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La Pulga Erótica por Suika-chan

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno, intenté ponerme una fecha para actualizar y todo eso pero... hubieron cosas en la semana que me lo impidieron además de una que otra laguna metal en mi cabeza hihi (Créanme, últimamente me olvido de todo, por qué será?) Y... jojo el otro día soñé algo extraño pero ya les contaré más abajo xD ahora... a leer! xD

Aclaraciones:

Ya lo saben, Kyou kara maou es solamente mío! Muajaj muajaja xD (La verdad es que yo los inventé pero su respectivo autor se me adelantó a la hora de publicar! De veras!! Y encima le tengo que dejar los créditos).

Un mal día... ese era el único adjetivo que se le podía dar a tan pesada jornada y es que en lo que llevaba despierto no había podido descansar ni un poco. Suspiró pesadamente para fijar su mirada en la cabellera de su ahora acompañante rubio que no iba muy separado de él, lo más seguro era que aún continuase molesto por lo que no hace mucho les había pasado.

El aire era tenso y es que hasta tan sólo segundos el hermano mayor de su prometido había entrado en la habitación sin siquiera tocar violando completamente su privacidad.

Gracias al cielo, y a diferencia del rubio, él había pasado de la sorpresa y el estado del shock a pensar claro y conciso; y es que las circunstancias en las que se encontraban ambos personajes dentro del dormitorio eran antagónicas, dejando a Wolfram en clara desventaja.

-Nosotros... bajaremos dentro de poco- susurró Yuuri creyendo que nadie lo había oído y es que el soldado mazoku más que por descuido, por desesperación, aventó lo único que lo protegía contra el castaño en un intento por sacarlo; formando con sus gritos un tremendo escándalo.

Luego de que ambos hermanos cruzaran un par de palabras, escuchó como el mayor viraba ligeramente el rostro para encararlo.

-Los espero abajo Heika- concluyó el recién llegado saliendo y cerrando la puerta en el acto, dejando la habitación sumida en un muy incómodo silencio.

Suspiró pesadamente alegrándose de que el medio mazoku haya desaparecido y es que desde que lo vio parado en el umbral y después de recibir tremenda patada por parte de su prometido, no había podido mover ni el más pequeño de sus músculos.

Giró un poco intentando incorporarse, sacudiendo sus ropas en el transcurso para reclamar al rubio por tan violento acto, cuando notó con asombro las condiciones del otro.

Ahí lo tenía, sobre la cama, abrazándose a sí mismo con ambos brazos mientras con sus piernas intentaba ocultar su desnudez. Un fuerte sonrojo era visible sobre sus mejillas y su cabello permanecía desordenado y casi ya seco. Tenía la mirada perdida y por la posición de sus cejas era clara la preocupación y hasta vergüenza que sentía.

Ambas miradas se juntaron por algunos segundos y, para desconcierto del moreno, ésta fue esquivada por el otro quien sólo bajaba la cabeza cubriendo sus ojos con mechones de cabello que caían.

Decir que se sentía mal era poco, se sentía de lo peor.

El rubio se movió un poco buscando la mirada del rey que aún yacía en el piso mas cuando la encontró tan sólo la esquivó aumentando el sonrojo en sus pálidas mejillas. Se sentía avergonzado, y es que la pequeña sonrisita que ahora tenía el otro en sus labios lo inquietaba de sobremanera ¿Qué era tan gracioso para Yuuri? ¿Acaso se estaría burlando de él? ¡Maldito enclenque! Aunque... no estaba en condiciones de reclamar.

Era casi increíble pensar que aquella situación fuese real. Quien imaginaría que al tan orgulloso y elegante Wolfram ahí, sentado a horcajadas en la cama, nervioso, asustado, pero por sobretodo... endemoniadamente hermoso y hasta tierno. Y es que la imagen que sus ojos captaban en tan preciado momento era para recordar el resto de su vida.

Suspiró quedadamente sin quitar esa sonrisa en su faz. Levantándose, se acercó lentamente a la cama sacudiendo sus ropas en el camino.

Los ojos del mazoku se abrieron de par en par ¿Qué pretendía ahora el moreno? Ya no lo quería descubrir, no después de lo que acababa de pasar. Cerró los ojos fuertemente aumentando también la presión de su abrazo y de sus piernas ¡Si ese enclenque lo quería humillar más de lo que ya lo había hecho estaba equivocado! ¡Ya se vengaría, claro que lo haría! Mas su sorpresa fue mayor cuando el maou muy suavemente lo tomó con ambos brazos para acogerlo en un caluroso abrazo.

No entendía nada, su expresión de desconcierto lo indicaba claramente. Intentó moverse un poco provocando que la fuerza con la que su rey lo agarraba fuese mayor.

-Yuuri, ¿Qué es lo que hac...?- pero no pudo continuar ya que entre tanto desconcierto encontró nuevamente aquellos ojos azabaches que lo ponían muy nerviosos. Ladeó la cabeza un poco intentando evitarlos mas le fue imposible llevar a cabo su cometido.

Sin hacerse esperar, el moreno posó ambos brazos sobre sus hombros para sonreírle tiernamente ¿Qué le sucedía al gran maou? Quién sabe, de lo único de lo que estaban seguros era que no era normal.

Con mucha parsimonia, Yuuri acercó sus labios hacia la cabeza del otro ante la mirada de total desconcierto por parte del mazoku. Sin vacilar, depositó un casto beso en aquella frente rozando esa piel nívea que tanto anhelaba por tocar.

