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Sentimiento Fantasma por mihll

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 Capítulo 14

 

      Hanamichi tenía mucho que aprender y descubrir de la vida. El hecho de tener que hacerlo errando de forma grosera era una broma pesada.

Esta noche, había comprendido cuan grande podría llegar a ser desilusionarse de la persona querida.

Había cenado con James en su casa, propiciando todo para que fuera perfecto, Touya le hubo ayudado con todo los preparativos; buena comida y el ambiente adecuado para que esta se desarrollara.

Al llegar el momento de ponerse un poco cariñosos, fue con su novio a su cuarto, las caricias, que hasta entonces eran cohibidas, se volvieron más íntimas y los besos más ardientes, todo indicaba que esa noche iban a terminar haciendo el amor, sin embargo, ocurrió lo inesperado. En el momento mismo en que se encontraban casi desnudos, por no decir completamente, y con James llenándole de besos cada trozo de piel, escuchó lo que nunca hubiese deseado oír. James decía entre cada beso húmedo que marcaba su piel, cuanto amaba y deseaba en ese instante ese cuerpo, cada detalle de éste, pero el nombre diferente al del dueño, el nombre de un muerto, el de su padre.

Se dio cuenta que lo dijo de manera inconsciente, por que James proseguía en su accionar, perdido completamente en el deseo ardiente de querer hacerle suyo.

El dolor se apoderó rápidamente de su pecho y toda la pasión se esfumó del mismo modo, propinando un empujón que hizo caer al rubio de la cama.

Éste le miró desde el piso sin entender nada, más Hanamichi sólo atinó a pedirle casi a gritos que se vistiera y se fuera de la casa. Por supuesto James se negó, pidiendo una explicación a todo aquello, que nunca llegó puesto que Hanamichi no podía pronunciar nada más que lo que su corazón dolido le pedía; no volver a verlo.

James se fue, enojado y confundido. Él no lo estaba obligando a nada, y si no estaba listo debió habérselo dicho en el momento oportuno, no así, provocándole un golpe que en verdad le dolió.

Al verlo partir Hanamichi se enrolló en la cama, evitando el llanto.

Así permaneció, inmóvil, como si se hubiera quedado dormido, respirando con dificultad y con una mano apoyada en su pecho, como si con eso pudiera apaciguar los golpes hirientes de cada latido de su corazón. Pensaba en las advertencias de Kaede, él se lo había dicho fuerte y claro, tanto antes como después de que iniciara una relación con James, pero él, Hanamichi, no era más que un tonto que no quiso oír y que se dejó engatusar por un mentiroso.  Eso dolía, le sofocaba porque sentía que quería a James.

De pronto oyó un apenas audible llamado a la puerta y abrió sus ojos lentamente comprobando que ya había amanecido. Sentía el sabor amargo en su boca y el deseo de no querer mover un músculo para ir a ver de quien se trataba, menos si ese alguien era James.

La persona que estaba tras la puerta al no recibir respuesta creyó que el pelirrojo se había quedado dormido, lo mejor era comprobarlo por eso hizo uso de la llave que le entregaron a modo de confianza y echó pié dentro del departamento.

Hanamichi oyó los pasos. Sólo dos personas en este mundo tenían una copia de las llaves, uno era Kaede pero por supuesto él nunca las utilizaría, la otra opción era Touya.

Se levantó de la cama con mucho pesar, se puso los pantalones y fue hacia la puerta. Apoyó su espalda contra ella un poco indeciso pero finalmente decidió enfrentarlo.

Touya, quien se disponía a tocar, le miró de arriba abajo

-tienes mal aspecto amigo, pensé que hoy te encontraría radiante pero veo que no... ¿pasó algo?-

Alejándose de la puerta, Hanamichi instó a Touya a pasar

-Estábamos a punto de hacerlo y James me llamó por el nombre de mi padre, ¿puedes creerlo?-dijo con molestia y una expresión de dolor en su rostro

-Hanamichi no sé que decir, tal vez sólo escuchaste mal o te sientes perseguido, inseguro que él te quiera a ti y creíste oír otra cosa-

-no, escuché muy bien, Kaede me lo advirtió-contradijo

-Kaede sólo te metió cosas en la cabeza, te infundió ese temor y has caído en la inseguridad-

-sé lo que escuché, no creo estar mal del oído-respondió enojado

-Kaede...-

-¿Kaede qué?-casi lo gritó

-no se puede hablar contigo-dijo al tiempo que se percataba de que su amigo aún estaba en pijamas y ya era hora de irse al instituto-supongo que no irás a clases. Bueno, si te quedas aquí aprovecha el tiempo para pensar con claridad y darte cuenta que estás equivocado, yo me voy, no quiero llegar tarde-

-pues hazlo, prefiero estar sólo antes de tener que oír a alguien que me quiere convencer de lo contrario a un hecho irrefutable-

-es tu temor Hanamichi el que hace oír cosas que no son. Hasta la tarde, estaré en mi casa si quieres hablar-

Hanamichi no respondió y Touya se marchó de la casa un poco exasperado.

