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El regreso por Shiochang

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Notas del capitulo:

Tiene espoiler del último manga.

El regreso

Hasta ahora he seguido un poco la línea de Kishimoto, el manga comienza a tomar acción finalmente (si lo quieren ver está en Naruto Uchiha punto com), así que iré agregando un poquito de aquí y de allá, ayudada por mi imaginación, y saldrá este capítulo un tanto tirado de las mechas.
Quiero agradecer, antes que nada, sus comentarios, me han dado ánimos de seguir escribiendo, a pesar que no he tenido mucho tiempo, ya que fin de año es complicado para cualquier profesor, y por ello les regalo este capítulo especial para quienes me siguen y dejan sus lindos comentarios.

La furia de Konoha

Tobi estaba sentado con Kisame a la espera de la llegada de Pein, estaba más que molesto ¡Un solo crío había sido capaz de vencerlo! Y, lo peor de todo, es que se habían llevado a Itachi y tenían de su parte a Deidara, aunque ese fuera, a sus ojos, un verdadero idiota, si ni para morirse servía.
- Parece que estamos de malas, ¿verdad, Madara? – dijo Kisame.
- Nunca me esperé defensa tan poderosa de parte de ese muchacho – le replicó paseándose por toda la sala de estar – claro que sabía de su poder para sacar de la oscuridad a las personas, pero no esperaba algo así.
- Cierto, pero por algo habías decidido que fuera Pein quien lo capturara ¿no? – le recordó – si no hubiésemos insistido, no habríamos perdido a Itachi.
- Itachi no es una gran perdida – replicó – se está muriendo por dentro, lo que sí me temo es que pueda entregar información de nosotros mientras esté con vida – siguió paseándose – Pein está tardando demasiado.
- Y tú me estás mareando con tanta vuelta – le replicó y recibió una mirada marca registrada en Uchiha – debemos pensar en atrapar al hachibi.
- Contaba con el enfrentamiento de Itachi con Sasuke, el vencedor vendría a nuestro bando por la venganza correspondiente, pero ese maldito rubio me quitó de las manos el auténtico poder de los Uchiha, debería…
- Vaya, así que andamos de malas – dijo Konan apareciendo con Pein – a alguien no le están saliendo las cosas como se planearon ¿verdad?
- ¿Por qué se tardaron tanto? – dijo ignorándola olímpicamente.
- Tuvimos un visitante inesperado – dijo Pein sin darle importancia – nos deshicimos de él con un poco de problemas, pero nada grave – miró a su alrededor – Me parece que Itachi no está y has dejado tu actuación, Madara.
- ¡No me lo recuerdes! – dijo comenzando una vez más su paseo – teníamos acorralado al chico del Kyuubi y algo sucedió que, sin esfuerzo alguno, nos venció – miro a Kisame – Itachi fue tomado prisionero por uno de ellos.
- No creo que Itachi vaya a decir algo respecto a nosotros – dijo Pein con calma – si ha aguantado estoicamente su enfermedad, aguantara cualquier tortura.
- Pero quizás ellos tengan el incentivo correcto para hacerlo hablar – prosiguió Madara y tanto Pein como Konan y Zetzu lo miraron intrigados – ya saben que a Itachi no le gusta demostrar lo que siente, sin embargo, siempre se las ingeniaba para fastidiar a Deidara – miró hacia el techo y luego hacia ellos – no sé como diablos lo hizo, pero ese idiota sigue con vida y está de parte de Konoha, además, descubrí que el tipo rubio que los acompaña ahora es bastante peligroso y se hace llamar a si mismo Minato Namikase.
- ¿Y eso qué importa? – dijo Zetzu intrigado – no me suena el nombre.
- El hokage que encerró al Kyuubi dentro de Uzumaki cuando era bebé – dijo Pein – pero se supone que estaba muerto, murió luego de hacer el sello ¿no?
- También se supone que yo estoy muerto – le replicó Madara – no sé que habrá pasado, pero si realmente es el cuarto hokage, debemos movernos lo más pronto posible o nunca conseguiremos el poder del zorro de nueve colas.
- No te angusties, Madara, soy Dios ¿recuerdas? Y destruiré toda Konoha si es necesario para atrapar ese biju – miró a Konan – nos encargaremos de eso.

Minato se paseaba de un lado a otro en silencio por la oficina en espera de noticias desde el hospital, no había sabido nada de la salud de su antiguo maestro Jiraiya desde que Tsunade había salido de la oficina. Ojalá y pudiera salvarlo, porque según el informe, que ahora estaba sobre el escritorio, las heridas del sanin era terribles, lo mas probable era que perdiera el brazo izquierdo, que tenía prácticamente destrozado, su garganta tenía perforaciones muy cerca de las vías respiratorias y laceraciones de todo tipo en casi todo el cuerpo, lo que significaba que había perdido mucha sangre antes de llegar a la aldea, cosa que complicaba aún más su diagnóstico, eso no era nada bueno.
- Espero, Hokage sama, que tenga una muy buena y convincente explicación acerca de la ausencia de Naruto de Konoha – le dijo Koharu, la anciana consejera, al parecer de Minato, con ganas de encontrar algo para fastidiarlo.
- Mi hijo esta entrenando con el maestro de Jiraiya – le replicó molesto, le cargaba verlos en la oficina con esos aires de sabelotodo que se daban – y creo que deberías preocuparte más de proteger a Konoha en su ausencia que de donde se encuentra Naruto ahora ¿no le parece? – agregó con sarcasmo.
- Pues tampoco te veo a ti planeando su defensa – le dijo Dounzu entrando sin su permiso en la oficina. Minato entrecerró los ojos fastidiado, ese tipo lo único que sabía hacer era incordiar a todo el mundo ¿por qué no se moría?
- Se supone que soy el hokage ¿no? – dijo aún más molesto – así que es mejor que me dejen hacer mi trabajo tranquilo, por algo fui elegido para el puesto.
- Pero esto no es lo mismo que hace 17 años, Minato – le dijo Koharu – y debes recordar que no eres el mismo que detuvo a Kyuubi en ese tiempo.
- Obviamente – agregó Dounzu sarcástico decidido a molestarlo.
- Pues creo que se olvidan que Kyuubi es el rey de los demonios y los akatsuki, por muy poderosos que sean, son HUMANOS – replicó fastidiado – así que creo podremos detenerlos sin que nadie muera en la aldea, aunque…
- ¿Aunque en ello se te vaya la vida? – terminó Dounzu por él sin dejar el sarcasmo – valientes palabras para alguien que desapareció de aquí 17 años.
- Dounzu – le dijo Minato con suavidad – por algo no se eligió como hokage – le recordó – y ni siquiera te veo ayudando a proteger la aldea, así que ¿Por qué no nos haces un favor a todos y te vas a #@$%@#&%@# (censurado)? – terminó perdiendo los estribos finalmente, ese tipo era insoportable para él.
- ¡Hokage sama! – lo regañó Koharu escandalizada por sus groserías.
- Minato dice bien – dijo Kushina que estaba apoyada en el marco de la puerta – si no van a servir de ayuda, es mejor que no estorben, vejestorios retrógrados – se hizo a un lado – largaos, es lo mejor que podéis hacer.
- No deberías ser tan insolente, Kushina, tú no eres nadie de Konoha.
- Desaparezcan antes que me enfade en serio – les dijo Minato – miren que a mí no se me ha olvidado lo que le hicieron a Naruto, en especial tú, Dounzu.
Koharu miró a uno y a otro y pasó por el lado de Kushina sin agregar nada.
Dounzu le sostuvo la mirada por unos instantes a Minato antes de salir.
- A mi también me la debes – le dijo Kushina al pasar este por su lado – no lo olvides, en algún momento te la voy a cobrar muy, muy cara – le advirtió.
Minato se apoyó en el borde del escritorio tratando de calmar las ganas de matarlos de una buena vez ¿Cómo diantre se habían enterado tan pronto de la ausencia de Naruto cuando sólo él lo vio partir a la montaña?
- ¿Qué ha pasado, Kaseiyo? ¿Dónde está Naruto? – dijo Kushina preocupada.
- El anciano sabio se ha llevado a Naruto a las montañas para entrenarlo en el arte sennin – le contestó masajeándose las sienes – lo que me extraña es que ellos se enteraron de la ausencia de Naruto tan pronto este se fue de la aldea.
- Habrá que tener cuidado e informarle a Tsunade – asintió Kushina – pero ahora tenemos un problema más inmediato que resolver – el rubio alzó las cejas sorprendido – deberás decirle a Sasuke de ello y no creo que se lo tome muy bien, en especial por su estado actual, tú lo sabes muy bien.
- Si, tienes razón – suspiró – pero no hablemos de ello aquí, vayamos a ver a Ibiki para que nos informe acerca de los prisioneros – le tendió la mano y ella la aceptó, tomados de la mano bajaron al primer nivel.