Le había gustado tal cercanía con el rubio, y no desaprovecharía esta oportunidad para demostrarle que a pesar de todo, él también podría reivindicar sus actos.

Aún con su sonrisa en el rostro, acarició la mejilla de Wolfram quien lo miraba totalmente sonrojado.

-¿Q-qué... fue eso?- se atrevió a preguntar el último, obteniendo como respuesta un nuevo abrazo por parte de su prometido.

-Yo... no lo sé ¿Te molesta que haga esto?- preguntó Yuuri sin soltarlo, a lo que el rubio quedó perplejo.

-... Para nada...- respondió finalmente y es que no estaba acostumbrado a esta clase de tratos para con él. Aunque, si pensaba un poco las cosas, ambos eran prometidos y después quien sabe si hasta esposos así que tales manifestaciones de cariño no tenían por que ser tan ¿Extrañas? Aún así, le era casi imposible no sentir la tensión en el ambiente, la preocupación y hasta miedo hacia lo que le era desconocido.

Se sobresaltó de pronto dando como indicio un pequeño salto que sólo fue percibido por el moreno ¿Y si... Yuuri lo empezaba a amar? ¡Claro, eso tenía que ser! Trató de recordar cada detalle de lo que había pasado dando una y otra vez con la misma respuesta. Una nueva gama de sentimientos invadió su ser y, casi inconscientemente empezó a esbozar una cálida sonrisa. Levantó ligeramente los brazos colándolos alrededor de la cintura del otro acariciando su espalda cuando tuvo contacto con ella. Se sentía feliz, más que eso, era un sentimiento nunca antes experimentado por él, tal vez porque jamás se había enamorado como hasta ahora.

Vio como el soldado correspondía de manera positiva ante sus caricias ¡Eso era excelente, lo último que quería era volver a pelear con el rubio y menos humillarlo o algo parecido! Suspiró aliviado aumentando la fuerza del abrazo para así atraerlo aún más cerca de lo que ya estaban. Con sus manos acarició su espalda desnuda aspirando el olor de sus cabellos recién lavados por el baño que había tomado, efectivamente amaba la esencia del rubio.

Se separaron lentamente haciendo contacto visual casi de inmediato. Así se quedaron un rato, sólo apreciándose mutuamente hasta que el nerviosismo para uno y el frío para otro los hicieron volver a la realidad sonrojándose de sobremanera.

-Creo que... Conrad nos está esperando, está muy mal hacerlo esperar tanto- intervino Yuuri rascando su nuca casi por reflejo.

-... Por esta vez diré que tienes razón enclenque...- dijo Wolfram mirando cualquier punto muerto en el piso.

El moreno rió quedito ante tal reacción ¡Realmente se veía muy tierno! y, dándole un último beso en la mejilla, se paró para alcanzarle sus ropas al menor hijo de la ex-reina y salir.

-No demores, te estaré esperando- culminó el rey saliendo del lugar.

Bien, ¿Qué había sido aquello? No lo sabía. Suspiró cansinamente relajando sus brazos y balanceándose al caminar, ¿Desde cuándo su relación con Wolfram se había vuelto tan... activa? No estaba seguro, de repente desde que lo vio en el baño autosatisfaciéndose, o tal vez desde su primer beso en el comedor, o...

Le estaba costando cada vez más aclarar sus ideas y es que ¡…l no era la clase de chicos que se encariñaba rápidamente con cualquiera! Es más, no recordaba ser tan extrovertido como para hacerlo, él prefería guardarse todos sus sentimientos hasta estar seguro de ellos. Entonces, ¿Por qué había decidido de pronto ser tan cariñoso con el rubio?

Comenzaba a confundirse. Podía afirmar que los "contactos" con su prometido habían sido causados por las hormonas y de repente la edad adolescente en la que se encontraba pero las caricias que le había brindado habían sido plenamente iniciativa suya. Entonces ¿Se estaba enamorando del chico con el que compartía cama cada noche? Imposible, él no era así; o al menos eso creía.

Aceleró el paso doblando en la primera esquina que vio llegando al amplio jardín afuera del castillo. Tenía que relajarse un poco, y qué mejor que un paseo en caballo. Estaba feliz por tal iniciativa por parte del castaño, siempre presto a ayudarlo y todo. Caminó un poco más agitando la mano al visualizar al castaño delante de él.

-Su majestad, que bueno verlo- saludó con su siempre sonrisa.

-...Sí, yo... también me... alegro- respondió Yuuri nerviosamente.

-¿Y Wolfram?- preguntó el mayor dirigiendo al menor hacia donde se encontraban dos elegantes caballos ya listos para ser montados.

-El vendrá pronto, está terminando de... prepararse- dijo sonrojándose, acto que no pasó desapercibido por el otro.

-Es perfecto- intervino Conrad desapareciendo todo gesto gentil en su rostro, lo que preocupó al moreno -Yo preferiría conversar de esto con ambos pero visto que mi hermano no quiere tocar el tema, tendré que decírtelo a ti-

El rey tragó duro ¿Conversación? ¿Privada? ¿Importante? ¿Con él y su prometido? Nada bueno saldría, lo presentía.

El mayor aclaró su garganta para proseguir, el mensaje debería llegar claro y concreto, para mejor comprensión de su oyente y evitarse malos ratos.

