Llaman a la puerta y por el golpe seco que da el cuerpo del vigilante sé de sobra que eres tu, mi niño. La furia te hace tensar todos tus músculos y eso, a mí, me vuelve completamente loco. Desde esta esquina entre la oscuridad veo la forma en la que atraviesas la habitación, tu odio se respira en el aire y eso me encanta.
Notas mi presencia y te paras, no es la primera vez que te veo así, lo sabes, pero aun así te controlas, apoyándote en la mesa, dándome la espalda, provocándome. Me deslizo hasta a ti y no te sorprende que te rodeé la cintura con mis brazos, ni siquiera parece importarte, pero sé que es no así. Sé que si pudieras, si no tuvieras la certeza de que aun te queda mucho para estar a su nivel ya me habrías matado o al menos, lo habrías intentado.
Introduzco lascivamente las manos por el interior de tu pantalón y un escalofrío me recorre entero al encontrarme de repente con tu hombría, esa que ya es mía. Con mi mano diestra te agarro del pelo, esa negra cabellera tan suave y tersa que parece pura seda y te echo la cabeza hacia atrás. Te resistes como siempre, clavando tus uñas en la madera de la mesa, dejando la marca, al igual que en breve la dejaré yo sobre tu cuerpo.
Recorro con mi lengua tu rostro y tu codo me da en las costillas. Tienes ganas de jugar por lo que veo. Ese golpe no es mas que una insinuación para mi y tu lo sabes, sabes que me encanta que te hagas el difícil.
Comienzas a andar hacia la habitación que desde que viniste compartimos, ya que desde el primer día en el que ingresaste en esta cueva yo ingresé en tus pantalones. Jamás pensé que me llegaras a gustar tanto, Uchiha.
No sabes lo mucho que agradezco que Itachi destrozara tu vida para que tuvieras que recurrir a mí. Podrías haberlo hecho sólo, lo de la venganza, de eso estoy seguro, pero claro hubieras tardado mucho y tú lo querías ya. Impaciente Uchiha. Todos sois iguales, ambiciosos, soberbios, pero débiles... He conocido a muchos Uchiha y todos y cada uno de ellos tiene su punto débil. El problema, mi querido Sasuke, es que tú tienes muchos más que la mayoría, hasta en eso tenías que ser especial.
Un Uchiha con corazón, eso me conmovió. Tan deseoso de vengar a tu patética familia y de proteger a la villa y a ese asqueroso y repugnante rubio... Incluso fuiste capaz de atravesarte el muslo con un kunai para salvar a la pelirrosada esa.
Ya sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad? Si, ya estás ahí, contra la pared, desnudo para mí. Con las piernas separadas, esperando expectante a que ingrese en tus entrañas y vuelva a desgarrarte por dentro. En el fondo te gusta. Te hace sentir en unos minutos en paz contigo mismo, porque en esos momentos, en los que te someto a mis lujuriosos caprichos dejas de sentirte culpable, por dejar de lado a Naruto y por no impedir la muerte de tu clan. Esto te hace seguir con fuerzas, te alimenta de odio para un día mas, ¿no es cierto?
¿Para que voy a prepararte si te encanta que te haga sufrir? Crees que así eres más fuerte, pero es todo lo contrario. De este modo, sólo me haces saber que me necesitas, porque sin mi, no eres mas que un pequeño animalito desvalido, incapaz de destrozar al cabrón que acabó con su vida.
En el fondo, a veces creo que no eres tan Uchiha como crees y eso, te honra. En muchas ocasiones intenté hacer con Itachi, lo que estoy haciendo contigo, apoderarme de él, pero nunca lo consintió. Puede que fueran imaginaciones mías, pero muchas noches oí llorar a tu hermano, al igual que tantas otras te he oído llorar a ti. Sois los Uchiha mas destacados de todos los tiempos y es precisamente por eso: la sangre es lo único que os hace ser lo que sois, pero en realidad, ninguno de vosotros desea esto.
Claro está que nunca que mencionada nada de esto contigo, porque yo, estoy deseoso de poder ver como os destrozáis mutuamente, como la sangre que os une es la misma que os separa. Es tan... poético. Al igual que el modo en el que tu aprietas los puños cuando te penetro. Si... esto es tan perfecto. El mundo tiende al caos y el caos es lo único que yo necesito. Si... sigue así, mi pequeño, volviéndome loco con tus caderas, con tu rabia, con tu odio, con tu sed de venganza... Sigue intentando ser aquello que nunca has sido y que nunca serás: un verdadero Uchiha.