Tsunade estaba al borde de la histeria, había conseguido sacar del peligro inmediato de muerte a Jiraiya, pero eso no significaba que estuviera fuera de riesgo aún, en especial oque no parecía querer recobrar la conciencia y el hecho que no hubiera sangre de su familia para reponer la perdida no ayudaba en nada, todo se complicaba, pero no quería darse por vencida, no quería dejar que se muriera, se lo debía a Naruto, a Minato, a Konoha y a ella misma.
- Vamos, pervertido inútil, no te vayas a morir aquí – le dijo mientras aplicaba otra técnica curativa – ni se te ocurra dejarme sola – miró el rostro del sanin y le pareció verlo sonreír – así que me estás escuchando, entonces ¡Reacciona! – volvió a aplicar chakra y el hombre entreabrió los ojos – por fin – suspiró.
Jiraiya sólo la miraba, las heridas en su garganta, estaba seguro, lo dejarían mudo por un buen tiempo si es que ellas tenían cura, aunque no le importaba demasiado, había conseguido información importante que le serviría de mucho a Naruto cuando tuviese que enfrentarse al desalmado de Yahiko.
- Le avisaré a Minato, debe estar preparándose para el ataque de Akatsuki – dijo preocupada – a ellos si les fue bien en su misión, capturaron a dos akatsukis, a Deidara y a Itachi Uchiha – vio a Jiraiya sorprenderse – no sé mucho, sólo que están siendo interrogados, aunque el Uchiha no está muy bien que digamos, Minato pidió un equipo médico que lo sostuviera antes de llegar.
Jiraiya pareció asentir mientras cerraba los ojos, esperaba que el Uchiha se decidiera a cooperar y le largara a Minato que era el espía que él tenía dentro de la organización desde que se unió a Akatsuki, había vigilado a Orochimaru y le había informado de las intenciones de este con su hermano, eso lo descalificaría de traidor, en especial si este declaraba en contra de Dounzu, quien era el verdadero traidor de Konoha, sería vengar al anciano Sarutobi.
- Ahora te dejaré descansar, finalmente estás fuera de peligro, aunque te tendremos en cuidados intensivos por tu brazo, espero salvarlo también – le dio un beso en la frente y salió más tranquila, había cumplido su misión.
- Tsunade sama – dijo Shizune – Minato Sama dice que vaya inmediatamente a la sala de investigaciones, al parecer uno de los prisioneros quiere hablar con ustedes acerca de la información que tiene, pero que sean los dos a la vez, el cuarto dice que es un asunto de máxima importancia – agregó.
- Supongo que cualquier cosa relacionada con Naruto viene a ser de suma importancia para Konoha – suspiró ella y se fueron directamente a la sala de interrogatorios, lo que fuera que dijera el traidor tendría consecuencias.