-No sé desde cuando su relación es tan avanzada pero por lo que he podido apreciar el día de hoy es mi deber más que como soldado, como amigo y consejero suyo, el informarle todo riesgo que contrae el tener acercamientos continuos con otro hombre. Primero dígame ¿Hasta que punto han llegado? Sé que no es de mi incumbencia pero creo que es necesario para instruirlos con la poca experiencia que tengo en el tema ¿Ya han llegado a tener relaciones sexuales? ¿Cuántas veces?-

El moreno quedó perplejo, ni siquiera podía moverse ¿Qué eran estas preguntas de pronto saliendo de la boca del castaño? Enrojeció completamente, no podía creer lo que le estaba tocando vivir ¿Podría él y Wolfram llegar a tal punto?¡No, el sólo pensarlo le ponía los pelos de punta!

Movió la cabeza negando todo pensamiento impuro que cruzaba por su mente ¡Por Shinou, que alguien lo ayude!

El mayor sonrió plenamente ante la negativa del otro, estaba a tiempo de instruirlo en lo que necesitase, lo cuál era muy benéfico para los inexpertos chicos.

-Me alegra mucho su majestad, ahora quisiera que me dijera todas aquellas preguntas que tiene para poder así responderlas siempre que pueda. Adelante, no tenga miedo-

La situación empeoraba ¿Preguntas? La verdad era que tenía curiosidad por saber cómo era que lo hacían los hombres. Tal vez podía sacar provecho de este mal entendido, algo para sus "Conocimientos generales" ¿Cómo debía incitar al rubio para conseguir sus objetivos? Y una vez alcanzados ¿Cómo debía tomarlo? Se sonrojó de golpe nuevamente ¡¿Qué pensaba?! Definitivamente habían pasado muchas cosas ese día.

Conrad tomó ambas manos del más pequeño, era claro que no se atrevería a preguntar nada y era claro, no confiaba tanto en él como creía. Sonrió como siempre lo hacía para comenzar ¿Estaría correcto lo que hacía?

-Bueno, lo primero que debe saber es que al igual que en su mundo, aquí también existe una gran variedad de juguetes con los que las parejas se divierten. Es cierto que la magia no permite el desarrollo de la tecnología pero aún así hay muchos mazokus como yo que hemos viajado a su planeta trayendo una que otra cosa para mejorar nuestro país. En conclusión, hay muchas cosas que puede usar para divertirse con mi hermano, pero eso sí, con cuidado. Lo importante es definir algo ¿Tienen definidos sus lugares?-

-¿Lugares?- preguntó el moreno levantando una ceja.

-Claro, ¿Usted prefiere ir "Arriba" o "Abajo"? ¿Dónde se siente más cómodo?-

El menor enmudeció volviendo al silencio de antes. Las cosas se le complicaban a nuestro nuevo maestro.

-Por su rol como rey de aquí creo que usted puede tomar el control de la situación, aunque siempre se puede rolar para probar de todo. Ahora, en la situación hipotética de que usted tome el mando, debería saber que todo tiene un proceso, esto también y si no lo seguimos terminaremos lastimando a aquel que tanto amamos. Además de que más de uno se enterará de lo que hicimos-

-...Yo... no comprendo del todo... ¿Puedo... lastimarlo?- No sabía que hasta en eso se debía tener cuidado, definitivamente era un ignorante en el campo, lo que lo ponía mal ¿Sería cierto que era un enclenque y un debilucho cómo profetizaba el rubio?

-Se lo explicaré con más calma, me gustaría mostrarle un par de libros para que lo entienda mejor pero...- giró para ver como alguien se acercaba pisando el gras del patio -Lo dejaremos para más tarde- Y le guiñó un ojo antes de virar completamente dándole paso al recién llegado.

-Sé que los hice esperar, pero no es mi culpa. Mi ropa estaba sucia así que tuve que cambiarla- comentó avergonzado el recién llegado.

Yuuri abrió los ojos de par en par ¿Desde cuándo Wolfram usaba algo diferente a su uniforme? Que él recuerde, nunca. Pero ahí lo tenía, frente a él; con sus típicas botas negras, unos pantalones también negros pegados en los muslos acentuando sus glúteos y algo sueltos en las piernas amarrados de la base. Llevaba algo parecido a una camisa pero completamente cerrada, sin botones y con un cuello bastante grande dejando ver parte de su pectoral, y finalmente; unos finos guantes marrones oscuros típicos para cabalgar.

Sinceramente, se veía bastante atractivo así, eso ni se negaba. Tragó duro intentando sonreír pero se le hacía muy difícil, omitiendo claro que el rubio no se dignaba en mirarlo y hasta parecía ignorarlo.

-Bueno, los caballos ya están preparados. Creo que será mejor que salgan ahora, no quisiera que la noche los tomara de sorpresa así que procuren llegar temprano ¿Estarán bien solos?-

-Claro que lo estaremos- respondió Wolfram subiendo en aquel animal y haciéndolo relinchar -No soy ningún endeble Conrad, y lo sabes muy bien-

Ahí estaba la imponente figura del soldado ¿Qué le depararía tal viaje? Suspiró resignado, aceptaría cualquier cosa que el destino le tuviese, ya nada podía sorprenderlo.

-¡¡Qué esperas Yuuri?! ¡Si no montas pronto te dejaré atrás!- gritaba el rubio dándole unos cuantos golpecitos al cuadrúpedo para que avanzara a paso ligero.

-¡Espérame, sabes que no puedo seguir tu ritmo!- replicó el moreno subiendo con ayuda del castaño quien se divertía al ver tan pequeñas disputas entre ellos.

