La triste realidad es, que por mas que lo intento no consigo enamorarme, siempre quiero aferrarme a una sola persona pero no lo consigo, no siento una chispa que me anime; me levanto de aquella cama donde había “dormido” la noche anterior sin importarme su propietario, es mas, ni siquiera se su nombre. Como siempre solo aprovecho ciertas ocasiones para satisfacer a mi cuerpo…que me importa que pienses que soy una maldita depravada!? Lo soy! Y que?
Mientras huyo diplomáticamente de aquella casa, de un completo desconocido del cual no me preocupe ni siquiera de preguntarle su nombre, me metí en la boca mi típico cigarrillo y me puse los lentes; camine un buen rato y me di cuenta que no tenia nada que hacer en todo el día así que decidí visitar a Haru-chan, una amiga muy especial, que siempre me mantiene ocupada haciéndola reír.
En el camino me tropecé con alguien, mucho más bajo que yo, y al fijarme deje caer el cigarrillo de mi boca: una delicada flor unos 3 años menor que yo, su cabello rojizo recogido en una media cola y su hermoso cuerpo tirado en el suelo; ella me miraba como si pensaba que me había dislocado la mandíbula al soltar el cigarro, obviamente ella había notado que la estaba mirando como embobada.
-esto…discúlpeme –yo desperté y le ofrecí la mano para levantarla.
-no…hay bronca…-ella tomo mi mano y la hale hacia mi para ponerla en pie, sin darme cuenta que ella era tan liviana que quedo atrapada en mis brazos; era delgada y parecía tan frágil como una figura de cerámica, no quería soltarla peor tampoco quería quedarme así por que notaria mi entusiasmo.
Ella se separo de mi sonrojada y mirando a mis pies, yo me volteo también con la cara sonrojada y me meto otro cigarrillo a la boca
-discúlpeme….me podría indicar como llegar a este sitio? –me mostró un papel y note que era justo al sitio donde iba, al centro.
-yo voy hacia allá, si quieres te llevo a donde vayas, de todas formas nada tengo que hacer hoy.
–volví a leer el papel y ella se me quedo mirando sonrojada, yo le devolví el papel y mire a otro lugar.
-etto….mi nombre es Ryoko Hideshi – dije ya para romper el hielo.
-yo…yo soy Katsuko Asai…gracias por ayudarme, Hideshi-sama
-Sa…sama?....no seas tan formal…en fin ya vayámonos!- me di vuelta y le hice señas. “que rayos estoy haciendo!?...por que me siento así?...es tan linda!”
Estábamos en el metro y había tanta gente que ella estaba incomoda por que, un hombre cercano parecía querer pasarse con las manos, así que la acerque mas a la puerta y me pare frente a ella dándole la espalda al hombre, ella me miro con la cara roja como un tomate.
-g-gracias, Hideshi-sama –se acerco mas a mi por el movimiento del tren y así nos quedamos un buen rato…ojala ese viaje no hubiera terminado.
Al fin llegamos al centro, le invite un café pero ella me dijo que estaba apurada así que la lleve al hotel donde se hospedaría, ahí me invito a subir para que almorzáramos, algo en mi interior me obligo a aceptar.
Entre a la habitación, me sorprendí ya que vi que había pagado una lujosa, se sentó en la cama y comenzó a sacar unos panecillos de su mochila; me le acerque para sentarme a su lado y….odio cuando suceden estas cosas…tropecé con su otro bolso y caí sobre ella, la cual estaba muy sonrojada con sus manos en mi pecho.
Santo dios! Sentía que el corazón se me iba a salir por la boca, pero también sentía que ella estaba tan agitada como yo, y pronto comenzó a acercárseme lentamente hasta rozar sus labios con los míos; deje que ella fuera la que tomara la iniciativa, o se arrepintiera, tal vez por la inocencia que de ella emanaba o solo por que me daba vergüenza ser yo quien diera el primer paso.
Ella me beso tímidamente y yo me deje llevar, al principio todo iba bien hasta que de pronto ella me empujo separándonos y se quedo sentada y muy sonrojada; al parecer se arrepintió... me pare en seco y con un leve “discúlpame”, Salí corriendo de ahí.
De nuevo en las calles sin nada que hacer, se me pasaba por la cabeza cada 5 segundos la linda Katsuko Asai, pero me di un par de golpecitos en la cara pensando “ya!...solo fue una tonta aventurilla!”.
De nuevo me dispuse a ir donde Haru-chan, su casa quedaba cerca de ahí, pero antes pase por una librería donde me quede un buen rato atrapada en mi mundo de libros; compre unos cuantos y al fin ya al atardecer llegue a casa de Haruki.
Cuando llegue note algo distinto, había muchos carros aparcados alrededor de su casa y parecía haber fiesta o algo así, pensé durante un momento en irme pero recordé que recién le había comprado el libro que Haru-chan me pidió; toque sin muchos ánimos la puerta y Haru-chan abrió: como siempre con su pelo rojizo recogido en una coleta alta y sus ojos pardos detrás de unos gruesos lentes.
-Ryoko-san! Que bueno que viniste!
oe, Haru-chan, hay fiesta?
-algo así, mi prima, la prole favorita de toda la familia **con sarcasmo**….llego por fin de su ridícula gira por “los países bajos”….me enferma lo arrogante que es…si tu estas aquí no me aburriré tanto! Haruki mi halo a la sala de estar de su casa, justo donde todos sus familiares se reunían, entonces, a la mitad de toda la sala la vi…sosteniendo una copa y hablando con su padre, estaba Katsuko.