La noche oscura y silenciosa daba término y el sol se alzaba tímidamente en el horizonte...
Hanamichi esperaba pacientemente una llamada de James, él por su parte no había querido contactarlo porque sabía que no debía presionarlo mientras estaba ayudando a la viuda Dawson con los trámites de la entrega y traslado del cuerpo de Jack
Pasaban de las nueve de la mañana cuando de pronto su espera se dio por terminada al sentir las vibraciones del aparato que mantenía sin sonido en una de las carteras de su chaqueta
-Hanamichi-una voz habló desganadamente desde el otro lado de la línea-regreso a Tokio en este momento, ha surgido una complicación...
- ¿Qué sucedió?-preguntó Hanamichi preocupado
El breve silencio de su novio le dijo a Hanamichi que esto no era nada bueno, aún antes de que él hablara.
-algo que no sé cómo explicar a Kaede-
Ahora fue el turno de Hanamichi de guardar silencio, esperando con paciencia que James se decidiera a continuar, por su voz, sabía que se le hacía muy difícil
- me acaba de contactar la policía de Tokio, encontraron muerta a Kaoru-un breve silencio se hizo para James mientras el corazón de Hanamichi se estremeció-se suicidó Hanamichi -finalizó con voz amarga
El pelirrojo simplemente no podía creer que todo aquello estaba sucediendo, ni siquiera fue capaz de dar una respuesta. Por su parte James comprendió el silencio de su novio
-yo ya no sé qué hacer-expresó James, quien desde el otro lado de la línea se llevaba la mano a la frente que le comenzaba a doler, superado por toda la situación
-por favor tranquilízate, sé que ha sido mucho en menos de un día pero Kaede te necesita fuerte-sugirió Hanamichi con valor
-sí, tienes razón-se resignó sabiendo que su novio tenía razón-Y... ¿Cómo está él?
Un incómodo silencio precedió la respuesta de Hanamichi que en todo el tiempo que estaba en el hospital no había ingresado al cuarto para nada, y toda información respecto a él la obtenía a través de la enfermera que lo atendía
-duerme-dijo sin saber si era efectivamente así, mirando la puerta del cuarto
-¿pero está bien?-
-por el momento si-en eso no mentía
James suspiró aliviado, por el momento
- nos vemos en un par de horas Hanamichi-se despidió
-sé que podrás hacerlo-ánimo Hana refiriéndose a al problema de tener que contar la verdad a Kaede-no vemos entonces- se despidió también
Hanamichi no había dejado de mirar la puerta. Guardó el teléfono tras colgar y se dirigió hacía allí. temerosamente se asomó dentro de la habitación, Kaede parecía dormir, no había estado equivocado al lanzar la respuesta a James
Se acercó silencioso como un gatito y se sentó en la cama mientras una de sus manos llegaba instintivamente a una mejilla del moreno donde propinó una suave caricia
-sabes que te amo y que esto sólo me hace daño-le sorprendió de pronto la voz del moreno quien simulaba estar dormido
Hanamichi quedó estático, sin ser capaz siquiera de retirar su mano
-puedo tolerar que quieras acompañarme, por las razones que sea que lo hagas, pero por favor no vuelvas a tocarme de nuevo-aclaró fríamente Kaede
Hanamichi se limitó a retirar su mano y bajar la mirada
-James va a tardar en venir-dijo momentos después, levantando la mirada y percatándose que Kaede parecía entretenido viendo el techo. Kaede no le respondió, es más, hizo como si ni siquiera le hubiera oído
Eso le dolió al pelirrojo, tanto o más que la mirada que le dio anteriormente, aún así permaneció a su lado, aunque sin atreverse a decir nada más
El tiempo pasó, el frío silencio entre ellos era abrumador, y sólo le rompió cuando la puerta se abrió permitiendo el paso de un muchacho que ambos conocían muy bien
-¿sendoh?..¿qué?-Hanamichi no podía creer que él también persiguiera a Kaede hasta un hospital ¿acaso ese tipo no se iba a cansar nunca?