-Conrad, llegaremos a cenar ¿Está bien? En caso de cualquier demora, empiecen sin nosotros, ¿Entendido?-

-Claro su majestad- respondió haciendo una reverencia -No olvide que cualquier clase de duda que tenga puede acudir a mí para resolverla, ya verá que todo es más fácil así-

-No hace falta que lo digas- interrumpió el menor fingiendo una sonrisa -Ya... hablaremos después, con más calma- continuó sonrojándose.

Sin más, ambos desaparecieron en la lejanía. Una gran sonrisa apareció en el rostro del castaño, el maou al menos consideraba la idea de hablar del tema.

"Ya... hablaremos después, con más calma", aquella frase daba a entender muchas cosas. Es más, si quería instruirse en el tema era porque tenía pensado utilizar la información en algún momento. Se sentía feliz, aquel chico amaba a Wolfram, mas negaba sus sentimientos con la excusa de no ser normal para él.

En fin, el conflicto interior que tenía el moreno debía ser plenamente resuelto por él mismo, y él como su mayor sólo le debía dar luces en el asunto. Ya llegaría el momento en el que todo se aclare, sólo quedaba esperar que esa pequeña cabalgata los ayude.

Wolfram avanzaba a paso rápido, lo que no era un buen indicio. Intentó varias veces alcanzarlo pero le era imposible, si se trataba de caballos o de usar sus poderes, aún era un ignorante en el campo.

-Hey, Wolf, vas demasiado rápido- replicaba Yuuri desde atrás obteniendo un par de bufidos como respuesta. Al parecer, el joven mazoku continuaba molesto.

-No es que yo vaya raudamente, tú vas muy despacio- respondió por fin el rubio desacelerando pero aún así adelante del otro.

Suspiró pesadamente, sin duda lidiar con el soldado se volvía una tarea titánica con el pasar de los días.

De pronto, el que iba a la cabeza jaló las cuerdas del caballo haciéndolo relinchar en el acto. El animal se detuvo y un leve sonrojo apareció en las mejillas del de ojos esmeraldas.

Hubo un lapso prudente de silencio que fue roto por el mismo -Pues... no es que no lo sepa, sólo quiero confirmarlo ¿A dónde vamos?-

El maou lo imitó deteniéndose. Ya estaban lejos del castillo, lo sabía por que ya llevaban más de un cuarto de hora avanzando en total silencio. Con cautela, desmontó del animal para estirar sus adormecidos músculos y respirar mejor el fresco aire que azotaba contra su rostro. A quien le importaba a donde iban, él sólo quería descansar un poco.

El rubio lo siguió con curiosidad ¿Qué tramaba el moreno? No lo sabía. Vio un árbol cerca y, haciendo un gesto con la mano para que lo siguiera, llamó a su prometido quién acudió de inmediato.

-Mira bien cómo se hace enclenque, no quiero más problemas- Yuuri afirmó moviendo la cabeza acercándosele un poco más.

Atisbaba cada movimiento del mazoku ¿Desde cuándo el atractivo del mazoku había aumentado tanto? Agitó su cabeza intentando pensar en otra cosa pero nada venía a su mente. Estaba hipnotizado, simplemente era cómo una droga lo que tenía ante sus ojos ya que no podía desprender los ojos de encima.

El rubio notó aquella mirada sobre su cuerpo ¿Se sentía bien Yuuri?, desde que salieron del castillo lo había notado distraído, perdido en sus pensamientos ¿Qué era lo que tanto lo aquejaba? No lo sabía, pero tampoco podía quejarse, él mismo había estado dándole vuelta una y otra vez a su relación. Estaba seguro que su prometido lo amaba y lo respetaba, pues jamás lo había tocado y eso que compartían cama. Aún así, hoy ambos habían estado raros, él con ganas asesinas de encamar a Yuuri, y el otro respondiendo a sus tantas señales incitadoras.

Giró completamente encarando a su acompañante, él cual se sobresaltó ante aquella mirada esmeralda.

-Ya viste cómo se hace, te esperaré hasta que termines- comentó el rubio dándole paso. No era muy difícil amarrar un caballo a una rama, así que se limitaría a mirarlo.

El rey lo obedeció en total silencio, aquella mirada sobre él lo ponía muy nervioso. Escuchó un suspiro, provenía de Wolfram, lo más seguro era que estaba cansado de esto, de todo, ¿Estaría también cansado de él y de su indecisión? ¡No, no podía permitirlo! Pero si él no lo amaba entonces por qué no lo quería dejar ir, lo mejor era que se buscase a alguien quién sí lo haga y lo protegiese con fuerza, se merecía ser feliz después de todo ¿Pero con otro? Sin notarlo, había soltado la cuerda del caballo. No quería terminar la tarea que había comenzado, sus pensamientos lo atormentaban.

Wolfram por su parte recordaba el porqué de su cambio repentino de traje, Yuuri lo amaba pero no lo aceptaba por ser hombre entonces ¡…l le demostraría que también se puede amar a su semejante! Se volvería un ser totalmente deseable a los ojos de cualquier, tanto que hasta el mismísimo maou lo desease con locura. Lo primero en su lista era el cambio de imagen, luego vendrían un par de jueguitos y lo demás lo reservaba como sorpresa.

Escuchó un leve ruido y después vio a su prometido agacharse ¡Genial, sí que era un enclenque! Avanzó molesto hacia el otro, le diría un par de cosas.

