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Redemption por GmT 03Hrs

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Notas del fanfic:

 

 

"Redemption"

By GmT

Advertencias: Yaoi (obvio), lemon (material sexual explícito), muerte de personajes y creo que es todo ¬¬.

Parejas:

Uchiha Sasuke/Uzumaki Naruto.

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a sus respectivos creadores, yo sólo los utilizo para entretenimiento y sin fines de lucro.

Nota: Debo aclarar que la historia se desarrolla sin seguir la línea de Shippuden para facilitarme más las cosas =P, pero todo lo de Naruto (primera temporada) sí sucede, aunque le cambio tanto los hechos que se podría decir que no xD.

Formato:

"Pensamientos de los personajes"

(*Aclaraciones o intervenciones mías*)

-Diálogos-

 

Notas del capitulo:

 

Bueno, un fic más, no debería, pero no puedo evitarlo, así que... aquí estoy... de nuevo... con otro fic de Naruto... Sasunaru esta vez... y sin terminar ninguno de mis otros fics...

Yo sí que soy responsable ¬¬U

En fin, espero que les guste ^^

 

 

 

Capítulo 1: "I'm Crying For You"

 

 

-Eres demasiado lento usuratonkashi- se mofó sin pena alguna el joven de negros cabellos lacios que se mecían suavemente ante aquella brisa primaveral.

 

Era una tarde preciosa. Y ellos, a sus doce años, estaban disfrutándola en medio de aquella naturaleza perfecta que parecía provenir de un valioso cuadro pintado por el mejor de los artistas.

 

-¡Claro que no baka! ¡mira esto!- gritó el joven rubio mientras hacía amago de correr más rápido; sin embargo, al ver al moreno ahí, tan tranquilo, con sus manos metidas en sus bolsillos, con los rayos de aquél cálido sol abrazando su cuerpo, y con aquella pequeña, realmente pequeña, pero divertida sonrisa, no pudo más que sonrojarse y tropezar, cayendo aparatosamente de bruces al suelo. Se sobó la nariz antes de inflar sus cachetes, realmente molesto al escuchar la risa del otro chico que, obviamente, se burlaba de él -¡No te rías temme! ¡que fue tu culpa!- le acusó sin medir realmente el peso de sus palabras, además, no entendía ¿por qué se había sentido así de pronto?

 

Que cosa más rara...

 

-¿Y cómo podría ser mi culpa dobe, si yo no me he movido de aquí?- sonrió de medio lado y se acercó al rubio, ayudándolo a levantarse ante la sorpresa del otro quien no podía creer su amabilidad, pero es que lo que no sabía era que aquél acto no se trataba de ‘amabilidad' sino de un maquiavélico plan para volverlo a empujar, pensando en tirarlo al suelo una vez más; sin embargo, el moreno no había contado con el hecho de que el joven de ojos azules no había pensado en ningún momento en soltarlo, atrayendo así su cuerpo junto con el de él, y ahora ambos estaban tirados sobre el verde pasto, y el que se reía con ganas era sin lugar a dudas... Naruto.

 

-¡Si serás dobe!- le regañó el otro joven aún sin quitarse de encima, escuchando la risa de su amigo, y también el fuerte latir de su corazón. Naruto se calmó poco a poco, dándose cuenta al fin de que el chico de ojos negros todavía estaba sobre él, sin moverse ni decir nada.

 

-¿Qué... qué crees que haces baka?- le preguntó el rubio que de pronto se encontraba... ¿nervioso? ¿por qué estaba nervioso? No había razón para ello, sólo eran amigos...

 

-Escucho tu corazón- le respondió en voz baja el pelinegro, efectivamente cerrando los ojos y concentrándose en escuchar los rítmicos latidos bajo su pecho.

