una fusión de cuerpo y alma, formando una persona diferente, aunque predomine la voluntad de Hades. ¿Desean proseguir?
-Sí.- Afirmó gustoso Shun.
-Acepto.- Responde el señor del infierno.
-Shun, después de haber bebido el líquido, tendrás que cortarte una de las venas.-Zeus le dice, mientras que le entrega una daga dorada con bellas incrustaciones de piedras en su mango.
-Sí, señor. -Mientras toma la daga y el frasco.
Shun bebe la posión, mientras que Zeus disuelve la esfera blanca en el alma de Hades. Después, el joven andrómeda se corta la vena del brazo izquierdo, empezando a sangrar.
Como atracción magnética, el alma de Hades se inserta por el brazo de Shun, causándole gran dolor físico, aunque sonreía complacido. Después, una nube negra con destellos dorados lo cubrió, haciendo que se ocultara de la vista de todos.
Después de unos minutos, la nube cayó, despejándose, mostrando a Shun, con la apariencia que había tomado cuando fue poseido anteriormente por Hades, aunque seguía portando la armadura de andrómeda.
-Solo es cuestión de esperar a que funcione. Si no, ambos morirán.