-Increíble, ni siquiera puedes hacer esto- comentó arranchándole las sogas y haciendo el trabajo por él.

-Lo siento- se disculpó el moreno apretando fuertemente sus puños, estaba peleando una vez más con su prometido ¡A éste paso ya debería odiarlo y pensar conseguirse a otro!

Le ardía el imaginar a Wolfram con otro chico, abrazándolo y besándolo ¡Jurándole amor eterno! Cerró los ojos desesperadamente ¡Si él era el rey, se comportaría como tal y reclamaría lo que era suyo! El primer paso, ¡Marcar su territorio!

Pronunció el nombre de su acompañante suavemente al tiempo que el rubio viraba preguntando qué quería. Se asustó al ver el ceño fruncido en el moreno cuando éste lo tomó por los hombros golpeándolo contra el árbol.

Sin darle mucho tiempo a reaccionar, sus labios fueron apresados por otros que lo buscaban con deseo. Forcejeó un poco pero pronto cayó en las redes del moreno. Con cuidado, pasó ambos brazos sobre la cabeza del rey para darle un mayor acceso, lo que fue bien aprovechado por Yuuri ya que, en un intento de tomar aire por parte del soldado le sirvió para colarse en aquella cavidad recorriendo con su lengua cada espacio jamás explorado por nadie.

Los jadeos por la fuerza ejercida comenzaban a salir de la boca de Wolfram, la oleada de sentimientos que experimentaban lo seducían cada vez más, amaba con locura al de cabellos oscuros. Se separaron lentamente viendo como un pequeño hilo de saliva aún los unía. Intentó abrazar a su prometido pero se vio inmovilizado ¿Qué le sucedía? Sintió como algo le aprisionaba las manos contra el árbol, levantó la cabeza encontrando ahí las manos del otro quién le sonreía tranquilamente.

-Yuuri... que es lo pas...-intentó decir pero un fuerte gemido se escapó de sus labios sin previo aviso ¿Qué le pasaba? No lo sabía. Intentó volver a preguntar pero nuevamente la reacción fue la misma. Se sentía avergonzado y sus mejillas le ardían, además de eso, la sonrisa de su prometido lucía algo diferente, como explicarlo, algo... ¿Maliciosa?

Intentó moverse pero fue en vano, ahí frente a él, aprovechando la cercanía en la que se encontraban Yuuri movía sus caderas haciendo cada vez más contacto con las del rubio. Ambos sexos se rozaban sensualmente, acariciándose mutuamente sobre las telas, bajo la sinfonía que sólo ellos sabían cantar. Sintió cómo la virilidad del moreno se endurecía y elevaba a la vez, ¡Era condenadamente delicioso! Quiso también participar en el juego así que comenzó con el movimiento de caderas desde atrás para adelante incitándolo provocadoramente.

Yuuri no pudo resistir, ¡Quería tomarlo ahí y ya! Pero no podía, su ideal para una posible primera vez era algo más romántico, no en un gran jardín en medio de quién sabe donde dónde en cualquier momento alguien pudiese pasar y verlos. Bueno, no estaba seguro si podía resistir por más tiempo, lo pensaría con cuidado, con forme avanzara la situación.

Estaba desesperado ¿Por qué no continuaba con lo que tenía que tenía que hacer? Aquellos toques lo estaban volviendo loco, quería sentir más, mucha más, pero le daría un poco de tiempo al moreno para que se preparara mentalmente.

Ya sin vacilar, el rey deslizó sus manos acariciando el plano abdomen del rubio. Se sentía tan bien, su piel era tan suave y tersa que le fue fácil entretenerse en esa parte del cuerpo.

Wolfram ladeó la cabeza, le ponía un poco nervioso el tener las manos de Yuuri jugando por su cuerpo. Se empezaba a impacientar, ahora el moreno jugaba con sus pezones bajo la camisa acariciándolos con fuerza al tiempo que hundía su cabeza en su cuello mordiéndole y dejándole quién sabe cuantas marcas. Estaba perdiendo la cabeza, ¡Y el condenado además de estimularlo con las manos no había cesado con su movimiento de caderas!

La vista se le nublaba del placer, llegaría al cielo por vez primera, estaba seguro.

Notas finales del capítulo:

Creyeron que lo cortaría aquí? xD Esto es una broma :p sigan leyendo jojojo (Qué mala puedo ser, no me odien!!) Y a todos los que gritaron "¡Qué! ¡¿Por qué lo dejó ahí, está mal de la cabeza o qué?!" xD Queda decirles: Sarta de pervertidos!! xD yo diría lo mismo! Me ha pasado cuando me cortan el lemon! Ya lean mejor... lo siento, estoy de buen humor, es todo nnU

Por otro lado, en el castillo Pacto de Sangre, una pelirroja corría desesperadamente por los pasillos con unas cuántas bolsas en manos esquivando a todo aquel que se cruzase en su camino. Llegó hasta la entrada del gran recinto mirando a la lejanía, cuando alguien parecía llegar montando un hermoso caballo.

Se adelantó para recibirlo con una enorme sonrisa.

-Y qué tal, ¿No tuviste problemas para llevarte al animal?- preguntó curiosa.

-Pues...- el soldado descendió para acariciar al cuadrúpedo -Lo más difícil fue el pasar desapercibido, sobretodo por su excelencia Wolfram quién parecía bastante ocupado con su majestad Yuuri. Aunque para serle sincero, el caballo andaba suelto cuando lo encontré. Cómo verá, este era el caballo en el que andaba el rey así que... lo más seguro es que lo haya atado mal-

-O no lo haya atado- comentó la pelirroja eufórica, bueno, de todas manera, su plan había resultado una vez más, sólo quedaba completarlo y ya.