Deidara estaba sentado en un rincón de la sala jugando con arcilla ante la atenta mirada de Namida, el joven se veía muy emocionado por las figuritas que el otro hacía, le encantaba verlas cobrar vida con su chakra.
Mientras, Itachi los miraba fastidiado, aunque no lo dejara traslucir, siempre había sido el centro de atención de Deidara cuando estaban en Akatsuki, el joven siempre estaba intentando derrotarlo, pero ahora ni atención le prestaba, estaba dedicado al menor, le prestaba demasiada atención. Si pudiera se levantaría, lo agarraría y lo pondría en el más fuertes de sus genjutsus hasta que se muriera ¡No tenía derecho a quitarle a Deidara, era sólo suyo!
- Así que quieres hablar – dijo Minato y notó su mirada sobre los rubios – pareces molesto, aunque tratas de disimularlo muy bien – agregó divertido.
- ¿Por qué debería estarlo? – replicó recobrando su inexpresividad habitual.
- No lo sé, pero no creo que a Namida le guste Deidara en el plano amoroso ¿sabes? Sólo lo emocionan sus capacidades artísticas, como pasa con Sai – le explicó – y no porque no sea guapo, sino no te gustaría a ti ¿verdad?
Itachi lo miró tratando de disimular su asombro, el hombre había sabido lo que sentía, pese a que él no lo admitía ni siquiera para si mismo, se dijo.
- Sé que te sorprende que pueda leerte tan fácilmente, pero tu madre y yo fuimos compañeros de equipo – ahora si que había captado completamente su atención – ella llegó al rango chunin, pero, según las reglas de tu familia, debió dejar de ser ninja al casarse con Fugaku, ni ella ni yo quería que lo hiciera, pero su padre no tranzó y amenazaron a Fugaku con quitarle el liderato del clan si no la obligaba. Ambos eran mis amigos, el hermano menor de Fugaku, Obito, era mi alumno, así que les solicité que lo pensaran bien antes de tomar una decisión – suspiró – yo fui a hablar con el tercero al respecto y él me dijo que si le quitaban el liderato del clan a Fugaku, tendrían que marcharse de Konoha puesto que el resto del clan los consideraría traidores a sus ideales.
- Así que por eso mamá conocía nuestras técnicas y sabía cómo curarnos cuando nos heríamos – dijo el moreno – siempre me había parecido extraño.
- Tu clan era el más poderoso de Konoha, después del Senju, así que no le dije nada de eso a Mikoto, aunque tu padre estaba dispuesto a renunciar a todo por ella, y libremente, delante de todo el clan, le entregó su bandana al tercero y se dedicó con toda entereza a la labor de ser madre y esposa, con la misma dedicación con la que consiguió convertirse en ninja en esos tiempos tan difíciles, tu clan era demasiado machista, por mucho que ella fuera poseedora del sharingan, era casi imposible conseguir algo así sin apoyo de la familia.
- ¡¿Mi madre poseía el sharingan?! – exclamó asombrado, sin poder disimularlo siquiera, eso era una verdadera revelación después de tanto tiempo.
- Bueno, sólo tu padre y yo lo sabíamos en realidad, nunca lo usaba porque no quería ser presionada por ello, aunque de todas maneras era muy poderosa y por ello fue elegida como la esposa de Fugaku, aunque tu clan era menos clasista que el clan Hyuga, también tendía a fijarse en este tipo de cosas.
- Papá – interrumpió Namida – Deidara me dice que recuperó sus recuerdos pero que no le gustan – explicó – es muy divertido y tiene tantas técnicas asombrosas ¿puedo adoptarlo como otro hermano mayor? – le pidió.
- Pero si ya tienes a Naruto para ello – le contestó divertido su expresión.
- Ah, pero Naruto va a estar muy ocupado con lo de su familia como para estar conmigo – replicó – además, Sasuke no quiere compartirlo con nadie.
- Debería buscarte a alguien mejor para ser tu hermano – lo interrumpió Itachi – ese idiota sólo sabe romper y hacer explotar las cosas, aunque no es muy bueno en ello, a mi parecer – se burló y vio como Deidara se enojaba.
- Cállate, amargado – le dijo Deidara furioso – al menos a mí me quieren como hermano mayor, en cambio a ti te quieren mandar al mismísimo infierno, yo mismo podría ayudarle a hacerlo si me lo pide, sin arrepentimiento.
- Por lo menos no soy un fracaso como otro – le contestó el moreno sarcástico.
- ¡Ya! – los interrumpió Minato al ver que Deidara pensaba replicarle otra pesadez, de seguro que, si los dejaba, armaban feroz pelea entre los dos – normalmente no se reciben ninjas perseguidos por otras aldeas en Konoha…
- Oh, yo no soy perseguido por los ninjas de la roca – dijo Deidara recobrando la calma - yo me autoexilié porque nadie comprendía mi arte, era tratado como un fenómeno por poder “darles vida”, así que en mi enfado las figuras de arcilla que creaba las volvía explosivas – miró al cuarto – yo mismo rasgué mi bandana, así que nadie me persigue, es más, creo que estuvieron felices con mi partida, al final de cuentas, ni familia tenia – se encogió de hombros.
- En ese caso, no creo que haya problemas en que te acojamos en Konoha – dijo Tsunade entrando en la sala – tu caso será estudiado por el consejo tan pronto todo se haya solucionado por estos lados – le tranquilizó.
- Muchas gracias, haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarles a proteger la aldea de Pein – le ofreció – aunque desconozco cuál es su poder.
- Lo que significa que va a destruir media aldea para ello – dijo Itachi.
- Bien, ahora vemos a… este – miraron a Itachi ignorando lo que había dicho.
- Ni juren que voy a repetir lo que diga, pero creo que Sasuke debería saber también todo esto – suspiró – pero sería peligroso que viniera ¿me equivoco?
- Sasuke no vendrá porque fue comisionado a una misión – le dijo Minato – pero todo esto será grabado, como toda confesión, lo que digas ahora será utilizado en tu causa ante el consejo, ya sea en tu favor o en tu contra.
- De todas maneras me voy a morir – dijo encogiéndose de hombros – todo este asunto comenzó días antes que Kyuubi atacara Konoha, mi padre estaba molesto y siempre vigilaba a Sasuke, como si estuviera temeroso de algo, no lo sé. Días más tarde apareció Kyuubi, muchos de mi clan murieron en batalla protegiendo la aldea, fue en ese momento que mi padre demostró ser el gran líder del clan, no supe mucho de lo que pasó ese día, pero lo oí decirle a mi madre que no se lo iban a entregar – suspiró – años más tarde me enteré que ellos habían querido llevar con nosotros a Naruto y que el consejo se negó porque sospechaban que nuestro clan era culpable de la reaparición de Kyuubi. Hubo una investigación, pero nada se sacó en claro. Un par de años más tarde entré en la academia y fui alumno modelo en ella porque siendo pequeño obtuve el poder del sharingan, con lo que me era fácil aprender cualquier cosa, ya que nadie se había dado cuenta de su existencia hasta después que me gradué con apenas ocho años. Fui invitado a un entrenamiento especial y cuatro años más tarde fui invitado a formar parte de Raíz Ambu, Dounzu me quería en la organización para espiar a mi familia, creo que el mismo había hecho correr el rumos que los Uchiha éramos los culpables de lo de Kyuubi y se nos empezó a tratar con desprecio, así que los mayores del clan planearon una rebelión en contra de Konoha, pese a que siempre el Tercero decía que no teníamos la culpa – tragó saliva – cuando entregué el informe respeto a ello, se me ordeno eliminarlos, nadie debería quedar, sólo Sasuke y yo seríamos los únicos sobrevivientes del clan, víctimas de aquella matanza. Sin embargo, mi primo Shisui me descubrió y, para que no me delatara, me vi obligado a hacer que se matara o mi hermano correría peligro, pareció un suicidio, pero sospecharon de todas maneras de mí, lo que me obligó a distanciarme de mi familia para que no les fueran a hacer daño para forzarme a hablar.
- Pero todo el mundo se enteró de ello – dijo Tsunade – fuiste llamado traidor.
- Si, pero yo sólo cumplía ordenes – replicó – hubo una reunión en un sitio secreto del clan y decidieron que al otro día destruirían Konoha, mi padre, que siempre había puesto cordura en ellas, no estaba, así que los eliminé a todos, eran los ninjas del clan. Me dispuse a regresar a casa, pero otros ambus de raíz habían exterminado a los civiles del clan, así que corrí a buscar a mis padres, sabía que Sasuke no había regresado de la academia, por lo que estaba a salvo momentáneamente, pero cuando llegué a casa, mis padres agonizaban dolorosamente, sus heridas habían sido envenenadas con un veneno sin cura, así que me pidieron que les adelantara la muerte, no quería, pero no tenían salvación, así que luego de dudarlo un poco, les obedecí sin darme cuenta que Sasuke acababa de llegar, él se asustó, peleamos, le mostré la matanza de nuestro clan con la intención de que supiera a qué se enfrentaba, pero antes de quedar inconsciente me lanzó una kunai y me rasgó la bandana. Dando a todos por muertos, los ambus de Dounzu dieron el alerta y me acusaron del exterminio de mi clan, por lo que salí enfurecido de Konoha, había entregado mis mejores años a cumplir sus misiones y había sido traicionado y mi hermano ahora estaba en contra mía, y quien sabía si no correría peligro. Me fui del país del fuego perseguido por los cazadores y conocí a Jiraiya, él me dijo que venía de parte del Tercero, que había una forma de ayudar a Konoha y proteger a mi hermano hasta que pudiera recuperarlo, no quería confiar en ellos, pero si con ello Sasuke estaba a salvo, lo haría. Así que me uní a Akatsuki para así vigilar a Orochimaru, él siempre andaba haciendo experimentos extraños en busca de la inmortalidad, le temía al envejecer y a morir, incluso trató de adueñarse de mi cuerpo, pero yo lo rechacé, por miedo a que yo tomase represalias, huyó, pero ya no podía dejar la organización, ya estaba metido hasta el cuello y descubrí que cazaban a los portadores para sacarles el biju y usarlos como armas para controlar el mundo de los ninja. Desde ese tiempo he estado traspasando cuanta información he podido a Jiraiya, incluso la que obtenía de Orochimaru por Sasori y por Zetsu.
- Ya veo – dijo Minato – así que Dounzu fue el precurso de del fin del único clan con el poder suficiente para rivalizar con el Senju – explicó a Namida que parecía no entender nada – tal como siempre. Se ha tenido desde hace tiempo la sospecha que él estaba implicado en las muertes de casi todos los aspirantes a Hokage, incluso yo fui atacado a traición pero me salvé por los pelos – miró a Tsunade – recuerdo que él compitió con el tercero por el puesto.
- Así es – asintió ella – pero Dounzu odiaba al clan Uchiha porque, luego de tu supuesta muerte, en vez de nombrar a su hombre como el quinto hokage, reasumió el tercero, con el apoyo del clan Uchiha, una estupidez, si me lo preguntas – agregó – también el clan Hyuga, el clan Aburame, el clan Akimichi, el clan Nara, el Yamanaka y el Inozuka lo hicieron, pero creo que su voto fue el decisivo, que de seguro esperaba que fuese suyo, siempre ha sido vengativo.
- Bueno, ya tenemos algo con qué sacarlo del consejo – dijo Minato – aunque de seguro impugna la declaración de Itachi diciendo que es la palabra de un asesino traidor contra la suya, ya habremos sembrado la duda, en especial si conseguimos que el amigo pintor de Naruto declare en su contra.
- Por cierto ¿Dónde está Naruto? – dijo Tsunade mirándolo preocupada.
- Entrenando, pero debemos tener cuidado, parece ser que Dounzu tiene un espía dentro de las oficinas o un muy buen sistema de espionaje, porque se entera de cosas que no debería con mucha facilidad y rapidez.

