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Stamford School por Black Ryu

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Notas del fanfic:

Aclaraciones

"pensamientos"

OoOoOoOoOoOoO -- cambio de escena

atención: Stamford School es un colegio que realmente existe, yo solo le cogí el nombre.

ahora, gracias por leer

Notas del capitulo: Reviews plis???
“… el objetivo de nuestro colegio es formar jóvenes educados con un sentido de la responsabilidad muy desarrollado y dotados de una gran formación obtenida gracias al esmero y la dedicación de nuestros maestros para así contribuir a que este mundo sea un lugar mejor moldeando las jóvenes mentes para hacer personas de provecho….”

No tuvo fuerzas ni para terminar de leerlo. “Genial” pensó “me van a enviar a que me laven el cerebro. NOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!! Seguro son todos unos pijos insufribles hijos de papá TToTT”. Desvió la mirada de la pantalla del ordenador y miró fijamente el teléfono. Finalmente lo cogió y marcó rápidamente. Una voz femenina contestó al otro lado:

- ¿si?

- Mamá!! Soy Kai…

- Kai? Qué Kai??

- Jonathan mamá u.uUU

- ah, Jonny!! Qué tal con tu padre hijo?? – dio un suspiro, odiaba a muerte su nombre.

- pues no muy bien, me quiere mandar a un internado!!! – esperaba que su madre le comprendiera y evitara ese desastre.

- Bueno, sus razones tendrá, ya sabes que tiene mucho trabajo. Además eso te vendrá bien y puede que hagas amigos…

- no, mamá, no lo entiendes… Me quiere mandar a un sitio donde “me educarán con un sentido de la responsabilidad muy elevado”

- no suena tan mal.

- por dios, si hasta dice que moldearán mi mente

- será en sentido figurado Jonny, no crees??

- no estaría yo tan seguro…

- vamos hijo, no seas inmaduro – Kai escuchó un suspiro cansado al otro lado de la línea – además ¿qué quieres que le haga?

- no se, ¿no podrías hablar con papá?

- no, no pienso hablar con tu padre. Ahora estás bajo su cuidado y no hay más que hablar. Seguro que está cabreado por tu expulsión y por eso te manda allí. Da gracias a que ha encontrado un colegio a mitad de curso. Bueno, ya ha llegado Gordon a buscarme. Pórtate bien y no te metas en líos. Besos, te quiero.

- adiós mamá, besos a la abuela - colgó el teléfono taciturno.


Jonathan, o mejor dicho Kai, ya que odiaba su nombre, era un chico de 1,65 de alto. De constitución delgada, pelo largo y liso hasta los hombros de color negro azabache y los ojos verde aceituna. Ahora mismo iba vestido con su pijama que consistía en unos pantalones demasiado largos que se arremolinaban en sus pies y una camisa demasiado grande, parecía un niño pequeño dentro de la prenda, pero le encantaba. Se lo había regalado su abuela. Era de color negro con murciélagos blancos y era muy suave.


Se sentó en su cama cansado. Cogió un cómic de la mesilla y comenzó a leer. Le encantaba el manga, era una de sus grandes pasiones. Otra era la música, aunque solo sabía tocar un poco la guitarra, le encantaba componer canciones y cantar. También le gustaba mucho escribir sus propias historias y soñaba con algún día publicar un libro.

Suponía que, en parte era eso y unido a su carácter tímido lo que había propiciado que no tuviera novia en sus 16 años de vida. Aunque tampoco le importaba, esta bien sin una y no le preocupaba para nada el hecho de que no le había gustado ninguna chica en su vida. Lo que más le preocupaba era el estúpido colegio al que le mandarían mañana.

Mirándolo por el lado positivo no tendría que ver a su padre ni deshacer las maletas ya que había llegado a Londres esa misma mañana. Tras una discusión en el coche, otra durante la comida y otra en la casa, su padre había zanjado el asunto diciendo que a ver si un internado le sacaba del mal camino.

Kai no se engañaba, sabía que a su padre él le importaba un comino e intentaba que eso no le afectara demasiado. Para su padre, Kai era, a falta de otra palabra mejor, un gran problema. Como solía decir, no podía comprender como había tenido un hijo tan raro, no paraba de decirle que se quitara las ropas negras y que no se maquillara así, que parecía una nena. ¿Por qué no era capaz de aceptarle sin reparos como hacía su madre?