De pronto, una de las cocineras salió al encuentro de la inventora llamándola en el transcurso.

-Señorita Annissina, ¿Está completo todo lo que pidió? No creo haberme olvidado nada, pero por si las dudas, preferiría que me avisara.

-Descuide- respondió regresando por donde llegó -Está perfecto- respondió sonriendo -Al caballo lo mete al establo por favor, que tengo muchas cosas que preparar-

-¿Desea que la ayude en algo más?- preguntó la cocinera.

-Ya hizo demasiado por mí, sólo espere, si todo sale bien usted tendrá después más trabajo-

Y dándole una nueva sonrisa, desapareció perdiéndose en los pasillos.

No lo soportaba más, las caricias del enclenque estaban teniendo resultados óptimos en él, ya no pensaba claro y con los ojos cerrados, saboreaba los labios que tenía sobre los suyos mordiéndolos y lamiéndolos siempre que podía.

Coló una de sus manos por entre los pantalones aún puestos del rubio y es que el clima no era tan cálido cómo para desnudarse plenamente, es más, si no tenían cuidado terminarían ambos en la cama sí, pero con un gran resfriado.

Ahí lo encontró, totalmente erguido el miembro del mazoku cómo un fuerte mástil. Lo acarició con la punta de los dedos observando los diferentes gestos que su prometido hacía.

-¡Yuuri, debilucho, si vas a hacer algo que sea ya!- El moreno con cuidado desabotonó los pantalones de su acompañante para liberar su miembro de aquella prisión de telas. Sin siquiera inmutarse, hizo lo mismo con el propio besando nuevamente aquellos labios sonrosados por la fuerza que ejercía.

Sin previo aviso, tomó ambas masculinidades para atenderlas juntas. Según su nuevo concepto de justicia, ambas le pedían auxilio por lo que las socorrería al mismo tiempo.

Wolfram gimió ante éste nuevo contacto, una cosa era rozar su miembro por sobre las telas pero una muy diferente era el sentir el contacto directo con el moreno quien aceleraba el movimiento de su mano conforme pasaban los segundos.

El rubio no pudo evitar casi gritar del placer moviendo aún más su cadera y es que en ningún momento lo habían soltado de las manos, por lo que no podía hacer mucho.

La velocidad aumentaba al igual que el calor corporal que sentía, ya no le faltaba mucho para culminar con esta primera parte de su encuentro y estaba seguro que esta vez nadie lo interrumpiría ¿O tal vez sí? De todas maneras, estaba dispuesto a llegar al final, por su bien y el de su cuerpo que extrañamente actuaba.

El jadeo, los gemidos, las voces de ambos clamando por el otro, todo era parte importante del ritual al cuál se sometían. Faltaba muy poco, lo sentía, su cuerpo se lo decía; con algunos segundos más llegaría al clímax al mismo tiempo que su prometido. Acelerando el vaivén provocado por su mano, sintió cómo el cuerpo en el que estaba apoyado se tensaba dando un último grito.

-¡No puedo más, yo...!-

-Todo... está bien... ¡Wolfram!- y sin más, ambos se corrieron en la mano del maou.

La sensación fue inusual para el joven rey quien, cansado después de tanto trabajo, aflojó el agarre en el que tenía al rubio, el cuál cayó directamente al suelo respirando agitadamente.

El moreno lo siguió después mirándolo con una sonrisa sincera, lo amaba y estaba por primera vez seguro de sus sentimientos.

Ya más calmados, un incómodo silencio se volvió a formar. A pesar de todo, la vergüenza seguía presente en ellos, lo que tendrían que superar poco a poco.

-Y bien... ¿Qué hacemos ahora?- preguntó Yuuri estirándole un brazo para ayudar a incorporarse a su prometido.

-¿Y me lo preguntas a mí? Está claro que tú lo decidirás- respondió el rubio sonrojándose ¿Qué tenía en la cabeza Yuuri? ¡Era obvio que debía continuar!

Ya había pasado algo de tiempo sin embargo, el clima no lo favorecía en lo más mínimo. Miró de pies a cabezas a su acompañante dejando escapar una risita que intentó ocultarla tapándose la boca.

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó el rubio un poco incómodo ante la situación.

-Nada grave- respondió el moreno señalando el vientre del soldado -Sólo eso-

Wolfram miró con recelo aquella parte dando con una gran mancha blanca en buena parte de su camisa pero por sobretodo en sus pantalones negros.

-¡Pero qué dem...!- intentó decir sonrojándose en el acto pero las palabras no le salían. Miró al rey molesto encontrándolo en la misma circunstancia.

-Por lo visto no soy el único- bufó molesto el rubio señalándolo acusadoramente con el dedo, a lo que el de cabellos oscuros se examinó sonrojándote ante tal descuido.

-Me parece que más adelante hay un lago, podemos asearnos, ni creas que regresaré al castillo así- comentó el rubio caminando al tiempo que veía el cielo -Si no nos damos prisa anochecerá pronto. La tarde está fría pero el cielo despejado ¿Extraño no?-

Yuuri aceleró el paso para colocarse al lado de su prometido. Por extraño que pareciese, se sentía muy feliz, pero esta felicidad era muy diferente a cualquier otra.