Naruto miraba un tanto asombrado el lugar al que lo había traído la rana vieja, allí Gamakishi era más grande que él, había un estanque extraño donde bajaba una cascada bastante espesa a su parecer, además de haber montones de estatuas de ranas a su alrededor, la gran mayoría en la misma posición de estarse concentrando en algo, el artista no debió tener mucha imaginación, se dijo pensativo antes de voltear la mirada hacia su “nuevo” maestro.
- Bien, Naruto, te he traído a este lugar con la intención que aprendas, en el menor tiempo posible, a utilizar el modo ermitaño para tus técnicas, este te hará, de cierta forma, invulnerable a los ataques enemigos – le explicó pero naruto lo miraba con cara de no entender nada. Resopló y caminó hacia una gran roca y, luego de concentrarse un segundo, levantó una enorme roca con una sola mano, como si fuera de algodón – eso es algo de lo que podrás hacer.
- ¡Fantástico! – dijo realmente asombrado y trató de levantar la roca, cosa que no consiguió ni por asomo – pesa muchísimo – lo miró – ¿que clase de técnica es esa del ermitaño? – estaba intrigado de dónde salía tanto poder.
- El modo ermitaño extrae energía de la Naturaleza que te rodea, lo mezcla con tu propio chakra fortaleciendo tu cuerpo unas cien veces. Supongo que sabes que el chakra usado en los ninjutsus es de dos tipos y para usarla debes mantener un balance entre la energía espiritual y la física, aunque no te hace daño el tener un desequilibrio entre ambas, dependiendo de la técnica, pero esta técnica te exige un equilibrio total entre las tres energías a usar.
- Vaya, una técnica que puede hacer súper poderoso a cualquiera – dijo.
- No a cualquiera – lo corrigió – para obtener el modo ermitaño, el ninja debe tener no solo el contrato con las ranas, sino también tener un chakra enorme o su cuerpo no será capaz de resistirlo – miró hacia las estatuas – y en los últimos quinientos años hemos tenido sólo dos aprendices, Jiraiya chan y tú.
- ¿Y eso por qué? – miro a su alrededor – es un lugar magnifico para entrenar.
- Si no mantienes el equilibrio justo entre las tres energías puede pasar un desastre en el organismo del ninja que está tratando de obtenerlo – y viendo que Naruto no le comprendía tomó un poco del líquido de la cascada y se lo puso sobre la muñeca – ahora concéntrate en tu propio chakra y siente lo que pasa a tu alrededor sin pensar en nada más – ordenó severo.
Naruto se sentó en el suelo concentrando todo su chakra en el interior mientras sentía que el viento soplaba suavemente entre las rocas, en sonido de la cascada armonizaba suavemente con su respiración, claro que no se dio cuenta de lo que le estaba pasando a su cuerpo hasta que su maestro le habló.
- Abre los ojos, Naruto – le ordenó – Mírate, esa es la consecuencia de la falta de equilibrio entre lo interior, lo corporal y lo natural.
Naruto se miró la mano que había recibido el aceite de rana y luego de acerco al estanque a mirar su reflejo, ¡se estaba convirtiendo en rana! Se dijo asustado antes de mirar histérico a su maestro ¿cómo se iba a presentar así ante Sasuke? De seguro la pesada de Karin ahora sí que diría que era un fenómeno horrible y finalmente lo convenciera de dejarlo, se lamentó llorando. Pero un fuerte golpe por la nuca lo sacó de balance por el dolor y se tiró al suelo tomándose de la cabeza quejándose por el golpe.
- Es la única forma de evitar que te conviertas totalmente en rana – le dijo el maestro – no querrás hacerle compañía a alguno de ellos ¿verdad? – señaló las estatuas finalmente cayó en la cuenta de por qué todas tenían la misma postura, no habían conseguido el modo ermitaño – al final era la única forma en que alcanzaran el verdadero equilibrio de las tres energías – le explicó.
Naruto asintió volviendo a sentarse, tendría que ponerle todo su empeño para poder regresar como ser humano al lado de su pareja embarazada.