Suspiró de nuevo mientras se acomodaba aún más debajo del grueso edredón. Ahora que lo pensaba detenidamente, no había dejado demasiado en España. Estaba claro que echaría de menos a sus amigos, los pocos que tenía, pero a parte de eso tampoco dejaba mucho atrás…. De todas formas la idea del internado no le atraía especialmente….

Finalmente, tras dar vueltas y vueltas en su cama acabó durmiéndose.



OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO


- Y entonces él me dijo eso….

- de verdad??? Que fuerte!!! ¿y qué hiciste tú?

- ¿qué podía haber hecho? Pues le dije “mira niño, no tienes el nivel para hablarle a alguien como yo de esa forma”

-me parece que hiciste lo correcto – dos chicas hablaban en las escaleras de un colegio de aspecto antiguo esa mañana de domingo. Las dos llevaban el pelo rubio estratégicamente despeinado y gafas de sol, seguramente carísimas, a pesar de que el cielo indicaba a todas luces que iba a llover. Se quedaron calladas al ver como un chico subía por la rampa.

Le observaron con curiosidad mientras este arrastraba una maleta negra que parecía haber vivido días mejores. Pero lo que de verdad les llamó la atención fue el aspecto del chico. Llevaba el pelo negro suelto hasta los hombros y se había delineado los ojos con una línea negra. Los pantalones negros anchos estaban bastante deshilachados por los bajos por donde se asomaban dos zapatillas anchas también del mismo color. Llevaba una camiseta negra algo ajustada con el logotipo de alguna banda musical y una cazadora negra encima. El único color que parecía llevar eran los mitones (guantes sin dedos) que tenían rayas rojas. Aparte de la maleta llevaba también una mochila bastante cargada en los hombros y una bolsa colgada también de uno. Parecía ir en su mundo ya que llevaba los cascos a todo volumen.


- ¿ese será el nuevo?

- la verdad es que no encaja nada aquí.


Mientras Kai trataba de subir con todo eso que llevaba encima. Esa mañana no había visto a su padre y con suerte no le vería en muuuuuuuuucho tiempo. Al llegar había visto a las dos chicas y un solo pensamiento pasó por su mente “qué mierdas hago yo aquí?? -.-lll” ese pensamiento se fortaleció al llegar a la administración donde le dieron un plano del colegio y una llave con el número 666. Un escalofrío recorrió su espalda “espero que no sea una mala señal u.u”.

Una vez salió de administración abrió el plano y trató de ubicarse. Cuando más o menos lo tuvo claro comenzó a caminar hacia lo que suponía era la residencia masculina.

- podían al menos guiarme hasta el cuarto – refunfuñó mientras caminaba. Se cruzó con varios alumnos que le miraban con curiosidad. …l tan solo ponía mala cara y avanzaba.

La verdad es que el colegio no era feo, tenía que reconocerlo. Era antiguo, de piedra y tenía unos jardines francamente preciosos, pero no estaba ahora para contemplarlo. Iba tan concentrado en tratar de hundir el suelo con sus pisadas que no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde y se encontraba en el suelo con cara de sorprendido, un tremendo dolor en el culo y un chico que se sobaba la espalda en frente suyo. Este le miró con curiosidad y le ayudó a levantarse.

Kai estaba cabreado, muy cabreado, tan cabreado que no podía articular palabra. Su vida no podía ser peor. Suspiró con frustración.

- estás bien??

Por primera vez Kai miró al chico contra el que había chocado y lo primero que vio fueron unos increíbles ojos grises. El chico en cuestión era algo más alto que él, le sacaba 1 cabeza como mínimo, tenía el pelo castaño claro que le caía alborotado por la frente y llevaba un piercing en el labio inferior a la izquierda, un pequeño aro negro. Se pasó la lengua por ahí inconscientemente haciéndole ver extremadamente sexy a ojos de Kai.

Ante ese pensamiento se sonrojó cabreado ahora consigo mismo, ¿a qué venía ahora pensar eso de otro HOMBRE? Asintió a la pregunta mientras se agachaba a recoger sus cosas. El otro le ayudó y mientras se las daba le sonrió y le soltó algo que le hizo cabrear aún más:

- ¿quieres que te acompañe a la residencia femenina?

“¿¿¿Residencia Femenina???¿¿¿FEMENINA??? genial, otro gilipollas que me confunde con una mujer . Maldita sea mi cara de niña TToTT, se va a enterar este de quien soy yo…” estaba a punto de atizarle cuando recordó la rezón por la que le expulsaron de su anterior colegio. Apretó los puños, se cargó bien la mochila a la espalda y cogiendo el resto de sus cosas se giró hacia la residencia masculina.

