Capítulo 4 "Lo que te conté mientras dormías"...
-El viaje se hizo eterno de vuelta hacia la orden oscura.
-Kande se mantuvo al pendiente el estado de Allen.
-El peliblanco estaba pálido y se veía más agotado de lo normal. En todo el trayecto no abrió los ojos, ni siquiera para comer algo. La inocencia estaba a salvo; sin embargo, había algo que no cuadraba.
-Cristal sombreante- dice Allen.
-Moyashi...
-Silencio...
-"Cristal sombreante"- piensa el samurai.
-Llegaron a la estación de trenes y luego a la orden oscura.
-Allen-kun- dice Lenalee.
-Lo voy a dejar en la enfermería- dice el samurai.
-Yo voy por nii-san- corre a la oficina de Komui.
-Nii-san.
-Dime Lenalee.
-Allen-kun.
-¿Allen?, ¿qué pasa?
-Está en la enfermería, necesita tratamiento urgente.
-El samurai había dejado a Allen en una camilla de l enfermería y se marchó... fue un impulso... no lo se.
-Los dos hermanos salieron de la oficina rumbo a la enfermería.
-¿Qué pasó?- dice Komui-san.
-Allen estaba demacrado, sin color, como un muerto en vida... sacaron la inocencia de la chaqueta del exorcista y la llevaron a Hevlaska.
-Era como otro mundo. El cielo rojo, el espejo frente al él, reflejo de si mismo, pequeño, triste.
Tu nombre es un susurro,
Aterciopelado, viajero errante,
¿qué ocultas en tus ojos?
Que tus labios no delatan.
Cristal sombreante,
Veneno mortal,
Que nunca pensé,
Lograra alcanzarte.
-Kanda, en su habitación, sumergido en sus pensamientos, en sus mundanos deseos... ¿por qué dejado pasar tanto tiempo?, ¿por qué no era sincero?
-Moyashi...
Enfermería...
-Nii-san, llevé a Hevlaska la inocencia que trajeron Kanda y Allen, pero hay algo extraño...
-¿Extraño?
-Esa inocencia está absorbiendo los poderes de Allen y si no despierta o reacciona... morirá...- esto último lo dijo con los ojos llorosos.
-¿Qué se puede hacer?, ¿queé dijo Hevlaska?
-Es una inocencia con la capacidad de provocar un desgaste psicológico importante, sobre todo si el afectado ha pasado por alguna situacón fuerte, te muestra tu lado más vulnerable- dice Lenalee, secándose sus lágrimas.
-Hay que buscar a Kanda... él debe saber cómo romper éste fenómeno.
-Voy a buscarlo.
El samurai seguía en su habitación, como aletargo cuando tocan la puerta.
-¿Quién es?
-Soy Lenalee.
-¿Qué pasó?
-Nii-san quiere platicar contigo.
Ambos caminaron en absoluto silencio, tanto que resultaba incómodo, interminable.
-Kanda es urgente.
-Tiene que ver con el moyashi, ¿verdad?
-Sí, ¿qué pasó al momento de capturar la inocencia?
-Un espejo se puso frente al moyashi. Él atravesó el cristal y tomó la inocencia y desde ahí no despertó más.
-Y tal vez no lo haga nunca más.
-¿Qué sucede?
-La inocencia lo está destruyendo, si no despierta, si no hay alguna reacción, morirá- concluye el científico.
Eso si que había sido un golpe duro para Kanda. Él se veía mal, pero no pensó lo grave de la situación.
-Ya veo.
-¿Podrías intentar hablar con él?
-¿Hablar?, ¿por qué yo?
-Porqué tú fuiste el último con el cual estuvo.
Mientras Allen...
-Era un niño, estaba con Mana, caminando... siguiendo a su padre, las huellas de su padre. No quería perder su rastro. De pronto estaba en un callejón... Mana estaba en el piso, muriendo y él no podía hacer nada... Mana había fallecido... y él lloraba, no había quien le quitara ese dolor...
-Si quieres puedes hacer que él vuelva, sólo pídelo.
-¿Es cierto?- pregunta inocentemente.
-Si, llama su alma y lo verás.
Gritó y llamó a su padre... su nombre se escribió en ese maniquí y escuchó su voz...
-Padre.
-¿Por qué lo hiciste, Allen?, me has convertido en un demonio.
-¿Qué?- dice confundido.
-Te maldigo.
-El arma anti-akuma se activó y destruyó liberando el alma de Mana...
-Te amo, hijo.
Pisadas errantes,
Te llevan por distintos caminos,
Hay hartos para escoger,
y sólo uno por seguir.
Kanda entra a la enfermería y se pone al lado de Allen.
-Moyashi... jamás te perdonaré si no regresas, si mueres, sin escuchar lo que tengo que decirte... a ese paso le era difícil hablar o pensar... estaba frente a la persona a quien quería y podría perderlo, la posibilidad o el temor que tuvo se estaba haciendo real, lo podía sentir...
-Creo que debí decir esto antes- prosiguió- era tan difícil decir esas palabras, le costaba, pero si él moría jamás las escucharía, y en el fondo sabía que todo ese tiempo las había esperado.
-Te quiero...
En su sueño, Allen vislumbraba la sombra de un hombre de cabellos largos, no podía ver su rostro, éste le tendía una mano y lo invitaba a seguirlo... y el exorcista de cabellos blancos, lo siguió.
No sabía a donde ir,
Ni a quien preguntarle,
Sólo que el dolor,
que lo estaba matando por dentro,
no deseaba abandonarlo,
no quería sentirlo,
y si esa persona,
sólo esa persona,
podría aliviarlo,
lo seguiría...
aunque fuera peligroso.
Continuará...