Konoha era un hervidero de actividad, los ninjas patrullaban todo el perímetro de la aldea mientras cumplían sus respectivas misiones, todo estaba en señal de alerta, cualquier cosa extraña debía ser comunicada inmediatamente a los hokages para activar el campo de fuerza protector, aunque no sirviera de escudo para los ninjas más poderosos, al menos despertaría la alerta roja en forma inmediata, para ello serían convocados todos los líderes de clanes de la aldea, con lo que la aldea, ya sin civiles, sería como un avispero, pero con ninjas custodiando los puntos centrales de la misma.
Deidara estaba en la oficina del hokage creando pequeñas avecillas de arcilla blanca a las que aplicaba chakra y enviaba por las ventanas a espiar por los alrededores, aunque el alcance de ellas era sólo de algunos kilómetros, pero de todas maneras el cuarto las consideraba una gran ayuda porque no se arriesgaban vidas en su labor, como en el caso de la presencia de un ninja si se topaban con algún akatsuki en el camino.
Pero ya habían pasado cinco días desde que Jiraiya, ahora en franca recuperación, había regresado del país de la lluvia, cosa que se les había hecho muy extraño ¿No era la aldea secreta de ese país la de la niebla? Y el Mizukage había estado allí durante el examen chunin ¿acaso había sido un espía para conocer el poder de Naruto? En ese caso, estaban en problemas, porque esa marioneta había visto cosas de la aldea que no debía, lo más seguro es que, para estas horas, estuvieran planeando algo sobre los puntos débiles de su hijo, eso no lo podía permitir, a como diera lugar defendería a su apenas recuperado hijo para que tuviera la dicha de tener la verdadera familia que tanto se merecía tener, después de todo era el verdadero héroe de Konoha, el único con derecho a decidir su futuro.
- Ha regresado una de mis aves, Minato san – dijo Deidara preocupado – pensaba que sólo quedaban cinco miembros de Akatsuki, pero son siete los que vienen hacia acá – tomó el ave y extrajo su información – han matado a los ninjas que protegían la frontera antes que ellos pudieran dar la alerta, por eso no sabemos nada de ellos, ahora están acercándose lentamente a Konoha.
- Por lo que dijo Papá rana, el tal Pein tenía seis cuerpos y ella debe ser la tal Konan ¿no? – Deidara asintió, ella era la única mujer de la organización – así que tenemos cerca a lo peor de Akatsuki, es mejor levantar de inmediato la barrera y ponernos en alerta roja total, no correremos riesgos innecesarios.
Deidara asintió y soltó un montón de avecillas que salieron volando en todas direcciones, ellas estallarían tan pronto se encontraran con un ninja de Konoha señalando que era hora de replegarse y que se solicitaba en el salón principal del consejo la presencia inmediata de los jefes de todos los clanes de la aldea, con ellos allí se activaría con gran fuerza la barrera, aunque los ancianos no estuvieran de acuerdo, ya que decían que otras aldeas podían malinterpretarla.
- Va a tener problemas – le dijo Deidara – hasta ahora Sasuke no se ha percatado de la ausencia de Naruto – le recordó – pero si no está en reunión…
- Lo sé, lo he mantenido ocupado en misiones pequeñas con los civiles y le he hecho creer que Naruto se encuentra ocupado en otros sectores de la aldea, para evitar que akatsuki detecte su presencia fácilmente – suspiró – pero de seguro se va a armar la grande cuando sepa que le hemos mentido, pero no quería decirle que Naruto está fuera de la aldea porque habría querido ir con él.
Deidara asintió, Sasuke se había estado quejando toda la tarde anterior por la ausencia de Naruto, sus lloriqueos le habían crispado los nervios hasta a su impasible hermano en la sala de interrogatorios, sólo la invitación de la mamá de su novio lo había calmado, eso y un suculento tazón de ramen.

Tsunade, como última representante de su clan, estaba en el gran salón esperando que llegasen los últimos representantes de los clanes de Konoha cuando Sasuke entró como una bala en este, dirigiéndose inmediatamente hacia ella con la cara descompuesta, cosa que se le hizo muy extraña a la mujer, normalmente un Uchiha no perdía la compostura, a no ser que…
- ¡¿Dónde está Naruto?! – gritó desaforado, era tal como temía, se enteró.
- Naruto se encuentra entrenando en las montañas con el sabio rana – le explicó ella tratando de calmarlo, eso podría provocar una baja de chakra y el único que podía reponerlo era el otro padre del bebé. Lo vio tratando de salir de la sala – ¿A dónde crees que vas? Tenemos que levantar la barrera.
- A buscar a mi Naruto – le dijo este sin prestarle mayor atención, poco le interesaba la famosa barrera, quería a su novio de vuelta ya, lo demás se…
- No puedes ir a buscarlo – lo detuvo a la mitad de un paso – allí no puede ir nadie que no haya pactado con las ranas – le explico y recibió en respuesta una mirada furiosa made in Uchiha – sólo Jiraiya ha ido allí y no creo...
- ¡Papá san! – le dijo Minato al verlo entrar, arrojándose en su brazos – esa vieja bruja no me quiere dejar ir con Naruto – señaló a Tsunade – quiero ir.
- Bueno, no puede entrar nadie que no haya sellado el pacto con Gamabunta – le explicó divertido – y antes que me pidas el pacto, te diré que es imposible comprometerse con dos seres de ellos a la vez y menos cuando el tuyo ha sido con la gran serpiente Manda, son enemigos naturales – agregó.
- Pero tú puedes ir allí, Naruto me dijo que tú tenías pacto con Gamabunta – le puso ojitos de cachorrito abandonado – por favor, llámalo de vuelta – le rogó.
- Mira, levantemos primero la barrera y luego averiguare si Naruto puede volver ya de su entrenamiento, recuerda que mientras esté allí Akatsuki no lo podrá apresar, aunque supieran donde se encuentra – le sonrió.
- Me gustaría saber como te has enterado de la ausencia de Naruto – le dijo Tsunade viendo entrar a los líderes de los distintos clanes – son pocos los que saben que salió de Konoha dado que no cruzó las puertas de la aldea.
- Escuche a dos ambus hablar de ello, les vi la máscara de la aldea, pero estaban encapuchados, parecían molestos por algo, como si la misión que se les había encomendado no estuviera a la altura de sus capacidades o algo así.
- Raíz – murmuró entre dientes Minato – Dounzu no se cansa de importunar.
- Mejor nos concentramos en nuestra labor – dijo Tsunade y comenzó a repartir los lugares alrededor de la mesa, primero los Aburame, los Akimichi, los Hyuga, los Inozuka, los Namikase, representados por el cuarto, los Nara, los Sarutobi, los Uchiha, representados por Sasuke, los Uzumaki, representados por Kushina, los Yamanaka y el resto de los clanes pertenecientes a la aldea.
Al poco rato la barrera había sido levantada en toda su capacidad y los ninjas de los distintos clanes de la aldea regresaron a su labores en alerta roja, debían evitar, a toda costa, que llegasen a los refugios, no era que hubiese civiles allí, pero no habían podido evacuar a los genin de la aldea porque, aunque no tuviesen experiencia en batalla, eran ninjas de Konoha y ello los calificaba para permanecer de guardia provisoria de las vías de escape.
- Papá san – dijo Sasuke haciendo un puchero – me dijiste que me traerías a Naruto – le recordó insistente, aquello hizo alzar las cejas a todos los que conocían desde hace mucho a los Uchiha, jamás nunca se habrían imaginado a uno de sus más feroces representantes haciendo un gesto así, era como fuera de foco – quiero a mi Naruto de regreso – agregó casi llorando.
- De acuerdo, de acuerdo – suspiró Minato notando las miradas atónitas de casi todos a su alrededor – vamos a un lugar mas amplio para hacerla – miró a Kushina y ella se acercó a ellos – creo que te haría bien comer algo caliente.
Sasuke lo miró sospechoso, podía estar un poco “sensible”, pero no era idiota y a su parecer su suegro querido estaba tratando de darle largas al asunto de llamar a Naruto, quizás su rubio estuviera a salvo allá donde sea que estuviera entrenando, pero ¿por qué lo tenían que mandar solito? Si su Sasuke estaba dispuesto a ir al infierno con él si este así se lo pedía, dijo para sí convencido.
- No me siento muy bien – le dijo, era el mejor recurso que tenía, aunque su orgullo se fuera por la borda, claro que este se había largado que rato, le recordó su subconsciente – creo que mi chakra comienza a bajar – murmuró.
Minato lo miró sospechoso, que dijera algo así era extraño, el chico era un Uchiha, pero ya había armado un escándalo por la ausencia de Naruto y no quería que todos los ninjas de la aldea se enteraran, al menos no de esa manera, y eso de la baja del chakra, bueno, podía ser cierto y era peligroso para su embarazo, después de todo iban cinco días desde que Naruto no estaba y podía ser cierto, pero ¿y si no lo era? Interrumpiría el entrenamiento de Naruto sólo por el capricho del moreno, que no se comportaba como debía.
- Pobre Sasuke – dijo Kushina abrazándolo lanzándole a Minato una mirada molesta – venga, vayamos a comer ramen mientras Kaseiyo averigua de Naruto – agregó sabiendo que a este le molestaba que lo llamase así delante de los otros ninjas de la aldea – nos veremos en un rato más en tu oficina.
Minato los miró molesto, le cargaba recibir órdenes y menos de una mujer, pero ni caso, debería acatar y hacer lo que le pedían, aunque primero iría a preguntarle un par de cosas a Jiraiya, el pobre sólo hablaba por escrito, pero Tsunade le había dicho que se recobraría por completo, aunque la movilidad de su brazo izquierdo ya no sería la misma, pero debían dar gracias que no lo había perdido en tan terrible batalla.