No tardaron mucho en ubicar un gran lago que ocupaba gran parte del territorio. El sol ya estaba muy alto y el ocaso inundaba con sus colores todo el lugar pintando una imagen de ensueño. Con cautela, llegaron hasta la orilla del lago viendo cada detalle de tan preciosa imagen.

-Será mejor que nos saquemos los zapatos- comentó el moreno dando el ejemplo. Una vez los tuvo fuera, se remangó las piernas del pantalón y quitó su chaqueta para adentrarse en el agua sonriendo ampliamente -¡Ven Wolf, no está tan fría como parece!-

El rubio suspiró forjando una pequeña sonrisa -De acuerdo, de acuerdo- respondió finalmente el soldado. No sabía por qué pero en estas situaciones no podía negarle nada a aquel hombre que tenía delante. Se metió en el agua bufando por el contacto de aquel líquido viendo cómo el otro disfrutaba al ver sus muecas.

-¡Sí está fría, mentiroso!- replicó enfadado recibiendo como respuesta una gran cantidad de agua en todo el cuerpo -¡Pero qué t...!- pero otro gran puñado de agua le dio justo en la cara ¡Maldito Yuuri!

El rey rió viendo como el rubio luchaba por no mojarse, ya en un intento desesperado por librarse de los ataques del moreno, intentó contraatacar cayendo en el agua también y, por consiguiente, mojándose completamente.

Yuuri se carcajeó cogiéndose el estomago en el proceso y es que ya hasta le dolía de la risa. El rubio, molesto, caminó hacia el otro y, en un rápido movimiento, lo hundió golpeándolo en la cabeza.

-¡Wolfram! ¡Era tan sólo una broma!- dijo el maou parándose.

-Te pasó por mentiroso, endeble y...- pero un estornudo lo saco de sus casillas, lo último que le faltaba, ya se había resfriado.

-Wolf...- lo nombró el moreno corriendo hacia él para colocar una de sus manos sobre su frente -No tienes fiebre ¿no?-

-Claro que no- respondió éste dirigiéndose a la orilla -Vámonos, sino nos retrasaremos-

Ambos llegaron a tierra firme encontrando sus zapatos en el camino. Luego de recogerlos, decidieron quitarse sus prendas para exprimirlas ya que era imposible secarlas.

Yuuri fue el primero en acceder a desnudarse, en su mundo, él estaba acostumbrado a cambiarse frente a otros en el vestidor así que no le era tan difícil ya que la situación era bastante similar pero para Wolfram, le estaba costando mucho, omitiendo que a cada segundo giraba a ver al moreno quien parecía concentrarse en lo que hacía.

-¿Por qué demoras tanto?- preguntó el rey encarando a su prometido quien, por estarse cuidando tanto de la mirada del otro, se estaba demorando más de lo debido.

-¡No mires!- casi gritó cubriendo su pectoral desnudo ¿Porqué tenía que ser tan pudoroso en ese sentido? Pero debía admitirlo, aquello lo hacía ver tierno e inocente.

-Está bien- respondió el maou cubriéndose los ojos con ambas manos. El rubio suspiró para continuar con lo que hacía notando de pronto que Yuuri lo miraba a través de las ranuras que formaba con sus dedos.

-¡Maldito mentiroso! ¡Ya es la segunda vez que lo haces!- gritó aventándole una piedra que encontró en el camino -¡Porqué siempre terminas desobedeciéndome!-

El moreno rió disculpándose, le gustaba molestarlo, era una forma de vengarse por tantos escándalos y difamaciones.

Ya un poco más secos, se dirigieron hasta donde recordaban haber dejado los caballos, claro que el rubio aún estaba molesto con su prometido, tanto que ni siquiera quería dirigirle la palabra a su acompañante.

-Pero Wolf, ¡Escúchame!- gritaba Yuuri intentando aclarar las cosas una vez más, pero el otro le era indiferente.

Llegaron hasta aquel árbol que donde recordaban haber tenido su primer encuentro sonrojándose casi por inercia. El mazoku desató su caballo buscando con la mirada al otro animal extrañado por no verlo cerca.

-Yuuri ¿Y tu caballo?- preguntó olvidando su antiguo enojo.

-¿No lo amarraste tú?- intervino el rey extrañado por tal descuido por parte del rubio.

Wolfram enrojeció recordando lo pasado ¡Jamás llegó a atar al bendito animal! ¡Y todo por culpa del moreno y sus jueguitos para con él! Montó raudo sobre el animal tratando de ya no darle importancia al asunto, su orgullo no le permitía admitir su culpabilidad, eso jamás.

-Ya sube, estamos aún mojados así que iremos algo rápido para evitar pescar un resfrío- comentó ahora él extendiéndole una mano al medio mazoku ayudándole a subir. Yuuri asintió aferrándose a su cintura, gracias a la humedad en sus ropas podía sentir el cálido cuerpo de su prometido bajo las telas, y tal cercanía de una u otra forma lo hacían sentirse seguro y aliviado.

Lo amaba, cada día más.

No tardaron mucho en llegar al castillo, la noche ya se había hecho presente y los cansados cuerpos entraron al recinto mientras un par de soldados llevaban al caballo al establo para que no pasase frío.

Doblando en una de las tantas esquinas, se toparon con un sonriente Conrad que los saludó tan amenamente como siempre.

-¿Les fue placentero su paseo?- preguntó con su siempre sonrisa.

-No preguntes- respondió Wolfram retomando su camino y dirigiéndose a su habitación -Yo me adelantaré Yuuri, espero que no demores puesto que la hora de cenar se acerca y tengo mucha hambre- comentó desapareciendo de la vista de ambos.

