Por el interphone se escucho una voz femenina - Uzumaki san, Uchiha Sasuke ya está aquí - declaró la secretaria del más afamado abogado en toda Konoha.
- Gracias Temari, dame un minuto y hazlo pasar dattebayo - dijo el ojiazul a la rubia - esta bien - afirmó ella mientras apagaba el comunicador.
El joven abogado abrió la carpeta que tenía sobre el escritorio y dio una leída rápida al expediente: Uchiha Sasuke, médico en jefe del hospital general de Konoha, 26 años, consulta para iniciar trámite de divorcio.
Naruto se levantó de su silla y parándose frente al espejo se acomodó el nudo de la corbata mientras contemplaba su reflejo, sonrió satisfecho, ojos azules como el cielo, cabello rubio desordenado el cual le daba un toque desenfadado y sexy, exquisita piel canela, marquitas en sus mejillas que lo hacían lucir encantador, con cuerpo de infarto, definitivamente muy apuesto por lo que llamaba la atención tanto de hombres como mujeres.
Apenas había terminado de verificar su aspecto cuando la ojiverde toco la puerta, abriéndola inmediatamente y Uchiha Sasuke entró en el despacho. Tenía el cabello azabache azulado, ojos carbón hipnotizantes y llamativos, piel nívea que contrastaba con sus hermosas y viriles facciones, tenía sonrisa prepotente con una pose de soy el mejor, dándole un toque misterioso haciéndolo más atrayente.
El ojiazul estrechó la mano del azabache, al sentir el contacto de su piel, una extraña y agradable sensación invadió su cuerpo.
Temari se retiró haciendo una pequeña reverencia dejándolos solos en la habitación entretanto el rubio invitó a su cliente a tomar asiento.
- ¿Té? - preguntó Naruto amablemente al ojinegro.
- Sólo si usted me acompaña - respondió Sasuke en tono insinuante.
- Con gusto y por favor dime Naruto - pronunció mientras se disponía a traer la loza para la infusión.
- Como quieras Naru chan - dijo el Uchiha, exhibiendo una amplia y sensual sonrisa.
Mientras servía el té, el rubio sintió un ligero escalofrío, debido a la penetrante e incisiva mirada que le dirigía el azabache, el cual no perdía ninguno de sus movimientos. Con un suave carmín en sus mejillas le dio la taza a Sasuke, sentándose junto a él.
- Bueno, entiendo que estás divorciándote - le dijo a su cliente.
- Exacto - contestó el pelinegro después de tomar un sorbo de la infusión.
- Ya veo, entonces necesito saber cual es la causa de tu divorcio - hablo el ojiazul notando una ligera perturbación en el Uchiha - no importa cual sea el motivo ttebayo, no quiero juzgarte es para poder manejar mejor el caso - agregó a modo de tranquilizarlo.
Sasuke lo miró fijamente y Naruto sintió estremecerse. Por alguna razón esas impactantes orbes ónice lo ponían nervioso, sonrojándose furiosamente.
- Entiendo - expresó satisfecho al ver la reacción del abogado - Puedo contarte un secreto - susurró mientras se acercaba peligrosamente - Sí dattebayo - declaró el Uzumaki, intrigado por saber la razón de tanto misterio.
- Me divorcio porque he descubierto que me gustan los hombres - confesó, con una expresión entre pícara y contrita en su hermoso rostro.
El rubio quedó estupefacto, en realidad, no era la primera vez que tramitaba un divorcio porque uno de los miembros de la pareja descubría sus inclinaciones homosexuales. No no . . . el problema era que él era un gay declarado desde hace ya varios años.
Por unos instantes que le parecieron eternos, sintió que se perdía en esos ojos increíbles. Se dio cuenta que sus sentidos tambaleaban y algo dentro suyo le decía que la extrema cercanía podía resultar peligrosa.
- Ah comprendo ttebayo - profirió el abogado cuando pudo articular una palabra - Y eh cómo fue que te diste cuenta, claro, si no te molesta contarme - inquirió nervioso, por formular la delicada pregunta.
- Una tarde estaba en mi consultorio, esperando a mi último paciente, le dije a mi secretaria que por ese día ya no la necesitaba y que podía marcharse antes, al rato llegó él, y no te imaginas, era un chico de unos 19 años, pelirrojo de unos preciosos ojos aguamarina, con unas ojeras que lo hacían ver muy sensual - contó Sasuke mientras terminaba su bebida, dejando la taza sobre el escritorio.