Naruto estaba sentado en una roca lisa equilibrada sobre una afilada estaca de piedra a gran altura, debía mantenerse quieto mientras se concentraba en absorber la energía de la naturaleza ya sin la ayuda del aceite de rana, su maestro decía que no debía depender de él para conseguirlo, al menos en esta fase no se convertiría en rana, así que estaba más tranquilo observado de cerca por su maestro. Este no podía creer la facilidad con la que aprendía las técnicas que a Jiraiya, alumno estrella hasta entonces, le había costado años aprender, por lo que el mismo Naruto le había contado había perfeccionado el rasengan que ni el propio creador de este había conseguido hacer, y ahora estaba superando con pasmosa facilidad a Jiraiya en el modo ermitaño.
Naruto abrió los ojos luego de un instante asombrado de poder mantener el equilibrio tan fácilmente, si a veces le costaba moldear el chakra hasta para llamar a Gamakishi, más para llamar a Gamabunta, siempre era distinta la rana a la que llamaba y no le era de utilidad su ayuda.
- Lo estás haciendo muy bien, Naruto – le dijo complacido y ambos vieron como un ave se acercaba a ellos a gran velocidad haciendo que el pobre rubio perdiese el equilibrio y se cayera de cabeza contra el suelo.
- ¡Auch! – exclamó pero se asombró – no me dolió – agregó sorprendido.
- Bueno, en esta forma el cuerpo es menos vulnerable a los golpes – le dijo su maestro divertido – el daño, por muy grande que sea, es repelido por la fuerza de la naturaleza y transformado de inmediato en chakra para tu cuerpo.
- Así no me dolerían los golpes de Sakura – murmuró pensativo – en fin, creo que debemos seguir, así cuanto antes podré ir a ayudar ¿no crees, abuelo?
- No creo que sea así – señaló hacia la distancia, era la señal acordada para ir a comer – venga, debemos alimentar el cuerpo con algo sólido – agregó bajando de un salto yendo hacia la casa de las ranas – nos esperan – insistió.
Naruto hizo para sí un gesto de asco y se levantó, de puro imaginarse la comida que lo esperaba le daban ganas de vomitar, ¡Cuánto echaba de menos la comida de Ichiraku o el ramen instantáneo! Pero ni eso se había podido traer, se lo habían llevado tan de improviso que ni siquiera tuvo tiempo de despedirse de Sasuke, el pobrecito no debería estar muy bien ¿y si le había venido un bajón de chakra? El no estaba allí para reponérselo ¿Quién lo estaría cuidando? Porque dudaba que Itachi le diese chakra (el tipo estaba más loco que una cabra) o que Sasuke lo dejase, era tan orgulloso.
- Parece que tenemos noticias del exterior – dijo Papá rana acercándose a ellos – parece ser que Minato chan tiene curiosidad por lo que pasa, aunque no ha venido él, por razones obvias, y parece que Jiraiya chan está mucho mejor aunque todavía no puede hablar, pero se recuperará por completo.
- Al fin una buena noticia – se quejó Naruto entrando junto con las ranas en la casa sentándose luego a la mesa – ¿Qué cuenta papá? – preguntó a mamá.
- Bueno, pregunta qué cómo va tu entrenamiento, si no necesitas algo de comer, como si yo no te alimentase aquí correctamente – renegó ella – y si hay alguna forma en que, sin dejar tu entrenamiento, le mandes chakra a tu pareja.
- Sin que salga de aquí – dijo el maestro dijo pensativo mientras mamá le servía un tazón a Naruto que trataba de disimular por todos los medio el asco que le causaba la comida – tendría que enviar uno de sus clones de sombra y que este le traspase toda su energía, así, apenas desapareciera sabríad que está bien – le dijo y le agregó al oído – aprovecha antes que él coma ramen, que aquí no lo tendrás nunca, ella dice que no es nada saludable para ti.
Naruto lo miró con dos cascaditas cayendo de sus ojos e hizo el clon de sombra que se fue de regreso a Konoha, ojalá y Sasuke lo dejase comer ramen antes de hacerlo desaparecer, era otra persona que consideraba el ramen como un alimento nada de nutritivo en su dieta ¿cómo podían ser tan crueles?

