Creí que me moriría, ese palpitar de mi corazón que cualquiera escucharía me hacia sentirme inquieto, mire por la ventanilla pero cerré los ojos al momento, las lagrimas saldrían en cualquier momento, mi cuerpo temblaba de emoción y con cada segundo que pasaba la hora se acercaba, la garganta se me resecó y nervioso tomé un trago de agua.
-Vamos no estés nervioso, todo saldrá bien...- me consoló. Sus ojos penetrantes me recordaron todo y temblé, todo había cambiado, lo sabia o quería que fueses así, Sai se había vuelto parte de mi vida desde hacia ocho años atrás, después de que me regresó mi bolso que deje tirado cuando lo vi y di a luz, recuerdo que se empeño para conquistarme, aun cuando la Oba-chan, ero-senin y el pervertido de Kakashi se lo impidieron nunca se dio por vencido y se lo agradezco porque estar solo no hubiera sido bien para mi y para mis querido hijos -... ¿Estas bien? te ves tenso- me besó la mejilla y Ren lanzó un gruñido. Dios cuanto se parece a su padre pero esos ojos azules me los ha robado a mi, le doy una mirada de amor a mi querido hijo y me sonríe pero mira mal a Sai, digamos que nunca se ha llevado bien con el porque dice que le roba a su padre, hace algunos meses cuando se enteró que Sai me habría propuesto ser su pareja se enojó tanto que no me habló por una semana, es tan celoso como Aída, ella es todo lo contrario, tiene mi cabello rubio y sus ojos son tan oscuros como la misma noche, digamos que ella heredo esa personalidad altanera pero están sensible que con cualquier cosa se pone triste, sin embargo ella esta de acuerdo con que salga con Sai dice que el es perfecto para mi.
Quisiera que nadie me robara esta felicidad pero el pensar que pronto pisare de nuevo aquel lugar que abandone cuando estaba tan destrozado me hace sentir que estoy parado al filo de un precipicio del cual tarde o temprano terminare cayendo.
Aída la pequeña, me mira suplicándome que la abrace pero no puedo moverme Na-chan esta recostado a mi lado, además Haku-kun nos ha acompañado y cuida de mis dos pequeñas una por ahora, claro como Zabuza no puede faltar cuida de Aki. Rhyna es igual físicamente que Ren, cabello negro y ojos azules, ella es tan dulce como la misma azúcar mientras que el otro digamos que se limita a ocultar sus emociones, claro con otros porque conmigo saca lo mejor de si.
Aki pasa a nuestro lado, me ve y me sonríe, él es el gemelo de Aída, es el mas responsable de los cuatro, quizá porque es el mayor, solo por segundos; Ren, Rhyna y Aída lo respetan muchos, es el mas maduro, tiene un carácter fuerte, es bueno en todo excepto en deportes, en donde Aída es tan buena como él en los estudios. Por el contrario Rhyna sabe cocinar algo que es único y que los demás quisieran poder hacer tan bien como ella. Ren, él ama el arte, es lo opuesto a su personalidad pero así son mis hijos, únicos.
Recuerdo que cuando la Oba-chan me dijo que tenia cuatrillizos casi caí desmayado, unas semanas después la vista volvió junto con Sai tocando a mi puerta y desde entonces solo vivo para mis pequeños y con la ayuda de Sai a mi lado todo ha sido menos difícil.
-Papá- me dice Rhyna acomodándose entre mis brazos.
-Vamos Na-chan ve a tu lugar pronto llegaremos- me mira suplicándome para quedarse pero al ver que no sedo se levanta y se va a sentar junto a Ren, quien la mira y la abraza.
-Te extrañe- le dice quedito pero lo he escuchado, ellos son tan inseparables como Aída y Aki.
-Naruto- me dice Sai acariciándome la mejilla, cierro mis ojos para que mi cuerpo deje de temblar, tanto tiempo y aun no me acostumbro a su toque- Te quiero- me da un beso ligero porque Ren y Aída nos ven mal.