- ¿Qué . . . qué pasó? - tartamudeó Naruto, en tono anhelante.
- Recuerdo que me puse muy nervioso apenas lo vi, mi respiración se volvió irregular y agitada. Bueno, tal vez todo esto te suene extraño, ya que ha de ser difícil de comprender si no sientes atracción por otros hombres - comentó divertido al ver su expresión.
- Claro, claro - habló el ojiazul tragando saliva mientras intentaba serenar su respiración.
- Tratando de controlarme, lo hice sentar en la camilla y le pedí que se quitara la camisa. Le pregunté por qué había venido a consultarme, y me explicó que se sentía un poco cansado y tenía frecuentes dolores de cabeza. Yo lo escuchaba, pero no podía dejar de admirar su hermoso rostro, su torso y sus abdominales. Me sentía muy confundido, y las manos me sudaban terriblemente. Te imaginas que mal momento ¿Verdad? - siguió el azabache sonriendo prepotentemente.
- Seguro, seguro ttebayo - respondió su acompañante mientras disimuladamente se secaba las manos en sus pantalones
- Me di cuenta que me moría por besarlo y abrazarlo y para empeorar la situación, noté que el muchacho me comía con la mirada - explicó simulando la expresión antes descrita.
- ¿Y que hiciste? - preguntó el rubio reprimiendo su ansiedad, mientras devoraba con los ojos al médico.
- Saqué fuerzas de no sé dónde, y seguí con la revisión. Tomé mi estetoscopio y lo apoyé en sus exquisito pecho sus pulsaciones estaban aceleradas comprobando que estaba tan agitado como yo. Todo iba de mal en peor, ya que empezaba a empalmarme ¿Puedes imaginar algo más incómodo?- declaró dirigiendo su vista hacia mi miembro.
- No, no, claro que no - negó Naruto con la cabeza apretando sus muslos para tratar de aplacar la erección que empezaba a abultar en su entrepierna.
- Le avisé que iba a revisar sus ojos y me acerqué para mirar sus pupilas. Tenía su cara tan próxima a la mía que sentía su respiración en mi piel, así de cerca - dijo Sasuke , acercando su rostro al del abogado.
- ¿Y entonces? - preguntó Naruto, con la voz ronca llena de excitación.
- Entonces puse mi mano sobre su rostro y me quedé mirándolo como hipnotizado - musitó acariciando las mejillas del ojiazul, dejándose llevar por la lujuria contenida, el sonido tan provocativo de su voz, la suavidad de su piel y el calor de su aliento el Uzumaki cerró sus ojos preguntó con un hilito de voz -¿Y que pasó luego? - el cerró los ojos, como tú, y yo acerqué mi boca a la suya y lo besé así - el joven abogado sintió sobre sus labios los de Sasuke y se entregó al beso sin oponer resistencia. Extasiado, dejó que la lengua del médico comenzase una húmeda y caliente exploración en su boca, mientras la mano que aún tenía en su rostro lo acariciaba con dulzura.
- Perdóname, soy un estúpido y juro que no quise incomodarte ya me voy - dijo mientras se encaminaba hacia la puerta - y si quieres dejar de ser mi abogado, yo lo entenderé y - pero fue interrumpido por el rubio - Yo quisiera saber como termina la historia dattebayo - confesó Naruto mirando el piso totalmente ruborizado - ¿No quisieras venir esta noche a mi casa, para contarme el resto? - concluyó aun nervioso por lo antes dicho.
- Te contaré todo, y con lujo de detalles - pronunció el azabache dándole una mirada lasciva entretanto se relamía los labios, se acerco sugestivamente hacia el ojiazul abrazándole posesivamente por la cintura, lamió ávidamente el lóbulo de su oreja susurrándole con voz gutural - mientras tanto, mi querido abogado no te interesaría un pequeño adelanto.
Instantes después el teléfono de la secretaría de Naruto sonó y cuando ella levantó el auricular escuchó a su jefe decir - Temari, por favor no me pase llamadas y no nos interrumpa por nada Uchiha san me está ¡ahh! ¡Siiií¡ explicando las razones de su divorcio - balbuceó el Uzumaki a su secretaria.
- Por supuesto - el pedido no sorprendió para nada a la rubia, ya que los clientes hablaban más cómodamente sabiendo que nadie los interrumpiría. Lo único que le extrañó fue ese sofocado jadeo y la excitación que notó en la voz de su jefe, con una sonrisa lujuriosa apagó el intercomunicador no sin antes dejarlo en modo "grabar".
owari「終り」