Minato volteo la mirada asombrado al ver a Naruto de pie junto a la ranita, la que lo miro divertido sin explicar nada antes de desaparecer sin darle explicación alguna. El muchacho se sonrió, nadie podía identificar al verdadero de un clon de sombra esclavo, no había técnica visual que los identificara, ello lo hacía verdaderamente útil, en especial porque podía recibir muchos golpes antes de desaparecer y ni siquiera el original era dañado con todo eso.
- Papá, soy un clon de sombra – le dijo divertido – uno de los más fuertes, se me encargó la misión de entregarle a Sasuke todo mi poder, no sin antes haberme comido unos cuantos tazones de ramen – sonrió con tristeza – allá no tienen nada decente que comer, me tienen a puras verduritas – se quejó.
- Bueno, creo que Kushina se ha llevado a Sasuke a comer, así que quizás podamos alcanzarlos antes que acaben con la provisión de ramen de la aldea, el pobre ha estado alimentándose en base a ello casi todos estos días.
- Me imagino que, en su estado, estará más necesitado de energía que de alimentación – dijo divertido – vamos, que me muero de hambre, Naruto me envió aquí antes de sentarse a comer él esos guisos raros que hace mamá rana – hizo un gesto de asco – si no fuera necesario, no se los come.
- Pero en cuanto te vea se vuelve loquito, ha estado bastante extraño, no actúa como actuaban los Uchihas anteriores, me rogaba por tu presencia diciendo que le faltaba energía, aunque no creo que sea tan cierto como afirma.
Caminaron en silencio fuera de las oficinas y se fueron directamente al Ichiraku, allí escucharon la voz divertida de Iruka que le comentaba a Sasuke que al parecer su bebé iba a ser igualito a su padre, un auténtico comedor de Ramen, o que quizás estaba alimentando a más de uno allí dentro.
- No es algo propio de la familia lo de los embarazos múltiples – señaló Kushina – eran casos muy extraños si se presentaban, según me contó alguna vez Mikoto, generalmente no tenían más de dos hijos, y en mi familia tampoco.
- Pues no es un embarazo normal – dijo Sasuke mirando su tazón sin notar la presencia de los rubios – los conseguidos de la manera en que lo hicimos nosotros generalmente eran difíciles por su alta fertilidad, recuerdo que uno de mis tíos tuvo seis hijos con su esposa luego de tomar un baño en esas termas, aunque no se si eran de una sola vez o bien seguidos.
- Eso si que será complicado – dijo Minato asombrado – si un embarazo es difícil con un solo hijo, con dos o más será peor, vamos a tener que…
- ¡Naruto! – dijo Sasuke interrumpiendo a su suegro saltando sobre el otro rubio que a duras penas consiguió mantener el equilibrio – ¿acaso terminaste?
- Je, je – sonrió poniendo una mano en su nuca – no he terminado el entrenamiento aún, sólo vine a darte energía y comerme unos cuantos tazones de ramen ¿sabes que allá mamá rana me tiene a dietas de puras verduras? – dos cascaditas cayeron de sus ojos – y el entrenamiento es agotador – suspiró sentándose finalmente al lado de Sasuke sin señalarle que él era un clon – quiero un ramen especial, mientras más carne tenga, mejor – solicitó.
- Mi pobre amorcito, te tienen a dieta de hambre – Sasuke le acarició el brazo.
- Papá san ¿cómo está Jiraiya? – miró al hokage que sonreía abiertamente.
- Bastante bien, no puede hablar, pero lo hará en un tiempo. Su brazo no lo perdió, pero ya no tendrá la misma movilidad de antes, aunque Tsunade dice que igual podrá hacer los sellos que quiera con un buen poco de rehabilitación.
- Mamá y papa rana se alegraran de saberlo, estaban muy preocupados por él y me pidieron que le dijera que le deseaban una pronta mejoría.
Sasuke miró el tazón de ramen que el tendedero ponía frente a Naruto y se dedicó a alimentarlo, ya vería la forma de obtener su energía después, porque aún no la necesitaba, pero eso ya no tenía importancia, estaba con él.

Pein con todos sus cuerpos y Konan se detuvieron a cierta distancia de Konoha, las defensas de la aldea eran bastante extrañas, podía sentir la presencia de un chakra especial que parecía cubrirla como una cúpula a gran distancia de las murallas mismas de la aldea, era como si aquel campo de fuerza sirviera de alerta de la presencia de potenciales enemigos o amenazas para la misma, cosa que parecía extraña ya que Kisame no había informado de ello la vez pasada que había estado en la aldea con Itachi.
- Al parecer, esta barrera no estaba antes – señaló uno de sus cuerpos.
- Itachi perteneció a los ambus de Konoha, de seguro conocía a la perfección como esquivarla o los puntos en que no sería detectado – dijo el Pein principal – es bastante grande como para que, si la penetramos desde aquí, los tengamos de inmediato en pie de guerra, son bastante astutos.
- Pero si caemos sobre ella de golpe, los pillaremos de sorpresa – dijo el más pequeño de sus cuerpos – no tendrán tiempo de organizar la defensa.
- Bien, entonces, haremos lo siguiente – dijo el principal – nos dividiremos por toda la aldea buscando información y el que encuentre al portador, lo aturdirá y lo sacaremos de Konoha antes de destruirla por completo.
Los demás asintieron y dieron un enorme salto por el que traspasaron las murallas de la aldea y tomaron por sorpresa a sus defensores.
- Konoha caerá ante el poder de Akasuki – dijo malvadamente y se separaron a grandes pasos destruyendo todo a su paso.