-Tengo miedo- le digo recostándome en su hombro y el acaricia mis cabellos calmándome.
El viento me golpeó la cara dejándome sin respiración por unos segundos, mire horrorizado todo lo que me rodeaba, quise retroceder pero Rhyna me tomó de una mano y me obligó a bajar. Seguí caminando sin querer hacerlo hasta llegar a la salida. No quería regresar pero estaba allí, y todo por una promesa tonta a mi padre, "estaré allí para tu cumpleaños 50" le dije la primera vez que nos visitó.
-Abuelo- gritaron en coro Ren, Rhyna y Aída. Sai me atrajo hacia el y me dio un besó tan apasionado que sentí mis mejillas arder. Baje la cabeza apenado cuando mi padre se acerco a saludarnos, me abrace a él y el me abrazó tan fuerte que me puse rojo.
-Todos querían venir a recogerlos, pero no los deje hacerlo, así que todos están en casa esperándonos- dijo mi padre saludando a Sai.
De camino a casa de mi padre me quede mirando por la ventanilla como un niño que va al parque de diversiones por primera vez, todo me traía recuerdos, y al doblar la esquina vi ese parquecillo que me aglomero de recuerdos.
-Naruto, no llores- Sai me había secado las lagrimas con sus dedos, no supe cuando había comenzado a llorar como un chiquillo, mis hijos me quedaron viendo preocupados y entonces no me quedo de otra que sonreír.
-Es de la emoción, hace 8 años que no volvía a casa- todos asintieron con una leve sonrisa. Entonces el auto aparcó y mi corazón casi se sale. Todos hemos cambiado, hemos tomados caminos diferentes pero seguimos aquí viéndonos, recordándonos y queriéndonos. Baje del auto, las maletas quedaron dentro pues no pensaba quedarme con mi padre, eso ya lo habíamos decidido, solo pasaríamos a saludar y luego iríamos a aquella casa que hace años compre para vivir un sueño tonto de primavera.
Mi padre abrió la puerta y entramos.
-Naruto- se me abalanzó Hinata casi cayéndonos al suelo pero pude sostenernos, se hecho a llorar en mi hombro como una niña desconsolada y luego se alejo me miro seria y luego me volvió a abrazar.
-Creí que no vendrías, estaba preocupada por tu llamada- reí nervioso cuando Sai, Ren, Rhyna, Aída y Aki me miraron.
-Es que sabes que tengo miedo a subirme en aviones- pero nadie me creyó, Gaara me abrazó tan efusivamente que Sai gruño de celos. Kiba me miró con los ojos llorosos y luego se acercó.
-Caray vaya que los años no pasan por ti, auque... no se, tienes algo diferente esta vez, pero no se que es- se quedo parado un segundo y luego ‘después de sacar al basura de sus ojos' me abrazó. Claro que había algo diferente en mi, había madurado lo suficiente como para no dejarme llevar por emociones de un estudiante enamorado. Al final cuando creí que todo iba bien alguien habló tras de nosotros.
-Papa él es el tío Naruto- dijo la vocecita de una chiquilla, todos volteamos a ver encontrándonos con una niña de ocho años , sus cabellos rosas como los de su madre descendían por sus hombros, sus ojos miel me miraron con atención y luego tímidamente se acerco a mi para darme un obsequio - No sabía que darle pero mi padre me dijo que tenia usted tenia hijos y quizá a ellos les gustaba los dulces igual que a mi- dijo acercándose a su padre, la mire dulcemente pero cuando dijo padre me quede pálido, por fin lo enfrentaría pero no quería, sabia que si veía sus ojos me enamoraría de él otra vez y por Dios no quiero que eso pase, estoy tan bien con Sai, el me ama, me lo dice en cada momento, tengo a mis hijos que me aman, pero Sasuke, él es una historia diferente, quiero a Sai, claro que lo quiero, sino no estaría con él, pero no se si igual que a Sasuke, mire con una sonrisa al hombre imponente que me miraba tan serio, mis labios temblaron, mis ojos se humedecieron, pase saliva para que el nudo de mi garganta se fuera, respire lento y profundo, querría hablar pero mi boca se negaba a hacerlo.