 

Naruto guardó silencio y respiró profundo, tratando de tranquilizarse, concentrándose en la brisa que les acariciaba a ambos y en el peso de aquél chico sobre él... era muchísimo más agradable de lo que jamás hubiese imaginado. El varonil aroma del Uchiha le llegaba de manera suave hasta sus sentidos, acunándolo, adormeciéndolo, tranquilizándolo. Y así, aquella tarde, ninguno de los dos se movió durante un largo rato. ¿Qué importaban sus piernas adormecidas, sus brazos dormidos, el tiempo perdido en el que se suponía debían de estar entrenando?

 

No importaba nada de eso... porque estaban juntos.

 

Y Naruto se prometió así mismo, que siempre lo estarían...

 

 

>>>

 

 

Eran ligeras gotitas. Sólo un poco de lluvia, pero tan fría y cortante como su mirada, y ambas caían sobre su ser.

 

¿Cómo era que todo había cambiado tanto?

 

Sus ojos, color de un azul tan claro que parecían reflejar su propia alma, se humedecieron sin que pudiera evitarlo.

 

¿Cuántas noches no había llorado ya?

 

Demasiadas, tanto que era imposible el contarlas, y siempre por él... siempre lloraba por él, y en esta ocasión, seguía siendo por él.

 

¿Cuántas noches no había susurrado su nombre en medio de la oscuridad, llamándole, ansiando su presencia a su lado una vez más?

 

Cerró los ojos, respirando hondo, tratando de controlarse, de controlar el palpitar de su corazón que empezaba a oprimirle el pecho de una manera sumamente dolorosa. Los volvió a abrir y se dio cuenta de que aquella fría mirada seguía posada sobre su persona.

 

¿Cómo era que todo había cambiado tanto?

 

Los recuerdos de varios años atrás inundaron su mente. Cuando era un niño y había visto a aquél chico solitario, tan solitario como él mismo frente al lago. Cuánto había deseado hablarle, ser su amigo. Y luego la suerte vista en su momento como mala fortuna cuando tenía 12 años y había entrado a la escuela ninja como primer paso en su sueño de convertirse en Hokage, y ahí estaba él, aquél serio chico que le llamaba tan poderosamente la atención, y ahora serían compañeros no sólo de clases sino también de equipo. El Equipo 7 ¡Cuánto había maldecido el que le tocara a su lado! Al lado del prepotente Uchiha Sasuke... y después, todas las cosas que pasaron juntos desde ese entonces, todas las misiones, las aventuras, las peleas, las competencias para demostrar quién era el mejor, pero siempre juntos, siempre como amigos... y sin embargo, ahora todo había cambiado. Él se había ido, los había dejado, los había abandonado, había abandonado la aldea, a Sakura, sus lealtades, sus principios, sus amigos... ¡lo había abandonado a él!

 

Gimió con dolor ante el recuerdo, la memoria de saber que Sasuke había salido de su vida sin más y que a él lo había dejado atrás. Y entonces se había prometido recuperarlo, traerlo de vuelta. Se había prometido ser fuerte y no darse por vencido pasase lo que pasase, así lo perdiese todo en el camino.

 

Y, efectivamente, ya lo había perdido todo...

 

Tres años... ése era el tiempo que había entrenado como nunca bajo el mando de Jiraiya. Había terminado golpeado, inconsiente, llorando sin poder soportar todo lo que sucedía, había pasado noches enteras de desvelos, días completos sin comer, con sus músculos engarrotados, entrenando bajo cualquier tipo de clima sin tregua ni descanso... había sido el infierno en la tierra, y lo había soportado... sólo por él, sólo por Sasuke.

 

Tres años... tres años que no fueron nada en comparación con lo que sucedió después. Orochimaru, Akatsuki, Sasuke, el Kyuubi... una vorágine de problemas y conflictos que se habían alargado mucho más tiempo del que él jamás habría creído, y ahora, ahí de pie, sintiendo la lluvia fría arroparle, sintiendo aquella mirada helada juzgándole, y ya a sus 19 años, seguía sin poder creer todos aquellos cambios.