-veo que no hay nada que detenga-dijo el chico de ojos fríos de forma seca
-y yo veo que estás bien, cuando vi las noticias pensé que habías perdido una pierna o tal vez la cabeza, pero veo que estás muy bien-le dijo sonriente y viendo a Hanamichi despectivamente agregó:-aunque no con muy buena compañía-
-estúpido-murmuró Hanamichi
Sendoh pasó por alto el comentario de Hanamichi y se acercó a la cama por el lado contrario al que estaba el pelirrojo
-tuve que hacer varias llamadas pero valió la pena encontrarte-
Sin que Kaede pusiera evitarlo, Akira se inclinó hacia él y comenzó a besarlo en la boca. El moreno se resistió en un principio, pero luego comenzó a responder llevando su mano derecha a la nuca de Sendoh y atraerlo para profundizar el beso
Por su parte Hanamichi vio esta reacción con los ojos bien abiertos y sin poder soportar más, dejó la cama y comenzó a caminar hacia la puerta con las manos empuñadas. Pero al momento de tomar el pomo reprimió la salida y se volvió bruscamente, a grandes zancadas en unos segundos estuvo detrás del puercoespín y lo jaló con fuerza tal que casi lo tira al piso
-¡¿acaso no sabes que tienes que dejar de fastidiarlo de una vez?!-le gritó al muchacho enceguecido por un ataque de celos
-no veo que mi beso lo haya molestado, es más, creo que le gustó-respondió Akira tranquilamente con una sonrisa
Hanamichi miró a Kaede, éste permanecía con su rostro impasible y sin intensión de entrar en recriminaciones con el ojivioleta
-¿te queda claro ahora?-preguntó nuevamente con una sonrisa-le gustó y por eso me respondió, sobras pelirrojo, es mejor que te vayas de una vez-
-¡Kaede!-llamó Hanamichi rojo en rabia, mas el moreno se hizo el desentendido
-¡Kaede!-insistió
-lo besé por que quise y a ti que te importa-se dignó a responder
-¿sabes por qué me importa?, ¡me importa porque te amo!-
Kaede rió
-yo no le creo ¿tú si Akira?-
-yo tampoco-apoyó Akira aunque suponía todo lo contrario con tal actitud mostrada
- te amo Kaede-repitió Hanamichi al tiempo que sentía que una lágrima intentaba escaparse de sus ojos, pero no quería que ese puercoespín lo viera llorar, no quería llorar ante Kaede y ser despreciado como era hasta ahora
Y tras ver que una vez más ojiazul ignoraba todo de él, hasta esa última confirmación de su declaración, abandonó el cuarto.
Corrió por los pasillos como el mismo viento, sin importarle siquiera los reproches y llamados de atención de las enfermeras que casi atropella a su paso. Al llegar a un baño, azotó la puerta con fuerza y en ella misma apoyó su espalda para dejarse derrumbar. Lloró por primera vez dejando escapar cada lágrima que tenía retenida, incluso esas que no dejó salir cuando supo que Kaede se había accidentado
En tanto en la habitación Akira se guardó todo comentario de lo que pudo percatarse con del actuar del pelirrojo. Miró a Kaede y notó que ahora éste si le veía con cara de pocos amigos
-si ya comprobaste que efectivamente que estoy bien podrías irte yendo ¿no?-
-claro que no Kaede-y ante lo que pudiera reprochar Kaede, se sentó en la cama-me preocupé en verdad, y no pretendo fastidiarte como piensas, es más, como noté que no estabas a gusto con él decidí ayudarte un poco-
-que considerado de tu parte-ironizó Kaede
-soy otro, y hasta dejé de perseguirte como lo hacía o si no me hubiese enterado antes de de tú accidente-
Kaede iba a responder cuando la puerta del cuarto se volvió a abrir.
Ambos muchachos miraron hacia ese lugar pensando que era Hanamichi quien volvía
-Akira, te agradezco que hayas venido a ver a Kaede pero tengo que pedirte que nos dejes a solas, es importante-James se lo pidió a Sendoh con tal seriedad que asustó al mismo Kaede
-no hay problemas James-respondió-nos vemos luego-dijo después dirigiéndose al ojiazul
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Cuando al fin Hanamichi se recuperó de su llanto, fue a lavarse la cara y luego fue de regreso. Al llegar al pasillo que daba al cuarto de Kaede, vio que Sendoh se encontraba afuera apoyando su espalda contra la pared y con los brazos cruzados. Entonces sus pasos se volvieron más lentos, como negándose a acercarse a él.
-James llegó hace un buen rato y habla con Kaede es este momento-le avisó Akira pensando que volvería a entrar
Hanamichi palideció, era el momento que menos esperaba que llegara en el día. Sabía que Kaede se iba a derrumbar, sabía que su dolor sería mucho mayor que aquel que él mismo sintió cuando supo que su padre había muerto.