-Hola hermano- dijo Sakura saliendo detrás de Sasuke. Me exalte, ella si que había cambiado, ahora parecía mas centrada, tenia el cabello recogido y me saludaba felizmente, me eché a llorar y Sai tuvo que correr a mi y abrazarme fuerte. Todos se quedaron callados mientras mis hipes se iban calmando, me separe del pecho de Sai y camine a donde estaba mi hermana la abrace fuertemente, había cambiado para bien, lo sabia, estar con Sasuke la había cambiado, ellos tenían ya comenzada su historia y yo también, así esta bien, nada debe cambiar.
-Lo siento- exclamé entre sollozos nuevamente.
-Quien lo siente soy yo- Me dio un calido beso. Me separe de ella y mire a la pequeña.
-Soy Tsuki Uchiha- dijo mirándome con su carita rojita, me acerque a ella y la abrace también, ella colocó en mi mejilla un beso chiquito, sabía que los 4 se enfadarían porque otro niño me besaba además de ellos.
Entonces nadie faltaba de saludar más que él, me acerque y me quede parado como un idiota mirando nuestros pies.
-Que bueno que has regresado- me tendió la mano, levante la mirada y el tenia clavado en mi esa mirada tan oscura que la misma noche, nadie se dio cuenta que empecé a llorar por tenerlo allí enfrente de mi y conteniendo las ganas de abrazarlo, de besarlo que de un momento a otro me embriagaron tanto que no se cuanto tiempo paso cuando Rhyna me jaló de mi camisa.
-Papá- dijo quedito y entonce mi conciencia regresó.
-Gracias por cuidar de mi hermana- estreche su mano y pareció que la casa respiro - No crean que los he olvidado- y los cuatro mostraron un color carmín en sus mejillas -Vengan vamos- tome a Rhyna y la puse frente a mi, luego a Ren, seguido de Aída y Aki.
-Soy Rhyna Uzumaki, mucho gusto- habló quedo porque es tan tímida como mi buena amiga Hinata.
-Soy Ren Uzumaki- hablo mirando a todos con superioridad. Reí quedito al ver la cara de todos, esa mirada de ‘yo te conozco' me hizo mirarles sorprendido y aliviado, no se porque.
-Soy Aída Uzumaki- una sonrisa divertida y Garu, el hijo de Hani-chan y Gaara se sonrojo al ver que esa sonrisa era para el.
-Soy Akihito Uzumaki, un gusto- una pequeña reverencia, me quede satisfecho a ver la cara de todos boquiabiertos.
-¿Y tu esposa?- habló Kiba llamando la atención de todos hacia él y luego se centraron en mi.
Ya lo habíamos practicado así que no seria difícil decir que mi esposa había muerto cuando mis hijos nacieron, claro ellos sabían la verdad que yo era pues esa clase de personas que ustedes ya saben. Baje la cabeza para darle dramatismo a lo que diría -Mi esposa...- pero Aki me interrumpió.
-Nuestra madre murió cuando nosotros nacimos, desde entonces nuestro padre se ha dedicado en cuerpo y alma a nosotros, hace poco se a comprometido con el tío Sai, y todos estamos de acuerdo con eso, ¿No es cierto?- miro a todos sus hermanos que asintieron y yo mire a mi querido hijo casi llorando por haberme salvado de esta.
-¿De veras están de acuerdo?-habló mi padre.