El moreno asintió para terminar de relatarle un par de hechos al castaño, le tenía mucha confianza pero aún así no le podía contar ciertas cosas.

-Su majestad, aún queda un uniforme limpio que puede usar, debería ir a cambiarse pronto, si lo desea, puede usar el baño de su oficina para vestirse-

El rey agradeció para salir del lugar, la cena llegaría pronto y él también tenía hambre, así que debía apresurarse.

Entraron en el gran comedor una vez listos y para su sorpresa no había nadie. Una de las sirvientas que caminaba presurosa por el lugar fue interrogada por el rubio quien enojado, buscaba con la mirada cualquier señal de sus hermanos o incluso del molesto de Günther.

-¡Es un gusto verlo Su excelencia, lo esperábamos!- saludó la sirvienta sonriendo ampliamente -Su cena ya está casi lista, sólo faltan uno que otro detalle para culminar- finalizó haciendo una reverencia para continuar con sus deberes.

El mazoku no entendió a lo que la chica se refería ¿Qué les pasaba a los habitantes del castillo? Sin duda se volvería loco.

Yuuri lo miró vacilante y Wolfram le devolvió la mirada sin poder resolver su duda, quedaba esperar que todos terminasen con eso tan importante que hacían para dignarse a aclarar el asunto.

Momentos después, tres sirvientas entraron con bandejas de plata en mano, señalando el pequeño sendero formado con sus brazos.

-Su majestad, Su excelencia, a pedido de cierta persona que prefiere mantenerse en incógnito les hemos preparado una cena especial a la luz de la luna; por favor, diríjanse al balcón del segundo piso antes de que la comida se enfríe- comentó una de ellas sonriendo ampliamente.

¿Cena? ¿Juntos? ¡¿Solos?! ¡No! Después de tantas cosas, después de tantos mal entendidos, después de tantos roces tenían que soportar una última prueba antes de irse a dormir y esperar el nuevo día, y es que ambos tenían mucha hambre así que negarse no era una opción.

-Yo...-el maou intentó mentir con alguna tonta excusa para ausentarse pero fue empujado al igual que su prometido hacia el pasillo.

-Vamos pronto Su majestad, se divertirá y lo sabe- interrumpió una segunda chica riendo por lo bajo ¡Qué indecisa pareja, necesitaban intimar ya!

Wolfram meditó un poco las cosas recordando algo importante ¿Será que su problema ahora sí estaba solucionado? Ya habían pasado muchas cosas con su prometido, lo más seguro era que sí así que ¡Esta era su prueba final, tenía que pasarla para poder estar 100 curado! Bueno, de todas formas aprovecharía esta oportunidad para demostrarle al moreno que podía desear a un hombre, eso ya lo había decidido así que daría un segundo paso.

Un estridente ruido proveniente de la puerta sacó abruptamente a los presentes de sus pensamientos, dejando ver a una muy alegre pelirroja quien entraba dirigiéndose hacia ellos.

-Díganme ¿Dónde está ese par?- preguntó a una de las chicas que ahora sí acomodaba la mesa del gran comedor con la cena.

-Se dirigen al segundo piso, como usted lo ordenó- respondió ésta continuando con lo que hacía -La velada romántica que organizó está por comenzar-

La inventora sonrió saliendo de la habitación, no podía perder más tiempo, debía arreglar muchas cosas y los minutos pasaban raudos sin esperarla.

-Señorita, ¿Nos dirá para qué mandó a pedir los...?- intentó culminar pero no lo logró puesto que la chica se le adelantó.

-Todo a su momento- respondió saliendo presurosa del gran salón, ya lo verían, el verdadero reto apenas comenzaba.

Notas finales: xD Bueno, ahora sí que se acabó el capítulo, ustedes dirán ¡Ya era hora! Pero tienen derecho xD creo que es el más largo que he hecho y es parte es porque me demoré demasiado actualizando y verán ¿Quieren oír la excusa o la verdad? Pues... yo tranquila y todo, pensando en una posible continuación cuando una gran luz me iluminó!! Sí!! Créanme!! Mis amigos los extraterrestres vinieron a jugar un poco y yo fiel me entretuve, vi una que otra cosa extraña y... pues eso hasta donde recuerdo, después mi mente está en negro.

La verdad es que ya me resigné! He descubierto que el cielo no está hecho para mí por lo que me estoy preparando sicológicamente para el infierno y es que les contaré que hace 2 días mi profesora de francés me dio un sermón acerca de todo esto y todo por decomisar un manga!! Y yo con mi excusa de... "Aún no lo leo, está bueno?" T-T pero bueno, sus palabras me inspiraron para continuar, si me voy de baja en el otro mundo que sea con buenos argumentos! Muajaja muajaja xD a lo mejor me volví loca o algo, y... uff...me duele el dedo (soy zurda, me cuesta tipear rápido puesto que casi todas las letras útiles de mi teclado están para la derecha!)

Bueno, es todo por ahora, espero que les haya gustado, ahora si prometo actualizar hasta el próximo lunes y es que he tenido un bloqueo y explotación artística por parte de mis maestras y compañeras que casi me linchan y pisas haciendo un dibujo que me dejó invalida por días xD

Hasta muy pronto! xD Y gracias por leer xD

Y por el sueño... lo dejaré como posible idea para un fic más xD ya oiran de mi!! Lo juro!!


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