 

~~~~~~~

 

     Se dejó caer en el sillón y se cubrió el rostro con las manos apesadumbrado, ni siquiera sabía porqué estaba allí, en la sala del departamento de Kaede, con Kaede mismo mirándole de pie en frente suyo. Pero ya no daba más, era demasiado todo lo que guardaba dentro, sentía que ya no sabía que hacer o qué pensar.

Desde que Toya dejó su casa en la mañana no había hecho más que pensar, un rato en el departamento y otro tanto vagando por las calles de la ciudad sin rumbo, enojado con lo de James, fastidiado con el intento convencimiento de su amigo.

¡Qué tontería tener que convencerse de lo contrario!, si no había duda alguna, nada de lo que le dijeran ahora le harían pensar que se había equivocado al oír.

Suponiendo que podría contar con el consuelo de otro de sus amigos llegó a este sitio. Irónico, puesto que él era la persona equivocado, quien a lo máximo le golpearía por idiota y como mínimo se reiría en su cara y le echaría a la calle al conocer la razón de su malestar. Ése era el zorro.

-¿Hanamichi te sientes bien?-preguntó Kaede preocupado, sentándose a su lado y apoyando una de sus manos en su espalda.

-lo siento Kaede, quisiera poder contarte ahora pero no puedo-dijo descubriéndose el rostro pero evitando la mirada de su amigo

-¿algo pasó verdad?-insistió Kaede

-si...la verdad es que no sé que hago aquí, no debí venir, ni siquiera puedo contártelo-

-no te compliques Hanamichi, te entiendo perfectamente y ya llegará el tiempo para que me cuentes, pero debe haber un modo para que puedas desahogarte conmigo, te veo muy ofuscado y creo que deberías dejar de salir todo eso-

Hanamichi  se miró la manos que se cerraban en puños, temblando ligeramente, entonces pudo darse cuenta a lo que se refería el moreno, todo en él demostraba toda la rabia que contenía por dentro, lo de James sumando ahora el hecho de no poder decirle nada a su amigo.

-tranquilo Hanamichi-insistió Kaede dándole suaves palmaditas en la espalda

-Kaede yo...-dijo enfrentando al fin a su amigo, quería decirle algo, un no sé que, pero quería hablar, sin embargo, en un momento dado se fijó en el aspecto de éste, muy arreglado como si estuviera dispuesto a salir- ...¿Vas de salida verdad?- preguntó entonces. Kaede asintió

-tampoco te preocupes, aprovechando que mi madre se fue a una fiesta con sus amigas, pensaba en salir a dar una vuelta por ahí, ya sabes-le dijo tranquilamente a sabiendas que Hanamichi  entendería que se refería a la caza de conquistas de una noche que a veces solía tener

-y yo te cambio el panorama...pero no te preocupes, me voy a mi casa-

-si quieres, te  vienes conmigo-no lo pensó mucho al decir eso, como si fuese lo más normal del mundo se lo insinuó, aún sabiendo que Hanamichi no parecía estar de ánimos para eso -está bien, no debí siquiera proponértelo en tu estado anímico, soy un idiota por no preocuparme por ti, me quedo contigo -se retractó, aún sin percatarse de la expresión inmutable de Hanamichi que no se sorprendió para nada.

Para Hanamichi esto fue una idea que revoloteó rápidamente en su cabeza, James amaba a su padre, que importaba si salía por allí a buscar una aventurilla, y quizá hasta podría descargar todo ese dolor que lo agobiaba. Estaba tan enrabiado y despechado que sólo pensó que alguien como James se merecía eso.

-¿sabes qué?, voy contigo-

Kaede se sorprendió sobremanera y se preguntó si ya todo había explotado enterándose de la verdad de James. Hanamichi estaba hecho un completo desastre, con señales de que incluso había llorado. Sabía que tarde o temprano iba a suceder y al parecer ya había ocurrido.

Cada minuto, cada día esperando este momento que sonrió internamente.

Un Hanamichi despechado haría cualquier cosa, un empujoncito y todo iría según sus planes. Él estaba cegado, débil... perfectamente influenciable. Y aunque temía hacer la pregunta para no hacerlo cambiar de opinión, habló igual

-¿seguro?-

Hanamichi se puso de pié y le miró fríamente, James iba a tener su merecido, ¡al diablo con él!

-¿vamos o tendré que esperarte?-habló decidido

Kaede se paró inmediatamente, se acomodó un poco la chaqueta y salió tras Hanamichi que ya iba camino a la puerta.