-Por supuesto- hablo Ren, sorprendiendo a Sai y a mi- El tío Sai ha estado siempre con nuestro padre, nunca le ha dejado sólo y a nosotros nos quiere como si fuéramos sus propios hijos... si piensan que una relación homosexual puede afectarnos están equivocados, sabemos que no importa de quien se enamore nuestro padre la meta es que sea feliz y si el lo es también nosotros ¿No es así?- todos asintieron nuevamente.
-Si quieren protestar nosotros se lo impediremos pues quienes en dado de los casos resultarían dañados con esta relación seriamos nosotros así que no tiene porque protestar- esta vez hablo Aída mirando a todos sobre el hombro.
-Pero sabemos que el tío Sai y Papá se quieren y nunca harían algo que perturbaran nuestra vida, así que estamos bien con esto, gracias por preocuparse, pero sabemos lo que queremos, nuestro padre nos ha enseñado bien, de eso no lo deben dudar- y me quede shockeado al ver a la pequeña Rhyna hablando tan bien, Sai se acerco a mi y me abrazó.
-De eso no hay duda, creo que ellos han hablado todo lo que se supone que deberíamos decir, pero eso debía decirlo yo, señor Minato no se preocupe, amo demasiado a su hijo como para hacerle daño- un ambiente raro empezó a aparecer cuando las miradas de Sasuke y Sai chocaron.
Me abrace a mi azabache para que el ambiente no se tensara y lo llame por su nombre, le murmure que todo estaba bien que no debía preocuparse. Después me entrego la única bolsa que habíamos bajado, y empezamos a repartir los regalos a cada uno.
Al final mis hijos se habían quedado a jugar con el pequeño Garu ahora de 9 años, Tsuki de ocho años, y Mika, hermana menor de Garu con 5 años. Los adultos nos quedamos platicando un buen rato de todo, nos cuestionaban de todo, de mi esposa, de cómo había conocido a Sai, inventamos una historia por supuesto, a es que Sai sabe la verdad, así que me ayuda en mis mentiras, siempre sabe que decir y como decirlo.
Casi al anochecer Kiba y Shino nos dejaron porque debían ir a casa del segundo, cosas familiares. Sakura también se fue diciendo que debía llamar a una familia para venderles una casa que pensó les quedaría perfecta, Gaara tuvo que irse porque tenia papeles que arreglar, Hinata, mi papa y mi madrastra salieron a hacer las compras para la cena, en el auto de mi madrastra. A Sai lo llamaron mis hijos para que se les uniera a jugar con ellos.
Así que al final me quede mirando al vacío cuando en la sala solo quedábamos Sasuke y yo. Me sentí extraño envuelto por el pasado, me sentí tentado a abrazarlo pero me contuve.
-Quieres mas té- le dije levantándome. Asintió pero al tomar su baso el me tomó de la muñeca haciéndome caer sobre él.
-¿Es cierto?- dijo con una mirada que desconocía
-¿Qué?- dije nervioso y tratándome de levantar pero no podía una de sus manos se había atado a mi cintura y la otra sostenía mi muñeca
-¿Estas comprometido con él?- lo mire asustado porque parecía enojado y al mismo tiempo nostálgico como si lo que hacia le doliera, sonreí nostálgico también.
-Lo es, el me da lo que nadie ha podido darme, tranquilidad - se movió acortando la distancia entre nosotros, sentí su calida respiración en mis labios y mi cuerpo se erizó sentí que mis mejillas empezaban a arder, mi corazón empezó palpitar de una manera frenética, tenia que parar lo que hacia pero no pude hacer nada, deje que me besara y le correspondí, pero nuevamente mi conciencia me volvió a la realidad, le di un golpe para que me liberara y me separe de él -¿Qué planeas hacer con esto? Tienes una familia recuerdas- le mire enojado y dolido, diablos mi inconciente y mi cuerpo me habían fallado, camine a la cocina y el me siguió de cerca.
-¿Por qué él?- dijo con la voz serena pero algo triste.