Sendoh entonces le miró intrigado, le mataba la curiosidad por saber que le pasaba al pelirrojo y decidió preguntar
-¿acaso esa palidez tiene que ver con lo que James dijo que tenía que hablar con Kaede?-
-tú no sabes lo que pasa-respondió Hanamichi con voz débil
-entonces dímelo Sakuragui-insistió el ojivioleta
-su madre se suicidó-soltó de una vez
¿Qué decir ante eso?...la vista de Sendoh fue de Hanamichi a la puerta donde sabía que Kaede estaba recibiendo la noticia y luego la devolvió
-pero...¿Cómo?-apenas pudo preguntar
Hanamichi negó con la cabeza y también buscó la pared para apoyarse, no dijo nada más, no quería decir nada más, sólo esperar...
Cuando James salió, se veía muy mal. Hanamichi fue hacia él y éste prácticamente se lanzó buscando su abrazo
-sé que es duro pero Kaede te necesita fuerte en este momento-le dijo con suavidad
-son muchas cosas y no sabes cuánto me ha costado decirle a Kaede lo de su madre-
Lo entendía, Hanamichi sabía que jamás podría ponerse en su situación. Sólo se limitó a mantener el abrazo hasta que el mismo James decidió separarse
-no sé qué pensar de su reacción, lo tomó como si nada, no me dijo nada después de que le conté-explicó James con preocupación
- tal vez para Kaede fue demasiado difícil y quizás aún no lo pueda creer-intervino Akira-yo me encargo de él-anunció luego
-acompáñalo por favor-suplicó James- creo que necesita a alguien a su lado en este momento y yo simplemente no puedo quedarme, tengo que ir a la morgue y ...-
-sé que son muchas cosas y no te preocupes que yo estaré aquí-interrumpió Sendoh comprensivamente
-gracias Akira-
Hanamichi por su parte sólo veía a James preguntándose qué diablos le pasaba para confiar a Kaede a ese idiota
El ojiavioleta una vez más pasó por alto la expresión del pelirrojo e ingresó al cuarto decididamente. Kaede en ese momento se encontraba con la vista perdida en el techo. se acercó cuanto más pudo a la cama, quería abrazarlo, quería decirles tantas cosas para darle consuelo...
-Kaoru fue y murió siendo una cobarde-soltó Kaede repentinamente, sin cambiar su expresión inmutable
Akira no supo que decirle
-si me hubiese dicho que tenía ganas de morir le hubiera pedido que fuera en el vuelo conmigo y con un poco de menos suerte que yo lo hubiera logrado-
-Kaede-sólo pudo decir el pelo pincho, el aludido volvió la vista hacia él
-si tu intento es querer consolarme, es mejor que te vayas yendo por donde viniste, no te necesito- dijo Kaede con extrema frialdad
-si me necesitas, todos necesitamos a alguien en momentos como este-refutó
Kaede sonrió con ironía
- no soy un débil que necesita a alguien-
-pues tu rostro dice lo opuesto a tus palabras-
-no sabes nada-contestó secamente a eso volviendo su vista al techo
Akira se atrevió a dar un paso más y se sentó en la cama viéndole
-¿no entiendes que no te quiero a mi lado?-asestó duramente
-¿y tú no entiendes porque estoy aquí?-contraatacó Akira
-lástima, no veo otra razón-respondió
-no, te equivocas, puedo parecer un idiota sin corazón y sin conciencia pero no lo soy, y me importas tú, lo que te pase, porque el tiempo que pasamos juntos no fue en vano...y me diste una buena lección aquel día en que hablamos, lo entendí porque no soy tonto. Ya no te considero un capricho al cual molestar, pretendo ser tu amigo y por esa simple razón estoy contigo ahora -dijo Akira realmente serio y sincero por primera vez en su vida
-eres el idiota del cual me puedo esperar cualquier cosa, hasta esto-respondió Kaede vencido
-déjalo salir Kaede, no reprimas todo el dolor que cargas, y si quieres que me vaya para que puedas hacerlo, lo hago-
Tras decir aquello y notando el silencio del moreno, Akira supuso que era mejor salir y se puso de pié dispuesto a hacerlo
-no te vayas Akira, no eres precisamente a quien quiero a mi lado en este momento, pero me hace muy bien que estés conmigo-
El ojivioleta regresó a su asiento, esta vez sosteniendo con fuerza la mano de Kaede
-llora si es necesario porque hasta los más duros tienen derecho a hacerlo alguna vez-
Kaede en ese entonces se permitió dejar escurrir las lágrimas, necesitaba el desahogo como nunca en su corta vida...