- ¡Tsunade Sama! – entró gritando a la oficina uno de sus ayudantes – la barrera ha sido atravesada por siete personas, invadieron la aldea por arriba.
- Maldición, que los genin tomen sus posiciones, los chunin corran a sus puestos y que todos los jounin corran a defender la aldea, protejan la aldea a como dé lugar – miró a la rana informante que tenían – avísale a Naruto que Konoha está sitiada – le dijo a esta que asintió de inmediato.
- No – dijeron los consejeros – que Naruto se quede donde está, así no lo capturarán jamás – agregaron deteniendo a la rana entrando en las oficinas.
- Naruto se enojará muchisimo si se entera que la aldea está sitiada y no lo llamamos para que nos ayudara a defenderla – dijo ella molesta.
- No tendría por qué saberlo – agregó Koharu – no vendrá hasta que sea estrictamente necesario, no antes – replicó altiva.
- Ustedes no confían en Naruto – dijo ella molesta agarrándolos a ambos de los cuellos de sus túnicas – él no es un arma de Konoha, es un ninja de nuestras aldea, el mejor que tenemos, él defenderá la aldea como lo hizo siendo un bebé – los soltó dejándolos caer – eso es lo que los diferencia del tercero, de Jiraiya y de Shiyo, la fe en el verdadero poder de Naruto.
- Muy bien, haz lo que quieras, pero si no resulta…
- Me admira su poca fe en las capacidades de Naruto – les reclamó ella – recuerden que él es el siguiente Hokage, si Konoha es destruida sus sueños jamás se harán realidad y será la culpa de ustedes y no la mía – ellos la miraron enfadados y salieron de la oficina.
- Tsunade sama – entró Shizune – hemos descubierto algo nuevo sobre Pein, pero necesitamos tiempo y hay muchos ninjas heridos ya.
- Haremos lo posible por detener su avance mientras llega Naruto – dijo ella saliendo de la oficina dejando a la rana mensajera sola.
- Es mejor que me vaya – dijo juntando sus manos y cerrando sus ojos, por ello no vio al hombre que aparecía entre las sombras con un afilado cuchillo. Un sonoro pop se escuchó, pero nadie le prestó atención pensando que se trataba del retorno de la ranita a su lugar de origen, pero los lentes que eran la conexión entre los mundos estaban sobre el escritorio de Tsunade.
- Ahora no habrá comunicación con el Kyuubi, akatsuki no tendrá su poder y nada evitará que mis planes se realicen – dijo victorioso el hombre antes de desaparecer, ya no habría nadie que evitara que el nombre de Dounzu se inscribiera en los anales de Konoha como hokage.
Pero el hombre no notó que una pequeña figura de arcilla que estaba sobre los libros de contabilidad se movía y salía raudamente por una rendija a informar a su amo lo que había pasado allí.

Sasuke estaba recostado sobre el pecho del clon de Naruto recibiendo su chakra en silencio, este lo acariciaba mientras se lo traspasaba y fue por ello que supo que se trataba de un clon de sombra, su Naruto era un escandaloso y de seguro ahora le estaría dando muchos mimos ¿por qué los clones eran mucho más maduros que el original? No le gustaba así.
- Pareces muy molesto, Sasuke – le dijo luego de un rato – el jefe está dando su mejor esfuerzo para controlar la técnica para proteger a Konoha ¿sabes?
- Lo sé, pero no me agrada estar tan lejos de él ahora, aunque seas un clon suyo y sea su chakra el que se le traspasa a nuestro hijo – suspiró y se sobresaltaron cuando se escuchó una explosión a los lejos – ¿Qué fue eso?
Ambos se enderezaron y se asomaron al balcón a mirar, en todos los alrededores de la aldea evacuada surgían enormes columnas de humo, al parecer akatsuki había penetrado las defensas de la aldea y se encontraba bajo ataque. Ambos se miraron un al otro pensando en ir a ayudar cuando vieron que venía a toda velocidad hacia ellos Iruka.
- Sasuke, el cuarto me ha pedido que te escolte hacia los refugios – dijo el chunin y vio que el moreno fruncía las cejas con enfado – en tu estado es peligroso que entres en combate, no querrás hacerle daño a tu hijo ¿verdad?
- Vamos, Sasuke, ayudemos a terminar la evacuación de Konoha – le dijo el clon y Sasuke sintió deseos de llorar ¡Su Naruto habría insistido en ir a ayudar!
- Kakashi se está enfrentando en estos momentos a Pein – dijo Iruka mientras prácticamente arrastraban entre el clon y él a Sasuke hacia los refugios – se te parece bastante, pero tiene unos ojos bastante extraños – agregó.
Entraron en el refugio y el clon de Naruto se asomó a mirar desde los ojos de la imagen del cuarto, Konoha estaba siendo arrasada por esos tipos, no se podía quedar allí, debía investigar un poco antes de regresar a su jefe.
Salió raudamente sin que lo vieran y se detuvo a pocos metros de donde Kakashi sostenía feroz batalla con el tipo llamado Pein, ciertamente se le parecía bastante, pero sus ojos tenían una cantidad extraña de círculos concéntricos, así que eso era los ojos de los seis caminos o rinegan. Pero si la pelea seguía así su maestro terminaría muerto antes que su jefe llegase.
Se apartó de la pared justo un segundo antes que esta saltara por los aires echa pedazos, Kakashi se salvó por los pelos gracias a la intervención de Chouji y su padre que entraron en combate contra el segundo Pein, allí notó algo raro, sus técnicas se parecían de cierta manera a las de Kakosu, pero por medio de los piercing, cada vez que perdía uno de ellos el cuerpo parecía perder fuerza en sus ataques, al menos ya sabía algo que lo podía ayudar a vencerlo, era hora de irse con el jefe.

Naruto descansaba bajo una roca pensativo, había conseguido dominar la técnica del ermitaño bastante bien, pero estaba un tanto nervioso ¿Por qué no tenían noticias del exterior? Tampoco había regresado su clon ¿le habría pasado algo malo a su Sasuke? Realmente esperaba que no, que no tuvieran noticia de la aldea se debiera más que anda a que no había pasado nada que se tuviera que contar en este mundo de Konoha.
- Vaya, así que estás aquí – le dijo su maestro – es hora de regresar al entrenamiento – agregó – claro que vamos a intentar algo diferente ahora.
- ¿Cómo qué? – lo miró un tanto preocupado.
- Bueno, habrás notado que esta técnica, pese a todo el poder que tiene, requiere de tiempo para usarse ¿no? – el muchacho asintió – y eso es algo que tu enemigo no te va a dar para la realices, no podrías luchar contra él si no hay quien te dé tiempo – Naruto lo miro con cara de interrogación – vamos a aprender un poco de fusión.
Naruto se quedó en silencio unos instantes y se imaginó una rana vestida con sus ropas. Cual sería su cara de espanto ante semejante visión que el maestro le dio con el abanico en la cabeza haciéndolo regresar a la realidad.
- No te imagines idioteces, no combinaremos nuestros cuerpos, sino que quedaré en uno de tus hombros para que puedas adquirir el modo ermitaño.
- Bueno, debiste haberlo dicho desde un principio – se quejó Naruto sobándose la cabeza – esos golpes eran terribles, casi tanto como los de Sakura.
Intentaron al in hacer la famosa fusión, pero cuando Fugasaku entró en el subconsciente de Naruto un chakra monstruoso lo echó fuera de golpe.
- ¿Qué ha pasado? – dijo Naruto sobresaltado mirando a su maestro.
- Al parecer el chakra de Kyuubi no me va a permitir la fusión – dijo la rana vieja molesto – de seguro no le ha gustado tener a alguien más allí dentro.
De repente algo dio contra el cuerpo de Naruto, un potente golpe de su propio chakra lo hizo perder el equilibrio y caer sentado en el suelo. Volvió la mirada hacia su maestro preocupado antes de gritar asustado.
- ¡Akatuki está atacando Konoha!


Continuará…

Lamento haberme tardado tanto, esperaba hacerlo antes, peo ahora tengo un poco de tiempo y aprovecho de terminar este capítulo.
Por favor, dejen comentarios, y perdonen por los espoiler del último manga, de aquí en adelante la mayoría ha de ser parte de mi imaginación.
Shio Chang.

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