-Ya te lo dije me da tranquilidad-
-Pero no lo amas- se atrevió a decir baje la mirada porque ni yo mismo sabía si amaba a Sai -Me sigues amando a mi- reí como un loco porque sabia que eso si era cierto pero no debía caer, esta vez no.
-He recordado todo Sasuke, se muy bien todo lo que me habían ocultado, se que me engañaste, se que te amaba, y se my bien lo que paso. Además si te amara no estaría con Sai, el me ama y tu no-
-Claro que te amo y lo de aquella noche puedo explicarlo- me tomo de los hombros.
-No te creo, si me amaras hace mucho tiempo hubieras hecho lo imposible para que nada ni nadie nos separara, pero te quedaste callado, no hiciste nada. Sai por el contrario hace todo lo posible para que me enamore de el, ama a mi hijos y ellos lo quieren a el, dime que mas podría querer teniendo todo lo que deseo y creo que mas-
-Pero no lo amas- repitió y me sacudió con furia y yo le di un manotazo lo mire furioso como se atrevía perturbar mi vida, mi pacifica vida sabia que esto pasaría y por eso no quería enfrentarlo. Soy un cobarde pero debo enfrentar mi miedo a decirle adiós, debo comenzar de nuevo y solo lo lograre si termino esto.
-No es lo que dice mi cuerpo cuando recibe sus caricias, cuando me hace el amor con tanta pasión que siento que nada puede ser mejor que eso- mentí y el se lo creyó. Lo mío con Sai no había pasado de un simple beso apasionado.
-Mientes- grito y lo mire con miedo jamás lo había visto así, me tomó de la cintura y me apretó a el, me beso con locura, furia pero yo no respondí, me mordió el labio inferior y gemí de dolor y el aprovechó para meter su lengua en mi boca, batalle para que me soltara pero nada lo hacia ceder, así que deje que hiciera lo que quería. Minutos después se separo de mi satisfecho porque pensó que había cedido y me había dado cuenta que aun lo amaba, por supuesto que lo amaba, era mi primer amor a quien le había entregado todo y me había defraudado pero aun así lo amaba pero ya nada de eso podía ser posible y no pensaba ceder ya no, ya me había hartado y lo había pensado bien durante todo este tiempo y no iba a fallarle a Sai ni a mi hijos.
-¿Estas satisfecho? Entonces déjame en paz, no intentes tocarme porque no respondo por lo que pase, ya pertenezco a alguien y tú también-
-Hpm, considérate de mi propiedad porque te poseí antes que nadie- me miro con superioridad y mi mano se fue a estampar en una de sus mejillas.
-No creas que fuiste el primero, porque no lo fuiste- mentía el había sido el primero y mi cuerpo lo recordaba también - Dios Sasuke, crees que todo estará a tus pies, eres un descarado, yo amo a Sai y nada me hará cambiar de opinión, mi corazón lo ha elegido no hay de que hablar, dedícate a lo tuyo y déjame en paz, si te ame fue hace mucho pero el corazón sana y se vuelve a enamorar, has lo mismo olvídate de mi como yo lo he hecho, es difícil pero si pones tu empeño lo lograras- me acerque porque el parecía frustrado, le acaricie una mejillas y le di un beso, el ultimo- Se que tu puedes, lo nuestro se termino hace mucho tiempo, en el momento que me fui lo nuestro termino, entiéndelo- Salí de la cocina apresurado, tome mi suéter, llame a Sai ya los niños tome las llaves de mi papa y conduje hasta casa, los pequeños estaban molesto y Sai me miraba preguntándome que había pasado porque estaba llorando pero me negué a responder, por fin había puesto punto final a esta pagina de mi vida y al fin podía empezar a escribir una nueva o eso creía en ese momento, debía de ser así porque no echaría a perder todo lo que había cosechado hasta ese momento, toda la felicidad que había logrado formar en estos ocho años.