- No gracias, prefiero dormir con los de mi mismo sexo – no vio como el otro se ponía pálido ya que se había dado la vuelta y se alejaba deprisa.

-yo… ¿un hombre? – recordó su pálida piel, sus rasgos delicados y sacudió la cabeza – increíble – murmuró, luego se tapó la cara con la mano y rió bajito. ¿Cómo no lo había notado al chocar? No había sentido nada “blando”. Rió un poco más fuerte – la he cagado…

-CHRIIIIIIIIIIIIISSSSSSSS – una chica, esta vez de vedad, se le colgó del cuello y le dio un beso en los labios - ¿Dónde estabas amor?

- Hola Monique – saludó a su novia.



OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO



En la silenciosa habitación solo se escuchaba el sonido de la guitarra siendo tocada por él. Thomas paró de tocar y observó al chico que estaba tumbado en la cama, bueno, más bien se lo comió con los ojos.

El chico en cuestión se llamaba Gabriel y era amigo suyo desde…, bueno, desde siempre. Era alto, le sacaba por lo menos una cabeza y eso que él no era bajito, medía 1,70. El pelo castaño oscuro le tapaba los ojos cerrados que él conocía de memoria: verdes intensos, y le llegaba por el cuello. Estaba tumbado en la cama con los brazos cruzados detrás de la cabeza lo que hacía que la camiseta blanca se le subiera un poco mostrando como asomaban de la cinturilla de los raídos vaqueros un trocito de los boxers negros que llevaba en contraste con su blanca piel.

Dios, como le gustaba, le encantaba. En realidad estaba locamente enamorado de él, pero claro, no se lo diría. En primer lugar porque por supuesto no quería perder la amistad y además él tenía una novia muy maja. No sería capaz de hacerle eso. Nunca, su felicidad le importaba demasiado.

- sigue tocando por favor – Pegó un respingo al oír su voz.

- pensaba que estabas dormido….

- no, solo me estaba relajando – Thomas comenzó a tocar de nuevo – me encanta como tocas la guitarra….

- gracias n///n – el castaño miró como su mejor amigo se concentraba en las cuerdas del instrumento. Sonrió suavemente, Thomas siempre sería Thomas… el pelo rubio despeinado (peinado a lo Roxas de Kingdom Hearts II) los ojos grandes, de color avellana y el pequeño pendiente en forma de cruz negra en la oreja derecha. Su sonrisa siempre gigante y dispuesta a animarte.

- hoy viene tu nuevo compañero no??

- sip, se acabó la privacidad – sonrió dando a entender que bromeaba – crees que será guapo???

- jajaja, nunca cambiarás

-no se si sentirme ofendido… - dejó la guitarra de lado para estirarse dándole la espalda a Gabriel

- por cierto… ¿qué tal con el chico ese del otro día? – si, Thomas era gay, y Gabriel lo sabía

- ¿con Michael?

- si, con ese

- genial!! Es un tío genial

- se acostaron??? – Thomas metió la cabeza en el armario haciendo como que buscaba algo para que su amigo no viera la amarga sonrisa que se formó en su rostro.

- si, fue grandioso!! – daba gracias a Dios por ser un gran actor. Gabriel le miró con preocupación. – ya, deja de preocuparte, él tomó precauciones…

- bueno, salen juntos entonces – Thomas negó suavemente.

- no, él está enamorado de otra persona que no le hace caso – de acuerdo, ese era él, pero no se lo diría al castaño – así que decidimos quedar solo como amigos.

- con derecho a roce no???

- jajajaja, supongo que sí XDD – se cambió de camiseta mientras sonreía triste. Si bien, era cierto que él amaba a Gabriel, también salía con otros chicos.

De todas formas, la mayoría de sus relaciones no funcionaban más allá de la amistad ya que, por mucho que lo intentara no podía desenamorarse de su amigo. Cogió de nuevo la guitarra y se puso a tocar. Si bien a Gabriel le encantaba escucharle, a él le encantaba tocar para él.

En ese momento llamaron a la puerta. Se levantó y fue a abrir para encontrarse con un chico vestido entero de negro y con aspecto algo gótico que le sonrió y le tendió la mano.

- Hola, soy Kai

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