 

-Sasuke- susurró, sabiendo perfectamente que el pelinegro no alcanzaría a escucharle, pero que leería sus labios. Quería que se diera cuenta que estaba llamándole, aún cuando ya no había fuerza en su voz. Quería que se diera cuenta que aún en sus últimos momentos seguía pensando en él -temme- sonrió cansado, insultándole de esa forma que ya era tan familiar... había dejado incluso de ser un insulto.

 

Pero el moreno seguía sin mostrar expresión alguna. Su espada seguía sujeta a uno de sus costados por su mano, de manera firme y sin ninguna especie de temblor.

 

Naruto observó el brillante filo de aquél arma mortal y no pudo más que ampliar dolorosamente su sonrisa al ver su propia sangre siendo lavada de aquella cuchilla por la noble lluvia. Miró su propia mano y jadeó inevitablemente al notar aún más sangre en ella que la que hacía un momento había visto. Era demasiada sangre.

 

-Perdí ¿cierto? No pude... llevarte a casa- sus rodillas se doblaron para golpear contra el suelo, su cuerpo fue recibido por el lodo, el mismo que se encargó de absorber sus saladas lágrimas -no pude... llevarte a casa- repitió con la voz quebrada y aquél molesto nudo en la garganta que le impedía hablar con claridad. No quería que el maldito Uchiha notara el mar de lágrimas en el que se habían convertido sus ojos, así que siguió con la cabeza gacha, casi besando el suelo... el suelo que se convertiría lastimosamente en su lecho de muerte.

 

¡Maldición!

 

¡¿Por qué tenía que ser tan débil?!

 

No había podido cumplir con una simple promesa... sólo una promesa, tan simple como imposible, tan deseada por cumplir como dolorosa por no poder hacerlo. Tosió y nueva sangre brotó de su garganta. Empezaba a dolerle como el demonio. Cerró sus ojos mientras jadeaba con fuerza, ya no tenía el chakra suficiente ni para hacer el más patético de los jutsus. Estaba resignado a su suerte.

 

Abrió lentamente los ojos y se topó con unas negras sandalias que estaban justo frente a él. Levantó la vista de forma pausada y le vio. Vio a su mejor amigo, el único amigo verdadero que jamás había tenido, sosteniendo la espada en sus manos, listo para dar el golpe final.

 

-Patético- sentenció justo antes de que una débil y mórbida sonrisa apareciera en su rostro -eres patético... usuratonkashi-

 

Naruto gimió al oír aquello... tenía tantos años, tantos que no escuchaba aquél apodo de "usuratonkashi" saliendo de aquellos labios. Sintió a su corazón encogerse de una forma indescriptible.

 

Lo había extrañado tanto. Que dirigiera sus miradas a él, que le hablara a él, que le prestara atención a él, que le llamara, que le sonriera... ¿era eso normal? ¿era sólo una simple amistad lo que sentía por él?

 

Todo este tiempo. Todos estos años pensándolo, convenciéndose a sí mismo de que su deseo no era más que el deseo de recuperar a un amigo.

 

Sólo un amigo.

 

¿Era eso tan fuerte que sentía algo normal?

 

No. No lo era. Nunca lo había sido.

 

¿Cómo es que no se había dado cuenta antes? En verdad que era un usuratonkashi. Y volvió a sonreír, de la manera más triste que lo había hecho nunca.

 

-Dime temme... ¿podrás cumplirme un último deseo... o en verdad eres tan malo como para no hacer ni eso?- preguntó mientras con sus últimas energías se incorporaba levemente... sólo lo suficiente como para poder acostarse boca arriba, otra vez sobre ese sucio fango.