-te veo muy decidido pero, ¿no te estarás precipitando por que andas mal?-

-un polvo, una aventura que mañana no tendrá significado como tú siempre dices, ¿por qué no?-sin pretenderlo su mano apretó con fuerza el pomo, acción que fue advertida por el moreno volvió a sonreír para sí al verlo tan decidido.

-es la idea, siempre habrá uno para ti y sólo tendremos que salir a buscarlo-

"salir a buscarlo"-esa parte de lo que dijo tomó otro sentido, él, Kaede, quería tener sexo esa noche sin importar quien fuera y Hanamichi estaba decidido a hacer lo mismo ¿tal vez por alguna venganza contra James?, Sopesándolo llegó a la conclusión que no tenían que ir a recorrer baretos para encontrar a alguien buen mozo y dispuesto. Todo lo que buscaban estaba uno en frente de otro.

A Kaede no se le ocurrió mejor manera de vengarse de su padre que incitando a Hanamichi a tener una aventura con otro, pero esa idea aumentaba en magnitud si era él la misma persona que se transformaba en ese "otro" y claro que eso se disfrutaría mucho más.

 Meneando la cabeza ligeramente se acercó a la puerta, quitó la mano de Hanamichi del contacto del pomo y fijó el seguro

 -¿qué pasa?-preguntó Hanamichi contrariado ante la acción de Kaede

-lo que quieres es sexo...y yo quiero lo mismo-aclaró

Hanamichi rió

- es lo que pretendía pero tú eres mi amigo-dijo entendiendo la indirecta

-pero un amigo al que ya una vez te tiraste una vez y no pasó nada-

-pero eso cambió, ahora es diferente...-

-¿al salir te iba a importar la cara o quien fuera la persona que te tiraras?- Hanamichi no supo que responder y Kaede siguió- pues el que seamos amigos y estemos uno en frente del otro nos evita salir a buscar y es lo mismo; follamos, nos satisfacemos sin compromisos y mañana será como si nada, como esa vez-Argumentó. Hanamichi parecía dudoso y todavía sin saber que responder.

Sin esperar la posterior respuesta con un rotundo "no", Kaede tironeó de Hanamichi de la solapa, para acto seguido, azotar su espalda contra la puerta y acorralarlo

-desde este minuto tu dejas de ser Hanamichi, mi amigo, y yo dejo de ser Kaede, tu amigo...tu serás el polvo de esta noche, sin identidad y sin compromisos-le dijo en un susurro antes de besarlo.

Hanamichi se resistió pero sin fuerza, y al momento en que una lágrima comenzaba a brotar de sus ojos por lo pensaba hacer y que ya comenzaba, todo su interior estalló, y su mente le repitió que James se lo merecía, eso era lo que él pensaba, eso era lo que recibiría por jugar con sus sentimientos.

Entonces correspondió al beso Kaede, y si él iba a ser su polvo y parte de su desahogo, debía hacer tal como se lo hubo mencionado, sin identidad.

Sin duda Kaede notaba todo lo que pasaba en Hanamichi y lo sentía en esa forma como lo besaba, con furia casi salvaje. Con ello tuvo la certeza de que ya se había enterado de todo y su propio deseo de descargo contra su padre se hizo más intenso.

Con Hanamichi aún besándolo, una sonrisa malévola se originó en su boca, no podía evitarlo, su plan iba por muy buen camino, pero hizo un esfuerzo de contenerla antes de romper el contacto. Luego, sin una palabra tomó la mano del pelirrojo para conducirlo hasta su cuarto.

Si bien nunca llevaba a sus amantes a ese departamento y menos hasta esa habitación, sumándole a eso que nunca los trataba con esa suavidad, esta vez rompería sus nuevas reglas, ya que Hanamichi era doblemente especial.

Tuvo que hacer él mismo todo el trabajo de desnudar los cuerpos, pero todo le resultó muy agradable, mas aún por que Hanamichi mostró total sumisión al estar perdido en quien sabe que cosa.

Pronto lo tuvo en la cama, sobre su cuerpo, besándole con furia al principio y penetrándole después con un salvajismo desconocido. Le dolía, claro que si, pero no evitaba sonreír.

Cuando el acto terminó, ninguno de los dos pudo evitar dormirse, aunque uno dándole la espalda al otro. Kaede, antes de llegar hasta esas instancias, pudo oír ligeros ruidos provenientes de Hanamichi, lo que se asemejaba a un sollozo, pero no dijo nada, ni siquiera se movió permitiéndole pensar que  ya se había dormido.

Despertó unas horas mas tarde, por las sacudidas que le daba Hanamichi. Por la oscuridad en que sumía el cuarto, se podía advertir que aún no amanecía del todo

-al fin abres los ojos, zorro-susurró Hanamichi

Kaede se frotó los ojos en un intentó de incorporarse antes de responder, porque se sentía un poco desorientado, nunca en lo que llevaba viviendo en Tokio un fugaz amante compartía su cama y sueño

-zorro-insistió Hanamichi

-¿Qué pasa?-

-hace rato que siento que golpean a la puerta, puede ser tu madre-volvió a hablar en susurros

-¡mierda!, se me olvidó que puse el seguro a la puerta-

De un brinco Kaede salió de la cama y buscó a tientas el interruptor de la lámpara

-es mi madre y debe estar furiosa...mejor recoge tu ropas y te vas al baño mientras voy a abrir, no me gustaría que por desconfianza ella viniera y te encontrara desnudo en mi cama, dijo que me mataría si traía a un amante a esta casa-dijo mientras se colocaba su pantalón, para después salir casi corriendo de la habitación

Hanamichi sin pensarlo se apresuró a hacer lo que el moreno le dijo

Al momento de llegar a la puerta, Kaede ya sabía lo que venía

-Kaede, llevo más de media hora golpeando como loca ¿Por qué tuviste que ponerle el seguro a la puerta?-miró la facha con la que su hijo fue a abrirle-¿no habrás osado traer a un amante a ésta casa?-

-si lo dices por la facha tengo que recordarte que duermo desnudo y si cerré con seguro es por que pensé que no llegarías a dormir, siempre haces eso cuando te vas con tus amigas y yo acostumbro a poner seguro en cada ocasión que eso sucede-

-está bien, pero si que tienes el sueño muy pesado- dijo cruzando finalmente el umbral, Kaede cerró la puerta tras eso

-debiste haberme avisado, así tampoco me hubieras despertado a esta hora-dijo echando un bostezo que Kaoru vio con reproche

-claro que lo haré y así me evitaré estar llamando como desconsiderada-

-vuelvo a dormir, hasta más tarde-

Sin deseos de querer oír más y preocupado por Hanamichi, Kaede fue al cuarto y lo buscó después en el baño, no sin antes asegurarse que su madre se fuera a su habitación

-tengo que irme-le dijo Hanamichi a Kaede apenas le vio asomarse

-pero tendrás que esperar a que Kaoru se duerma-

En completo silencio, no por temor a que sus voces fueran oídas sino mas bien porque no sabían que decir, se mantuvieron en la habitación hasta que consideraron que habían esperado un tiempo prudente.

Recorrieron el camino hasta la puerta con sigilo y Kaede abrió para dar paso a Hanamichi, que parecía no querer decir nada, ni siquiera despedirse. Y de hecho fue así por que anduvo varios pasos por el pasillo, yéndose, sin mirar atrás

-Hanamichi-llamó Kaede, asomándose al pasillo al verlo irse de esa forma.

Hanamichi se detuvo pero no se volvió.

-olvídalo extraño, porque yo ya lo olvidé-

Y con esas palabras reinició la marcha  para luego perderse tras las puertas del ascensor en el fondo del pasillo, sólo en ese momento Kaede se retiró de la puerta para cerrarla.

Hubiese vuelto de inmediato a su cuarto pero no pudo, sólo atinó a apoyar su espalda contra la puerta, preguntándose que era esa sensación extraña que sentía en su interior, no tenía nombre para ello y le inquietaba. Pero al cabo de un rato se dijo que era mejor no darle vueltas y se concentró en lo satisfecho que se sentía.

Hanamichi le debía esto, y tal vez más por no decirle lo que estaba pasando, por la rabia que sintió cuando supo que un chico de su edad estaba metiéndose con un adulto, su padre. Pero suponía que Hanamichi no era tan culpable, sólo había sido mal influenciado. James era quien se llevaba el premio máximo, todo era su culpa, él era quien andaba tras Hanamichi, él es la persona que lo hizo sufrir más de lo que ya lo había hecho, y él sería quien lloraría la perdida de Hanamichi cuando lograra quitárselo.

 

 

Notas finales:

Bueno, es el último capi de esta serie que tengo lista. Tendrán que esperar un tiempo para tener la continuación del fic por el tema de mis exámenes, a lo más serán 10 días, espero que puedan comprender.

Hasta entonces.


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