 

Sasuke sonrió de medio lado, aún sin poder creerlo ¿qué tan patética podía llegar a ser una persona? Estaba a punto de morir de aquella manera tan humillante y vergonzosa y todavía se atrevía a pedir por favores, él no tenía porqué cumplirle absolutamente nada, y sin embargo, se quedó callado, esperando a que le dijera aquél último deseo. Era absurdo, pero sentía curiosidad, aunque tan poca en realidad que era prácticamente nula, pero sí la suficiente para esperar... al menos sí para esperar... un poco más.

 

-¿Recuerdas nuestro primer beso?- preguntó el rubio con el esfuerzo de quien está gastando su último aliento -fue un accidente- sonrió dulcemente ante aquél recuerdo de su primer día de clases en la escuela ninja, donde de alguna manera, había terminado regalando su primer beso a un chico, y no a cualquier chico, sino al más famoso y prepotente del instituto -fue un accidente- repitió antes de mirar directamente a aquellos pozos negros que eran los ojos del mayor... ni siquiera había activado el sharingan para luchar, tal vez sí era patético, y más patético aún por pedir aquello que pediría -quiero... un nuevo beso Sasuke, tuyo, y que esta vez... no sea accidental- tembló en espera de una respuesta que tenía muy pocas posibilidades de ser afirmativa, pero había tenido que intentarlo. Después de todo, ésta era su última oportunidad.

 

El joven frente a él lo analizó por varios segundos, sin importarle si el chico tirado en el suelo moría desangrado o no. No había existido más reacción en su cuerpo que la de bajar lentamente la espada. El recuerdo de aquél primer beso no significaba nada para él. Nada. Y no significaría nada ahora tampoco.

 

Se arrodilló en el suelo antes de tomar sin cuidado alguno la cabeza del rubio. Atrayéndola hasta su propio rostro y besándolo sin más. De manera ruda, demandante, dominante, sin cariño alguno, sin una gota de afecto, sólo estaba cumpliendo con un último deseo.

 

Naruto había abierto grande sus ojos, sin poder creerlo, en verdad lo estaba besando ¡lo estaba besando! Gimió como queja al sentir su labio inferior fuertemente presionado por los dientes del pelinegro, pero no había perdido tiempo en cerrar sus ojos y dejarse llevar, sintiendo una corriente eléctrica atravesándole por completo. Con su cuerpo entero temblando había levantado apenas las manos para poder acariciar el mojado rostro con timidez, sintiendo su tersura y suavidad, dejando un rastro de su sangre en su pálida tez, tratando de memorizar con rapidez el sentir de sus facciones para llevarse consigo ese último y maravilloso recuerdo, tan maravillo como corto, tan fantástico como efímero.

 

El último de sus recuerdos.

 

Aún con sus ojos cerrados, y aún con lo labios del moreno sobre los suyos, sintió el dolor de un nuevo corte traspasándole la piel, perforándole el abdomen de forma rápida pero efectiva.

 

El tiempo apremiaba, debía decirlo, debía confesarlo ahora porque ya nunca más lo podría hacer.

 

Había perdido todas las oportunidades que la vida le había regalado, por no darse cuenta antes, por no aceptar que...

 

-Te... te amo, Sasu...- pero no había podido siquiera terminar aquella frase que hubiese querido gritar de haber tenido las fuerzas... de haber seguido con vida.

 

El moreno se levantó del suelo con aquella cuidada y practicada elegancia que tanto le caracterizaba y sacó su espada de aquél inerte cuerpo, dejando nuevamente a la lluvia el papel de limpiar su roja y brillante sangre. Se quedó mirando por largo rato aquél rostro que le había obsesionado tanto. Hacía mucho tiempo que hubiera deseado matarlo y al fin lo había conseguido, pero... si así era...

 

Si en verdad había querido matarlo como se supone que lo quería... entonces ¿Por qué?

 

¿Por qué las lágrimas no dejaban de fluir de sus ojos?

 

¿Por qué él, Uchiha Sasuke, estaba... llorando?

 

Llorando por él...

 

 

Notas finales:

 

Muchísimas gracias por leer =)

Cuídense mucho ^^

GmT

 


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